—¿Qué tal si vamos a cenar, amor?

—Claro y ¿después?

—No lo sé. Ya encontraremos algo.

Jake simplemente rió y comenzó a caminar a la par del rizado mientras tomaba su mano.

—¿Qué hice para merecerte, HeeSeung?

—Eso debería preguntar yo, no tú. Pequeño travieso.

—Tú me amas ¿cierto, Hee?

—Claro, amor. Lo hago ahora y siempre lo haré. Esa marca en tu cuello lo demuestra ¿o no? —Se detuvo y abrazo a JaeYoon por atrás ocultando su rostro en su cuello y seguía caminando.

—Si, eso sí. —sonrió — Yo también te amo. Nunca me dejes ¿sí?

—Primero muerto antes que hacerlo. Me tendrás toda tu vida molestando así que ni lo pienses. —besó el lugar de la marca y sonrió al escuchar la pequeña risita de JaeYoon.

—Pues por mí no hay problema. —se giró y besó los rizos de su novio.

—Te amo, Jakey. Nunca lo dudes.

—Yo también te amo, Hee.

Siguieron caminando, olvidándose por completo su idea de ir a comer algo porque después de todo, JaeYoon, simplemente quería estar con HeeSeung. Así fuera bajo un puente maloliente, no le importaba nada con tal de estar con HeeSeung.

Sintió un peso a su lado y abrió un poco los ojos, encontrándose con su pequeño hijo, Riki.

—¿Pasó algo, amor? —Preguntó adormilado.

—Tener sueño feo, mami.

—Oh, pequeño. ¿Quieres dormir conmigo?

—¡Sí!

El castaño rió por el chillido emocionado del pequeño para después acercarse a él y abrazarlo mientras ocultaba su rostro y daba ligeros besos en el pequeño cuello de Riki.

—Te quiero, mami.

—Yo más, cariño. Yo más. Pero ahora a dormir porque si no mañana despertaremos tarde y tío SungHoon nos regañará.

—Está bien.

Se acomodaron mejor y volvieron a dormirse o al menos Riki lo hizo porque Jake no podía dejar de pensar en su sueño o más bien, recuerdo.

Desde el nacimiento de Riki ya no tenía tan seguido esos recuerdos pues ahora toda su mente y corazón lo ocupaba su hijo, el cual sin duda era su vivo retrato a excepción de los ojos y la nariz, en eso se parecía a HeeSeung.

Luego de la partida, digámosle así, de HeeSeung, Jake se deprimió mucho porque no soportaba el estar lejos de su alfa, pero SungHoon lo hizo reaccionar poniendo de por medio a su hijo.

Poco tiempo después de eso incluso dejó de sentir a HeeSeung a través del lazo y eso lo hacía sentir más triste, pero había prometido ser fuerte por su hijo y así le costara la vida iba a cumplirlo.

Riki ahora tenía tres años y en dos semanas cumpliría sus cuatro, él nunca preguntó por su padre porque sabía lo triste que solía ponerse su madre, pero de todos modos le bastaba con tener a su madre, a su tío SungHoon y a su tío SuNoo, aunque el último siempre lo llamaba "mocoso del demonio", para él todo eso era suficiente.

Por otro lado, Jake no había cambiado tanto o al menos eso aparentaba porque por dentro si lo había hecho y mucho. Eran pocas las veces que no lloraba hasta quedarse dormido recordando ese día y a pesar de haber pasado años aún le seguía doliendo en abandono y bofetada de HeeSeung.

Ya no sonreía como antes, incluso le agradecían a Riki por hacerlo sonreír pues todos sabían que el único motivo de Jake para sonreír era su hermoso hijo. También tenían claro otra cosa: cuando HeeSeung se fue, gran parte de Jake igual se había ido.

Y no era solo por el lazo, no, también era porque JaeYoon, cuando realmente amaba a alguien, daba todo de sí por esa persona y si esta se iba una parte de JaeYoon también. Y con el rizado había sido peor porque cuando el ojiazul estaba con él, todo lo demás dejaba de existir y tal vez ese fue su error, pero tampoco se lo decían porque, después de todo, el castaño había perdido a toda su familia y se aferró a la idea de poder llegar a formar una junto al rizado pero, cuando el alfa se fue, todo eso se fue por la borda y aunque intentarán de todo no lograban sacar de la cabeza de Jake esas palabras "todo es mi culpa".

SungHoon se esforzaba mucho para intentar sacar esas palabras de la cabeza del castaño, así como había logrado hacerlo reaccionar poniendo a su sobrino al medio, pero no podía y tampoco iba a darse por vencido pero un día, nació Riki y gracias a él. SungHoon y SuNoo lograron volver a ver ese brillo perdido en los ojos de Jake.

Volviendo a la actualidad.

El castaño se acomodó mejor, soltó un suspiro y abrazó más fuerte al pequeño entre sus brazos y sonrió de lado.

—Si tan solo hubiera sido suficiente para tu papi, él tal vez estaría aquí a nuestro lado y estaríamos durmiendo los tres abrazados. Siento haberte quitado ese derecho, cariño. —Sin darse cuenta había comenzado a llorar— Te prometo, Kinnie, que haré cualquier cosa con tal de no hacerte sentir su ausencia.

Beso la frente de Riki y limpio sus lágrimas con la sábana y realmente agradecía el haber elegido sábanas suaves y, aunque no lo hubiera hecho, SungHoon lo hubiera obligado.

En fin, volvió a soltar un suspiro y poco a poco fue quedándose dormido pensando en que, de no ser por él, las cosas hubieran sido diferentes.