❪𝗢𝟳❫ ; 𝘄𝗵𝗮𝘁 𝗶𝘀 𝘆𝗼𝘂𝗿 𝗿𝗲𝗮𝘀𝗼𝗻 𝗳𝗼𝗿 𝗯𝗲𝗶𝗻𝗴 𝗮 𝗵𝗲𝗿𝗼?

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ARC ONE; THE ECLIPSE❫
*╔═══❖•ೋ°💧°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO SIETE;
¿CUÁL ES TU RAZÓN PARA SER HÉROE?
Dispuesta a darlo todo

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©Shanxlabyx
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SUS OJOS ESTABAN CASI TOTALMENTE ABIERTOS mientras veía la gran casa en la que estaba justo ahora enfrente. Era mucho más grande que su casa y eso que su hogar es de gran tamaño, no tanto como la de su tío Enji, así que en un mejor ejemplo, la casa que estaba presenciando justo ahora era igual o más grande que la de su tío materno y gruñón. Aunque lo admite; es bonita, simple, tradicional y moderna al mismo tiempo. Sin duda es una casa muy linda.

Lo que más llamó su atención fue el gran patio que rodeaba el alrededor de esta misma, parecía ser el patio más grande que ha visto o quizás ha visto algo más grande pero simplemente no lo recuerda o algo pero en serio, estaba aturdía y sorprendida justo ahora. Más desconcertada estuvo fue por la repentina llamada que había recibido su casa y que contestó. No se arrepentía o algo pero es que... literalmente no recordaba ni un poco la voz del hombre con quien habló y dijo ser su abuelo. Pensó que sería el padre de su progenitora y su tío pero no fue así. Aunque también se pregunta cómo sería su familia materna aparte de sus primos.

El hecho de recordar aquella llamada la confundía y emocionaba un poco. ¡Vería a su abuelo paterno!... al cual no recuerda ni un poco ya que según él y su madre no lo veía desde bebé por alguna razón. Asuntos de adultos según le habían dicho así que prefirió aguantarse lo más que pudo la curiosidad. Parpadeó mientras nuevamente un recuerdo llegaba a su cabeza de hace unos días cuando recibió la llamada de "su abuelo".

Se escuchó una leve risa, siendo de Hoshi por las palabras de Eiko sobre la razón de su petición a que fuera y demás pensando que era una trampa por lo repentino que fue. Luego un largo silencio se presentó, escuchándose un suspiro de parte del mayor haciendo que Eiko alzara un poco sus cejas, mirando hacia Hatsulin quien no prestaba mucha atención al suponer que ahora era una conversación de adultos. —Mis nietos son la cosa que más quiero en este mundo y lamento no hacer esto antes pero, tengo un mal presentimiento sobre mi y sólamente quiero convivir lo suficiente con ellos y guardar recuerdos en mi corazón y darle recuerdos a ellos. Tus hijos mayores seguramente aún me recuerdan, pero Takeshi o Hatsulin no... —una pequeña risa se escuchó en la llamada, Eiko sentía una aceleración y opresión en su pecho al mismo tiempo. Quiero que mis nietos tengan más recuerdos conmigo, y crear nuevos con Hatsulin... No quiero que me olvidé antes de conocerme.

Un suspiro salió de entre los labios de la pelirroja mayor presente ante aquel último recuerdo que sucesivamente le había llegado; había dudado demasiado en ir a la prefectura de Nakano. En parte por el tramo de ida que aunque sigue siendo Japón obviamente tenía su distancia y viaje, también dudó por el hecho de que Kazuto estaba en preparatoria ahora sobre todo en la carrera que eligió, Gie estaba ahora en secundaria pero una de la más grandes razones era; el presentimiento que dice tener Hoshi.

