꒰🍼 𖥻𝟎𝟒 | 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃 𝐘 𝐒𝐎𝐒𝐏𝐄𝐂𝐇𝐀 ꒱

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𝗔𝗥𝗖𝗢 𝟭
•.¸𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟬𝟰 ¦ 𝗩𝗘𝗥𝗗𝗔𝗗 𝗬 𝗦𝗢𝗦𝗣𝗘𝗖𝗛𝗔¸.•

❛ 𝑬𝒔𝒕𝒖𝒗𝒆 𝒎𝒂𝒍, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒂𝒓𝒓𝒆𝒑𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 ❜





La bebé ignoro su presentación de manera tajante, restregando su rostro en su pecho en busca de comodidad. Harry sonrió negando con su cabeza, sintiéndola tomar de nuevo su camisa con su puñito.

El chico hubiera estado encantado de seguir así con ella, sin embargo, un viento helado causó un escalofrío en todo su cuerpo, mismo que le hizo levantar la mirada hacia el cielo y, en el proceso, coincidir con un par de ojos azules.

En la ventana superior, iluminada por la tenue luz, se encontraba una chica de largos cabellos rojizos en sus hombros mirandolo con una expresión indescriptible. Harry la reconoció al instante, se trataba de Ginny Weasley, la única hija de la familia.

Levantando su mano desocupada, la saludo con una suave sonrisa, no obstante, ella salió corriendo de la ventana, evitando mirarlo. Esto lo confundió, más decidió ignorarlo y comenzar a caminar hasta la puerta de la Madriguera, sin desear pensarlo demasiado.

No toco la puerta, únicamente entro en la casa, sintiendo de inmediato ese ambiente cálido que la caracterizaba, el mismo que lo había recibido hacia más de tres años, brindándole un espacio.

– Te presento mi hogar, Lilibeth - murmuró en su oído, la bebé se removió, alejándose de el.

De inmediato vio sus cosas, a Hedwig y al gran bolso de Lilibeth, en la sala de la enorme casa.

— ¡Si lo vi, mamá! Sus cosas y una bolsa extraña también están aquí - era Ginny.

— ¿Encerio? - escucho, reconociendo al instante la voz curiosa de Hermione.

— Encerio - afirmó Harry, uniéndose a la conversación que parecían tener los Weasley.

De inmediato escucho los pasos de las escaleras, para después ver a sus dos amigos y a los Weasley frente a él. Levanto su mano desocupada, saludándolos con una sonrisa de felicidad.

Él esperaba un abrazo, quizás un "¿Cómo estás", pero lo único que recibió fue:

— ¿De quién es ese bebé, Harry? - cuestióno Hermione, acercándose a él con aparente cautela.

— Hola, Hermione, también es agradable verte tras el verano - dijo Harry, sonando lo suficiente sarcástico, sin abandonar su sonrisa.

— Harry....¿Eres niñero? No creí que a tus tíos les gustaba que cuidaras infantes - supuso Ron apareciendo tras la Gryffindor, sin dejarla responder. Sin evitarlo miro de reojo la noche que se reflejaba por la ventana - Aunque creo que es demasiado tarde para que este aquí.

— Oh Harry, hola - la inconfundible voz de la señora Weasley apareció en la escena.

— ¿Harry de niñero?

Harry rio sin evitarlo —. No, chicos, no soy niñero de nadie - pauso - Ella es Lilibeth Potter... Ella es mi hija, tiene cuatro meses y le gusta el amarillo.

Diría que esperaba gritos y preguntas que le costaría responder, más nunca espero un silencio, menos de la señora Weasley, quien no parecía estar muy contenta con su revelación, puesto que su sonrisa se había esfumado.

— ¡¿Qué?!... ¡¿Tu qué?! - grito Hermione al salir de su sorpresa. Harry sin evitarlo sintió un escalofrío al verla así.

— ¿Cómo que tu hija? ¿En que momento? - susurro Ron, no tan alterado como la Griffyndor, pero si lo bastante preocupado.

— Si, es Lilibeth - sonrió aun más. Hermione crei que su amigo bromeaba, o al menos que no se estaba tomando el tema con seriedad.

Ella quizo decir algo, sin embargo, la voz maternal de Molly Weasley detuvo cualquier intención de su parte.

