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Sus párpados se alzaron lentamente, Taehyung se sentía completamente desconcertado. Era como si hubiera emergido de un terrible sueño, y el lugar donde se encontraba solo hacía que la situación fuera aún más angustiosa. Una profunda sensación de soledad carcomía su pecho, y aún estaba tratando de procesar el hecho de que había sufrido un ataque, y que por primera vez, su hermano no estaba a su lado.

El malestar era abrumador. En ese instante, todo lo que anhelaba era dejar que las lágrimas brotaran con fuerza, y ciertamente lo habría hecho si no se hubiera encontrado con una mirada penetrante fija en él.

Observó al contrario por un momento; lucía agotado, lo que le llevó a preguntarse si había pasado toda la noche allí. La incredulidad se apoderó de él, y a pesar de tener muchas preguntas en mente, le resultaba imposible encontrar las palabras para expresarlas.

—Finalmente despiertas, me tenías preocupado.

Taehyung lo miró con curiosidad, escudriñando su rostro en busca de alguna señal que confirmara la veracidad de sus palabras. A pesar de sus esfuerzos, la seriedad en su expresión era suficiente para dejar claro que Jungkook hablaba completamente en serio.

—¿Estuviste aquí toda la noche? —preguntó en su lugar, ansioso por conocer más detalles.

—Sí, estuve aquí toda la noche —confirmó el mafioso, frotándose los ojos y acomodando su cabello hacia atrás.

Aquello realmente dejó a Taehyung sorprendido. Nunca se habría imaginado que Jungkook se quedaría toda la noche a su lado, esperando a que abriera los ojos, simplemente porque estaba preocupado por él. Todo seguía siendo demasiado confuso; era consciente de que él solo era un medio para que consiguiera lo que quería de su hermano. Todo este trato resultaba completamente innecesario.

Sin embargo, ahí estaba, preocupándose por él.

—¿Por qué estás haciendo todo esto? —cuestionó el menor con seriedad, observándolo con intensidad.

Jungkook desvió brevemente la mirada hacia el techo, como si estuviera reflexionando sobre el asunto. Luego, soltó un suspiro audible y volvió a encontrarse con la mirada de Taehyung.

—Ni si quiera yo lo sé —respondió con sinceridad, negando con la cabeza y encogiéndose de hombros—. Solamente, tengo esta necesidad de...

—¿Necesidad de qué? —replicó el otro con curiosidad.

—De cuidarte.

Ambos se observaron en silencio, sin ser capaces de decir algo más. Para Taehyung, Jungkook era un enigma total, difícil de descifrar. No quería formar juicios precipitados sobre algo que no entendía completamente, y aunque seguramente habría innumerables razones detrás de su comportamiento, en ese momento no era algo que quisiera atormentarse en descifrar. Así que optó por dejar el tema de lado.

Se sentía vació y su corazón dolía como si estuviera siendo aplastado con fuerza. Era cierto que vivir el ataque de ansiedad ya era difícil por sí solo, pero lo más complicado era lidiar con lo que venía después. Evitar caer en la depresión que inevitablemente llegaba era una batalla que no pudo ganar. Lo que menos deseaba era consumirse por completo en un lugar que no fueran los brazos de su hermano.

Taehyung estaba al borde de las lágrimas, ansiando que Jungkook se marchara y lo dejara a solas. No quería mostrarle más vulnerabilidad de lo que ya había hecho. Desvió la mirada hacia la ventana, tratando de ignorar por completo la presencia del otro, con la esperanza de que eso bastara para que se retirara. Lamentablemente, no fue así.

—Taehyung, ¿podemos hablar sobre lo que ocurrió?

Aunque se imaginaba que Jungkook no dejaría pasar la situación como si nada, realmente esperaba que lo hubiera hecho. Taehyung no quería encontrarse con su mirada, la preocupación en sus ojos era algo difícil de manejar. Su interior era un torbellino de emociones que no paraban de presionarle; enojo, tristeza, vergüenza. Todo lo que quería en ese momento era estar con su hermano, la presencia de Jungkook solo estaba empeorando las cosas para él.

—Déjame solo —pidió con seriedad, sin atreverse a mirarlo directamente.