¿Quién no tendría su inseguridad ante aquel hecho?. Hoshi tanto como héroe y persona tenía una intuición increíble, que casi siempre se cumple al tener algún presentimiento que luego ocurre y el hecho de que el Tsubomi patriarca halla dicho aquello de "un presentimiento malo sobre mi" la colocaba nerviosa de que; esté conviviendo con alguno de sus hijos y le suceda algo feo a él enfrente de ellos y que igualmente terminen lastimados o peor por lo que llegue a suceder...

Siente que está exagerando.

—Es muy grande. —habló Kazuto, el hijo mayor mirando la gran casa en la que estaban y esperaban a qué les abrieran. Así es, él estaba ahí. Había pedido permiso en la academia para ir; y la condición era la cantidad limitada de días que faltaría que serían sólo unos tres y que después tenía que colocarse al día con todo.

—Es más grande que la casa del Enji-jisan gruñón —Gie fue ahora la que había hablado, alzando levemente una de sus cejas mientras rascaba su cabello pelirrojo-anaranjado levemente, suspirando—. Llevamos tiempo que no lo vemos... y Hatsulin o Takeshi ni lo recuerdan. —comentó bufando un poco.

La más pequeña presente aún miraba con sus grandes ojos la vivienda en donde estaban. Sus ojos mostraban inseguridad y a la vez emoción de ver a su abuelo; no tiene literalmente algún recuerdo de él o algo. Técnicamente ni del abuelo Hoshi o del abuelo Todoroki -del cual no sabe si tan siquiera conoció de bebé- tiene recuerdos, es como tener que convivir con un desconocido que te conoce. Sintió la mochila en sus brazos moverse levemente y que después unas orejas blanquecinas salieran de allí después de una nariz. Yuu estaba allí también.

La puerta finalmente se abrió luego de que Takeshi quien se veía bastante pensativo la tocará. Todos esperaban diferentes apariencias de Hoshi, considerando que es el padre de Katashi y que si éste sea el mayor de su familia de varios hermanos, tíos de ellos debía estar bastante viejo, muy arrugado e incluso enano como esos hombres que en su juventud eran altos y que por alguna razón al envejecer son bajitos.

Eiko sinceramente ya sabía su reacción ya que había hablado por video llamada con Hoshi para cordinar y confirmar todo aquel asunto, quería saber era como reaccionarían sus hijos. La mayoría tuvo que levantar la mirada para ver la alta silueta que se asomó, Hatsulin literalmente echó toda su cabeza hacia atrás para verlo, igualmente Yuu.

—¡Que alegría, han llegado!

La cara de los hijos mayores eran un poema mientras que la de los niños era simplemente curiosa y sorprendida por ver a aquel hombre alto, delgado aunque algo fornido que les recordaba a su padre en físico mayormente ¡incluso en el cabello!, con la diferencia del leve degradado carbono que había en sus puntas.

—Oh, por dios. ¿Que rayos te haces para seguir viéndote así?. —se indignó la de cabello anaranjado siendo la primera en hablar luego de unos segundos. Eiko por su parte chocó su frente con la palma de su mano una vez de que dijera eso primeramente.

—Me alegra verte de nuevo, Gie-san. —dijo en un tono suave y alegre el adulto mayor de oscuros y penetrantes ojos rojos hacia su nieta de cabellos anaranjados quien parpadeó para sonreír aún con sorpresa.

—¡Es un gusto verte de nuevo, abuelo! —exclamó animadamente el pelirrojo de mechones blancos -Kazuto- con una sonrisa alegre.

—¡Es un gusto verte a ti! Mírate, estás bastante alto; ¿qué edad tienes? ¿dieciocho? —preguntó el mayor presente con una graciosa curiosidad provocándole unas risitas a su nieto mayor. Hoshi miró hacia abajo viendo a Takeshi e igualmente a Hatsulin sonriendo en grande al verlos a ambos con atención, agachándose en cuclillas repentinamente.

