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Habían transcurrido unos cuantos meses desde que Jimin fue secuestrado por Jeon y había permanecido con él. A pesar de que inicialmente su presencia allí era en contra de su voluntad, tras descubrir toda la verdad, optó por quedarse por elección propia con el fin de ayudar al psicópata novio de Taehyung.

Su mejor amigo, siempre sería la única persona que realmente le importaba en el mundo.

Jimin no sentía un fuerte vínculo con la vida debido a las numerosas complicaciones que tuvo que enfrentar desde su infancia. La constante lucha contra la depresión lo llevaba a ocultar su dolor detrás de su aparente personalidad extrovertida. Para quienes lo conocían superficialmente, parecía ser solamente un idiota despreocupado, entregado a encuentros casuales y fiestas, en las cuales terminaba en completo estado de ebriedad.

Debido a su jodida reputación, le resultaba difícil establecer amistades cercanas en las que pudiera confiar plenamente.

En realidad, cuando Jimin conoció a Kim Taehyung, nunca se imaginó que su vida experimentaría un giro tan significativo. Aunque inicialmente se acercó por simple curiosidad y quizás también con un poco de esperanza de realmente terminar muerto como los rumores decían, terminó descubriendo en él muchas de las cosas que siempre había anhelado.

Un refugio, un hogar y una familia.

La presencia de Taehyung se convirtió en un elemento indispensable en su vida; hallarlo fue como vivir un constante descubrimiento de primeras veces.

Fue la primera vez que se encontró con unos ojos que no lo juzgaron al mirarlo, la primera ocasión en la que confió sus problemas a otra persona y la primera vez que se mostró tan vulnerable al revelar su pasado. Había llevado solo ese peso durante años, pero ahora, por primera vez, tenía a alguien con quien compartirlo.

El día que Jimin decidió abrirle su corazón a su mejor amigo, no fue uno que hubiera planeado. Además, no era un recuerdo agradable en absoluto. Sin embargo, era un momento imborrable para él. Ese día, Jimin sufrió las consecuencias de haber follado con una chica que tenía novio, lo que desencadenó en una paliza por parte del chico que los descubrió.

Vaya inicio.

Yacía en el suelo de esa habitación de motel, su rostro ensangrentado evidenciaba la brutalidad de los golpes que había soportado. Su respiración era lenta, cada inhalación un desafío, y el simple acto de moverse se volvía una tarea difícil en medio del dolor que le embargaba. Las lágrimas empezaron a emerger de sus ojos, descendiendo con fuerza, mientras una risa amarga escapaba de sus labios. Se sentía harto, hastiado de vivir de esta manera, buscando refugio y amor en otros de la manera más jodida posible.

Estaba cansado de la vida, solamente deseaba darle fin.

Con mucha dificultad, se acercó hasta la mesa junto a la cama para alcanzar su celular. Fue en ese instante cuando se percató de la dolorosa realidad: no tenía a nadie a quien pudiera llamar para despedirse. En ese momento, la imagen de Taehyung cruzó su mente, aunque la incertidumbre persistía en él sobre si el castaño realmente lo consideraba un amigo. Ya que, cada vez que surgía la oportunidad, Taehyung parecía empeñarse en mantenerlo alejado de él, manifestando una actitud excesivamente fría y seria hacia Jimin.

Sin embargo, en medio de su desesperación, decidió marcar su número. Apenas un par de tonos resonaron antes de que respondiera.

—¿Qué quieres? —La voz seria y característica de Taehyung no tardó en llegar al otro lado de la línea, una tonalidad a la que Jimin ya se había acostumbrado.

—Tae, sé que probablemente en todo este tiempo que hemos compartido, solo me has visto como una molestia. Soy consciente de que te he seguido sin descanso, a pesar de tus esfuerzos por mantenerme alejado de ti. Creo que siempre he sido un estorbo para los demás, pero nunca tuve el valor de aceptarlo hasta ahora —confesó con pesar, una sonrisa teñida de tristeza apareciendo en sus labios.