Taehyung era una persona orgullosa, con numerosas barreras en su interior. Como parte de la mafia, estaba acostumbrado a ocultar sus emociones y mantener sus debilidades bajo control. No quería exponerse más frente a Jungkook, no permitiría que lo viera llorar.

—Taehyung, yo solo qu-...

—¡Que me dejes solo, maldita sea! —el menor gritó furioso.

Toda esta situación estaba afectándolo profundamente, porque de alguna manera se sentía mal por tratar a Jungkook de esa forma, sabiendo que solo estaba preocupado por él. Sin embargo, la necesidad de romperse en soledad estaba abrumándole en extremo. Sentía que si no se retiraba en ese momento, le sería imposible contenerse por más tiempo.

El silencio que llenó la habitación estaba acompañado de una tensión palpable. Internamente, Taehyung suplicaba que se fuera; sentía cómo sus ojos se humedecían y su respiración se aceleraba. Experimentó un alivio momentáneo cuando escuchó a Jungkook levantarse, pero ese alivio desapareció por completo cuando notó la cama hundiéndose a su lado, seguido de un par de brazos que lo rodearon.

En ese momento, todas las barreras de Taehyung se derrumbaron por completo. No podía entender cómo había sucedido, pero quería culpar al hecho de que ya no podía reprimir sus emociones por más tiempo.

Sus lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas sin que pudiera contenerlas, y todo lo que había luchado por mantener se fue a la mierda en un instante. La tristeza que lo abrumaba en ese momento era tan intensa como para destrozarlo por completo.

Se sentía como un imbécil por llorar de esa manera entre los brazos de ese hombre. Sin embargo, la forma en que el mafioso lo abrazaba con firmeza solo aumentaba su deseo de continuar haciéndolo.

—No te dejaré solo —murmuró Jungkook con determinación, apretándolo más contra su cuerpo.

Taehyung se aferró a él, sintiendo cómo sus defensas se desmoronaban ante sus ojos. En ese instante, el dolor en su corazón era tan abrumador que no podía preocuparse por eso. Ya tendría tiempo después para arrepentirse por todo lo que estaba permitiendo al quedarse en los brazos del otro.

Permanecieron así hasta que Taehyung sintió que sus lágrimas cesaban. Su respiración volvió a la normalidad y aunque parecía que se estaba calmando, el vacío en su interior seguía arrasando sin piedad.

—Quiero ir a casa —murmuró con tristeza—. Necesito estar con mi hermano, no podré soportar estar lejos de él por más tiempo.

—No es saludable vivir de esta manera, Taehyung. No puedes estar siempre a su lado.

—La forma en la que elija vivir no es tu maldito problema —replicó con molestia, soltándose del agarre para encararlo—. No entiendes, debo estar con él, necesito regresar.

Algo en las palabras del menor parecieron herir al contrario, Taehyung pudo notarlo por cómo su mirada se volvió completamente sombría. Sin embargo, en ese momento esa era la última de sus preocupaciones.

—Pues lamento decírtelo, Taehyung. Pero no te irás.

Jungkook se puso de pie, listo para marcharse. Justo cuando llegó a la puerta, se detuvo frente a ella por un momento. Taehyung pensó que quizás diría algo más, pero al instante siguiente lo vio marcharse sin decir una palabra.

En ese instante, la soledad de la habitación se reflejó en su interior, y sintió cómo poco a poco comenzaba a caer en un abismo sin fondo, sintiendo como la desesperación lo consumía cada vez más.

Jungkook era una persona agradable, eso Taehyung lo reconocía. Sin embargo, era consciente de que debían poner fin a todo esto. No podían continuar involucrándose el uno con el otro como si fuera lo más normal del mundo. Taehyung tenía que concentrarse en regresar con su hermano; eso debía ser su prioridad. No podía permitirse seguir distrayéndose de su objetivo.

Se dejó caer en la cama y llevó las piernas hacia su pecho, abrazándolas con fuerza. No tenía energía para nada más, solo quería quedarse así, pensando en regresar a casa con Namjoon. Se repetía a sí mismo que no podía permitirse actuar nuevamente de manera egoísta y volver a olvidarlo.

No sabía cuánto tiempo había transcurrido cuando escuchó que tocaron la puerta. Optó por no responder, esperando que quienquiera que estuviera al otro lado se diera por vencido y lo dejara solo. Pero eso no sucedió. Ya que escuchó la puerta abrirse y luego una voz familiar resonar en la habitación.