Hatsulin dejo salir un leve sobresaltó ante aquello y casi de forma inmediata se fue a ocultar en la persona más cercana y capaz de ocultarse en ella; siendo Kazuto quien miró curioso detrás suyo para reírse levemente. El albino mostró desconcierto para después sonreír de lado y mirar a su sobrino niño menor quien sólo le sonrió. La de grandes ojos azules no podía prestarle mucha atención a la conversación que habían comenzado a tener Takeshi y aquel señor de quien aún no caía en cuenta que era su abuelo.

—Hatsulin-san —su pequeño cuerpo tembló levemente mientras sus manos se aferraron al pantalón de Kazuto. Podía sentir la mirada de todos en ella y eso la colocaba más nerviosa—. Soy yo, tu abuelo. No tengas miedo.

No hizo más que aferrarse aún más a la vestimenta inferior de su hermano mayor por aquellas palabras. Con sólo escuchar con más atención su tono de voz podía darse de cuenta que realmente si se trataba del mismo hombre con quién estaba hablando hace unos días y decía ser su abuelo pero considerando la inseguridad que tiene al estar con alguien nuevo y desconocido se puede entender que se coloque de esa manera, sobre todo al básicamente conocerlo en persona porque luego de esa llamada, no volvió a hablar con
él.

—Eres tímida ¿eh, Hatsulin-chan? —la forma en que la llamó ahora hizo que una presión apareciera en su pequeño pecho. Hasta ahora sólamente su padre era quien usaba el honorífico de "-chan". Aún duele que se haya ido—. Extrañas a mi hijo Katashi ¿no?, yo también lo extraño aunque lleve tiempo sin verlo. Es como en mi caso, te quiero a ti y a tus hermanos aunque casi no me conozcan o vean.

Sus pequeñas manos temblaron un poco mientras dudosamente a pesar del miedo iba asomando su cabeza hacia un lado, viéndose claramente sus grandes ojos azules observar al mayor algo de cerca por como estaba posicionado en el suelo. Podía ver una sonrisa de su parte; su expresión era tranquila pero a la vez feliz, parecía feliz por verlos a todos y por...

Conocerla, parecía feliz por conocerla a ella.

Sus cejas cayeron levemente hacia los lados mientras abría sus labios al ver sus facciones. Eran muy similares a las de su padre omitiendo los ojos y que la cara era más delgada pero fuera de eso era parecido a su padre: su cabello era del mismo color aunque tenía un tipo de tono más oscuro en sus puntas. Sus ojos eran rojos, como un rojo vino pero bastante profundos e igualmente inexplicables.

Abrió un poco los ojos al moverse sólo un centímetro por ver cómo el mayor mostraba ahora sus dientes en una sonrisa de lado y cerraba sus ojos. —Permíteme conocerte, Hatsulin-san. —habló con un tono grave pero aún manteniendo un timbre alegre que le causaba una extraña tranquilidad a Hatsulin.

Abrió un poco más sus ojos por sus palabras que parecían básicamente una petición. Miró hacia más arriba para ver a su hermano mayor quién le sonrió dándole unas pequeñas palmaditas en la cabeza para mirar hacia los demás integrantes de su familia; su madre le dió una dulce sonrisa mientras que Takeshi inclinó su cabeza dándole también una mirada de apoyo y Gie, bueno; sólo le levantó el pulgar pero el punto era el apoyo que le daba su familia y que le daba a entender que está bien.

Nuevamente miró hacia el ojivino con atención y aún asombro de que quisiera conocerla e igualmente le pidiera el permiso de conocerla como se debe básicamente. Él había dicho que no la veía desde bebé entonces la estaría conociendo. Poco a poco fue colocando una pequeña sonrisa tímida en su rostro, con un pequeño rubor en sus mejillas por la pequeña alegría y enternecimiento que sentía.

—Esta bien, abuelo...

—ES ALGO BASTANTE DECEPCIONANTE QUE DEJARA de usar su quirk desde ese entonces.

