❪𝗢𝗩𝗔❫ ; 𝗹𝗶𝗸𝗲 𝘀𝗻𝗼𝘄.

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CHAPTER OVA; SPECIAL❫
*╔═══❖•ೋ°❄°ೋ•❖═══╗*

SEMI CANON!OVA;
COMO LA NIEVE
❛frío ambiente, chocolate caliente❜

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
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SUS ORBES DESTELLABAN CON FASCINACIÓN AL VER LA BLANCA NIEVE ENFRENTE DE ELLA, MANTENÍA UNA EXPRESIÓN ensimismada en aquel ambiente, a su vez se veía embelesada. Sintió una fría ventisca pasar, agitando su cabello rojizo que en esta ocasión estaba completamente suelto, meciéndose con el viento frío de aquella epoca. Cerró sus ojos cuando otra ventisca de viento pasó llevando consigo pequeños copos de nieve (a pesar que como tal, no estaba nevando) los cuales podían adentrarse en sus ojos. Sintió su cabello rojizo agitarse un poco más y como la gorra de lana encima de su cabeza se removía un poco teniendo que llevar sus manos a esa prenda para evitar que cayera. Suspiró volviendo a levantar sus parpados para volver a ver su entorno, observando a las personas a su alrededor vestidas de forma abrigada, veía incluso como habían algunas instalaciones con luces, aunque pocas encendidas debido a que aún era de día pero no tardaría en comenzar a anochecer.

Sonrió ligeramente viendo todo. Realmente se veía bastante agradable, sentía algo de frío pero por el hecho de que su cuerpo siempre estaba en calor podía aguantar un poco más, aparte de desprender calor la mayoría del tiempo. Aunque a pesar de eso se había vestido abrigada o al menos un poco; tenía una chaqueta de un color verde azulado con una camisa con cuello de tortuga de color beige, una falda del mismo color que la chaqueta (aunque más oscuro), las pantimedias negras que casi siempre usa y unas botas marrones hasta las rodillas. A comparación de algunos no iba tan abrigada al no necesitarlo como tal, aunque eso no significara que fuera inmune al frío. Exhaló suavemente en un pequeño suspiro manteniendo una pequeña sonrisa en sus labios. Todo era tan tranquilo y le encantaba aquello.

Aunque su atención fue luego a las quejas de uno de sus compañeros que tenía casi a la par.

—¡Dios, que frío está haciendo! Estoy temblando estando incluso así de abrigado... ¿No era mejor estar en casa, todos abrigados y tomando chocolate caliente enfrente de la fogata? y esperar para intercambiar regalos de navidad... —escuchó la voz de Denki quien estaba sobándose los brazos en un intento de que su cuerpo tomara calor y aumentara encima del abrigo azul que tenía encima, tratando de ocultarse en la bufanda que tenía en su cuello. Hatsulin se giró y sonrió a labios cerrados en cuanto llegó con ella, ya que se había adelantado a observar el lugar—. Oi, oi... Hatsu-chan, ¿me abrazas? tengo mucho frío y desde aquí siento tu calidez, literalmente. Ayúdame con este frio... —se lamenta como niño pequeño el de cabellera rubia y un mechón oscuro dando zancadas pesadas hacia ella y sosteniendo sus brazos en señal de misericordia.

Tsubomi no pudo evitar reírse un poco por su expresión dándole unas palmaditas a su cabeza aún escuchándolo lamentarse por el enorme frío que había ese día.

—¿Quieres callarte? Deja de lloriquear, maldito Pikachu. —escupió ahora Katsuki con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalon negro para seguidamente patear nieve a su dirección recibiendo un leve grito de reclamo de parte de Denki quien trató de alejarse de él y la nieve, sobretodo porque estaba muerto de frio aunque terminando por abrazarse a la Tsubomi y provocando que la nieve que había pateado el cenizo diera con ella al ser movida por Kaminari.

—Ay, mira, me echaste nieve a mi. —reprochó un poco la pelirroja mientras abrazaba ligeramente al rubio más bajo quien ahora estaba relajado contra ella y con una sonrisa tonta de la satisfacción de sentir la calidez de la más baja y que disminuía el frío que tenía. Bakugō frunció el ceño con una mirada de desagrado que se volvió luego de molestia, mirando con mala cara a la chica y nuevamente con desagrado a Denki.

—¿Quien te manda estar de por medio? Es tu culpa por no esquivarlo. —responde con brusquedad el segundo más alto presente hacia la más baja, quien luego le sacó la lengua con diversión provocando un pequeño tic en su ceja y que diera un paso amenazante hacia ella—. ¿Que? ¿Acaso quieres que te tire más nieve, pirómana?