— Harry, ¿qué es todo esto? - Harry no entendió muy bien a que se refería - ¿Tú hija? No puedo creerlo, Harry, tienes 16 años. Eres un niño aun - se acercó a él, tomándo su rostro entre sus manos. Se veía tan mortificada, diría que demasiado - "Un hijo" ¡Por Merlín!.... ¿Dónde está su madre?

Harry dejo de sonreír.— Ella... Ella se fue a Rumania con su padre - respondió, involuntariamente hizo una mueca de malestar.

Molly supo en ese instante que no debía de preguntar más, sin embargo, para los otros tres adolescentes no fue suficiente.

— ¿A Rumania? ¿Qué? - cuestióno Ron de forma retórica. Parecía estar procesando todo con sus ojos azules en la infante.

— ¡Por Merlín, Harry! ¿Y solo te la dejo así? - Hermione lo apuntó - ¿No hiciste más?

— Hermione, ella solo desapareció

La mencionada quizo decir algo más, sin embargo la única hija de los Weasley opaco cualquier exclamacion.

— ¿Es de ella?... De Ouragan, es la única chica que iría a Rumania por Dragones - no lo estaba preguntando, por su tono de voz y su mirada se veía que sabía que esta era la verdad.

— No, no, eso es imposible, Ginny - suspiro Ron con incredulidad - Harry jamás estuvo con ella, además, esa chica tiene la edad de Fred y George. ¿Eso no es ilegal?

— Callate, Ron - susurro la Granger. El pelirrojo evitó ofenderse.

— ¿Estaban saliendo no? Los vi varias veces irse de la Torre - ambos Griffyndor's se miraron. Ginny se veía tan molesta que incómodo al chico - ¿Harry?

Harry no respondió. Inmediatamente Molly intervino en la conversación, intentado salvar al pelinegro.

— ¡Ginny! Basta de preguntas tontas. No puedes insinuar tal cosa sobre la ex-novia de tu hermano - regaño de maners ofendida. Conocía a la morena, sabía de su pasado y no creía que fuera una persona con esos valores - Están incomodando a Harry.

Ginny bufo con recelo, mirando con un rostro indiferente al Potter. En ese momento, el chico supo que debía de contarles la verdad. Después de todo eran como su familia ¿no?

Suspiro, intentando tomar fuerza. —Lilibeth.. Ella es mi hija, y Ginny tiene razón, ella también es hija de Amour - Molly abrió los ojos casi con espanto - Cuando... Cuando ellos terminaron yo comencé a salir con ella y solo.. Solo sucedió. Ahora ella se ha ido a Rumania y me ha dejado a Lilibeth.

Silencio

Un horrible silencio

— ¡Harry! ¿Con Amour? Repito, ¿eso no es ilegal? - cuestióno Ron con cara desfigurada. No estaba desagradado, pero tampoco contento.

— Por Dios, ¿Amour? ¿De todas las chicas tenía que ser ella?

— Harry - murmuró la Señora Weasley. No pudiendo creer que hubiera dicho tal barbaridad. Sin contenerse miro a la niña en sus brazos - Por Merlín.

No debía de meterse. No debía de ser de su interés lo que la ex novia de su hijo hacia.

— Se que soy joven, señora Weasley, también se que no fue lo correcto; pero yo de verdad la quería - apretó sus labios - Yo solo quiero que nada cambie entre nosotros, y si es así, entonces...Ella es mi hija, y pese a que tengo un día de haberla conocido, no dudaré a quien elegir.

Dijo de manera firme. Le dolía tener que alejarse de aquellas personas que le enseñaron la calidez de un hogar mágico, de sus primeros lazos, no obstante, ahora era distinto, ahora él ya tenía un "hogar" y un lazo inquebrantable.

Quisiera o no, ahora el era la familia de una pequeña Potter. Y realmente se esforzaría en darle todo lo que él alguna vez soño en el cuarto debajo de las escaleras.

— ¿Qué? ¿Tan monstruo me crees, Harry? - Molly coloco sus manos en su cadera. El chico no respondió - ¡Harry! Jamás te haría tal cosa. Me soprendio, no esperaba nada de esto, y es que no todos los días viene el chiquillo que quieres como un hijo y te dice que es padre.

Harry, suspiro aliviado, casi sonriendo.

— No, señora Weasley, solo que - fue interrumpido.