—Te traje el desayuno —Seokjin informó con suavidad.

—No lo quiero, llévatelo —respondió Kim seriamente, haciéndose más pequeño en la cama.

—Lo dejaré aquí —insistió el contrario, colocando el plato en la mesita de noche junto a la cama—. Intenta comerlo.

El tono de su voz era amable, Taehyung no deseaba ser grosero con él. Sin embargo, realmente no tenía apetito; sentía un vacío en su interior que le revolvía el estómago con molestia.

Después de dejar el desayuno, Seokjin se retiró, dejando a Taehyung solo con la tortura emocional que lo consumía sin piedad. A medida que pasaban las horas, el tormento en su mente se volvía más insoportable y abrumador. La soledad lo golpeaba sin piedad, haciéndolo sentir miserable.

No tenía noción del tiempo transcurrido, pero el color del cielo sugería que habían pasado varias horas. En ese momento, la puerta se abrió de nuevo tras un suave toque en ella, seguido pronto por un suspiro profundo a su lado.

—Taehyung, tienes que comer. No compliques más la situación —Seokjin sonaba preocupado. El menor no podía determinar si la preocupación era por él o por cómo Jungkook reaccionaría a toda esta situación.

Honestamente ambas le importaban una mierda, justo ahora donde su depresión había alcanzado el punto más alto, morir resultaba una idea bastante tentadora. Cualquier cosa era mejor que seguir lejos de su hermano.

Ante la falta de respuesta de su parte, Seokjin suspiró con frustración, tomó el plato intacto del desayuno cambiándolo por uno nuevo con el almuerzo. Sin pronunciar una palabra más, abandonó la habitación.

La noche cayó, sumiendo la habitación en la oscuridad, con solo la pálida luz de la luna filtrándose a través de la ventana. En ese momento, Taehyung se encontraba completamente consumido por la depresión, sintiéndose vacío y solitario, como si un abismo se hubiera apoderado de su ser.

De repente, la puerta se abrió sin previo aviso, sin necesidad de ser tocada. En un primer instante, pensó que se trataba de Seokjin regresando con la cena, pero la voz que escuchó no le pertenecía.

—Me informaron que no has comido nada en todo el día.

Jungkook sonaba angustiado, aunque Taehyung logró detectar una cierta molestia en su voz. Decidió quedarse en silencio; la verdad es que no tenía nada que decir al respecto.

—No me hagas obligarte a comer —dijo Jungkook con una seriedad que pesaba en el aire, dejando una amenaza clara y tangible.

A Taehyung le importaba una mierda lo que hiciera, así que simplemente continuó ignorándolo. Su indiferencia logró exasperar a Jungkook, quien finalmente perdió la paciencia por completo. Avanzó hacia la cama y dejó el plato de comida en la mesa de noche junto al anterior. Tomó un bocado y se lo llevó a la boca. Luego, se aproximó a Taehyung, sujetando su rostro con una mano y utilizando la otra para mantenerlo inmóvil, obligándolo a comer en el momento en que sus labios se encontraron.

A pesar de la comida, Taehyung sintió el roce de los labios de Jungkook contra los suyos. Eso solo logró hacerlo enojar, por lo cual mordió al mafioso con fuerza para que se apartara de él.

—¿¡Qué carajos crees que hac-...!? —su voz se detuvo en el momento en que Taehyung cruzó su mirada con la del azabache y se dio cuenta, que Jungkook estaba temblando.

—Taehyung, por favor. Solo, come —pidió en una suplica cargada de impotencia, logrando desconcertar por completo al menor.

Era evidente que algo en la vida de Jungkook debía haber desencadenado esa reacción. Taehyung no podía ni siquiera imaginar qué experiencia podría haber llevado a alguien tan frío e imperturbable como Jeon a actuar de esa manera.

Su mirada se posó en el labio inferior del mafioso y notó la sangre que brotaba debido a la mordida que le había infligido. Instintivamente, su mano se movió y su pulgar acarició suavemente su labio, limpiando la sangre.

Un silencio profundo los envolvió durante lo que pareció ser una eternidad. Finalmente, Taehyung dejó escapar un suspiro cargado de resignación.

—Bien, comeré.