—No, gracias. Así estoy bien. —respondió riendo un poco la... aludida viendo como el cenizo simplemente le miraba con molestia y repentinamente volvió a patear nieve hacia ella, aunque dando un leve (y dificultoso, debido a Denki) salto para alejarse, incluso a duras penas el chico hizo lo mismo con espanto y despues miró con reclamo hacia el cenizo—. ¡Oye!

—¿De que te quejas? seguro ni te afecta el frío.

—¡Pero a mi si! —replica Kaminari en lo que Hatsulin suspiraba con pesadez y una sonrisa en su rostro. Katsuki simplemente lo miró con desagrado y luego observó hacia otro lado.

—No me importa. —responde sin interes el cenizo mientras hacía un puchero con su ceño fruncido. Eso no hizo más que recibir una mirada de reproche de parte de Denki, Hatsulin por su parte se sacudía suavemente la falda a la que le cayó unos cuantos gramos de nieve.

—Bueno, ya, estamos aquí. Hay que aprovechar que ya estamos aquí. —dice Sero cruzando sus brazos con aquella usual sonrisa que suele tener, haciéndolo ver siempre sonriente. Descruzó sus brazos para poder juntar sus manos enfrente de su boca para luego exhalar viéndose su aliento debido al frío del ambiente. Luego hizo un gesto de escalofrío mientras se abrazaba a si mismo para mirar luego hacia la dirección en donde Kaminari estaba abrazándose a Tsubomi y parecía menos congelado que antes, suspiró un poco pensando si realmente es tan cálida como parece y dice su amigo tonto, aunque era claro eso debido a que con apenas estar algo cerca de ella era capaz de sentir como desprendía una leve calidez.

Justo ahora quería estar en casa, bebiendo chocolate caliente...

—¡PISTA DE HIELO! —y de la nada sintió un empujón que lo hizo ir hacia adelante y tropezarse al menos unas tres veces seguidas en la nieve, a su vez sucediendo tan seguido por el hecho de que no quería caer tampoco en la nieve.

—Me encontré a Ashido cuando venía hacia acá. ¡Hola! —ahora Eijirō hizo acto de presencia con sus manos metidas en los bolsillos de un abrigo negro que tenía con una bufanda roja; mostraba aquella gran sonrisa que a su vez mostraba los picudos dientes que tenía. Mina agitaba el brazo de Sero entre risas; ella tenía un suéter algo grueso de color fucsia con botones rosas; ella tenía una gorra de un fucsia tirando a rojo y una bufanda del mismo color.

—¡Hatsu-chan, dame un abrazo! ¡Me alegro de verte pero tengo frío! —y la de piel rosácea fue eufóricamente hacia la aludida quien era abrazada aún por Denki, casi los tres se van directamente a la nieve por el impulso que les había dado la segunda más baja al abrazarse a la pelirroja y en parte al rubio—. Ay, eres tan cálida... Te abrazaría todo el día. ¡Hace mucho frío!

—¿Si, verdad? —suelta sonriente Denki abrazando un poco más en modo de apapacho a la de mejor estatura entre los dos, Mina sonrió y asintió en afirmación abrazándola de igual manera; Hatsulin estaba en medio de ellos con sus ojos abiertos en sorpresa por estar de esa manera siendo abrazada, tenía una sonrisa algo nerviosa por tanto contacto físico pero luego suspiró y cerró sus ojos de forma rasgada removiéndose un poco. No le gustaba tener tanto contacto físico y al mismo tiempo, pero era agradable así.

❛Podría acostumbrarme. Es lindo estar así❜ canturrea la de orbes azulados en su mente con una sonrisa en sus labios, tarareando una sílaba cualquiera sintiéndose a gusto en aquel abrazo de a tres por mucho que fuera para que ambos compañeros más tontos de la clase entrarán en calor debido a su calidez. Recuerda que Hitōshi solía hacer lo mismo en climas así, que se quedaba pegado a ella sin decir nada. Y realmente no le molestaba.

—¿Pueden moverse? estorban. —dijo Katsuki con las manos en los bolsillos (de igual manera buscando aguantar el frío) y pasando a propósito para empujarlos y hacerlos caer en la nieve; Mina gritó espantada cuando se hundió en una pequeña montaña de nieve que había, Kaminari de igual manera replicó y Hatsulin simplemente abrió en grandes sus ojos con una sonrisa tensa en sus labios. El cenizo simplemente caminaba a zancadas encorvado ignorando olímpicamente las quejas y replicas de los más tontos de la clase.

