O4.

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- A la mañana siguiente, HeeSeung se levantó temprano para preparar el desayuno.

Seria mentira decir que había dormido al menos un poco pues no pegó un ojo en toda la noche y sus leves ojeras y su mirada caída lo delataban. Las preocupaciones no lo abandonaron en ningún momento y la incertidumbre por saber cómo estaba Riki lo carcomia por dentro sin poder hacer nada al respecto.

Estuvo atento a su celular esperando a que lo llamaran del Servicio de protección infantil para ir verlo. Quería pensar que él estaba bien, que estaba bajo el cuidado de una persona responsable y nada malo podia pasarle pero eso no evitaba que estuviera preocupado. Necesitaba verlo para asegurarse de que se encontraba bien y que no lo llamaran no lo tranquilizaba, sino al contrario.

Estaba comiendo sus panqueques cuando escuchó las escaleras ser bajadas. Jake tenía aspecto de no haber dormido y su cabello estaba hecho un desastre.

— ¿Llamo alguien? —preguntó. Una efusiva negación fue la respuesta recibida.

—Sólo su abogado. Viene hacia acá, quiere hablar con nosotros.

JaeYoon suspira y pasa una mano por su nuca. No estaba de ánimos para charlar con un abogado.

—Prepare panqueques para el desayuno, los tuyos están servidos —dijo HeeSeung procediendo a lavar el plato que habia usado.

El castaño, ahora sentado en el sillón, niega.

—No quiero.

—Deberías comer algo.

Lo regañó como si sus palabras tuvieran algún efecto en el aún sabiendo que no era así.

El timbre sono y HeeSeung secó sus manos en su pantalón antes de ir a abrir la puerta. Frente a él había un alla de cabello azabache vestido de traje negro con un pequeño maletín en la mano. Lo dejó entrar e hizo ademán de que se sentara en la mesa de la cocina, para luego hacerlo él seguido de Jake.

—Buenos días. Mi nombre es Yang JungWon y como sabrán, soy el abogado de los señores Park y Kim —dice con las manos entrelazadas sobre la mesa.

—¿A qué vino? —suelta Jake.

—Obviamente es un momento dificil y deben tener muchas preguntas.

— Riki. Creo que ambos estamos pensando en él. ¿Qué pasará con él ahora? —preguntó HeeSeung casi sonando desesperado.

—Bueno, ya arreglé su transferencia. La familia adoptiva con la que estaba anoche la traerá a la SPI —explica el abogado Yang. —Sienten que se adaptará mejor en su propio ambiente así que hay que ir a recogerlo y traerlo aqui.

—¿Y quien se supone que lo va a hacer? — Jake estaba confundido.

—Perdón, ¿SungHoon y SeonWoo no les hablaron de su custodia?

—No —dijeron al unisono mientras se miraban mutuamente.

—Cuando preparábamos su testamento, hablamos de quién cuidaría a Riki en el caso poco probable de que ambos murieran y... dijeron que ustedes. Los dos.

HeeSeung y Jake levantaron las cejas en una exagerada expresión de sorpresa.

—Disculpe —dijeron una vez más al mismo tiempo.

—¿Puede explicar eso?

—¿Nos escogieron juntos?

—Sé que no planeaban empezar asi una familia.

—Está equivocado, no somos pareja —aclara el omega asqueado.

—No. Intentaron arreglarnos una cita y no llegamos ni a la cafeteria.

—Yo no lo llamaría una cita. Él llegó dos horas tarde —frunce los labios.

—¿Vas a seguir con eso? —Se queja HeeSeung, cansado de que el omega sacara el tema a la luz cada vez que podía

—Sé que esto es abrumador, ¿si? Pero hay opciones. Pueden negarse porque esto es importante. Es un cachorro. Se trata de un gran compromiso. —El abogado los mira con seriedad —Les daré unos minutos para que lo piensen.

Entonces ambos se levantaron de la mesa y fueron a tomar aire libre para pensar con mayor claridad. JaeYoon fue al patio delantero y HeeSeung al trasero.

Este último reposó las manos en sus caderas mientras se paseaba de un lado a otro. Sin duda alguna, cuidar de un bebé era un asunto serio y dudaba que fuera capaz de poder hacerlo. Después de todo, HeeSeung era un chef de un restaurante medianamente reconocido. Apenas tenía tiempo para él y menos tendría para un cachorro que requeria de atención y demás cuidados que no estaba seguro de poder darle.