»Esta será la última vez que te cause molestias. Solo quería tener la oportunidad de despedirme de alguien antes de poner fin a todo. Así que, Tae... aunque solo sea como el chico extraño y fastidioso que siempre te molestó, aunque sea de esa manera, por favor, recuérdame —concluyó, sus lágrimas cayendo con intensidad mientras sentía que su rostro dolía con cada sollozo que escapaba.

—¿De qué estás hablando? ¿Dónde estás?

—Adiós, Taehyung.

—¡Jimin, esper-...!

Sin permitirle decir una palabra más, Jimin cortó la llamada y se sumió en un llanto desgarrador. El dolor en su cuerpo pasó a un segundo plano ante la tormenta de emociones que lo invadía, incapaz de contenerse. Durante tanto tiempo había intentado huir de un pasado cruel que lo atormentaba. Se arrepentía profundamente de haber llevado su vida de la manera más despreciable posible, pero ya no tenía fuerzas para continuar. Quería poner fin a todo.

Con gran dificultad, logró vestirse de nuevo, tomó su mochila y extrajo el cúter que siempre llevaba consigo. En ocasiones, cuando la vida se volvía abrumadora, recurría a hacerse pequeños cortes en los brazos para aliviar la tristeza que lo consumía por dentro.

Con el rostro empapado en lágrimas y el corazón destrozado, finalmente decidió poner fin a su dolor. Sin embargo, antes de siquiera intentar presionar la punta del cúter con más fuerza, un disparo resonó y estalló el cerrojo de la puerta. El estruendo lo sobresaltó, sin comprender qué mierda estaba sucediendo, hasta que lo vio entrar.

Taehyung estaba allí, por él.

—¡No lo hagas, Jimin! —suplicó desesperado, envolviendo al rubio entre sus brazos—. No estás solo; lo siento tanto. Perdóname por haber sido una mierda contigo todo este tiempo. Es solo que siempre he estado acostumbrado a estar solo —explicó con nerviosismo en su voz—. Eres importante para mí, y es por eso que intento alejarte todo el tiempo, para protegerte de mi mundo. Porque no quiero perder a más personas importantes —declaró con pesar, mientras sus lágrimas empezaban a mojar sus mejillas.

Jimin se quedó sorprendido, incapaz de asimilar las palabras que el castaño le dirigía. ¿Realmente ocupaba un lugar significativo en la vida de Taehyung? Sin poder contenerse, las lágrimas brotaron de sus ojos de manera desconsolada, mientras se aferraba con fuerza al cuerpo del chico que lo abrazaba con firmeza.

Permanecieron en esa posición durante un buen rato, hasta que Jimin logró recobrar la calma. Se separaron ligeramente para encontrarse con las miradas, y en ese preciso instante, Taehyung le regaló una hermosa sonrisa que logró inundar todo el corazón de Jimin con una sensación de paz. A lo largo de todo el tiempo que Park había compartido con él, nunca antes lo había visto sonreír.

Joder, tenía la sonrisa más hermosa que alguna vez había visto en su vida. ¡Parecía una cajita!

—¿Cómo descubriste dónde estaba? —preguntó con curiosidad, mientras limpiaba con cuidado su rostro.

—Oh, eso... —Taehyung desvió la mirada con nerviosismo—. Tuve que rastrear tu número, ya que no me dijiste nada más. Lo siento, estaba preocupado y no vi otra opción.

Jimin negó de inmediato con una sonrisa, incapaz de concebir que llegaría el día en que Taehyung, quien siempre irradiaba una imponente seguridad, se mostraría de forma tan tímida. A pesar de ser un doncel, Taehyung solía proyectar una aura intimidante que, en ese momento, se había desvanecido por completo, revelando a un chico adorable y tierno frente a sus ojos.

Entendió que las circunstancias de su vida le habían forzado a adoptar esa actitud. El tiempo en soledad nunca le permitió revelar su verdadero yo. Y fue al notar el sonrojo en las mejillas de Taehyung que Jimin tomó una decisión.