— Solo que nada. Harry, sera difícil de ahora en adelante, pero por experiencia te digo que todo valdrá la pena cuando mires la sonrisa en su rostro - dijo Molly, sonriendo - Ahora, ven y dejame ver a esa bebé, que hacía años no veo uno tan de cerca.

Harry rio y alejo a la Potter de su pecho, ocasionando que esta se despertará inmediatamente. Los adolescentes, quienes no habían hablando hasta este entonces, se acercaron de inmediato, mirando con un brillo especial a la hija de su amigo.

— ¡Mira sus mejillas, mamá! - exclamó Ginny, tocando con delicadeza a la bebé, quien bostezo entrecerrando sus ojos.

— Es igual a ti, Harry - intento elogiar Ron.

— Gracias, amigo

Hermione miro a Ron, y ambos solo pudieron pensar que Harry nunca había sonreído de esa forma: Con felicidad.

— Duerme muy rápido - comento Ron de manera sorprendida.

Hacia un par de minutos que la madre del pelirrojo los había mandado a la habitación a descansar, alegando de lo tarde que era para todos y en especial para la pequeña bebé.

Ahora esta se encontraba en donde Harry debería de estar durmiendo, cubierta por su cobija amarilla y con almohada a su alrededor. Hacia poco qué Harry (a duras penas) había podido alimentarla con la formula que estaba en la mochila.

— Eh.. Si, es porque pasan de las ocho de la noche - respondió el Potter. Sus ojos verdes estaban sobre el periódico sostenido con su varita.

El trío de amigos se mantenia en el suelo, todos sentados en una especie de triangulo.

— Así que... Aun no puedo creerlo - hablo Hermione - ¿Una hija? Y en medio de este desastre.

— Amour fue muy cobarde al hacer eso, Harry. Abandonar a su hija, no creí que fuera de esas personas - murmuró el pelirrojo.

Harry no respondió, asintiendo únicamente. No tenía nada que decir. La había arruinado, sabía que la situación no era la mejor, pero no valía la pena pensar en eso cuando ahora Lilibeth estaba aquí. Ella lo necesitaba.

— Mis padres están preocupados, hasta ellos siendo muggles intuyen que algo sucede - Hermione suspiro - Por un tiempo no sabía si vendría.

— Mamá enloqueció la semana pasada. Ella dijo que no deberíamos volver a Hogwarts. Que era peligroso - dijo Ron con algo de preocupación.

— Ay por favor - exclamó Harry, sin tomarle realmente importancia.

— No es la única, Harry - ambos se miraron - Todos saben que hay algo malo... Y creo que ahora que tienes a alguien a tu cuidado deberías de tomarlo con más seriedad.

— Lo hago, Hermione.

— En fin - intervino Ron al notar la miradas de sus amigos - Mi padre intervino y le dijo que estaba exagerando. Tardó un par de días pero acepto.

— Pero... Hablamos de Hogwarts, ahí esta Dumbledore - intento convencerlos. Ambos entendieron de inmediato a su amigo, pero a diferencia de él, no creían que Hogwarts fuese seguro.

— Se dice últimamente que Dumbledore esta muy viejo - comento la Griffyndor.

— Que tontería, ¿solo tiene cuántos? - miro al pelirrojo, esperando que este supiera la respuesta.

— 150...años más, años menos - respondió, sonriendo y causando un par de risas en sus amigos.

Solo podían hacer eso, reír tras un horrible verano, y esperar que el futuro fuese medianamente bueno.

— Harry... Hablando de Hogwarts - carraspeo Hermione - ¿Ella irá contigo?

— Oye si, Dumbledore ¿crees que te deje? - cuestióno el chico. Ambos prefectos miraron al infante dormido.

— Mm, si - asintió - Él lo sabe y dijo que Hogwarts tendría mi habitación acomodada para Lilibeth. Es fascinante, pero - suspiro - Me aterra no saber qué hacer, saben.

— Es lógico, Harry - Ron lo tomo del hombro - Pero para eso estamos... No se mucho de bebés, pero podemos inventarle.

— ¡Ron! Es mejor leer algún manual, o investigarlo - irrumpió Hermione - No podemos poner en riesgo la vida de...de Lilibeth por experimentar - la chica sonrió.

