16.─ »

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─ Tranquilo, tranquilo ─ susurraba JongSeong.─ Entiendo tu ansiedad, se que deseas que tu hermano se encuentre bien, pero no puedo hacer nada al respecto.

Jay sintió aún más movimiento en su vientre debido a las palabras, y suspiró cansado. Pesaba muchísimo, y era aún más grande que el vientre de Bahiyyih antes de entrar en labor de parto.

Bahiyyih no había hecho otra cosa que gritar con desesperación, por largas horas. No parecía que todo estuviera perfectamente. A Jay le dolían los pies de tanto caminar de un lado al otro, observando la oscura puerta con ansiedad. YuNa colocó una mano sobre su hombro y sonrió comprensivamente.

─ Todo saldrá bien ─ afirmó.

Y sin embargo, tanto ella como Kazuha, llevaban una mirada bastante triste y cansada.

Él jamás había vivido un parto, nunca había visto u oído uno. Estaba tan aterrado por Bahiyyih, como por él mismo.

Acarició su vientre suavemente y gimió frustrado.

─ No puedo simplemente quedarme aquí sin hacer nada. El bebé ha estado llorando hace minutos, y sin embargo Bahiyyih no deja de gritar con dolor. Algo sucede.

─ JongSeong, por favor ─ suplicó Kazuha ─. No creo que debas entrar. Tú cuida a tu pequeño.

¿Acaso ellas temían que él le hiciera algo malo a Bahiyyih o a su bebé? Las observó con tristeza y negó con la cabeza.

─ Su pensar me lastima ─ comentó con tranquilidad.

─ Lo sentimos, no ha sido nuestra intención ─ susurró Kazuha bajando la mirada.

Mujeres que sin dudas tenían más poder que él, agachaban la mirada ante sus palabras. Jay podía entender el miedo respetuoso hacia su persona, pero sin dudas no lo deseaba.

─ Voy a entrar ─ anunció con seguridad.

Si había un momento para usar su poder, sería aquel. Abrió las puertas de madera, y arrugó la nariz ante en fuerte olor metálico, que sin dudas venía de la enorme cantidad de sangre sobre la cama.

─ Señor JongSeong ─ soltó el doctor con sorpresa.

─ ¿En dónde está el bebé? No deja de llorar.

─ Señor, ChaeWon intenta calmar a la niña, pero parece imposible.

─ ¿Por qué no se la entregan a su madre?

Jay ni siquiera se atrevía a mirar el cuerpo de Bahiyyih.

─ Ella no va a lograrlo, señor.

Jay apretó los ojos y asintió.

─ ¿En dónde está la niña?

El doctor señaló una puerta a la izquierda, y mientras más se acercaba, el llanto se podía percibir con más claridad. Entró a la habitación con paso seguro, y se acercó a ChaeWon que cargaba a la pequeña con enorme preocupación.

─ Dámela ─ ordenó con seguridad.

ChaeWon la apretó contra su cuerpo.

─ Obedece ─ exclamó con fuerza.

JongSeong sabía que no era correcto de su parte invadir aquel espacio, mucho menos tomar a la hija de otra concubina en sus brazos. Pero el llanto de la pequeña, le rompía el corazón. Que Bahiyyih estuviera al borde de la muerte, le rompía el corazón. Y debido a su embarazo, todos sus instintos paternos se habían activado con fuerza.

ChaeWon le entregó a la niña con cuidado y temor. Jay la apretó suavemente contra su pecho y la meció despacio.

─ Shh ─ susurró ─. Está bien, está bien. No tienes porqué llorar, pequeña.

En su vientre sintió un pequeño empujón y suspiró satisfecho.

─ Tu hermano desea cuidarte ─ susurró a la bebé ─. Todos vamos a cuidarte.

Tomó asiento en un pequeño sillón, y mientras continuaba meciéndola suavemente, le entregó uno de sus dedos para que lo apretara con su pequeña mano. Lentamente, comenzó a calmarse, sus ojos cerrándose en un tranquilo sueño.

─ Que le preparen leche ─ pidió a ChaeWon ─. Despertará hambrienta, y desconocemos el destino de su madre.

─ Enseguida.