El alivio que iluminó los ojos del mafioso fue palpable, incluso en la tenue luz de la habitación. Taehyung se había enfocado tanto en Jungkook que ni siquiera se había percatado de que la abrumadora sensación de soledad que lo había atormentado todo el día... había desaparecido.

No le quedó de otra más que tomar el plato que el mafioso le extendió y comenzar a comer. Debido al tiempo que llevaba sin consumir nada, era evidente que la comida no le caería nada bien.

—Come despacio, podría hacerte daño.

El castaño simplemente asintió en silencio, aún en proceso de asimilar todo lo que había sucedido. Una sensación de desconcierto lo invadió, sin poder evitar cuestionarse cuándo había perdido toda su determinación y se había dejado convencer por aquel hombre.

Jungkook se inclinó ligeramente, intentando obtener una mejor vista de Taehyung mientras este comía. La tenue luz de la luna acarició su rostro, dejándolo al descubierto por completo. Kim sintió que podía quedarse completamente hipnotizado observándolo, por lo cual prefirió redirigir su atención hacia el plato de comida para evitarlo.

Al menos eso intentó, porque la profunda mirada que podía sentir en él estaba inquietándolo.

—Deja de verme fijamente, Jeon —regañó Taehyung, mientras llevaba otro bocado a la boca para ocultar su nerviosismo.

—Solo quería asegurarme que estuvieras comiendo —declaró un poco nervioso, desviando inmediatamente su mirada.

—¿Si no qué? ¿Vas a obligarme nuevamente? —Taehyung dijo en tono sarcástico, soltando una risa mientras negaba con la cabeza.

—Yo también pagué las consecuencias de eso —reprochó el mafioso, llevando sus dedos hasta sus labios donde el menor le había mordido.

Quizás si se había pasado un poco de la raya al morderlo de esa manera, pero Jungkook se lo había buscando al haber hecho tal tontería.

—Ya, pero no deja de ser tu culpa. Pudiste simplemente usar otro método.

—No quería arriesgarme a lastimarte si usaba los palillos, y usar las manos tampoco era la idea más higiénica.

—Claro, porque usar la boca era mil veces mejor —respondió Taehyung con sarcasmo, poniendo los ojos en blanco.

Sus manos se deslizaron hacia su boca, evocando la sensación de los labios de Jungkook sobre los suyos, y sin poder evitarlo, acarició suavemente sus labios con los dedos. En cuanto se percató de lo que estaba haciendo, sintió cómo el rubor de la vergüenza coloreaba su rostro por permitirse pensar en ello.

Taehyung hizo un esfuerzo por mantener su atención en la comida, pues sabía que ya estaba cerca de terminar. A pesar de ello, la comida no le estaba sentando nada bien en absoluto; su estómago se revolvía y tenía la desagradable sensación de que podría vomitar en cualquier momento. Estiró el brazo para alcanzar el vaso de agua en la mesita de noche y tomó un sorbo, esperando que eso aliviara un poco su malestar.

—Taehyung —Jungkook llamó con seriedad, se le veía en el rostro la incertidumbre sobre si debía o no preguntar.

El menor tenía una noción de lo que le preocupaba, y era un asunto que prefería evitar en ese momento. Por lo tanto, decidió cortarlo antes de que se aventurara a profundizar.

—No quiero hablar de eso.

Quizás fue por el tono tajante que empleó, pero agradeció que, a pesar de la decepción que se reflejó en el rostro del mafioso, este simplemente dejara escapar un suspiro de resignación y optara por respetar su decisión, sin mencionar nada más al respecto.

—Terminé —anunció Taehyung, colocando el plato vacío en la mesita. Su mano subió instintivamente hacia su boca, tratando de controlar la incipiente sensación de náuseas.

—¿Estás bien? —preguntó Jungkook con una expresión preocupada, acercándose más de lo que a Taehyung le habría gustado.

Tenerlo tan cerca le permitió observar mejor su labio, notando que estaba notablemente hinchado. Sin pensar en sus acciones, sus dedos se deslizaron hacia ellos, acariciándolos con suavidad. Eran rosados y hermosos, tenía que admitirlo, pero lo que más llamó su atención fue aquel pequeño lunar que se encontraba justo debajo de ellos.