Realmente deseaba permanecer a su lado siempre.

—Está bien, no pasa nada —negó con una tierna sonrisa, intentando calmar su preocupación—. Gracias por venir por mi —expresó con gratitud, esforzándose para que su sonrisa no delatara el dolor que le causaba el rostro.

—Vamos, necesitas que un médico te revise. Estás hecho mierda —declaró con una sonrisa burlona.

Taehyung se levantó del suelo y se dirigió hacia la puerta, donde un hombre aguardaba. Fue solo en ese instante que Jimin se dio cuenta de que no estaba solo; si no que varios hombres lo acompañaban, todos ellos emanando una presencia intimidante.

—Llévenlo a la camioneta, tengan cuidado porque está muy lastimado —pidió con firmeza, recibiendo un asentimiento de los hombres, quienes de inmediato siguieron sus instrucciones. Jimin se quedó fascinado al observar lo imponente que se veía su amigo al dar órdenes, así como con el respeto con el que le obedecían.

Llevaron al rubio con precaución hasta la camioneta, tal como Kim ordenó. Taehyung asumió la responsabilidad por los daños causados, además de dar una compensación adicional para asegurar el silencio de los dueños del motel. Aunque luego de la amenaza que les hizo, estaba convencido de que no abrirían la boca sobre el asunto.

El castaño se acercó hasta la camioneta donde Jimin esperaba por él, pero antes de subirse, le dirigió una mirada cargada de seriedad.

—¿Quién te hizo esto? —preguntó Taehyung con molestia, haciendo que el rubio se encogiera ligeramente, visiblemente inquieto por la mirada penetrante con la que su amigo le observaba.

Tragó con fuerza antes de finalmente responder. —Fue el novio de la chica con la que estaba. Se llama Choi Hyungwoo.

Taehyung asintió, volteando hacia los hombres que aguardaban detrás de él. —Ya saben qué hacer —sentenció con seriedad, obteniendo únicamente gestos de asentimiento antes de que se dirigieran hacia una camioneta que se encontraba justo detrás de la suya y marcharse.

Kim finalmente se subió al vehículo y, con una orden suya, se pusieron en marcha hacia el hospital que era administrado por su Clan.

—T-Tae, no irás a matarlo, ¿verdad? —preguntó Jimin con evidente nerviosismo, aún incapaz de comprender lo que acababa de suceder.

El castaño se volteó hacia él y, al ver su expresión, soltó una fuerte carcajada.

—Tranquilo, Jimin —declaró entre risas, que luego cesaron cuando su rostro se tornó serio—. Solo voy a enseñarle que se metió con la persona equivocada. Si cree que puede venir y hacer lo que se le dé la puta gana contigo, está jodidamente equivocado —dijo con molestia, una sonrisa maliciosa asomándose en su rostro—. Simplemente lo dejaré en peores condiciones de lo que te dejó a ti. Será entretenido de ver.

—Recuérdame nunca hacerte enojar —dijo repentinamente Jimin, soltando una risa que contagió a Taehyung.

Tras lo sucedido ese día, Park terminó compartiendo su pasado con Taehyung, quien a su vez abrió su corazón y relató las dificultades que había enfrentado en su vida. Aquella conversación marcó un punto de partida para ambos, donde descubrieron en el otro lo que siempre habían anhelado: una amistad genuina, alguien en quien confiar plenamente y, sobre todo, alguien que los aceptara tal y como eran.

A partir de ese momento, su vínculo se fortaleció hasta convertirse en algo inquebrantable. Con el paso del tiempo, en lugar de debilitarse, se consolidaba cada vez más. Nada ni nadie podría romper esa conexión.

Como era habitual en los últimos meses de la vida cotidiana de Jimin, se encontraba molestando a cierto castaño. Hacerlo se había convertido en uno de sus pasatiempos favoritos; ya que disfrutaba enormemente viendo cómo Hoseok reaccionaba molesto ante sus bromas. Además, tampoco es que tuviera mucho que hacer en lo que buscaban a su mejor amigo, más que perder el tiempo.