Por su parte, Jake no podía pensar positivamente ante todo esto. Su mente apenas podía procesar el hecho de que su mejor amigo se había ido y mucho menos asimilaba el tener que quedarse con su hijo. No creia poder hacerlo. Vamos, estamos hablando de un omega de casi veintidós años con un empleo inestable y una economía aún peor al que, por si fuera poco, no le agradaban los niños ni nada relacionado con ellos.

Ninguno de los dos se consideraba apto para cuidar de Riki. Esa era quizás la única cosa que tenían en común.

Entraron a la casa y tomaron asiento frente al abogado que los esperaba pacientemente.

—Dijo que había opciones —dice Jake completamente convencido de que no podia cuidar del cachorro.

—Si. Está el padre de SungHoon.

—Listo. Déselo a él y ya. —Le resta importancia como si el bebé fuera un objeto y HeeSeung lo mira con reprobación.

—El problema es que vive en Estados Unidos, especificamente en Nueva York. Los demás son sólo primos y algunos tíos...

—Disculpe — HeeSeung lo interrumpió —¿Y si cada uno de nosotros, por nuestra cuenta honrara la voluntad de SungHoon y SeonWoo? Ya sabe, por separado.

—Los nombraron a ustedes. En tal caso, pido una audiencia en la Corte para darles la custodia temporal y es todo. Financieramente, el estado cubrirá la hipoteca, pero nada más que eso. Ellos no tenian mucho ahorrado, compraron esta casa con un crédito del banco y quedaron endeudados desde entonces. Pero no hay que adelantarnos, ¿de acuerdo? Concentrémonos en Riki.

—Sí, correcto.

—Sugiero que antes de tomar cualquier decisión, ambos se muden a esta casa, por Riki.

—A ver. espere. ¿Quiere que vivamos juntos aquí? —pregunta Jake apuntándolos a ambos.

—Así es. Todo es por el bien del cachorro.

HeeSeung pareció dudarlo, pero si sus amigos habían tomado esa decisión, era porque confiaban en él para que se hiciera cargo de su cachorro. Ese era su deseo y muy en el fondo sabía que no podia dejarlo de lado sólo porque su trabajo le consumía mucho tiempo. Finalmente aceptó y luego miró al omega esperando una respuesta.

—Recuerden que en caso de que no les guste vivir aquí juntos, pueden ir a la Corte y anular lo que deseen.

Jake medito durante unos minutos la decisión que tomaría, no quería cometer un error que después le pasaría factura.

Su rostro estaba sereno, pero cada detalle estaba siendo repasado en su mente. Por un lado estaba su inestabilidad económica y su completo desinterés en todo lo que tenía que ver con bebés, y por el otro estaba la voluntad de su mejor amigo de cuidar de su hijo en caso de que muriera. Eso era lo que lo ponia entre la espada y la pared.

Podía negarse, claro que podía. El abogado ya lo había dicho y estuvo a punto de negarse cuando recordó que estaba quebrado. No tenía dinero y tampoco un lugar en donde vivir si no conseguia un nuevo empleo. La solución perfecta era cuidar de Riki y el estado pagaria la casa, reduciendo sus gastos considerablemente.

Eso haría, aún cuando implicaba vivir con el alfa que tanto detestaba y un cachorro que nunca había sido de su agrado.

—Está bien, acepto —contestó y el abogado asiente.

Nunca lo supo, pero HeeSeung se sintió un poco más aliviado en cuanto escuchó esa respuesta de parte suya.

—¡Muy bien! Si ambos están de acuerdo, deben ir a la SPI lo más pronto que puedan y firmar los papeles para tener al bebé. —El abogado abre su malerín y saca un papel que le entrega a HeeSeung —Aqui está el horario de la reunión que tienen con la Corte para la custodia legal y completa de Riki y el de algunas reuniones importantes a las que tienen que asistir posteriormente.

—Está bien, gracias —dice HeeSeung.

— HeeSeung usted tiene una semana libre en el trabajo para adaptarse tanto al bebé como al lugar. Jake tiene dos. Dicho esto, me iré. Gracias por la hospitalidad.

En cuanto el abogado cruzó la puerta, ya no había marcha atrás. Eso lo supieron cuando poco después llamó la SPI y no les quedó de otra que ir a buscar a Riki y llevarlo a casa.

Luego de firmar varios papeles, Riki finalmente estaba con ellos.

Estaba donde debía estar.

HeeSeung, sin duda, era quien estaba seguro de ello. De los dos, él se llevaba mejor con el bebé pues visitaba a SungHoon cada vez que podía y lo vio crecer, a diferencia de Jake, cuyo interés en Riki siempre había sido nulo.

