♡❜ Capítulo treinta y tres.

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- Paso una semana desde aquel incidente, SungHoon estaba recuperándose rápido al igual que su lobo, se sentía con más fuerza y eso lo animaba más a parte tener de regreso a las dos personas que tanto extrañaba.

Ni-Ki estaba mejorando también, su lobo se mantenía junto a él y su aroma a pesar de ser tenue se podía sentir.

El pequeño HyunJin no soltaba a su padre ni un momento, lo había extrañado demasiado como para volver a separarse de él.

Cada que SungHoon iba al jardín o platicaba con su esposo, el pequeño alfa estaba ahí, sentado en las piernas de su papá mayor.

Todo había vuelto a ser como antes solo que mejor a cómo las cosas estaban, la pareja siempre tenía citas dentro de la casa o veían películas juntos mientras se abrazaban, Nishimura estaba viviendo su sueño.

A veces se despertaba en la madrugada teniendo pesadillas, pero estás poco a poco fueron disminuyendo al estar al lado de su esposo.

♡❜

El castaño estaba en la cocina picando fresas, HyunJin se encontraba dormido debido a que la noche anterior estuvo jugando con su papá hasta que ambos cayeron dormidos.

Park se encontraba plantando una nueva flor que a su esposo de había gustado.

Ni-Ki termino de picar la fruta y se detuvo un momento, tenía un dolor en el vientre, a pesar de ser leve le molestaba.

Corrió hacia la habitación y se acostó en la cama, era raro, tenía calor y notó la humedad en su entrada, había entrado en celo.

Su lobo estaba de vuelta, pero a pesar de estar en celo su aroma no se hizo del todo fuerte.

Se quitó la ropa decidido a meterse a bañar, pero el aroma en la almohada de su alfa lo impidió.

Hundió su nariz en aquella almohada y ronroneó, busco en el último cajón de la mesa de noche ese objeto que anteriormente el alfa le había dado.

Abrió sus piernas introduciendo poco a poco el vibrador sintiendo como su dolor disminuía, estaba necesitado, su calor y su entrada húmeda lo incomodaban.

Gimió por lo bajo pensando en aquellas caricias que su esposo le brindaba, aquellos labios gruesos en su piel haciendo marcas, aquellos brazos fuertes que resaltaban sus venas recorriendo cada parte de su piel.

Aquellas palabras obscenas que su esposo le susurraba en el oído con voz ronca, esto y más lo llevaron a un delicioso orgasmo.

El placer era demasiado para él, tanto que no se dio cuenta de aquellos ojos brillosos que lo veían con deseo desde la puerta.

El alfa se acercó a él poniéndose encima logrando asustar un poco al menor.

— ¿Empezaste sin mí? — dijo SungHoon con esa voz ronca y gruesa llena de excitación.

— N-no sabía que vendría m-mi celo... — respondió el omega.

— Déjame ayudarte.

— S-si...

Nishimura bajo sus manos hasta aquel juguete y lo trato de sacar, pero el alfa se lo impidió.

— Te daré placer de verdad está vez... — dijo ladino poniendo las piernas de su esposo sobre sus hombros.

Park se posicionó y metió su lengua a aquella cueva húmeda sacando gemidos más fuertes del castaño.

El cenizo recorrió el cuerpo de Ni-Ki con sus manos dando pequeños apretones de vez en cuando en su cadera.

— SungHoon... — gimió el omega.

— Córrete para mí bebé... — el mayor dio estocadas más profundas con su lengua sintiendo el vibrar de aquel objeto.

Esto hizo a Nishimura ver estrellas, arqueó su espalda liberando aquel líquido blanco que el alfa no dudo en tomar.

— Eres delicioso, cariño... — SungHoon se quitó la ropa bajo la atenta mirada de su esposo quien apretaba las sábanas.

El alfa lo noto y sonrió al ver a su lindo esposo así.

— Puedes tocar todo lo quieras...

Ni-Ki no espero ni un segundo y recorrió con sus manos el abdomen del mayor teniendo cuidado con aquellos moretones que aún se notaban.