—¡Bakugō, eres muy malo! ¡Hace mucho frío! —exclama Denki mientras se sentaba en la parte de suelo que no tenía tanta nieve, casi lanzándose a esta para alejarse lo más que pudiera del frió, aunque el suelo de igual forma estaba frío por el ambiente. Estaba lleno de nieve hasta la gorra que tenía en su cabeza; Mina se sentó a un lado lloriqueando mientras colocaba sus manos en el suelo en una postura de despecho, alzó su rostro hacia el cenizo con una mezcla de enojo y reproche en él.

—¿Como te atreves? ¿¡Quieres que te tiremos a la nieve tambien!? —dice mientras trataba de quitarse la nieve de encima teniendo cómicas lágrimas en sus orbes, agitando su puño hacia la dirección de él; Katsuki volteó a mirarla sobre su hombro con desagrado y amenaza a la de esclerótica negra.

—¡Se atreven y les explotó la cara!

La pelirroja dejó salir un suspiro de entre sus labios cuando se reincorporó nuevamente en la nieve, permaneciendo sentada allí con sus pies a la dirección del suelo de cemento; se miró a si misma por varios segundos observando como había nieve encima de ella que se deslizó hacia abajo apenas flexionó su torso para poder sentarse, cayendo en su regazo. Alzó ligeramente su brazo izquierdo en donde igualmente había nieve esparcida en las mangas de su abrigo, frunció un poco su ceño para proseguir a agitar uno poco sus brazos en el intento de quitarse esa escarcha del cielo de encima, sintiendo como en parte la que estaba en contacto con su piel se deshacía lentamente ante el calor elevado de esta.

Levantó ligeramente sus manos sacudiéndolas un poco contra su regazo para retirar la nieve encima, no sentía especialmente frío ya que no era inmune, aunque debido a su quirk provocaba que repeliera el frío, le causaba escalofríos en toda la columna. Agradecía que no se le haya metido en la ropa, sobretodo en su espalda; una vez Gie le metió nieve en su espalda y por el susto se sobresaltó por el escalofrío que sintió que encendió flamas del susto. Miró unos segundos sus manos observando la nieve ligeramente acumulada en sus manos y que se deshacía lentamente, sus iris seguían mirando fijamente la nieve al punto de fijarse en eso. Se sintió... nostalgica, extraña; el color de la nieve le recordaba a cuando era pequeña, le recordaba al pelaje de Yuu, al cabello de su padre... cuando su padre estaba, inevitablemente.

Simplemente... lo recordó.

«—¿Por qué miras la nieve como si fuera la cosa más anormal del mundo?

Sus ojos azulados se elevaron al momento que escuchó la vaga y singular voz de su progenitor quien la veía desde arriba mientras estaba con su espalda apoyada en el soporte de aquella casa de madera que era de su madre y habían ido a pasar las navidades. Todo estaba lleno de nieve, aquella suave, fría y blanca partícula de hielo que se agrupaba en copos y rociaba su alrededor; a la pequeña Tsubomi le gustaba la nieve, se divertía tratando de hacer lo que ella suponía eran muñecos de nieve aunque a ojos de cualquiera eran sólo pilas de nieve amontonadas y chuecas, le gustaba hacer ángeles de nieve aunque su mamá la regañe de estar así (varias veces se resfría), jugar con bolas de nieve, hacer guerra de nieve con sus hermanos. Su papá a veces participaba, casi siempre a causa de ella cuando le lanzaba alguna bola de nieve a la espalda y no se inmutaba, terminaba cediendo, comenzando a lanzar nieve de forma vaga. 

Le gustaba esos días, era muy lindo. Se divertía mucho, ahora le gustaba más al saber que no se resfriaría con tanta facilidad por el calor que había en su cuerpo luego de haber desarrollado su quirk de una forma... no agradable. le gustaba, y siempre se fascinaba por la nieve. Le atraía mucho los cambios y fenómenos climáticos que había en la tierra, le daba curiosidad y gran fascinación todo relacionado a eso, y lo que más le gustaba de eso era la nieve.