Ahora el cachorro descansaba plácidamente en la cuna de la sala, siendo observado por HeeSeung. Se había quedado dormido en los brazos de él en el camino en auto.

—Definitivamente no lo pensaron bien —dijo Jake desde su ahora favorito sillón.

HeeSeung se encogió de hombros y empezó a pasear por la sala.

—No lo sé... ¿SuNoo te dijo algo de esto? ¿O SungHoon? Porque a mí no me dijeron nada.

—No, y este no es el tipo de cosa que olvidas mencionar. "Jake, ¿te gustaria venir a mi casa este fin de semana? Y por cierto, si me muero, te dejaré a mi hijo".

—Ellos planeaban todo Somos parte del plan. —afirma el alfa.

—¿Quieres explicarme este plan? Porque lo que a mí me parece es que compartiremos la casa, ambos sin dormir por cuidar de Riki —dice aún sonando poco convencido. Necesitaba vivir en esa casa pero comenzaba a creer que lo que eso implicaba era demasiado para él.

—No hay necesidad de ser tan negativos.

— JungWon dijo que la hipoteca está cubierta. ¿Qué hay de los impuestos y todo lo demás? Vivir en un lugar como este es caro.

—Dividiremos los gastos. Eso haremos. Además, ya nos transfirieron sus ahorros y es bastante si tenemos en cuenta que JungWon dijo que no tenían mucho ahorrado.

— JungWon es un abogado, HeeSeung. Su sueldo es mayor que el tuyo y el mio duplicado, claro que le va a parecer poco.

—El punto es que podremos con esto. Soy chef, claro que puedo. — HeeSeung sonaba seguro de sus palabras.

—¿Si? Tener un cachorro no es como tener un restaurante.

—No dije que lo fuera.

—Los cachorros son un desastre. Se orinan en las cosas. Muerden. Básicamente son perros, sólo que un perro sabe que no debe lamer los contactos eléctricos.

HeeSeung iba a contestarle cuando el llanto de Riki lo interrumpió. Se acercó rápidamente a él mientras Jake observaba todo con las piernas y los brazos cruzados.

—Hola, hola dormilón. No... no llores. Está bien —intentó calmarlo en vano. Su llanto era intenso y pequeñas lágrimas recorrian su rostro.

—¿Por qué no lo cargas? —Se queja Jake cansado de escucharlo llorar.

—¿Por qué no lo cargas tú? —contraatacó HeeSeung.

El omega se levantó a la mala gana y fue a la cuna. Intentó tomarlo en brazos pero su llanto aumento.

—No deja de llorar. ¿Qué hago?

—Hombre, no lo agarres como si fuera una bomba. Mejor dámelo. —El alfa se lo arrebató y lo cargó como debia ser.

Sin embargo, Riki seguía llorando.

—Quizás tiene hambre. Lo alimentare. ¡Sí! Vamos a comer.

HeeSeung dejó a Riki en su silla para comer para luego ir a la cocina y tomar una bolsa de puré de papas instantáneo. Echó un poco en un pequeño plato y puso a hervir agua para prepararlo.

—Ni siquiera podemos hacer que pare de llorar —inquiere Jake acercándose a HeeSeung —¿Cómo vamos a lograr todo lo demás?

—Apenas es el primer día. Ya veremos.

—A mi me parece que no resultará bien.

HeeSeung se da la vuelta para mirar a JaeYoon con el ceño fruncido. No podía creer que fuera tan pesimista en una situación asi.

—¿Por qué intentas convencerme de no ayudarlo?

—No intento convencerte de no ayudarlo. Intento hacer lo mejor para él. ¿Y sabes qué? No somos nosotros.

—Ellos amaban a Riki más que a nada en el mundo entero. Y de entre todos, Jake, nos escogieron. A nadie más —dijo de forma sincera y el omega se quedó en silencio.

Cuando terminó de preparar la comida, fue con Riki. Se agachó frente a él y empezó a darle de comer.

—Mira esto, creo que te encantará. Vamos, pruébalo, Kinnie. Por favor, te he visto comer cosas como esta. ¡Si! Qué rico, bien hecho  — Riki no terminó de saborear la comida cuando la escupió en la cara de HeeSeung —Demonios.

—¿En serio crees que somos lo mejor para el? — JaeYoon, que veia todo desde la cocina, insiste.

El alfa lo mira derrotado y niega con la cabeza. Quizás, y sólo quizás, ellos no eran las personas indicadas para cuidar de Riki.

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