❪𝟭𝟱❫ ; 𝘀𝗽𝗮𝗿𝗸.

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ARC TWO; WINGS❫
*╔═══❖•ೋ°💙°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO QUINCE;
CHISPA
❛Tu decides como y a dónde guiarla❜

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©Shanxlabyx
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¡MIRA MIRA! ¡OTRA ESTRELLA FUGAZ! —CHILLÓ la pequeña estirando su brazo hacia el cielo. Su dedo índice señaló este mismo con una gran sonrisa, trazando el camino de dicha imágen—. ¡Es tan bonita, parece que deja salir chispas!

El albino levantó aún con aburrimiento su cabeza hacia el cielo, manteniendo sus labios hacia abajo en una expresión monótona y a su vez tranquila. Podía ver efectivamente como pasaba una estrella fugaz, esparciendo ligeras chipas en diferentes tonalidades. Justo como su hija dijo; como si dejara salir chispas. Inevitablemente volvió a pensar en su hija con cuidado al ver aquella estrella, le recordó a ella. Hatsulin podía ser una estrella fugaz, trazando su camino lentamente por el cielo, destellando en chispas y luces pero también podría extinguirse en algún momento.

Es como tú... —murmuró en un tono bajo, sintiendo la gran mirada de su hija posarse en él. Aún no la miró, sólo entrecerró sus ojos y sin que se diera de cuenta, apretó una de sus manos—: con una chispa y brillo único... que podría extinguirse lentamente, pensó para sus adentros.

La pequeña pestañeó levemente por aquello, ladeando su cabeza con curiosidad, notando la mirada de siempre en su padre pero pensativa en el cielo. Poco después volvió a mirar también. —¿Chispa?... pero si yo no chispeo... ¿se puede chispear?

Un pesado suspiró abandonó los labios del mayor pasándose una de sus manos por su rostro, negando un poco con la cabeza. A veces sólo lo confundía aún más que fuera así de inocente. Esperaba que al menos al crecer no fuera tan ingenua.

Agh, no lo digo de esa manera. Lo digo... metafóricamente —movió su mano, aún sin mirarla—. Todas las personas tenemos un brillo, una chispa en nosotros, incluyéndote. Tu chispa a mis ojos es única... y extraña. Por qué eres extraña. —señaló con un tono desinteresado.

»Tienes tu forma de brillar a los ojos de alguien más, algo que... no entiendo para nada. Con tu madre y tus hermanos es igual, cada uno de ellos tiene una chispa única —miró sus manos, llenas de cicatrices, notando una que sobresalía desde el suéter. Apretó su mano—. Los héroes la tienen, los villanos la tienen, todos la tienen. Aunque estos últimos pueden tenerlas extinguidas ya que, aunque no los sepas, ellos son los que sufren primero que todos para llegar a ser así —Hatsulin siguió observándolo con curiosidad, viendo sus manos—. Todos decidimos como usar esa chispa, como y a donde guiarla.

La pequeña observó ahora la gran y envuelta mano de su progenitor, luego observó la suya que era mucho más pequeña y estaba abierta. ¿Guiarlas?...

Si —contestó el albino directamente, manteniendo silencio. Luego alzó la comisura de sus labios, cerrando sus ojos —. No te vayas a atrever preguntarme a dónde guiarlas.

Hatsulin se quedó muda por lo que dijo varios segundos hasta que sonrió levemente con seguridad y a su vez vergüenza. Se abstuvo a asentir varias veces con los puños de sus manos a la altura de su pecho, sus mejillas se habían colocado un poco más rojitas de lo normal. El albino la miró atentamente y con confusión.

¡No, de verdad comprendí! eso creo... —susurró lo último, viéndolo suspirar hasta sonreír de lado, observando el cielo—. ¡Tengo que guiar mi chispa a dónde decida hacerlo!... ¿verdad?

El mayor se quedó en silencio para voltear a mirarla y darle una diminuta sonrisa, notando una mirada algo ida de su parte aunque no pudo notar esto al respecto porque sintió unas palmadas en su cabeza.