—Papi ¿a ti te gusta la nieve? fue lo que dijo la infante hacia su papá en vez de contestarle su pregunta que fue sin mucha importancia realmente. Katashi alzó levemente sus cejas blanquecinas al escuchar su pregunta; Hatsulin fue a pasitos sobre la nieve estando abrigada de pies a cabeza haciendo pensar al mayor que la acompañaba que parecía un pingüino tratando de caminar, miró de reojo hacia sus otros hijos observando a Kazuto ayudando con un muñeco de nieve a Gie y luego siendo aquel muñeco derribado por Takeshi al lanzarse. Escuchó las risas de su esposa y las quejas de su hija mayor, miró luego a la menor quien llegó a sus pies para alzar su cabeza y mirarlo.

—¿Mm?... ¿gustarme?... fue lo que murmuró algo confundido su padre, tenía la nariz algo rojiza debido al frío, marcándose más aquel color debido a lo palida que era su piel. Hatsulin estaba con sus mejillas y nariz rojas, aunque a comparación de antes, cuando no tenía su quirk, se resaltaba menos aquel color que él. Katashi miraba fijamente hacia la menor quien a duras penas le llegaba a la altura de su cadera tanto por lo pequeña que era como por el hecho de ser tan alto, sobretodo al lado de ella.

El Tsubomi mayor miró con sus orbes azulados que eran identicos a los de su hija, con excepción que los de ella tenían aún aquel brillo inocente en sus ojos, mientras que los suyos no tenían aquel brillo inocente, a pesar de que se vieran tan resplandecientes y llamativos. Katashi permaneció en total silencio mirando a su hija para proseguir a mirar la nieve que era tan blanca como su cabellera sin arreglar y que estaba alborotada debajo de la gorra gris que tenía encima. No dijo absolutamente nada al instante, simplemente se quedó en silencio bajo la mirada enorme y atenta de su hija más pequeña quien tenía una sonrisita en sus labios que a duras se veía por la gran bufanda en su cuello blanca, tenía una gorra y hasta unas orejeras, parecía un pingüino caminando y un peluche al mismo tiempo.

Entrecerró un poco sus ojos sin decir nada aún, metió sus manos en los bolsillos de su pantalón verde militar agachando un poco su cabeza para poder ver la pequeña figura esponjosa de su hija debido al abrigo (hasta pensaba que incluso tenía dos abrigos encima); su cuerpo se quedó paralizado por varios momentos cuando de un pequeño saltito la pequeña pelirroja se abalanzó a sus piernas para rodearlas al abrazarlas. Sus cejas se alzaron ligeramente mientras aún su mirar se mantenía entrecerrada al estar su párpado inferior caído hacia abajo y hasta la mitad de sus ojos.

Agachó un poco más la cabeza viendo la expresión de cariño y vida que tenía su rostro, sus grandes orbes lo veían con suma atención, inocencia y un cariño que se notaba con sólo mirarla fijamente a los ojos. Katashi no hizo absolutamente nada al ver la mirada de dulzura y cariño que tenía su hija hacia él, simplemente lo hizo respirar profundamente exhalando aquella respiración por su boca viéndose lo espesa que estaba por el frío del ambiente, sus mejillas estaban un poco rojas por el frío más que nada aunque la menor si tenía varias parte de su carita rojizas, juraba que si no tuviera las orejeras de peluche celestes vería las puntas de sus orejas rojizas.

—Papá, respóndeme. ¿Te gusta la nieve? es como tu cabello y el pelaje de Yuu-chan; ¡muy blanco! —canturreó de forma infantil y dulce mientras apoyaba su mejilla contra su abdomen y soltaba unas pequeñas risitas bastante risueñas. El Tsubomi de sangre pestañeó un par de veces por verla tan llena de vida. Cerró sus ojos sin inmutarse mucho de lo cariñosa que era.

Alzó su gran mano para posicionarla encima de su cabeza sacándole un pequeño sonidito a su hija sobretodo por el hecho que al hacer aquella presión el gorro que tenía le cubrió hasta los ojos, igualmente las orejeras se torcieron hacia un lado mientras los cabellos que estaban debajo de aquella prenda se despeinaban un poco. La mano del albino se frotó allí simulando que le alborotaba el cabello como siempre lo hacía, Hatsulin comenzó a soltar varias quejas como la niña pequeña que era por eso.

—Mi cabello es mucho mejor que la nieve; no se derrite y es más suave. —dice el adulto mientras dejaba salir un gran bostezo cerrando sus ojos con fuerza, su mano se movió hacia adelante, aunque para el angulo de la infante fue hacia atrás para descubrir sus ojos; uno de estos estaban cubiertos aún por el borde de la gorra de lana junto con cabellos despeinados—. Además, dura a comparación de la nieve.

—Pero... pero... ¿no se te caerá cuando seas más viejo también? 

