- Todos como seres humanos cometemos errores de los que después nos arrepentimos de nuestros actos.

La vida nos da mil oportunidades las cuales no tomamos a pesar de que se encuentren enfrente de nosotros.

No somos perfectos en la vida, pero lo intentamos, hay veces en las que son querer arruinamos la vida de los demás solo por nuestro orgullo.

Debemos valorar cada cosa que tenemos al igual que a cada persona que está a nuestro lado porque en un abrir o cerrar de ojos los podemos perder.

SungHoon quería haber escuchado estás palabras antes, pero en estos momentos se encontraba en un hospital cargando a su pequeño de dos años quien dormía tranquilo en sus brazos.

Esperando noticias de su esposo Ni-Ki, quien había ingresado al hospital de urgencias.

Si tan solo SungHoon hubiera aceptado a su Omega desde un principio, si tan solo lo hubiera cuidado más, si tan solo... Lo hubiera amado como Riki lo amaba.

Son cosas que no puede cambiar, solo esperar a que pasen por su propia cuenta, el daño ya estaba hecho, pero se arrepentía con todo su ser.

Era demasiado tarde para aceptarlo... Amaba a su Omega y siempre lo hizo, amaba al padre de su único hijo.

Dos años atrás...

— No te estreses de más SungHoon, ya encontraremos otro modelo — dijo HeeSeung intentando convencer a su amigo.

— Es que este modelo ya se había comprometido a trabajar para nosotros, pero a la mera hora nos dejó — Park gruño y aventó los papeles que tenía en la mano — El videojuego se estrena en tres meses HeeSeung... Ya para que, hubiéramos sacado el anuncio, pero renunció.

— Si lo sé, estuvo mal lo que hizo, pero podemos contratar a otro modelo para la empresa — sugirió HeeSeung

— ¿Dónde voy a encontrar a un modelo reconocido que trabaje para nosotros?

— Hay muchos modelos omega allá afuera SungHoon, te buscaré uno rápido.

— Que sea rápido porque tenemos que hacer ese anuncio ya — dijo el cenizo.

— Si, solo... Sigue con tu trabajo y yo me encargaré de buscar un buen modelo — dijo HeeSeung.

— Está bien... Ya vete — el alfa y se sentó de nuevo en su silla, empezando a revisar de nuevo el programa del videojuego.

SungHoon era un alfa muy reconocido a sus cortos veinticuatro años, era millonario gracias a la empresa de videojuegos de cuál era jefe.

También creo controversia a la sociedad al enterarse que sus padres eran alfas, era raro ver a una madre alfa lo cual convertía a Park en un alfa puro.

El cenizo no solo era famoso por su trabajo, sino que tenía buen físico y cuando tomaba su forma de lobo era totalmente blanco resaltando el azul de sus ojos haciendo que varios omegas hombres y mujeres lo quisieran, pero él siempre se negaba.

No estaba listo para otra relación ya que la anterior resultó ser un desastre, su padre siempre lo presionaba para encontrar un omega con quién se pudiera casar y tener descendencia.

SungHoon solo quería seguir concentrado en su trabajo y no pensar en formar una familia, había estado solo cinco años y así podía seguir otros más.

Aunque su lobo aullaba con tener a un omega de nuevo, estaba desesperado por tener alguien a quien proteger, pero SungHoon se negaba a tener una familia.

El alfa era uno con mucho porte, aparte de ser apuesto le gustaba la música clásica y le gustaba ir a galerías de arte, era un hobby que le encantaba para tomar inspiración y seguir haciendo más videojuegos.

Quién diría que encontraría a su destinado cuando menos se lo esperaba.

♡❜

Riki se encontraba terminando su sesión de fotos, era un modelo demasiado buscado por las revistas debido a la belleza que poseía y también por su forma de lobo negro que era hermoso para muchos.

— Listo joven Nishimura — dijo el fotógrafo sonriendo.

— Muchas gracias — el omega se levantó de la silla haciendo reverencias a todo el personal que lo había atendido.

— Riki... ¿Puedo hablar contigo un momento? — pregunto el alfa.

— Claro — Nishimura lo siguió pesando que hablarían sobre las fotos, pero no.

— Oye... Quería decirte algo que hace mucho tiempo sentía, me gustas Ni-Ki y mucho, si me dieras la oportunidad de demostrártelo.

— Lo siento... No estoy buscando alfa en estos momentos — respondió el Omega sonando tranquilo.

Era verdad, no buscaba una relación en ese momento, estaba buscando a su destinado aún y sabía muy bien que aquel fotógrafo no lo era.

— Oh... Entiendo, lo siento — el chico se fue de ahí dejando solo al menor.

Había varios alfas hombres y mujeres que pretendían a Nishimura pero este solo los rechazaba de la forma menos dolorosa posible.

Su abuela le había dicho un día que los destinados deben estar juntos y son demasiado felices así que había estado buscando a su destinado desde ese día.

— Riki ya vámonos — dijo Koga, el hermano de Nishimura.

— A si, vámonos K — el castaño tomo sus cosas y siguió a su hermano mayor.

— ¿Cuándo será el día que no rechaces a alguien? — pregunto el beta.

— Cuando encuentre a mi destinado — respondió el omega.

— Vamos Ki, esos cuentos que la abuela nos decía son mentira, solo sigue con tu vida y cásate con un millonario para volvernos más ricos de lo que ya somos.

— No, ya tenemos dinero, yo tengo porque soy modelo y tú tienes por la pastelería en la que vendes.

— Si ya lo sé, y llega mucha gente, al parecer les gustan mis postres.

— ¿A quién no?, Mejor busca pareja para que te vayas de la casa — bromeó Riki.

— Oh, hablando de eso... Voy a ir a una fiesta hoy.

— ¿Otra vez? — Nishimura se detuvo enfrente de su auto.

— Si, sabes que me gusta divertirme con los demás.

— Pero siempre llegas tarde y en las mañanas tengo que abrir tu pastelería porque tú no estás.

— Está vez prometo llegar temprano.

— Lo mismo dijiste hace cinco días — dijo el omega enojado.

— Vamos Nishi, soy el mayor y tengo derecho a divertirme también.

— Ya lo sé, pero no me gusta el ambiente en el que vives.

— Solo dame está oportunidad ¿Sí?

El castaño se quedó pensando un momento en las palabras de su hermano mayor y suspiro.

— Está bien... Pero no llegues tarde — dijo Riki.

— No lo haré, cuídate Ki, te deje comida en la cocina por si quieres comer si no entonces pide algo... A... Si tienes de nuevo un ataque de miedo o pasa algo malo me llamas.

— Ya no los he tenido desde hace ocho años.

— Aun así, si pasa algo malo me llamas — Koga se acercó a su hermano menor y lo abrazo.

— Lo haré — Ni-Ki sonrió y correspondió al cálido abrazo de su hermano.

— Nos vemos — el beta subió a su Lamborghini rojo y manejo hasta que Nishimura lo perdió de vista.

El Omega suspiro y se subió a su auto Ferrari azul manejando hasta su casa, era grande, abarcando casi cinco hectáreas donde tenían piscina y un patio enorme dónde tomaban el té solo ellos juntos.

Al llegar a casa se estacionó y bajo del auto entrando a la casa, tenía la casa para él solito, le gustaba de vez en cuando le gustaba quedarse solo para divertirse un poco.

Todo iba bien, pero nadie imagino lo que pasaría después.