Me sorprende que lo entendieras, pero si, así es —dijo, ahora tomando sus mejillas con una sola mano viendo como estas estaban abultadas. Ella sólo lo observaba con sus grandes y brillantes ojos—. Guía a dónde quiera que vaya aquella chispa, Hatsulin-chan.

CORRÍA RÁPIDAMENTE, PROVOCANDO QUE SUS cabellos se balancearan de un lado a otro con el frío viento que estaba recorriendo el lugar y aumentaba por la velocidad en la que iba. Soltaba aire con cierta fuerza en su nariz para no jadear y cansarse más rápido, ya que tenía que volver rápidamente al auto antes de que se le hiciera tarde.

Volteó su cabeza hacia atrás, por sobre su hombro. Unos brillantes y grandes ojos azules observaron a su contrario quien la seguía como podía, entusiasmándose un poco más cuando la escuchó hablar;

—¡Vamos, Yuu-chan! ¡hay que tener en forma esa prótesis! —exclamó la chica, recibiendo un enérgico ladrido del gran y peludo Husky quien era el que la seguía.

Por fin pudo detenerse con la respiración muy tenuemente acelerada. La sonrisa en sus labios no desaparecía viendo la cola de Yuu moverse de un lado a otro, volviendo a ladrar en un tono grave y maduro, al ya estar bastante crecido en varios sentidos.

Ella observó a lo lejos al auto que la esperaba y como el chófer estaba a un lado de la puerta mirando al cielo. Suspiró, le seguía siendo muy exagerado el que Atsuko haya querido que la llevarán en un auto así, como si fuera alguien importante. No es importante -pensamientos de Hatsulin- como para ir así al sólamente ir a hacer la prueba de la academia.

Podía ir caminando, en bici, podría llevarla su madre o algo así sin necesidad de hacer algo así pero que más, Hatsulin decidió no refutar más a su abuela y que todo terminara mal. Aunque si lo hizo y la evidencia era que le pellizcó el brazo varias veces diciendo que "una Tsubomi tiene total derecho de ir como se debe". De verdad ya la tenía cansada eso pero se quedaría en silencio antes que provocar un problema.

Una tonalidad se escuchó, una pequeña melodía que daba a entender el que era una llamada. La pelirroja sacó este mismo de su bolsillo para poder ver la pantalla del aparato, pestañeando un poco al ver de quién era la llamada pero una sonrisa no tardó en aparecer entre sus labios, deslizando su dedo para contestar, dándole otra caricia al canino.

—¡Hola, hola! ¡Buenos días!

«—Buenos días dijo una voz masculina y seria al otro lado de la línea—. Sólo podrías haberme dicho buenos días también; estás igual de enérgica que siempre.»

—¡Estoy emocionada!, incluso Yuu-chan lo está. Justo ahora se encuentra a mi lado —dijo sonriente provocando que el canino ladrara y el chico al otro lado de la línea lo escuchara. Hatsulin sonrió, sosteniendo mejor su aparato de comunicación—. ¿Tu ya vas hacia allá?

«—Así es, justo ahora estoy en el auto, dirigiéndome hacia allá contestó de forma seria—. ¿Que hay de ti? Según me dijiste, también ingresarás por recomendación.»

Recibió rápidamente una respuesta positiva de la jóven, quién aún mantenía una sonrisa en sus labios, teniendo su mirada intensa puesta a la distancia del chófer de cabello castaño que la había distinguido y se levantó mejor para esperar que llegara hacia allá. Se quedó en silencio unos segundos, para seguidamente volver a hablar:

—En unos momentos iré hacia allá. Estaba haciendo algo importante —habló aún con aquel tono suave, agarrando mejor el celular—, pero de que voy, voy. ¡No tengo opción ni puedo negarme! aunque tampoco me molesta ir.

