• O2.

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- No importaba cuándo o dónde lo viera, Kim SeonWoo era el alfa más guapo que ningún otro para Ni-Ki.

Incluso vestido de manera informal con un pantalón claro y una playera tipo polo, seguía siendo la representación de todo un alfa. Y con la cara bien perfilada, ojos color miel y labios gruesos, Kim SeonWoo sería capaz de enloquecer a cualquiera, Ni-Ki lo sabía.

Antes de convertirse en productor y director, había sido actor. Cuando era actor, SuNoo era considerado un rompecorazones, para muchos seguía siéndolo.

Sabiendo que era el centro de atención, Ni-Ki se puso cerca de él para darle un beso en la mejilla.

—Hola SuNoo. Me alegro de volver a verte —habló Ni-Ki fingiendo.

—Lo mismo digo, cariño.

Riki tuvo que disimular su enojo al verlo ahí, en su territorio. SuNoo sabía que le gustaba pasar el verano en los Hampton, un lugar al que él no solía ir porque tenía mucho trabajo en California.

—Estoy seguro de que podemos hacer algo mejor —le susurró SeonWoo tomándolo de la cintura para besarlo.

Ni-Ki escuchó el click de una cámara e imaginó que Sakura estaba tomándoles fotos con su celular. Y aunque quería apartarse, su omega y su voluntad no podían. SuNoo se apartó, dejándolo mareado. ¡Y con todos mirando!

—Tenemos que hablar —le dijo Ni-ki con las hormonas alborotadas.

En cuanto salieron de la carpa se giró hacía SeonWoo borrando la sonrisa falsa de sus labios.

— ¿Se puede saber por qué me has besado?

SuNoo sonrió, y al ver sus ojos como medias lunas , Ni-Ki tuvo que apartar la mirada.

—Porque quería hacerlo. Además tú me has besado primero. —contestó con tono arrogante.

—Solo era un saludo amable.

—Y yo te lo he devuelto.

Riki dejó escapar un bufido de irritación, se estaba poniendo difícil, algo que hacía muy bien.

— ¿Qué estás haciendo aquí? Llegamos a un acuerdo, yo puedo vivir en los Hampton...

—Mientras yo esté en California —terminó SuNoo la frase por él.— Pero acabo de firmar un contrato en Nueva York y voy a estar por aquí durante un tiempo. Vamos a tener que compartir la casa.

SuNoo sintió la tentación de volver a besarlo para borrar el gesto de sorpresa de su cara. Saber que lo había dejado sin palabras era satisfacción suficiente, pero si las miradas mataran, él ya estaría muerto.

Intentando controlar todas las emociones que experimentaba siempre que estaba con Ni-Ki, le dijo:

—Claro que puedes marcharte cuando quieras. Te aseguro que lo entendería.

Esa sugerencia lo enfadaría aún más porque sabía cuánto le gustaba a Ni-Ki pasar los veranos en Los Hampton. Esa era la razón por la que habían comprado la casa.

Pero si Ni-Ki pensaba que iba a permitir que durmiera con alguien más en su casa, estaba completamente equivocado.

—¡¿Cómo te atreves!?

Soltó Riki enfadado, su olor intensificándose, mientras se ponía rojo del enfado.

SuNoo no pudo evitar una sonrisa. Una vez le habían encantado los retos que le lanzaba Riki, especialmente en la cama.

—Cuidado, hay gente mirando —le advirtió— Talvez sería mejor seguir fingiendo como antes con Sakura.

Riki lo miró con lo que podría parecer una sonrisa amistosa, pero en realidad le estaba enseñando los colmillos.

Seguía siendo el omega más hermoso que había visto nunca. Él conocía a muchas y muchos omegas guapos, pero cinco años antes, cuando Ni-Ki se presentó a un casting para una película suya, supo que aquel omega podría robarle el corazón a cualquiera.

Dentro o fuera de cámara, Nishimura Riki daba sentido a la expresión "Radiante".

—Enserio tenemos que hablar SuNoo.

SeonWoo se encogió de hombros fingiendo desinterés. Riki lo había tenido comiendo en la palma de su mano una vez, eso no volvería a ocurrir.

Él sería el primero en admitir que aún le costaba aceptar que Ni-Ki empezara la separación, pero seguía siendo un alfa y si seguía mirando esos preciosos ojos recordaría cosas que no quería recordar. Por ejemplo, cómo se oscurecían cuando llegaba al orgasmo.

—No, no tenemos nada que hablar. Cuando me dejaste lo dijiste todo. Y ahora, si no te importa, el partido está a punto de empezar.

Y después de eso se dio la vuelta dejándolo con la boca abierta.

Ni-Ki apretó los dientes, estaba furioso, mientras salía de la finca Siete Robles. Después del beso, sin duda los rumores sobre una posible reconciliación empezarían a circular de nuevo y eso ya era demasiado.

De modo que, fingiendo una gran jaqueca, subió a su Range Rover y tomó la carretera que lo llevaba hacia la casa.

Era una preciosa tarde de Julio, pero dudaba que SuNoo supiera que le había estropeado el día. Seguramente lo había hecho a propósito y eso demostraba lo egoísta que era.

SeonWoo no había querido entenderlo nunca. No había entendido lo que le contó sobre el matrimonio de sus padres: ambiciosos por triunfar a toda costa en su trabajo. Esa misma dedicación a su trabajo los había aislado el uno del otro hasta que por fin se divorciaron.

Ni-Ki quería una relación diferente pero al final había conseguido lo mismo.

Suspirando, admiró el precioso paisaje, lamentando tener que irse cuando había llegado el día anterior. Sus añoradas vacaciones de verano se habían ido por la ventana... se preguntó entonces qué clase de proyecto tendría SuNoo en Nueva York. Pero eso no era asunto suyo, se dijo.

Lo que SuNoo hiciera con su vida ya no le importaba.

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