—Ugh, no llames esos tiempos. Aún soy joven para pensar que quedaré calvo como Saitama. —se quejó el más alto alzando su cabeza hacia arriba mientras abultaba sus labios y los torcía en una mueca, sus ojos pasearon hacia donde escuchaba los gritos de Gie que corría detrás de Takeshi agitando un palo que anteriormente era uno de los brazos de su ahora fallecido hombre de nieve. Frunció un poco su ceño al ver aquella escena pareciéndole de lo más extraña al verlos correr de un lado a otro.

Gie se resbaló con la nieve cuando giraron como si fueran en una curva y se llenó de nieve hasta la cabeza, Takeshi se acercó a pasitos hacia ella viendo el pequeño bulto de nieve que había caído encima de ella y luego pegó un brinco al momento que la pelinaranja salió con mucho enojo de entre la nieve, viendo furiosa a su hermanito menor.  Y casi empieza una nueva persecución si no fuera por su esposa que fue para evitar que su más enojosa hija se lanzara agresivamente con el segundo más pequeño de su familia quien fue corriendo hacia el hijo mayor. Suspiró con pesadez negando con su cabeza para mirar nuevamente hacia su hija más pequeña quien apoyó su mejilla rojiza contra su abdomen mirando hacia la dirección de su familia, ella seguía abrazada a sus piernas.

Escuchó la risueña risita de Hatsulin al momento que vio como el cachorro del husky siberiano había ido campante hacia ellos y se hundió en la nieve de la nada, apenas pudo distinguirse cuando su peluda cola se alzó lanzando la nieve y comenzando a agitarse de un lado a otro. Katashi frunció un poco el ceño al ver como aquel blanquecino can que había traído hace poco al haberselo dado en el trabajo se iba campante hacia la nieve y terminaba ocultó en este, y si no fuera por su singular cola estaba completamente seguro que no lo encontrarían. Como dijo Hatsulin; su pelaje era tan blanco como la nieve.

Definitivamente todos en esta familia tienen energía extraña, incluso el perro... ❜ había pensado aquella vez Tsubomi Katashi entrecerrando nuevamente sus orbes azules que aunque fuera idénticos a simple vista a los de su hija más pequeña, no resplandecían como los de ella. Agachó nuevamente la mirada hacia Hatsulin de forma algo ensimismada y a su vez aburrida, su ceño se había fruncido un poco al sentirse un tanto abrumado.

—¡Papá, Sulin-chan! ¡vamos a tomar chocolate caliente! —había exclamado Kazuto con una de sus palmas a un costado de su boca para ser escuchado, Takeshi estaba sentado en su hombro y abrazado a su cabeza. Hatsulin sonrió emocionada al escuchar lo del chocolate caliente; ¡amaba el chocolate caliente!, en si el sabor de chocolate; y el sólo escuchar algo referido al chocolate su atención caía inmediatamente en eso.

—¡Chocolate caliente, chocolate caliente! ¡Yo quiero, vamos, vamos! —exclama Hatsulin emocionada mientras jalaba con sus pequeñas la tela de su pantalón haciéndolo mover ligeramente sus piernas de atrás hacia adelante de forma muy leve.

Katashi frunció el ceño con aburrimiento, pellizcó levemente la gorra blanca que tenia en su cabeza para presionar levemente esta misma hacia abajo.

—Ya cálmate, ojos saltones. Te pones intensa sin tan siquiera haber comido dulce. —escupe el albino mientras que su hija pequeña lo soltaba a lo que comenzó a caminar hacia el interior de la casa.

Hatsulin rio emocionada para ir saltando hacia él para tomar su gran mano con la de él apenas agarrando sus dedos, Katashi frunció su ceño un poco viéndola de reojo. —¡Vamos de la mano, papá!»

El impacto de la nieve chocó contra su rostro la sacó de sus pensamientos y a su vez recuerdos, se quedó completamente quieta sintiendo como la bola de nieve que le habían lanzado seguía aún en su cara. Aquel atacante a su rostro se quedó unos segundos contra su nariz hasta caer hacia el suelo, abrió sus ojos prosiguiendo a parpadear varias veces con algunas particulas blanquecinas en su rostro cubriendo su nariz y parte de su boca. Alzó y fijó su mirada hacia la persona que había lanzado aquella bola de nieve que había quedado casi pegada en su nariz.

—¡Bakugō! ¿¡por qué le tiras eso a Hatsu-chan!? —chilló Ashido a un lado de este agitando su puño de arriba a abajo. Hatsulin comenzó a quitarse la nieve que había quedado impregnado en sus piel al pasar suavemente sus manos y retirarlo.