«—Sigo sin entender cómo es que te escuchas con energía a esta hora. Aunque también, el como dices sobre lo de "no tener opción" con tanto animo. Ella es como mi viejo y cuando hablo de él no lo digo con ánimo.»

—¡Lo sé! —habló aún sin quitar su tono risueño aunque aún así, su rostro se suavizó. Los orbes azulados que poseía se entrecerraron levemente, viendo hacia el Husky quien se sentó en silencio en el suelo—. Pero prefiero no mostrar desprecio por mucho que ella si lo demuestre. Respeto sinceramente el como te dirijas al estilo Shōto-kun a el tío Enji, sólo que yo no lo hago. Más o menos.

«—¿Estilo... Shōto?»

—¡Si, estilo Shōto-kun!

«—Oh murmuró al otro lado de la línea, sin quitar aquel gesto serio en su voz—... no entiendo. ¿Cuál es el estilo Shōto?»

La pelirroja se detuvo varios segundos en silencio, mirando hacia el cielo fijamente, volviendo a ensanchar una sonrisa, aunque el bicolor no la notará.

—No sé cómo explicarme, pero por eso digo ¡estilo Shōto! -—exclamó aún con una sonrisa, colocando una de sus manos en su cintura. Volviendo a recibir un "oh" de parte del Todoroki al otro lado de la línea—. Bueno, será mejor que cuelgue. Ya debo ir a la U.A para el examen. Me preguntó quienes podrían estar allí.

«—Mm... si. contestó sin más el heterocromatico, quién suspiró un poco, Hatsulin de alguna forma notó que estaba tenso—. Sólo te diré que... no te pongas intensa. No quiero estorbos ni distracciones, no te metas en mi camino... ¿de acuerdo?. dijo con un tono totalmente serio. Hatsulin supo que Enji estaba allí al otro lado de la llamada por la actitud que tomó el de cabellos bicolores, lo supuso desde un principio.

—¡Está bien! —respondió la jóven sin más, caminando hacia la dirección del auto, sosteniendo con su otra mano el maletín dónde llevaba sus cosas.

Nuevamente un pesado suspiro se escuchó al otro lado de la línea, provocándole curiosidad a la pelirroja que con una sonrisa a labios cerrados ladeó levemente su cabeza. «—Aún no comprendo el como accedes tan rápido o como no te ofendes por algo pero no te juzgare. Tu nunca lo haces conmigo los ojos azulados de la chica se entrecerraron un poco—. Estabas visitándolo ¿verdad? »

Otro silencio se presentó en el lugar, provocándole un poco de intriga el bicolor quien dejó de mirar de reojo hacia la ventana del auto para ver hacia la nada, en espera de la respuesta de su prima. Aquello había sido una clara respuesta para él, apretando un poco una de sus manos como arrepintiéndose de haberlo dicho de aquella manera y recibir casi la misma reacción; un silencio. Sólo hablaban mayormente por teléfono, pocas veces, pero cuando mencionaba algo así, podía sentir una pequeña opresión.

Ahora se sentía un tonto.

«—Oye, me disculpo si...»

¿Mm? ¡no deberías hacerlo! —fue interrumpido, provocándole desconcierto. Se escuchaba animada como siempre, aunque con un tono bajo—, me había quedado pensando, pero ¡si, estaba visitándolo! —un suspiro salió de parte del bicolor, uno pesado—. Era para tener suerte ¿entiendes? Hablar con mi abuelo a veces me tranquiliza y puede darme suerte.

«—Ya veo... murmuró Shōto, escuchándose el como se cerraba una puerta de auto. Hatsulin efectivamente se subió a uno luego de que hiciera entrar al Husky—. Supongo que ahora sí te diriges a la academia.»

—¡Si!

«—Bueno... Nos vemos allá, supongo.»