—Ya déjame en paz, idiota. Tengo mucho trabajo que hacer —se quejó el hacker, claramente molesto.

—No seas amargado como tu jefe, ven a jugar conmigo. Estoy tan aburrido —declaró con diversión, formando un pequeño puchero con los labios.

—Te estás buscando que te amarre y te encierre en el sótano sin dejarte salir —advirtió con amenaza, visiblemente enojado.

—Vaya, no sabía que tenías esos gustos, pero por mí está bien. Sé adaptarme bastante bien —respondió con un guiño y una risa juguetona, sin tomarse en serio la amenaza.

Hoseok rodó los ojos y sacudió la cabeza antes de volver su atención a la pantalla de su ordenador. Jimin estuvo a punto de seguir con sus bromas, pero en ese preciso instante fue interrumpido por una llamada entrante en su celular.

Al observar la pantalla, frunció levemente el ceño al percatarse de que era un número desconocido. Tras dudar por un momento, decidió contestar.

—¿Quién habla? —preguntó con seriedad.

—Soy Namjoon, el hermano mayor de Taehyung, necesito pedirte un favor —respondió el otro con calma, mientras el rubio abría desmesuradamente los ojos y la boca, sorprendido.

—¿El hermano de Taehyung? —replicó, incapaz de creerlo, atrayendo la atención de todos en la habitación hacia él—. Claro, ¿qué necesitas? —preguntó con nerviosismo.

—Necesito que vengas a hacerle compañía a mi hermano.

Jimin se sintió completamente desconcertado al escuchar eso, pero sin dudarlo, aceptó de inmediato con muchísima emoción.

—¡Sí, claro! —asintió muchas veces, a pesar de que el contrario era incapaz de verlo.

—De acuerdo, es necesario que salgas de inmediato. Te enviaré los detalles por mensaje para que mañana mismo tomes un avión hacia acá.

—Está bien.

La llamada terminó sin más palabras. La emoción iluminaba el rostro del rubio, tan evidentemente que incluso podría percibirse a miles de kilómetros de distancia. La idea de volver a ver a su mejor amigo era simplemente increíble. Estaba tan feliz que ni siquiera se dio cuenta de toda la atención centrada en él.

—¿Era Kim? —Jungkook cuestionó con seriedad, logrando así que el rubio saliera de sus pensamientos.

—Si, creo que con esto las cosas se nos van a facilitar —sonrió con astucia.

—¿Qué es lo que quería? —indagó con interés al notar la expresión del rubio.

—Me pidió que fuera a hacerle compañía a Taehyung, mañana saldré hacia Los Ángeles —anunció, con una emoción genuina acompañada de pequeños aplausos.

Al escuchar esto, los ojos del mafioso brillaron y una sonrisa victoriosa se formó en sus labios. Las cosas estaban resultando muchísimo mejor de lo que las había planeado.

—Muy bien, todo va de acorde al plan. Aunque, sinceramente, no esperaba que pidiera específicamente por ti —comentó con diversión, volteándose para encarar a su amigo—. Hope, informa la situación a Seokjin, dile que no deje de ejercer presión.

El hacker simplemente asintió, acatando la orden del contrario.

Jimin observó a Jungkook con curiosidad, aguardando hasta que la mirada del mafioso se posó nuevamente en él.

—Te explicaré el plan, si haces bien tu parte entonces pronto podremos traer de regreso a Taehyung. Serás la pieza clave de esto, Park —declaró con confianza, esbozando una amplia sonrisa mientras Jimin asentía.

—¿Qué tengo que hacer?

La situación estaba finalmente mejorando para Jungkook; ahora, solo era cuestión de tiempo para reunirse con su familia. Kim no tenía ni puta idea de la gran ventaja que acababa de otorgarles, ni de los problemas que su llamada a Park Jimin iban a ocasionarle.