Katsuki la miró con su ceño fruncido sin responderle nada, sólo le vio con una mueca de desagrado para mirar hacia otro lado. Mina nuevamente lo regañó mientras que Kirishima se acercaba a la pelirroja para ver si estaba bien aunque ella permanecía aún sacudiéndose la nieve, Sero por su lado veía como Mina regañaba a Katsuki y este la ignoraba.

—¿Estás bien? —cuestiona riendo ligeramente Eijirō acercándose a la más baja quien asintió sonriendo—. Ashido vio una pista de hielo cerca de aquí... aunque creo que desde que llegó, lo dijo. —rasca su mejilla pensativo haciendo que Hatsulin sonriera un poco más. Kirishima mostró sus dientes puntiagudos al momento que sonrió señalando hacia atras con su pulgar; Mina seguía regañando al cenizo y a su vez intentando que le prestara atención; Denki mirando un punto muerto de forma perdida y Sero con una tranquila sonrisa en sus labios—. Técnicamente todos están de acuerdo, ¿vamos?

Tsubomi pestañeó varias veces al momento que le hizo esa propuesta, no tardó en sonreír entusiasmada ya saliendo por completo de la pequeña burbuja en la que se había metido al perderse en la nieve, miró a sus amigos viendo la postura de cada uno y miró al pelirrojo asintiendo. —¡Claro que si! ¡Vamos!

—¡AY, AY, AY! ¡CUIDADO QUE VOY A PROVOCAR UN ACCIDENTE DE PATINAJE! ¡NO SE ATRAVIESEN en mi camino!

—¡Ah-! ¡Cuidado, Kaminari! ¡CUIDADO!

Mina no tardó en carcajearse sin pudor alguno al momento que había visto como Denki se chocó contra Hanta en aquel intento de patinar, obviamente no funcionó, y aquello era obvio; ahora ambos estaban tendidos en la pista de hielo como peso muerto. Eijirō quien se traspasaba con cuidado de aquí y allá se detuvo al momento en el que escuchó el estruendo que había provocado el choque de dos de sus amigos, moviéndose muy tenuemente al quedarse estatico por inercia de su cuerpo. Katsuki pasó detrás de ellos deslizándose lentamente por el hielo de aquella pista en donde habían diversas personas con amigos, familia o parejas, incluso solos; el cenizo tenía una mueca de desagrado y aburrimiento.

—Son unos idiotas. —fue lo unico que dijo pasándolos de largo mientras escuchaba las leves quejas de ambos junto con las risas tontas y a su vez adoloridas de parte del tonto rubio que tenía de amigo y había provocado ese choque. Pasó luego de una estatica Hatsulin quien veía fijamente hacia donde estaban tendidos Sero y Kaminari; aunque este ultimo seguía en el suelo mientras que Sero se había sentado acariciando su cintura con una mueca—. ¿Y tu que, pirómana? ¿que haces parada como estatua aquí?

La pelirroja no respondió a lo que había dicho, simplemente apretó sus labios mientras inflaba un poco sus mejillas y escuchaba un pequeño y largo sonidito venir de ella. Bakugō alzó una de sus cejas por aquello y se detuvo detrás de ella para luego impulsarse levemente con el filo de los patines para colocarse a un lado suyo; tenía su ceño un poco fruncido con una sonrisa algo tensa y temblorosa que trataba de doblegar, Katsuki la miró con su ceño fruncido y sus ojos bien abiertos en confusión de verla ahí parada sin hacer absolutamente.

Miró hacia abajo viendo los patines que ella tenía por unos instantes notando un temblor muy leve en sus piernas, incluyendo en sus pies que parecían hacer el esfuerzo de no moverse. El de quirk de explosiones se quedó observando sus piernas unos momentos en silencio para fruncir el ceño y hacer una mueca en sus labios, torciendo estos mismos para cruzar sus brazos cubiertos por las mangas algo acolchadas de su chaqueta negra, sus labios fueron ocultos por la bufanda color granate que envolvía su cuello.

Se deslizó muy ligeramente más cerca de ella y con su brazo la empujó sin piedad hacia adelante observando el brusco y exagerado movimiento que hizo su torso al doblarlo hacia adelante, agitando dos veces sus brazos mientras alzaba uno de sus pies para posicionarlo con fuerza hacia abajo y dejar sus brazos flexionados a la altura de su pecho, con sus puños apretados con fuerza. Luego se enderezó y miró con una sonrisa hacia el culpable de haberla empujado, teniendo un signo de enojo en su cabeza por el hecho de que la había saboteado de cierta manera por aquel accionar suyo.