Rápidamente Hatsulin se despidió y ambos colgaron la llamada. Ella sostuvo el teléfono entre sus manos a la altura de sus rodillas al estar sentada en los asientos del auto el cual ya estaba dirigiéndose hacia aquella prestigiosa academia, viendo el nombre de su primo con los emoticones de una flama y un copo de nieve al lado de su nombre. Sus pulgares aún estaban a la altura de la pantalla, apretándose levemente.

Su mirada se desvió hacia su muñeca derecha, viendo aquel brazalete de cuero que siempre llevaba puesto. Una mirada fija de su parte era lo que obtenía, sin expresión alguna en su rostro hasta que fue suavizándose, con una melancólica sonrisa que el chófer había notado desde el retrovisor pero no había dicho nada.

Suspiró pesadamente, acomodándose mejor en su asiento, apoyando su mejilla derecha en su palma, viéndose levemente en el reflejo del cristal de la ventana la cicatriz que rondaba debajo de su ojo, de un tono un poco más oscuro a su piel tan blanquecina. Miraba con atención los locales y lugares de la ciudad de Musutafu, en dónde estaba aquella gran academia.

Yuu a su lado en el gran espacio del auto se sentó, cerrando sus ojos con calma aunque seguidamente se semi acostó para dejar su cabeza apoyada en el regazo de su dueña. Hatsulin miró hacia allí y le dió una sonrisa, acariciando su cabeza viendo como cerraba sus ojos celestes, disfrutando sus caricias. La pelirroja otra vez dirigió su mirada hacia la ventana.

—Allí voy, academia U.A..

BAJÓ DEL AUTO APENAS ÉSTE SE DETUVO, CERRANDO la puerta que había abierto por si misma antes de que el chófer, como de costumbre, la abriera. Giró su cabeza hacia el frente, con una expresión atenta y curiosa apenas se despidió de quién manejaba para que este avanzara.

Ya estaba allí, para hacer la prueba para los de recomendación. Aunque no pareciera por la expresión atenta y risueña en su rostro cicatrizado, tenía ciertos nervios, los cuales podía ocultar perfectamente bien.

Iba a dar todo su esfuerzo para pasar. No iba a decepcionar a nadie, sobre todo a su abuela, al no pasar la prueba. Demostrarse a sí misma que podía.

—Fuera de mi camino.

Escuchó una clara voz conocida no muy lejos, sólo a algunos metros, pudo reconocer de quién era, suspirando un poco. Con su uniforme de secundaria, sin llevar una bufanda y demás como otros ante la temperatura de su cuerpo que podía soportar el frío del ambiente, siguió observando aquellos cabellos heterocromaticos ir directamente hacia la entrada luego de pasar a alguien alto y de cabello negro quién se quedó observando hacia aquella dirección, aparentemente.

Por inercia comenzó a encaminarse para poder llegar a la entrada de la academia y a su vez, acercarse hacia aquel desconocido que era claro que también haría la prueba. Había visto a lo lejos a una chica con cabello verdoso, otra de cabello negro y apenas a una de cabello blanquecino aunque no pudo distinguir sus rostros.

Su mano se posó en el ancho hombro del chico al verlo algo paralizado en su lugar, notando como levantaba un poco sus hombros y la volteaba a mirar con una mirada ida y confundida. Hatsulin le sonrió, con amabilidad y calidez.

—¡Me disculpo por lo que dijo Shōto-kun! Él es así, sobre todo hoy. Parece y creo que está muy estresado —le dijo al chico que la miraba con atención, un poco más consiente—. ¡Demos nuestro mejor esfuerzo, posible compañero! ¡ten ánimo!

Golpeó amistosamente su hombro con su puño apenas comenzó a caminar a lo largo, tratando de animarlo. Lo había visto reaccionar y casi al instante caminar cerca suyo, viendo como colocaba una sonrisa notable y animada, haciéndola reír un poco.

—¡Si, demos nuestro mejor esfuerzo, posible compañera!

Hatsulin asintió varias veces por lo dicho del chico, quién ahora parecía devuelta en si luego de que Shōto le haya dicho aquellas crueles y directas palabras. No pudo notar que hizo exactamente el chico pero bueno. Con sólo decirle a ella que no lo distrajera y prácticamente que no quería estorbos sabía que estaba molesto.