— ¿Quieres que te folle o te haga el amor? — pregunto SungHoon.

— Fóllame... — dijo sin pensarlo dos veces.

— Bien, pero esta vez hagamos las cosas bien, quiero poner un bebé aquí... — dijo el cenizo poniendo su mano en la pancita del omega.

Nishimura sonrió y asintió.

Sus lobos estaban felices de que al fin no tuvieran que ser ellos quienes llevarán el control de las cosas, en especial el lobo del castaño.

SungHoon abrió las piernas de su esposo un poco más, su pene estaba completamente duro, el menor lo ponía así.

Alineó su miembro el aquella entrada y Ni-Ki entro en razón viendo lo que el alfa trataba de hacer.

— SungHoon... ¿No estarás pensando en...? ¡Ahhh! — aquella estocada lo dejo sin aire haciendo que arqueara su espalda.

Su esposo había entrado en él aún con aquel vibrador dentro.

— Duele... — gimió Riki.

— Tranquilo, nunca te lastimaría de nuevo, solo mírame y siente el placer... — Park estampó sus labios con los del menor empezando un movimiento lento.

Con forme pasaban los minutos, el menor pedía más volviendo así aquellas estocadas más salvajes.

La cama chocaba contra el muro de aquella habitación con una fuerza increíble, pequeñas grietas quedando como prueba del acto que se estaba haciendo.

El sonido morboso de sus cuerpos chocar, los gritos y gemidos de ambos en la habitación, sus lobos satisfechos dándoles más placer.

Era algo que ambos necesitaban sin duda alguna, SungHoon empezó a tocar la próstata del menor con fuerza.

Aquel punto débil que conocía perfectamente, Riki era un mar de lágrimas ante el placer y lo que estaba a punto de venir sería su perdición.

— Go back to daddy... — susurro el alfa con voz ronca y sexy.

Riki no pudo aguantar más, su lobo libero aquel aroma por toda la habitación, aquellos ojos negros se volvieron grises con ese brillo esencial del omega.

El lobo de Nishimura estaba de vuelta oficialmente.

— Daddy... — gimió el menor dejando ver sus colmillos filosos.

Park se acercó al cuello de su esposo empezando a lamer, su lobo se había apoderado de él, aquellos ojos dorados, aquellas estocadas salvajes.

La sangre se derramó por el cuello del omega ante la marca del alfa, Ni-Ki ahogo su grito mordiendo de igual forma el cuello de su mayor.

Ambos sintieron aquel lazo formarse de nuevo, más fuerte que antes y aquel nudo dentro impidiendo la liberación de SungHoon.

El castaño se corrió en gran cantidad sobre su propio abdomen cosa que Park aprovecho para lamer el cuerpo de su omega.

Ambos se quedaron quietos para que aquel nudo no los lastimara, pero un inconveniente surgió.

La cama se rompió de las patas traseras haciendo que SungHoon entrara más en Ni-Ki.

— ¡SungHoon! — gimió el menor.

— Tranquilo... A mí también me duele — dijo el alfa cerrando sus ojos.

Dolía para ambos, pero por alguna razón se sentía demasiado bien.

Se quedaron quietos sintiendo como aquel nudo se deshacía poco a poco, Nishimura gruñó al sentir el semen del alfa en su cuerpo notando el pequeño bulto que estaba en su vientre.

Al parecer el alfa lo había penetrado más de la cuenta, ambos relajaron sus cuerpos y antes de que SungHoon saliera de él se acercó a su oído susurrando aquellas palabras que el menor soñó tanto.

— Te amo, Nishimura Riki...— ronroneó el alfa dejando un beso en la mejilla de su esposo.

Nishimura sintió su corazón latir con más rapidez y sus mejillas tomaron un color carmín, miro al mayor y sonrió.

— Yo también te amo, SungHoon... — respondió el castaño.

Ambos concluyeron aquel acto con un beso, un beso que transmitía todos sus sentimientos.

Se transmitían el amor que sentían por el otro.

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