—¡Oye! —exclama con aquella intensidad usual en ella pero en donde había percibido el reclamo y la indignación por su atrevimiento de haberla empujado a propósito, aunque ciertamente era para confirmar que era lo que creía que era.

—No sabes patinar, ¿hah? Que sorpresa, parecías ser algún tipo de muñeca perfecta en todo. Bueno, casi todo.

—No estoy muy segura de como tomarme lo que dijiste. —señala la más baja mientras a duras penas iba girándose sobre su eje para darle la cara. Bakugō la veía desde arriba sin interés—. Pero si, no sé patinar. No le di mucha importancia a aprender porque no frecuentaba cosas así... Y es normal no ser perfecto casi en todo, la perfección en una persona realmente es imposible. Yo no soy la excepción, no soy perfecta, tengo bastantes defectos en realidad. No sé hacer varias cosas. —Katsuki frunció el ceño y arrugó su nariz por recordarle a Izuku cuando se pone a divagar—. Aunque me parece curioso que creas que soy como una muñeca.

—¿Como la muñeca diabólica de Annabelle? Pues si; las dos tienen miradas super inquietantes y perturbadoras. —Hatsulin abultó sus labios en un puchero por sus palabras para luego sonreír y reir, viéndolo con normalidad y atención.

—¿Sabías que originalmente en la vida real Annabelle no se acerca para nada a la apariencia que le dan en las películas? En realidad es una simple muñeca de trapo.

—¿Te pregunté?

Hatsulin lo miró con diversión y negó con su cabeza mientras volvía a soltar otra risita por lo interesante que le parecía tener conversaciones con él, de alguna u otra forma la entretenía y la hacía sentir cómoda en algún punto. No obstante, sus pies dejaron de estar firmes y volvió a resbalarse varias veces haciéndola entrar otra vez en un pequeño pánico que no se notaba físicamente pero que sentía en su interior, siendo en parte los nervios de caerse. La única y última vez que fue había sido en secundaria, se resbaló y cayó golpeándose horriblemente en su coxis. Por el golpe tan fuerte no pudo caminar, no quería volver a repetirlo. No le gustaba ese dolor y menos estar acostada sin hacer nada.

Así que en el intento de no caerse, se aferró a lo que tenía cerca y aquello era Katsuki siendo que sus manos pellizcaron la tela de su chaqueta de forma fuerte y tensa mirando sus propios pies algo titubeantes. El apellidado Bakugō se sobresaltó por sentir su agarre que aunque no fuera directamente a su anatomía aún así lo tomó por sorpresa.

—¿Que mierda haces? ¡Suéltame! —exclama y exige con sus ojos blancos de la molestia mientras alzaba una de sus manos amenazante por aquel atrevimiento de la chica. Ella alzó su cabeza para mirarlo dándole una sonrisa genuina pero a su vez algo apenada.

—Discúlpame, Bakugō-kun, fue el reflejo de agarrarme y estabas cerca... —aclara la chica mientras que el gruñía como un perro rabioso por su "atrevido" acercamiento—. ¿Podrías llevarme a la entrada, por favor? Mejor me quedo sentada.

—¿Acaso soy el viejo de tu chófer? ¡Claro que no, arreglatelas tu sola! ¡Ahora, suéltame, idiota! —brama con rabia haciendo sus manos garras aunque la chica no lo soltaba haciéndolo tensarse todavía más alzando lentamente su mentón mostrando sus dientes. Se negaba absolutamente a llevarla.

Y aún así gracias a sus intentos de zafarsela, fue quien la llevó a la entrada de la pista.

Suspiraba sentada en una de las bancas que estaban alrededor de la gran pista de hielo que se ubicaba en aquel parque; le aliviaba de cierta manera haber salido de alli. No es que no le gustara la idea de patinar, le parecía genial, pero no le gustaba caerse. Ademas, ahora le dolían los pies por los zapatos. Le aliviaba que las botas que tenía desde un principio sean acolchadas por dentro le aliviaban aquella pesadez en sus talones y dolores en los dedos de sus pies debajo de las pantimedias que usaba. Movía sus tobillos en círculos para luego moverlos contra si mismos y así provocar que la punta de sus botas chocarán entre si.