— Oh Hermione, no seas tan aburrida... Jamás había tenido la oportunidad de ver a un bebé así. Hay que aprovechar que este es de nuestro amigo - bromeó intentando eliminar los pensamientos sobre el peligro de afuera.

— Están dementes si piensan que los dejaré tocarla siquiera - hablo Harry, sonriendo - Aprecio que quieran ayudarme aunque sea para experimentar, pero es mi hija y yo debo de hacerme cargo.

— ¿Otra vez con eso, Harry? - pregunto el pelirrojo - Crei que había quedado claro antes del verano, que estamos aquí para ayudarte - añadió, Hermione asintió, estando de acuerdo con él - Para eso están los amigos ¿no?... Además, nosotros seremos los mejores amigos de esa niña.

— Harry, déjanos estar para ti.

Y Harry esa noche de Agosto no pudo evitar sentirse mejor que nunca. Con aquella calidez que solo sus grandes amigos provocaban. Sabía que pasara lo que pasara, ese par estaría para él, y eso... Eso era increíble.

La mañana llego con rapidez, y pronto el trío de adolescentes se encontraba despertandose gracias a la nueva alarma: Lilibeth Potter, la cual con su llanto podía despertar a medio Hogwarts si se lo proponía.

— ¡Apaga eso! - exclamó Ron, tapándose la cara con una de sus almohadas.

Harry suspiro, había decidió ignorar y seguir durmiendo, pero sabía que no era lo correcto. Tomando sus gafas, se levantándo del tendido improvisado en donde había dormido, para después caminar hasta la colchoneta en donde se encontraba la bebé.

— Vamos - susurro, tomándola en brazos y colocándola en su pecho.

Esta rápidamente dejo de llorar, y todo estaría bien, Harry estaría feliz de ir a dormir de nuevo, sino fuera por Ron.

— ¿Qué es ese olor? - escucho, pronto ambos prefectos miraron a su dirección.

— Realmente apesta - afirmó Hermione, haciendo una mueca de desagrado.

— Mmm, ¿no es ella?

Ante la mirada de sus amigo, el chico alejo a la bebé de su pecho, alzandola frente a él. Lentamente arrimo su nariz a ella, y de manera rápida se alejo al percibir un horrible olor emanar de esta.
La bebé apestaba, realmente apestaba.

— ¡Por Merlín tirala, Harry! - dramatizo el pelirrojo, intentando alejarse aun más de ambos Potter.

Hermione intento resistir la risa, pero le fue imposible lograrlo.

— ¡Llevatela! - rio Ron, tapando su nariz con su camiseta.

Harry soltó una carcajada, una que hizo reír a la bebé en sus manos, quien movía sus manitas queriendo estar más cerca del adolescente.

— Y todavía se ríe - dijo Ron entrecerrando sus ojos hacia Lilibeth, quien solo tenía ojos para Harry.

El Potter salió de la habitación, dejando a sus amigos riendo aun con sus rostros cubiertos. Por su lado, Harry llego al baño con Lilibeth riendo con fuerza, tanta qué apostaría qué la Señora Weasley ya estaba despierta gracias a ella.

El cambiarla fue más difícil de lo que imagino, así que decidió mejor bañarla y de paso el también darse una ducha. Jamás había hecho algo así, tras ir por su ropa y la bolsa de la bebé, decidio bañarla rápidamente. Admite que no fue sencillo, menos considerando que Lilibeth no paraba de moverse en sus brazos. Pero al final se logró.

Ahora la menor vestía un lindo trajecito amarillo chillón, el cual parecía ser de una especie de pato por sus patitas y pico en el gorro. Harry admitía qué se veía lo suficiente linda como para sonreír, y parecía que ella lo sabia.

No supo donde ponerla, así que la dejo el el tapete del baño, en el suelo junto a su bolsa. De esta manera, Harry pudo ducharse y cambiarse de manera rápida.

— Listo - murmuró Harry, tomando a la bebé en brazos junto a su bolsa.

Sin más salió del lugar, topandose de inmediato con Hermione. Parecía que había estado ahí desde hace rato.

— Hermione - la saludo.

La chica miro a la bebé, quien le sonreía. — Se ve muy linda, Harry - dijo, parecía querer decir algo más, aunque no fue así.