Hatsulin levantó la mirada confundida y a la vez nerviosa por lo que había dicho aquella mujer que igualmente no podía creer que fuera su abuela. ¡Se veía demasiado jóven! al igual que su abuelo Hoshi. Aunque no podía simplemente decirle "te vez joven para ser una abuela", tal vez para otros era un cumplido pero para la Tsubomi menor era aun tanto irrespetuoso decir algo así como así; era quisquillosa en ese sentido.

Miró nuevamente a aquella mujer de edad -que no parecía- quién mantenía una mirada de desaprobación en sus ojos los cuales eran azules, más claros que los de su progenitor pero que daba a entender que tenían similitud, sólo que estos eran afiliados y parecían demostrar desagrado y odio. Aquello la colocaba nerviosa desde que notó aquella forma de mirar que empezó con su madre y luego con cada uno de sus hermanos hasta llegar a ella.

A pesar del miedo y el dolor que sentía por sus palabras, no evitaba admirar su físico; su piel era muy blanca pareciendo de porcelana y que con algún mínimo toque se llegará a quebrar, tenía unas facciones delicadas y maduras que de alguna manera la hacían tener una cara bonita, ojos de un azul penetrante pero claro que demostraban una mirada fría y su cabello que era de color azul verdoso, era curioso ese color pero bastante bonito. Se preguntaba que tío paterno tendrá el cabello así.

—Hay que comprenderla, Atsuko; es una niña y la forma en la que desarrolló su quirk no fue el mejor. —Eiko habló con un tono algo molesto por aquella osadía de parte de la peliazul cuando se llegó a la conversación del quirk de Hatsulin después de los demás y que contara luego del cuestionamiento "¿y como va su desarrollo y control?", llegando a éste punto; en una gran tensión.

Sobre todo en Eiko y Atsuko.

Entiende de una vez que no todo tiene ser como tú lo dices. Si mi hija decide que por ahora o nunca use su quirk —siguió conversando la pelirroja mayor con un tono aún firme enfatizando la palabra "mi hija". Sus manos estaban en sus muslos apretándose contra ellos en un gesto de enojo y aguante—, no la voy a obligar. Mi hija debe hacer las cosas a su tiempo.

—Claro, claro. Podría hacer las cosas a su tiempo pero pregunto yo; ¿cuánto tiempo?. La vida sigue, Eiko, esa chiquilla no puede desperdiciar un quirk de esa manera si tiene mi sangre —replicó la mayor de cabellos de tonalidades verdosas colocando una de sus manos en su pecho al decir las últimas dos palabras para aclarar todo ese asunto—. Kazuto y Takeshi al menos hacen uso de él sin importar una infantería como esa para no usarlo, aunque Gie si es una inútil en todos los sentidos al no tener quirk —la nombrada apretó levemente la mandíbula por esas palabras, desviando la mirada—. Hatsulin al menos tiene oportunidad de ser alguien digna de nuestra sangre y dejar de lado esas patrañas y de dejar de ser alguien llorona y débil —y ahora movió sus fríos y odiosos ojos nuevamente a Hatsulin quien se encogió en su lugar temblando un poco—. Justo ahora; es una inútil.

—¡No le hable así a mi hija! —exclamó harta Eiko por sus palabras. Estaba demasiado molesta en estos momentos que incluso sus mejillas se colocaron rojas y sus manos estaban desprendiendo muy levemente una honda de calor—. Ella no es ningúna inútil, tampoco llorona o débil, Atsuko. No le hable más de esa manera ni a ella, ni a Gie, ni a ninguno de mis hijos.

—¿Cómo se atreve a hablarme de esa manera?. igual de desagradable que su hermano. ¡Aprende a respetar, mocosa!

—¡A mi Otōto no lo meta en esto!, y si quiere respeto ¡debes darlo tu primero! —chilló Eiko apretando sus puños con fuerza viendo como Atsuko temblaba en su lugar por la ira.

—¡Yo merezco respeto! Sólo digo la verdad. Hatsulin aunque tenga lastimosamente mayormente tu quirk, ella podría dejar de ser una inútil si usa su poder como se debe.