Yoongi y Taehyung salieron al jardín para dar un paseo, caminaban tomados de la mano mientras un silencio denso los envolvía. La expresión en el rostro del mafioso evidenciaba que algo lo abrumaba, pero Taehyung estaba tan inmerso en sus propias emociones como para intentar ser de ayuda.

Después de sus episodios de ansiedad, era común para él sumergirse en una profunda depresión; el vacío en su pecho se volvía aún más abrumador y asfixiante. El simple hecho de que ni siquiera su hermano ni Yoongi pudieran aliviar esa sensación le provocaba un deseo inmenso de llorar con desesperación.

En ese momento, todo lo que ansiaba era estar con Jungkook, sumergirse entre sus brazos y aferrarse a él con todas sus fuerzas. Taehyung sentía una falta abrumadora; extrañaba sus besos, su aroma, sus caricias, el sonido de su voz y esa hermosa sonrisa de conejo.

Extrañaba absolutamente todo de él.

Se sentía emocionalmente destrozado, consciente de que recuperarse de ese ataque le costaría una enormidad, considerando todo el tiempo que había contenido sus emociones. Tan inmerso estaba en sus pensamientos que solo logró salir de ellos cuando sintió un tirón en el brazo, deteniéndose abruptamente cuando Yoongi dejó de caminar. Al girarse hacia él, frunció el ceño en confusión, encontrándose con una mirada cargada de profunda aflicción.

—Taehyungie, por favor, hablemos —pidió con firmeza, recibiendo solo silencio por parte del otro. El castaño alzó ambas cejas, instándolo a continuar, incapaz incluso de encontrar su propia voz. Notó cómo la mirada de Yoongi se cristalizaba antes de retomar la palabra. —Lo lamento. Debería haber estado ahí para ti, realmente lo siento —declaró con pesar, atrayendo al menor hacia sí para abrazarlo.

Taehyung soltó un profundo suspiro, cargado de pesar. Lo último que deseaba era que Yoongi se culpara por algo que inevitablemente sucedería en cualquier momento. Aunque su presencia le había permitido momentáneamente olvidar todo por un instante, no significaba que el dolor desapareciera. Más bien, permanecía contenido hasta que volvía a hacer presencia con una mayor intensidad.

—No es tu culpa —dijo finalmente, correspondiendo el abrazo—. Pensé que podría seguir con mi vida como si nada hubiera pasado, pero no puedo hacerlo. Extraño la escuela, extraño a mi mejor amigo y extraño a mi novio —murmuró con tristeza, mientras pequeñas lágrimas se desbordaban de sus ojos. 

A pesar de la tensión palpable, Yoongi mantuvo el silencio. Sujetó al menor por un breve momento más antes de liberarlo y encontrarse directamente con su mirada. En el preciso instante en que sus ojos se cruzaron, una leve sonrisa, mezclada con tristeza, se dibujó en sus labios, comprimiendo el corazón de Taehyung.

—Dime, Taehyungie... ¿en este tiempo juntos, he llegado a significar para ti algo más? —preguntó con un evidente pesar, haciendo un esfuerzo considerable por contener sus lágrimas.

—No voy a mentirte, Yoonie. Estos días a tu lado me han traído inmensa felicidad. Incluso llegué a pensar que tal vez, con el tiempo, podría aprender a amarte de la misma manera que tú lo haces, pero... —hizo una pausa, moviendo la cabeza en negación—. No es tan sencillo como crees. Cuando estoy contigo, siento que todo estará bien, que puedo encontrar fuerzas para seguir adelante. Sin embargo, cuando vuelvo a quedarme solo... la tristeza en mi interior me trae de regreso a la realidad y es donde comprendo que todo sigue siendo igual de doloroso.

Yoongi se quedó un momento en silencio, antes de suspirar con fuerza. —Quisiera poder tener la capacidad de ayudarte a sentirte mejor. Sé que luego de tus ataques te sientes muy mal, y daría lo que fuera por hacer que desaparezca todo el dolor. A veces, envidio un poco la habilidad de tu hermano para ayudarte en eso —confesó con tristeza, desviando la mirada hacia sus propias manos.