Jay observó a la pequeña en sus brazos. No podrían decir a quien se parecía hasta entradas las semanas, pero si Bahiyyih no lo lograba, él deseaba que se pareciera a ella. No tenía ningún tipo de experiencia con niños, pero encontró que había leído más que suficiente en los libros de medicina de su padre. Eso, sumado a su instinto natural, parecían hacer su magia para con la pequeña. Jay rezó por ella.

♡❜

─ ¡Alteza! ¡Alteza!

HeeSeung frunció el ceño y abrió la puerta. SungHoon lo observaba, completamente agitado y con gesto preocupado.

─ ¿Qué sucede?

─ Alteza, Bahiyyih a dado a luz una niña.

HeeSeung asintió y salió de sus aposentos.

─ Vamos, entonces.

─ Eso no es todo, alteza.

─ ¿Cómo que no es todo?

SungHoon se encogió en su lugar.

─ Bahiyyih a partido con los dioses.

HeeSeung frenó de golpe y observó a SungHoon con sorpresa. No tenía un especial cariño hacia la joven, pero sin dudas no deseaba su muerte.

─ ¿Qué dices?

─ Bahiyyih ha muerto ─ reafirmó ─. No se si JongSeong entiende el peso de su decisión, pero acaba de realizar el primer paso para adoptar a la niña como suya.

─ ¿Qué?

Ahora HeeSeung se hallaba aún más confundido.

─ Alteza, lo entenderá si lo ve con sus propios ojos ─ dijo instándolo a caminar.

Cuando HeeSeung llegó al lugar, lo primero que vio fue a YuNa y Kazuha, ambas paradas junto a la puerta con la mirada baja y gesto triste. HeeSeung conocía lo amables y dulces que eran aquellas dos mujeres.

─ Vuelvan a sus aposentos ─ instó ─. Quédense con sus princesas, yo me encargaré de esto.

No esperó a ver si se iban, simplemente entró a la habitación. El doctor ya estaba limpiando el cuerpo de Bahiyyih con calma, su rostro serio en concentración y pena.

Pasó junto a él sin dedicarle una segunda mirada a la pobre mujer de la que en aquel mundo, solo quedaba un frío cuerpo muerto. No se atrevía.

Al entrar a la habitación en la que supuso se encontraría su hija, se encontró con una imagen que volvió a calentar su corazón, a pesar de tan triste muerte. Jay cargaba a la niña contra su pecho mientras intentaba alimentarla, sin embargo, ella no parecía querer cooperar. La joven sirvienta junto a él, lo observaba con preocupación.

─ Mi señor, quizás usted ya tenga algo de leche ─ susurró apenada.

─ Sí, algo ─ respondió JongSeong con la misma vergüenza ─. ¿Crees que tome de mi leche?

La joven asintió con seguridad.

─ Mi tía solía alimentar a mi hermano cuando mi madre murió.

Jay apretó los labios suavemente, y sin embargo desabrochó los primeros botones de su camisa. HeeSeung se acercó a él, cuando su pequeña hija ya estaba alimentándose con tranquilidad. Jay lo observó sorprendido, pero no se movió siquiera un centímetro, HeeSeung comprendió que no deseaba asustar a la pequeña. ChaeWon se alejó varios pasos, poniendo distancia entre la situación y ella, como si no tuviera nada que ver con aquello.

─ Mi señor ─ susurró Jay antes de hacer un gesto extraño con el rostro ─. Despacio ─ susurró esta vez hacia la bebé ─. Entiende que no estoy acostumbrado ─ pidió con voz cariñosa.

HeeSeung se arrodilló junto a él, no sin antes dejar un beso en su frente. Tomó una mano de la pequeña entre la suya y sonrió.

─ ¿Tienes algún pedido hacia mí, mi amado JongSeong?

Jay asintió y lo observó a los ojos con seguridad. Él no pensaba dejar a esa niña en manos de nadie más.

─ Si mi señor lo considera apropiado, deseo conservar, y cuidar a la niña.

─ Nómbrala ─ pidió HeeSeung acariciando esta vez las mejillas de la pequeña.

─ HaNeul ─ dijo Jay con seguridad ─. Porque sin dudas llevará los ojos color cielo de su madre.

HeeSeung sonrió con inmenso cariño y unió sus labios con los de Jay.

─ Bienvenida HaNeul ─ susurró ─. Nuestra primera hija.

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