Estaba tan absorto en ese detalle que no pudo salir de su ensimismamiento hasta que sintió la mano de Jungkook sobre la suya, que seguía posada en sus labios.

Se miraron durante un momento, sin necesidad de palabras, simplemente disfrutando del brillo en los ojos del otro y del silencio en la habitación, hasta que la tensión se hizo demasiado palpable.

—Auch —el mafioso se quejó con una sonrisa burlona.

Taehyung retiró su mano y dejó escapar una risa suave. —Para ser un mafioso, te quejas demasiado por una simple mordida —bromeó, sacudiendo la cabeza con diversión.

—Eres un doncel temible. Tendré que recordar no meterme contigo en el futuro.

El silencio volvió a llenar la habitación con la sola mención de un futuro que se extendía incierto para ambos. Tal parecía que en ciertas ocasiones, olvidaban la situación en la que estaban, y la posición que ambos tenían. Por eso, esas palabras se mantendrían como bromas sin mayor significado.

Una realidad bastante cruel, pero real.

Ambos desviaron la mirada hacia la ventana, como si con ello fueran capaces de escapar de la creciente intensidad de la situación.

La noche se erguía ante ellos con una espléndida belleza, mientras la luna envolvía las montañas con un resplandeciente manto de luz. El silencio se quebrantaba únicamente por el susurro del viento acariciando las ramas. La luna, con majestuosidad, bañaba la habitación con sus radiantes rayos, creando un escenario de pura hermosura.

—Tsuki ga kirei desu ne? —Jungkook musitó de repente, y de no ser por el silencio que envolvía a ambos podría haber pasado desapercibido por Taehyung.

El castaño se volvió hacia él, confundido al no comprender el significado. Sin embargo, su sorpresa se amplió cuando se encontró con la mirada intensa de Jungkook posada en él.

—¿Qué significa eso? —preguntó, sintiendo un dejo de inquietud por la intensidad con la que el mafioso lo observaba. Le estaba poniendo nervioso, y a pesar de sus esfuerzos por ocultarlo, probablemente no estaban siendo del todo efectivos.

Jungkook esbozó una sonrisa tenue. —Es una frase en japonés que significa "La luna está preciosa esta noche, ¿no es así?".

—Oh, no lo sabía. ¿Puedes hablar japonés?

—Solo un par de cosas.

Taehyung asintió y le dedicó una pequeña sonrisa. —Ahora sé algo nuevo. Tsuki ga kirei desu ne?

La reacción de Jungkook fue inesperada para Taehyung. Lucía genuinamente sorprendido, sus ojos se abrieron de par en par y luego desvió la mirada repentinamente.

El menor inclinó la cabeza, confundido, sin comprender la razón detrás de la reacción del otro. —¿Lo pronuncié mal? —cuestionó con el ceño fruncido.

El mafioso le regaló una amplia sonrisa antes de negar con la cabeza y volver a mirarlo. Taehyung intentó convencerse de que no había razón para preocuparse al sentirse tan hipnotizado por esa sonrisa, argumentando que cualquiera se habría sentido cautivado, y él no era una excepción.

—Lo pronunciaste perfectamente.

Había algo en Jungkook que alimentaba la creciente curiosidad de Taehyung. Sabía que no debía permitir que ese interés creciera más, pero las actitudes del mafioso que tenía con él y, sobre todo, esa maldita sonrisa, lograban derribar sus barreras y conseguir que todo se fuera a la mierda.

Porque efectivamente, todo se había ido a la mierda.

Holaaaaa♥ este capítulo me gusta mucho c':. Hace siglos atrás la personalidad de los japoneses era más reservada de lo que es actualmente, tiempo atrás ellos no dirían algo directamente ya sea por pena o falta de costumbre, sino que buscarían la manera de dar una indirecta esperando que la otra persona pudiese entender.

"Tsuki ga kirei desu ne?" que se traduce como "La luna está preciosa esta noche, ¿no es así?" con el tiempo se volvió una frase utilizada para decir "Te quiero" 💜.

Asdfghjklñ por eso la reacción de Jungkook c: es que algo está pasando ahí uffff amooo♥ espero que les haya gustado el capítulo, procuraré volver pronto n.n

Manténganse sanos~

𝐊𝐢𝐦𝐍𝐢𝐤𝐚𝐫𝐢.

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