Ambos se quedaron en silencio, hasta que Harry hablo — ¿Quieres cargarla? Ayer únicamente tocaste el poco cabello que tiene - rio suavemente. Lilibeth no se miro muy contenta por su comentario, causando la risa de Hermione.

— No lo creo, Harry - carrasqueo - Jamás he cargado a un bebé. No se si sea lo mejor.

— Oh vamos, Hermione - le acerco a la Potter - ¿Crees que yo soy bueno en esto? Literalmente tengo dos días de enterarme que tenia una hija. Anda, tomala.

La Griffyndor la tomo en brazos, apretandola hacia ella en un intento de que no se le cayera. Se le notaba nerviosa, sin embargo, pudo calmarse y sujetar mejor al infante, quien parecía no parar de sonreír.

Harry miraba esto enternecido. Jamás había visto a su amiga tan nerviosa, al menos no tras su relación con Amour.

— No creí que... Ya sabes, que tú y Amour hubieran tenido algo más - confeso la Granger con voz tenue, tomando por sorpresa al chico.

Harry de inmediato desvío la mirada de la bebé hacia ella.

— Hermione - la nombró, ambos se miraron - Sabes que no - no pudo continuar.

— Lose, Harry - murmuró - Solo que creí que Cho - pauso - Que ella era la única. No pensé que Amour era de quien estabas enamorado.

— No estaba enamorado de ella - confesó de inmediato - Me gustaba, no lo negare. Solo que ella...ella era algo inexplicable.

— Oh, ya veo

— Hermione, tú más que nadie sabe lo que pasa - la chica intento negarlo, sin embargo Harry la detuvo - Estuve mal, pero no me arrepiento.

— ¿Por qué dices eso? - cuestiono.

— Porque ahora la tengo a ella, Hermione. Y aunque hubiera deseado que las cosas sean distintas, ella me lo impide.

Chispas brillantes, luces exóticas y exclamaciones de sorpresa; ese era el panorama qué podías notar al ingresar al nuevo y exótico negoció del Callejón Diagon: Sortilegios Weasley, la tienda de los gemelos Fred y George.

Harry estaba maravillado con todo lo que se encontraba a su alrededor. Los inventos de bromas de los hermanos de su amigo estaban siendo un éxito, y el exceso de gente en el local se lo confirmaba.

— ¡Bah! - escucho, era Lilibeth apuntando a una fuente con pociones a su alrededor. Harry noto a Hermione con Ginny en dicho lugar, ambas mirando los frascos.

— Esas son pociones, Lilibeth - dijo Harry - Las pociones son algo bueno en la magia, aunque a papá no se le den muy bien.

La bebé sonrió, para después apretar su suéter y seguir mirando a su alrededor.

— Cuando mamá me mandó esa lechuza creí que estaba bromendo - escucho tras él, reconociendo de inmediato la animada voz de Fred - Así que es cierto. Una bebé.

El mayor camino hasta estar frente a él, mirando fijamente a la pequeña pelirroja vestida de pato.

— Lindo traje

— Gracias, Fred... Y si, es verdad - intento sonreir - Es Lilibeth, es mi hija.

— Y la de Amour - completo Fred. Ambos se miraron fijamente - Mamá me lo dijo. No pensé que te gustaran mayores, Harry - bromeó, golpeando suavemente su hombro.

Harry no supo que responder, así que unicamente rio con incomodidad. Se arrepentia de haber aceptado venir aquí, lo mejor debió de ser ir a la tienda de Quidditch.

— Vamos, Harry, quita esa cara - rio el Weasley - No soy George.

— ¿Qué?

— Eso, leyó la carta y lo sabe, aunque no fue una sorpresa....Amour no sabe guardar secretos por lo visto. George se veía molesto, pero parece que ya lo sabia, o quizás solo finjia, qué se yo.

Harry no entendió muy bien, aunque no le dio más vueltas, asintiendo de forma mecánica.

— ¡Ba! - balbuceo Lilibeth, llamando la atención del Potter.

— Bueno, te dejo Fred - dijo Harry. Esta era la oportunidad para alejarse del pelirrojo.

— ¿Tan pronto? Si aun no me presentas a la nueva adquisición - sonrió con emoción - Hola lindura, soy Fred. Hola.

Movió sus manos frente a ella con alegría. Lilibeth pareció emocionarse ya qué lanzó un chillido con una sonrisa aun en su rostro.