—¡Ya dejé eso!

—¡Mujer insolente!

Ahora los menores en el lugar miraban sucesivamente a Eiko y Atsuko que habían comenzado una discusión algo fuerte aunque infantil; Gie se veía molesta aunque aburrida en su lugar mientras que los dos varones de la familia tenían una expresión sorprendida y confundida todo el tiempo. Era extraña la forma en que discutían. La de grandes ojos miraba un poco a aquellas mujeres que seguían hablando para bajar la mirada nuevamente hacia sus piernas, sus manos apretaron la tela del pantalón negro que tenía luego de que emitiera un pequeño temblor.

"Inútil"; esa palabra no podía dejar de resonar en su cabeza cosa que le provocaba un sentimiento horrible en su pecho al punto de que sus ojos se cristalizaran. Otani ya le ha dicho aquello y que ahora su abuela lo diga la hace pensar que si es una inútil buena para nada sólo por ser una llorona, justo como dijo porque podría aprender a usar su poder cuando quiera pero su miedo no le permite eso junto con la nula motivación de hacerlo.

Sintió de repente un tacto en su cabeza que la hizo levantar ésta misma, mirando hacia arriba y luego hacia un costado para ver de quién se trataba viendo a su abuelo de cabello blanco y ligeramente largo caminando hacia los pasillos con las manos en sus bolsillos y a Yuu siguiéndolo. Notó como Hoshi la volteaba a mirar con una sonrisa para hacerle un gesto con la mano para que lo siguiera sorprendiéndola un poco por aquello para ver a sus hermanos que seguían viendo aquella discusión que aún perduraba.

Miró hacia la dirección de su abuelo insegura para bajar al suelo algo dudosa, colocándose nuevamente las pantuflas para caminar con confusión hacia dónde iba su abuelo tratando en serio de aguantar las lágrimas que querían salir de sus ojos.

MIRÓ HACIA SU ALREDEDOR DONDE ERA PARTE DEL gran patio que vió anteriormente; con un verdoso césped y múltiples cosas más, lo que más le llamaba la atención era los bellos arbustos con rosas u otras flores, sus ojos -aún algo tristes- destellaban ligeramente por esa bella imágen.

—Es hermoso, ¿verdad? —habló su abuelo con las manos en sus bolsillos y una sonrisa en sus labios parado justo al lado de Hatsulin quien asintió en respuesta viendo a Yuu tratar de atrapar una mariposa—. Oye,  Hatsulin-san.

La nombrada levantó la cabeza para observarlo y saber porque la había guiado a aquel lugar. Le causaba bastante intriga lo que sea que vaya a decirle o enseñarle. Total, justo ahora lo que quería era despejar su mente de las crueles palabras que dijo su abuela.

—¿Tú quieres ser heroína? —aquella pregunta ciertamente le causó mucha sorpresa ya que no se la había esperado para nada, ni siquiera estaba preparada o algo para responder algo así.

—¿Ser heroína?... —repitió las dos últimas palabras en un murmuro y en su mente al mismo tiempo para bajar la mirada. Su mirada se comenzó a mostrar nuevamente triste y decaída—. Como a todos los niños me gustaría ser heroína pero trato de olvidar ese gusto y ese pensamiento. —murmuró, bajando la cabeza levemente.

Hoshi volteó su cabeza hacia abajo por sobre su hombro por aquellas palabras dichas por su nieta menor. Podía sentir y ver claramente como se encontraba, se agachó como hace rato para verla mejor. —¿Por qué lo dices? realmente nada te detiene ahora sí quieres ir por el camino de ser un héroe.

Las manos de Hatsulin se apretaron levemente en forma de puños, sintiéndose igualmente impotente por la razón de que ya no quisiera o tratar de no querer ese pensamiento de ser heroína algún día. Aún le parecía grandiosos los héroes, como a la mayoría pero con todo lo que le ha pasado sus ánimos se han ido al suelo sobre todo con las cosas que le dicen y cree que son ciertas.