Pensaba en el hecho de que se la había pasado bastante bien todo el día, realmente había sido un agradable día. A pesar del momento en el que recordó a su padre en esas mismas épocas.. aunque fue más un sentimiento extraño en su momento, aún seguía siendo extraño y confuso para ella. En eso, como hace rato, salió de su mente cuando algo más había llamado su atención, esta vez siendo el leve sonido de algo chocar contra la madera de la banca en dónde estaba sentada; miró hacia allí ensimismada aún algo en sus pensamientos para ver una taza de chocolate caliente, recordándole el estilo de la taza de café en donde bebía usualmente todos los días o al menos la mayoría. Era el mismo tarro de chocolate caliente, o al menos suponía que era, del cual había curioseado a algunas personas beberlo.

Parpadeó varias veces al ver aquel detalle para luego prestar atención a Bakugō Katsuki quien era la persona quien dejó ese chocolate caliente a un lado suyo, teniendo uno propio en una de sus manos; terminó luego sentándose con brusquedad y vageza a un lado suyo. No dijo nada cuando se sentó al otro extremo de la banca, simplemente se encorvó apoyando sus codos en sus rodillas para beber en silencio del propio chocolate, dejando salir un largo suspiro de alivio al momento que sintió la calidez de aquel liquido caliente y achocolatado. Hatsulin continuó admirándolo con cierta sorpresa su presencia y luego el chocolate caliente el cual agarró lentamente para luego sonreír de forma distraída, y luego más segura.

—¡Muchas gracias por el chocolate caliente, Bakugō-kun! Pero no era necesario. —habla un poco más entusiasmada por aquel acto repentino pero amable de parte del chico, tomándola de lo más desprevenida por no haberselo esperado más por el hecho de estar perdida en sus pensamientos.

—Me cobraron uno demás cuando lo compre, no iba desperdiciarlo. Eres la unica de los demas extras que no anda tonteando, no te ilusiones. —suelta sin siquiera mirarla, acentuando un poco el ceño y ocultando su rostro hasta la nariz en la bufanda luego de haber bebido nuevamente del chocolate, mirando simplemente como sus otros compañeros patinaban. Kaminari patinaba con cautela mientras que Mina hacía divertidas poses al patinar, Hanta aún se sobaba adolorido la cintura y Eijirō... miraba que hacer, asegurándose más que nada el estado de su compañero y amigo más alto.

Hatsulin lo miró atentamente y luego soltó una pequeña risita, sus ojos se entrecerraron un poco más para dejar salir una pequeña exhalación observando como su aliento apenas se notaba, aunque era menos abundante como lo fue anteriormente. —Pudiste haberlo... ¿sabes que? sólamente gracias. Es lindo de tu parte aún así. —canturrea dándole un sorbo, estaba bueno. El chocolate sabia bien. Miró el tarro en donde venía y luego al de Katsuki, sonrió para correrse un poco hacia él y proseguir a chocar levemente su taza como si brindarán con la de él tomándolo desprevenido—   ¡Feliz navidad, Bakugō-kun!

El aludido la miró confundido y con su ceño fruncido por su accionar pareciéndole bastante extraño pero luego bufó viéndola con cansancio para mirar hacia otro lado sin decir absolutamente nada, simplemente volviendo a a beber de su chocolate caliente para observar hacia algún punto sin importancia. Tsubomi sonrió y soltó unas risitas por su acción para imitarlo y beber el chocolate, miró hacia otro lugaraunque esta vez veía hacia la dirección de sus amigos. Sonrió nuevamente a labios cerrados mientras entrecerraba sus ojos sintiéndose muy cómoda en esos momentos, no obstante, luego su expresión se suavizó mientras su mirada se volvía algo nostálgica. Le dió otro sorbo al chocolate para mirar hacia el cielo, observando este mismo en total silencio.

❛Feliz navidad... papá

¡FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO, MIS BEBES!
Espero que la hayan pasado muy bien en estas fiestas, sea en casa o fuera con sus amigos y familiares. Sea como sea, espero que hayan disfrutado estos días a su manera ❤️
Aquí un pequeño especial navideño de BE HERO, que tenía planeado subir para el 24/25 pero el tiempo no me dejó :(
Pero mejor tarde que nunca, ohsi
Disfrute mucho escribir y todo lo que sucedió, espero que ustedes también ;)
Lastima q no es canon👽 

Bueno, casi no canon. Lo de su infancia y el recuerdo si pasó, pero lo demás no. Algo es algo.

En fin, ¡muchas gracias por llegar hasta aquí en otro año en BE HERO y a su vez a mi lado!
¡LOS ADORO Y AMO MUCHO!❤️

→S H A N X L A B Y X←

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