— Me ama, yo se que lo hace - comento, provocando una risa en el adolescente.

El ambiente seguía tenso, sin embargo ya no igual que al inicio. El Potter se sintió un poco culpable, el problema jamás fue con Fred.

— ¡Harry! - lo llamaron, era Hermione - Vámonos.

Harry asintió, alejándose del gemelo aunque no sin antes decir. — Te dejo Fred. Mandale un saludo a George, no tuve la oportunidad de saludarlo y - volteo a mirarlo, sonriendo - Éxito en su tienda. Es realmente impresionante.

Y sin más siguió su camino hasta la Griffyndor, quien con Ron a su lado salieron del establecimiento. Contrario al ambiente animado y de colores brillantes de Sortilegios Weasley, el Callejón Diagon se mostraba frío y sombrío, fundido en la obscuridad.

Harry sintió un escalofrío. El que Voldemort volviera estaba afectando de un manera desmedida.

— ¿Cómo le hicieron? Por Dios, tienen el lugar llenos de clientes - comento Hermione.

— Fred dice que en estos tiempos todos necesitan divertirse - respondió de manera simple el pelirrojo.

— Y tiene razón.

Conforme más avanzaban más sombrío se volvía el Callejón Diagon. Harry no pudo evitar compararlo con la primera vez que lo vio a sus 11 años.

— Ay no - exclamó Hermione con voz nostálgica al estar frente a un comercio en especifico - Todos compraban sus varitas con Ollivander.

No dijeron nada más, únicamente entraron, mirando de inmediato lo desmantelado qué se encontraba el lugar. Vidrios rotos, maderas inservibles y el lugar cubierto de polvo; jamás habían visto a ese lugar de tal manera.

Mientras Harry miraba y pensaba en el pasado y su nostalgia, Ron se acercaba a la ventana del lugar, notando algo que pronto inundaria de curiosidad al trío.

— Oigan, soy yo o Draco y su mami no quieren que los siga nadie - pregunto Ron confuso.

De inmediato los otros dos se acercaron a él. Y ahí estaba, Draco Malfoy y Narcissa Malfoy mirando con cautela a su alrededor, para después caminar hacia un callejón.
El trío ni siquiera tuvo que decir algo, tras darse una mirada los tres salieron del lugar y caminaron con precaución hacia la dirección en donde se habían ido los Malfoy.

No tardaron mucho en llegar al peor lugar según toda la comunidad mágica: El Callejón Knockturn, lugar bien conocido por poseer la peor de las Artes Obscuras.

Harry se sintió incómodo, jamás le gustó ese lugar, menos ahora con Lilibeth en sus brazos.

— Miren, entro a esa tienda - informo Ron, y Harry deseo saber lo que hacía Malfoy en ese lugar tras lo sucedido con Lucius Malfoy.

— Hay que subir ahí. Así podremos ver - sugirió Harry, comenzando a trepar.

No obstante se detuvo al ver a Hermione — No seas idiota, Harry. Lilibeth va contigo.

Ellla creyó que el chico tomaría conciencia, aunque no fue así. Pronto no quedo de otra que acompañarlo. Los tres dementes y una bebé encima del techo de un viejo edificio.

Frente a ellos se podía observar al rubio con su madre. Parecía estar lo suficiente entretenido con un extraño armario frente a él, lo cual le pareció sospechoso, demasiado sospechoso.

Ninguno de los Griffyndor's dijo nada sobre esto. Pero Harry sabía que nada bueno podía salir de Malfoy ni antes ni nunca , mucho menos ahora con lo de su padre sobre sus hombros.

Harry intuía qué nada bueno se acercaba.


Hola hola

Tarde pero seguro

Admito que quería dejar el capitulo casi a la mitad, pero al final si se pudo.

Tras más de un mes de ausencia, me encantaría que me hicieran saber si este capítulo fue de su agrado. Aprecio muchísimo sus comentarios.

Una pregunta.... ¿Creen que todo salga bien en ese fanfic? ¿Qué opinan de este extraño triangulo entre George, Amour y Harry?

Sin más que decir, espero publicar el siguiente capitulo antes del mes de diferencia JAJAJAJA.

Me encantaría que dejasen algún voto y su comentario. Saben que adoro leerlos y me anima verdaderamente a continuar con esta historia.

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