—No quiero lastimar a nadie con mi quirk, lo único que he provocado al usarlo es miedo, destrucción, y yo no quiero provocar eso... —comenzó a hablar con cierta tensión en su cuerpo, suspirando pesadamente sintiendo la mirada del albino en ella—. Ya varias personas incluyendo a mi abuela piensan que soy una inútil al no querer usar mi quirk. Trato de no pensar así pero es verdad, soy totalmente inútil. —sus ojos se empañaron levemente por aquello; le dolía ser una inútil—. Y no quiero seguir siendo una inútil pero nada me hace avanzar para hacerme más fuerte y aprender a usar mi quirk... No tengo ninguna motivación para hacerme más fuerte, nada me anima a ser heroína. No tengo ninguna razón para ser héroe, aunque trate de buscar...

El mayor se había quedado en total silencio por aquella revelación por parte de su nieta. Por un lado, estaba comenzando a profundizar con ella y por el otro pudo notar el miedo e inseguridad que poseía. Podía comprenderla por experiencia carnal y de padre a sus hijos. La siguió mirando de reojo para reincorporarse y colocarse enfrente de ella, volviendo a colocar una posición acuclillada para tomar sus pequeños hombros en sus grandes manos notando como la pelirroja levantaba la mirada con sorpresa y aún aquel toque de inseguridad en su gran mirada azulada.

Hoshi sonrió. Sabía muy bien por esa mirada que a pesar de su inseguridad ella quería ser heroína, encontrar aquella escencia que la motive a hacerlo. —Quieres ser heroína pero el miedo te detiene —los ojos de Hatsulin se abrieron levemente en sorpresa por aquello. Realmente si era cierto eso, pero antes de hablar él la interrumpió—. ¿Quisieras permitirme ayudarte con eso?

—¿Eh?... —musitó la pelirroja con confusión y aún sorpresa por aquello, estando algo perdida por sus palabras, viendo al de ojos rojizos quién embosó una sonrisa de lado de forma confiada y segura, dándole un pequeño apretón a sus hombros.

—¡Si! No te obligaré a nada sólo te ayudaría a desaparecer ese miedo que posees, ayudándote a controlar tu quirk —afirmó con su cabeza con seguridad—. ¿Qué dices?, es como entrenarte literalmente, así podríamos pasar más tiempo juntos. Le diría a tus hermanos pero dudo que les sea necesario, incluso Takeshi se nota que ha buscado como fortalecerse por si solo —miró un momento a su lado viendo como el canino se acercaba a ellos moviendo su cola. Nuevamente miró a su nieta—. ¿Y que opinas?

Las mejillas de su nieta estaban algo ruborizadas por aquellas palabras de su abuelo, sus ojos ahora brillaban no por las lágrimas si no por la cierta felicidad que sentía extenderse por su pecho ante sus palabras. El hecho de que fuera una forma de convivir más con él la emocionaba y entrenar para fortalecerse y aprender a usar su quirk era algo que de igual manera le emocionaba pero a la vez le asustaba porque como ya se sabe, la última vez que intentó aprender todo salió mal.

—Eiko-san me dijo que desde que trataron la última vez de entrenar, no has querido usar tu quirk —sus palabras nuevamente la sorprendieron, como si leyera su mente. Lo miró aún con aquel reflejo de conmoción en sus ojos. Hoshi comenzó a mostrar una sonrisa, dejando ver sus dientes—. ¡Pero no te preocupes!, nada saldrá mal si yo estoy aquí para protegerte. ¡Confía en mí, Hatsulin-san! te ayudaré de todas las maneras posibles para que seas alguien muy fuerte. Te ayudaré a encontrar esa motivación de ser héroe.

Nuevamente sintió aquella calidez en su pecho y como su corazón se aceleraba, su mano que estaba en su clavícula apretó la tela de la camisa por lo que decía. Su madre junto con su padre trataron de ayudarla y no salió bien y al menos su madre dejó de insistir pero realmente en su interior quería seguir intentando. Podría aprender a controlarlo y así sorprender a su madre, también enorgullecerla a ella y a su abuela, encontrar una gran razón para ser una heroína en un futuro.