Sin embargo, Yoongi no tenía ni idea de que en ese preciso momento, la única persona capaz de devolverle algo de calma se trataba solamente de Jeon Jungkook.

No pronunció nada más, pues ya no quería seguir lastimando al mafioso con sus palabras. Taehyung comprendía que no merecía esa frialdad de su parte, pero en ese instante se sentía tan emocionalmente destrozado que le resultaba imposible actuar de otra manera.

—Ya pasará —concluyó el menor con indiferencia, girándose y prosiguiendo su camino. Yoongi lo observó por un instante, soltando un suspiro profundo antes de apresurarse y volver junto a él, tomando su mano.

—¿Entendiste el plan? —preguntó Jungkook con seriedad.

—Sí, sí, no soy idiota. Lo entendí las primera dos veces —respondió con molestia, frunciendo el ceño y cruzando los brazos.

—Sobre lo de ser idiota, yo si tengo mis dudas —interrumpió Hoseok con burla, haciendo que Jimin se girara hacia él para sacarle la lengua.

—Sé que vas a extrañarme, imbécil —afirmó con una sonrisa coqueta mientras se acercaba hacia él.

—Sigue soñando, Park. No te imaginas cuanto me alegra deshacerme de ti —declaró el hacker, volviendo a concentrarse en su computadora y comenzando a teclear.

—Te llamaré todos los días, así que no tienes de qué preocuparte, cariño —respondió con diversión, soltándose a reír.

En ese momento, una persona entró a la habitación y se colocó frente a Jungkook. —Ya está todo listo —informó, recibiendo un gesto de asentimiento del mafioso.

—Ya es hora, Park —indicó Jeon con seriedad al rubio, quien soltó un fuerte suspiro antes de volver su atención al hacker, que ya lo observaba entre sus pestañas. Jimin sonrió ligeramente y le lanzó un beso, logrando arrancar una sonrisa a Hoseok, quien negó con la cabeza, rindiéndose ante las burlas del menor.

—Nos veremos pronto —se despidió con entusiasmo al salir de la habitación, siguiendo a uno de los hombres de Jeon que lo conduciría hacia la camioneta que lo transportaría.

Jungkook sentía que se acercaba cada vez más a su familia. Solo necesitaba un poco más de tiempo para hacer realidad ese anhelado reencuentro, y la partida de Park Jimin marcaba el inicio de ese proceso.

Después de varias horas de trayecto, el rubio finalmente llegó a su departamento, en dónde terminaría de empacar algunas cosas que necesitaría. Además de que, según las instrucciones de Namjoon, una camioneta estaba programada para recogerlo allí por la mañana y llevarlo al aeropuerto.

Hacia un tiempo que no estaba en su departamento; todo seguía exactamente como lo había dejado. Después de varios meses residiendo en la mansión del mafioso, regresar a la soledad de su hogar le provocó una sensación extraña. De alguna manera, se había acostumbrado al trato amable y a la buena comida que le daban.

Absolutamente solo en ese departamento, no pudo evitar experimentar cierta melancolía. Sin embargo, se recordó constantemente que solo era cuestión de esperar un poco más y que en unas cuantas horas, sería capaz de estar nuevamente con su mejor amigo. 

Empacó todo lo necesario y, al concluir, se tomó una ducha antes de recostarse en su cama. Envolviéndose en el frío de la soledad de la habitación, decidió forzarse a dormir, con la esperanza de que la mañana llegara más pronto.

Al día siguiente, Taehyung experimentó un fuerte sentimiento de culpabilidad por su actitud del día anterior. Ya que, a pesar de la frialdad y la actitud de mierda con la que trató a Yoongi, este permaneció a su lado todo el tiempo, esforzándose por animarlo.

¿Debía disculparse? Si, definitivamente tenía que hacerlo.

Se levantó de la cama, se alistó lo más rápido que pudo, listo para salir en su búsqueda. Sin embargo, al abrir la puerta de su habitación, se encontró de frente con él, lo que le provocó un sobresalto por la inesperada coincidencia.

