♡❜ Capítulo veinticuatro.

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- Ni-Ki estaba en la habitación llorando, ¿SungHoon enserio deseaba que se muriera para vivir feliz? No podía seguir soportándolo.

No quiero vivir...

Dijo el lobo del menor quien también lloraba junto a él, Nishimura tomo del cajón unas pastillas para dormir, sus pensamientos estaban en blanco, su tristeza era mayor a la que sentía constantemente.

Abrió aquel frasco tomando un puño de pastillas y se las tomo, su lobo estaba sufriendo ante el rechazo de su alfa, se quedó quieto esperando a que aquellas píldoras hicieran efecto.

En cuestión de minutos, Nishimura cayó plenamente dormido entre las sábanas de aquella cama fría, su corazón empezaba a debilitarse, su lobo estaba muriendo.

SungHoon corrió lo más rápido que pudo siguiendo el rastro de su omega, entro rápido a la casa notando que el aroma de vainilla se hacía cada vez más débil.

Abrió aquella habitación encontrándose con su esposo acostado en la cama, se acercó a él tomando su mano, estaba fría y su piel era pálida, su lobo empezó a llorar intentando llamar la atención del lobo de Nishimura, pero fue en vano.

— ¡Despierta Riki! — grito el mayor empezando a llorar, su deseo se había cumplido — No me dejes por favor, lo siento...

SungHoon se aferró al cuerpo del menor y lo cargo entre sus brazos, subió a su auto empezando a manejar hasta el hospital más cercano mientras acariciaba el rostro del castaño.

— Resiste por favor... — el alfa se estaciono enfrente de aquel hospital y bajo del auto corriendo, al entrar pidió ayuda con su omega y los doctores al ver las condiciones en las que estaba lo atendieron de inmediato.

El alfa se quedó esperando afuera, ¿Qué había hecho? Todo estaba mal, nunca debió de decir todas esas cosas, su lobo estaba asustado al igual que él, no iba a poder salir adelante sin su omega, Ni-Ki debía vivir.

Las puertas del hospital se abrieron dejando ver a YunHo corriendo hacia SungHoon, había visto su carro pasar hacia la ruta del hospital y lo siguió.

— ¿Dónde está Ni-Ki? — preguntó el menor.

— Adentro, lo están revisando — respondió el mayor limpiando sus lágrimas ante la impotencia que sentía por sus errores.

— Eres un estúpido, si él llega a morir créeme que me encargare de meterte en prisión por maltrato psicológico y físico — amenazo el omega.

SungHoon suspiro y miro al pequeño bebé en los brazos de YunHo ¿Su pequeño crecería sin su padre omega? Cargo a HyunJin entre sus brazos y lo abrazo teniendo cuidado en no despertarlo, dejando que sus lágrimas expusieran sus sentimientos en ese momento.

Todos como seres humanos cometemos errores de los que después nos arrepentimos de nuestros actos.

La vida nos da mil oportunidades las cuales no tomamos a pesar de que se encuentren enfrente de nosotros.

No somos perfectos en la vida, pero lo intentamos, hay veces en las que son querer arruinamos la vida de los demás solo por nuestro orgullo.

Debemos valorar cada cosa que tenemos al igual que a cada persona que está a nuestro lado, porque en un abrir o cerrar de ojos los podemos perder.

SungHoon quería haber escuchado estás palabras antes, pero en estos momentos se encontraba en un hospital cargando a su pequeño de dos años quien dormía tranquilo en sus brazos.

Esperando noticias de su esposo Ni-Ki, quien había ingresado al hospital de urgencias.

Si tan solo SungHoon hubiera aceptado a su omega desde un principio, si tan solo lo hubiera cuidado más, si tan solo lo hubiera amado como Ni-Ki lo amaba.

Son cosas que no puede cambiar, solo esperar a que pasen por su propia cuenta, el daño ya estaba hecho, pero se arrepentía con todo su ser.

Era demasiado tarde para aceptarlo, se dio cuenta de su realidad, amaba al castaño, el sentimiento siempre estuvo ahí, amaba al padre de su único hijo, Park se arrepentía demasiado.

Mientras lloraba recordaba cada palabra mala o golpe que le llego a dar al menor, Nishimura no merecía eso, merecía amor, merecía ser querido, su llanto se hizo más fuerte ante la culpa, él era el único culpable de que pasara todo eso.

Sintió la marca desaparecer, su lobo dejo de sentir al lobo del omega, ¿Eso era todo? ¿Era el fin? ¿Ni-Ki había muerto? Su cabeza se llenó de pensamientos que lo lastimaban más, por su culpa, había matado al padre de su hijo amado ¡No! se negaba a aceptarlo.

Pasaron unos minutos más cuando las puertas se abrieron y un doctor camino hacia el pelinegro.

— ¿Señor Park? — preguntó el doctor.

— Soy yo... ¿Dónde está mi omega?

— Lamento decirle esto... Él se encuentra en estos momentos estable, pero su lobo se ha ido, no sabemos si su lobo murió o simplemente desapareció... no tiene su aroma y no tiene lobo, no sabemos si puede vivir así pero es todo lo que pudimos hacer.

SungHoon suspiro y bajo la cabeza, él había ocasionado todo eso, el doctor se retiró y el alfa se permitió llorar de nuevo, a sus espaldas se encontraba Koga caminando hacia él.

—¿¡Qué mierda le hiciste a mi hermano!? — K gritó intentando golpear al alfa pero Jay lo detuvo.

Los gritos del beta despertaron al bebé y este empezó a llorar.

— Ya mi amor, no llores — SungHoon intento calmar a su pequeño mientras miraba al hermano de Nishimura.

— Da gracias que tienes al bebé si no te mataba ahora mismo, si mi hermano llega a morir juro que te mato con mis propias manos SungHoon, tú no sabes nada de lo que sufrió Riki ¿Y todavía lo haces sufrir más? Eres un maldito cobarde, no mereces llamarte alfa — el beta gruñó y camino hacia la entrada para pedir informes de la habitación de su hermano.

Park bajo la cabeza intentando no llorar frente a HyunJin.

— ¿Papá Ki? — pregunto el pequeño castañito.

— Papá Ki está dormido, pronto despertará... — Park lo arrulló y trato de pensar en alguna mentira que decirle a su bebé.

Se sentía culpable de todo, su lobo lloraba al no sentir al castaño, pedía tenerlo cerca, pedía estar junto a su omega.

El mayor se sentía destrozado, Nishimura no merecía eso, a pesar de ser malo con él, Ni-Ki le salvó la vida, todos esos abrazos que rechazo, las caricias que el omega le daba mientras él dormía, aquellos besos que nunca aceptó, aquellos "te amo" que Park ignoro y aquellos "Por favor no me lastimes más" sonaban en su cabeza y en su corazón.

Ni-Ki siempre fue perfecto, pero Park se encargó de hacerle pensar que era imperfecto, si tan solo le hubiera dicho "Yo también te amo".

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