Su cuerpo tembló levemente confundiendo un poco a Hoshi, pensando que había dicho algo mal pero ver aquella sonrisa comenzar a asomarse en sus labios lo hizo sentir tranquilidad aunque un poco de preocupación por verla derramar lágrimas pero podía notar que eran de felicidad.

—S-si... ¡si, por favor, ayúdame a hacer eso, abuelo! —chilló Hatsulin con tremenda felicidad, haciendo sonreír más al mayor—. N-no quiero seguir sintiendo miedo. Quiero enorgullecer a mi madre, a mi abuela... quiero ser más fuerte. Ayúdame por favor, a encontrar mi razón para ser un héroe. —afirmó aún con ciertas dudas por el miedo que sentía de que algo saliera mal pero estaba dispuesta a seguir, dispuesta a hacerlo.

Unas risas salieron de Hoshi, afirmando mejor su posición. —¡Yo te ayudaré, querida nieta! Sacaré el potencial y la fuerza que ya posees. —Dijo, para darle unas palmaditas a la cabeza.

SU MIRADA SEGUÍA VIAJANDO POR SU ALREDEDOR inquieta de donde sea que se haya metido Hatsulin luego de aquella ciertamente infantil discusión con su suegra. Aún seguía estando molesta pero ahora estaba nerviosa de donde esté su hija menor, aquella casa era literalmente una mansión, demasiado grande que cualquiera podría perderse, sobre todo su hija quien podría hasta llegar a entrar en pánico.

Esperaba que estuviera bien.

—¡Vamos, trata de atraparme!

Pestañeó levemente por aquella exclamación repentina de la distinguida voz de Hoshi, mirando hacia su alrededor exaltada de dónde sea que se halla escuchado. Parecía estar con alguien quien no dejaba de soltar exclamaciones de querer alcanzar algo. Alzó una de sus cejas para caer en cuenta del tono de voz así que se apresuró llegando a la entrada de lo que parecía ser un gran patio y en medio de éste podía ver a su suegro esquivar fácilmente los intentos de atrapar de su pequeña niña quién estaba nerviosa y cansada pero dispuesta.

—¡Sé que eres capaz de hacerlo! sólo esfuérzate! ¡Ánimo, Hatsulin-san! —exclamó sonriente Hoshi mientras Eiko simplemente miraba desde la entrada confundida, parecía que estaban entrenando.

—Y-yo... ¡yo q-quiero ser fuerte! —exclamó ahora Hatsulin algo nerviosa volviendo a lanzarse hacia el mayor para agarrarle la pierna siquiera pero no pudo. Sin embargo lo que le sorprendía a Eiko es la disposición que tenía su hija en hacer aquello.

Sus ojos estaban siendo tapados de perfil por los cabellos de su flequillo, con sus labios levemente separados de la sorpresa que aún sentía en ella. Ni siquiera cuando trató de intentarlo la última vez la había visto tan animada, quién sabe que le había dicho Hoshi para animarla así. La comisura de sus labios comenzó a levantarse en una sonrisa apoyando su mano en el borde de la puerta mientras su miraba estaba enternecida y nostálgica, mirando a su niña esforzándose al máximo.

Le agradece a Hoshi lo que sea que le haya dicho por provocarle disposición en su temerosa hija y que ahora se viera tan dispuesta en seguir con lo que parecía ser un entrenamiento.

Lo que parecía ser el intento de Hatsulin de dejar de lado su miedo.

¡Felicidades, has llegado hasta aquí!
Has desbloqueado a mas integrantes de la familia de nuestra pequeña Hatsulin; Los Tsubomi, familia paterna de Hatsulin por parte de Katashi.
Esten preparados por los que se acerca.


→S H A N X L A B Y X←

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