—Lo siento —murmuró de inmediato cuando sus miradas se cruzaron.

—No te preocupes, Taehyungie, no sabías que estaba aquí —respondió con serenidad, acompañando sus palabras con una hermosa sonrisa.

Taehyung negó de inmediato de forma efusiva. —No, me refiero a lo de ayer. Lo siento —declaró con tristeza, desviando la mirada hacia el suelo.

Yoongi le sonrió con ternura antes de tomar su mano y atraerlo hacia él, levantando su mentón para que lo mirara a los ojos.

—No te preocupes, bonito. Aun así, no pienso rendirme contigo —declaró con firmeza, acercándose al menor para dejar un beso en su nariz, logrando pintar sus mejillas.

—Realmente eres un masoquista de lo peor —comentó con diversión, negando con una sonrisa.

—Posiblemente lo sea, o tal vez simplemente te amo demasiado —afirmó con convicción, mostrando una enorme sonrisa que dejaba al descubierto sus rosadas encías.

Aquella sonrisa que llenaba el corazón de Taehyung de paz.

Esa mañana, con su estabilidad emocional más estable, el menor se esforzó considerablemente por mejorar su estado de ánimo. Planeaba aprovechar al máximo la compañía de Yoongi hasta que llegara la persona que se encargaría de estar a su lado.

Además, era plenamente consciente de la necesidad de pensar en su hija, ya que esos ataques no eran saludables para ella. Reconoció la importancia de ser una persona más consciente y responsable; sentía la urgencia de comenzar a madurar y comportarse como un auténtico padre.

El día transcurrió de manera tranquila, con Yoongi permaneciendo todo el tiempo al lado de Taehyung. Aprovecharon para conversar durante horas, permitiéndose disfrutar de la tranquilidad. Aunque el vacío en su corazón aún persistía, Taehyung se esforzaba por centrarse en el presente y dejar de añorar el pasado.

Después de cenar, se dirigieron a la sala para seguir charlando. Las horas pasaron, y Taehyung no dejaba de intentar convencer a Yoongi para que le diera una rebanada de pastel, aunque el mafioso le repetía que ya era algo tarde para eso.

¡Nunca era tarde para los antojos! Especialmente cuando se trata de pastel, Taehyung tenía una certeza al respecto.

Formó un puchero con los labios y, justo antes de intentar convencer nuevamente a Yoongi, escuchó un fuerte grito que resonó por toda la mansión.

—¡TaeTae, sal a jugar!

Sus ojos se ampliaron con sorpresa al identificar a quién le pertenecía esa voz. Inmediatamente, giró la cabeza hacia Yoongi, quien ya le observaba con una amplia sonrisa y asentía en confirmación a sus pensamientos.

¿Acaso estaba soñando?

Taehyung se incorporó del sillón y se apresuró hacia la entrada de la casa. Yoongi lo seguía de cerca, insistiéndole que tuviera cuidado para evitar una posible caída, pero el entusiasmo del menor lo hacía ignorar las advertencias, ansioso por alcanzar su destino.

Al llegar a la entrada, se detuvo abruptamente, su respiración agitada mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

—¡Mimi! —exclamó con emoción, corriendo hacia él como si estuvieran protagonizando uno de esos emotivos encuentros de películas.

En el preciso momento en que estuvieron en los brazos del otro, las lágrimas de ambos comenzaron a fluir con intensidad. Quizás estaban siendo excesivamente dramáticos y hasta ridículos, algo que la expresión de Yoongi dejó claro. Sin embargo, a ellos les importaba una mierda.

—¿Cómo es que tú... por qué estás aquí? —preguntó Taehyung incrédulo, separándose ligeramente para mirar a su mejor amigo a los ojos.

—Tu hermano me pidió que viniera a hacerte compañía, así que aquí estoy —respondió con alegría, usando la manga de su suéter para secar las lágrimas en el rostro de Taehyung.

