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La madre de JeongGuk había terminado de preparar la cena, con una sonrisa subió las escaleras hasta llegar a la habitación de su hijo. Iba a entrar sin pedir permiso, pero recordó que a JeongGuk no le gustaba que hiciera aquello, así que dio tres leves golpes a la puerta con sus nudillos.

- JeongGukie, hora de cenar.

No recibió respuesta alguna, y eso la extraño, así que volvió a dar tres golpes en la puerta.

- JeongGukie... hijo.

- No tengo hambre, gracias...

La mujer se extraño, su pequeño hijo, bueno no tan pequeño, nunca de comportaba de esa manera, siempre iba sonriente a cenar junto a ella, pero parecía que ahora era diferente y eso le preocupo, sin pedirle algún permiso para pasar a la habitación, abrió la puerta.

Allí estaba su querido hijo, recostado en su cama mirando hacía la pared, JeongGuk había escuchado que habían entrado a su habitación, más no quiso mirar hacía atrás, solo se quedo allí, sabía perfectamente que era su madre quien había ingresado.

- JeongGukie, tienes que comer, vamos hice un guiso excelente, te encantara.

- No quiero -su voz había salido desanimada.

Su madre se sentó en la orilla de la cama y empezó a darle caricias a la cabeza de su hijo, nunca lo había visto tan decaído, siempre mostraba una sonrisa en los labios y ahora que estuviera así, solo significaba que había pasado algo, su madre tenía la leve sospecha de que tenía algo que ver con aquel que era su mejor amigo, Jung HoSeok.

- ¿Sucedió algo cariño?

JeongGuk sentía las leves caricias y al escuchar la pregunta no pudo evitar soltar un suspiro.

- Puedes decírmelo, tal vez pueda ayudarte.

Puede que le ayudará, pero el problema era HoSeok, ¿qué carajos le diría? Lentamente se giro hasta ver a su madre quien le sonreía dulcemente mientras quitaba algunos mechones rebeldes de su cabello de su cara para que no hubiera sus ojos.

- Mamá -su madre lo miro-, creo que he perdido algo importante.

- ¿Algo o alguien?

El pelinegro desvió la mirada al escuchar aquello, a veces pensaba que su madre le podía leer la mente.

- Es HoSeok ¿no es así? -JeongGuk tardo en responderle, pero solo dio un gesto afirmativo-. ¿Qué fue lo que paso?

JeongGuk se incorporo sentándose apoyando su espalda en el respaldo de su cama.

- Lo he perdido para siempre.

- ¿Por qué dices eso?

JeongGuk nunca le había dicho sobre sus sentimientos hacía aquel pelirrojo, nunca los había expresado a nadie más, y está vez que lo iba a hacer, y más sobretodo se los iba a decir a su madre, tenía miedo de como reaccionaría ante eso.

- Yo -hizo una pausa-. He estado enamorado de él desde hace tiempo -su madre no se vio sorprendida-, y se lo dije...

- ¿Qué hizo él?

- Me correspondió -JeongGuk sonrió levemente-, pero... lo arruine.

Miro a su madre, se veía algo confundida por aquello, tomo aire y siguió hablando.

- Le dije que no estaba listo para gritarlo, le dije que no estoy listo para decirle a todo el mundo que salgo con quien de verdad estoy enamorado...

- JeongGukie...

- Y él, se enojo, me dijo que olvidará todo, que no quería saber nada de mí, que sería mejor que solo fuéramos simples desconocidos y -sintió sus ojos picar-, eso duele... no quiero separarme de él, lo quiero a mí lado y sé que él también lo quiere y me siento un estúpido por no poder aceptar lo que siento.

- JeongGukie -el pelinegro la miro-. Debes saber que no te debe importar lo que otras personas digan, siempre el mundo estará para criticarte, pero debes saber que mientras estés conforme contigo mismo... eso será suficiente para ser feliz, no es necesario que encajes..

JeongGuk bajo la mirada, su madre tenía razón, no necesitaba ser como los demás lo veían, lo único que necesitaba era a él mismo y a las personas que en verdad lo aprecian tal y como es, HoSeok tenía razón no debía importarle ni una mierda lo que los demás dijeran sobre él.

- No creo que HoSeok me quiera ver -dijo JeongGuk.

- Dices que él te correspondió ¿no es así? -el menor asintió-. ¿Entonces por qué no hiciste algo? Le hubieras dicho que querías estar con él, que quieres salir con él.

- Tenía miedo.

- Lo has dicho, lo tenías... pero quiero que tengas en estos momentos el valor suficiente para decirle que estás preparado, que no existe miedo en ti, que te importa una miserable mierda las demás personas, que a su lado serás la persona más feliz. Verás que él también te corresponderá como en un principio.

JeongGuk abrazo a su madre, y murmuraba varios gracias, por supuesto que lo haría, no dejaría pasar la gran oportunidad de estar al lado de la persona que siempre ha amado con todas sus fuerzas.


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