—No puedo creer que te lo haya pedido a ti —negó con la cabeza, aún incapaz de asimilar que su mejor amigo estaba justo frente a él—. Definitivamente debo agradecérselo, te extrañé demasiado —declaró el menor, abrazándolo nuevamente con fuerza.

—Yo también te extrañé mucho, pero amigo, te comiste al Taehyung que recuerdo —dijo con sorpresa, separándose para dirigir su mirada hacia la pancita del otro.

—Estoy embarazado. Te lo recuerdo, imbécil —declaró el castaño con el ceño fruncido.

Una amplia sonrisa iluminó el rostro del rubio, y su mano se deslizó suavemente hasta la mejilla del contrario, acariciándola con ternura. —Te ves precioso.

Yoongi, observando todo desde atrás, interrumpió el momento con un carraspeo, captando la atención de ambos chicos. Sin embargo, antes de siquiera poder decir algo, Jimin se adelantó.

—Ya llegó el verdadero padre de este bebé, puedes irte ahora —dijo con burla, provocando que el mafioso abriera los ojos incrédulo y visiblemente molesto.

—Creo que necesitas otro par de golpes para acomodarte el cerebro, si es que tienes uno —añadió con sarcasmo.

—Tae, amarra a tu perro que quiere morderme —pidió Jimin, tomando a su amigo de los hombros para colocarse detrás de él.

—Dejen de pelear —exclamó Taehyung molesto, girándose hacia Jimin—. Sé que estás enfadado por lo que Yoonie te hizo, pero él está arrepentido, ¿verdad? —inquirió con seriedad, dirigiendo una mirada amenazadora al azabache.

—Totalmente arrepentido —respondió con falsedad, alzando ambos brazos en señal de rendición.

Jimin puso los ojos en blanco. —Ajá, si.

Yoongi soltó una risa burlona antes de aproximarse a Taehyung y depositar un beso en su frente. —Bueno, ya que el idiota ya está aquí, supongo que tendré que volver a trabajar. Iré a verte antes de que duermas, ¿de acuerdo?

—Está bien, Yoonie. Buena suerte con el trabajo —el menor asintió con una sonrisa.

Era claro que al mafioso no le agradaba para nada la presencia de Jimin allí; sin embargo, la alegría que generaba en Taehyung era suficiente para que hiciera el esfuerzo de tolerarlo. En cuanto se marchó, Taehyung se volvió hacia su mejor amigo, tomó su mano y comenzó a jalarlo para ingresar a la casa.

—Vamos, te enseñaré todo —declaró con emoción.

Con Jimin a su lado, Taehyung experimentó cómo una parte de su corazón se llenaba. Sería maravilloso tener a Jungkook con él para finalmente sentirse completo; realmente lo deseaba con todo su ser.

Algunos sostienen con firmeza la idea de que es crucial manejar con extrema precaución las cosas que se desean, ya que en ciertos casos la fuerza de estos anhelos puede ser tan intensa, que pueden volverse realidad.

Tanto que incluso podría tener la capacidad de traer de vuelta a personas a la vida.

¡Volví! Holaaaa♥ quiero que sepan que estoy haciendo un gran esfuerzo por mantenerme estable, ya que luego de pensarlo bien, llegué a la conclusión de que no quiero que pensar en los chicos se vuelvan algo que me genere tristeza cuando ellos son mi mayor fuente de alegría♥ c': así que me esforcé en escribir, espero que el capítulo les guste ya que yo quedé algo inconforme asfhdfjkds xd pero bueno.

YA LLEGÓ MIMI♥ AAAAAA que hermoso reencuentro c': escribir parte de la historia de Mimi me hizo llorar c': todo muy emotivo. 

¿Qué creen que pasará ahora? ¿Tienen idea de como será la caída de Namjoon? 7u7 bueno, lo sabremos pronto. Procuraré volver rápido para no tenerles con la duda.

Hasta entonces, manténganse sanos~

𝐊𝐢𝐦𝐍𝐢𝐤𝐚𝐫𝐢.

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