Ya se imaginaba por qué razón.

UN SUSPIRO SALIÓ DE ENTRE SUS LABIOS DE FORMA algo pesada, soltando su cabello de la coleta alta al haber terminado finalmente los obstáculos y demás de la prueba. Todos eran muy buenos y lo reconoce y admite sin duda, incluso con el quirk de uno de ellos casi se hunde literalmente en el suelo aunque pudo arreglárselas.

Todos tenían allí un quirk fascinante a sus ojos y llamativo. Aparte de nerviosa se había puesto entusiasmada de como les llegará a ir a todos. Al final había quedado de tercera en la prueba después de su primo y de aquel chico alto y luego de ella, bueno... no sabría decir, la chica que quedó después de ella en su lugar se le hacía sumamente conocida; era a la que vio de cabello blanco.

Sentía una familiar y pesada mirada en su cuerpo desde que todos y todas habían sido organizados para hacer la prueba. Y ahora no era la excepción, si de por sí ya había sentido un ambiente tenso entre Shōto y el otro chico, ahora lo sentía en ella y en la peliblanca de ojos rojizos que a pesar del color, también se les hacía familiares.

Miró hacia un costado suyo al notar a la misma chica peliblanca con su mirada pegada en ella. Su contraria que era apenas más alta que su persona estaba bebiendo agua desde lo lejos, sin dejar de mirarla como un Alcón acechando a su próxima presa. Apretó sus labios levemente y desvió la mirada: extraño, parecía mirarla con odio el cual, si supiera quién era lo podría entender pero ahora no lo entendía.

No es como si le molestara que la odiara de alguna manera, no era la fantástica persona de fantasía a quien todos quieren y nadie odia, sentía que si todos llegarán a amar y no odiar a alguien sería extraño y exasperante agradarle a todos, no le molestaba que le agradara a alguien pero ¿a todos? Ya sería extraño en muchos sentidos. Sólamente le confundía que la estuviera prácticamente mandando miradas y claros sentimientos de odio sin... ¿conocerla?. Se sentía como un Deja Vu.

Tragó saliva levemente luego de respirar profundo. Vamos, debía fijarse en lo que sería lo siguiente en hacer en la prueba. Ya se había hecho la física, ahora se preguntaba que harían. Debería haberle preguntado a su madre que era lo que se hacía a los recomendados, ni a su hermano Kazuto o a su otro hermano Takeshi habían experimentado aquello de recomendación como para preguntarles.

Ahora se preguntaba cómo estaría Kazuto.

—Más bien, ahora estoy preguntándome muchas cosas... —se dijo a si misma en voz baja mientras rascaba un poco su nuca.

A veces ni podía mantener la cabeza en algo, se preguntaba algo y después estaba preguntándose otra cosa de la nada, como si de un tema surgiera otro de golpe sin que se diera de cuenta. Suspiró un poco, levantando su mano derecha para ver la pulsera que poseía y se había subido hasta los codos y debajo de las mangas de su chaqueta para que no se quemara con su quirk.

Siguió observándolo unos segundos sin decir nada, apretando levemente sus cejas hacia abajo. Sintió una opresión en su garganta por eso pero con suspirar rápida y pesadamente se relajó, agitando su cabeza para subirla y mostrar rápidamente una sonrisa cuando sus contrarios comenzaron a agruparse.

Seguía sintiendo la mirada pesada de la peliblanca la cual casualmente se había agrupado a su lado izquierdo. Por instinto apretó su mano derecha manteniendo aún aquella sonrisa, pero sintiéndose inquieta de su mirada tan fija. Su contraria mantenía su ceño y labios fruncidos observándola, hizo una mueca y rápidamente miró con desgana hacia el maestro que se había colocado enfrente de todos.

YA ESTABA NUEVAMENTE CAMBIADA CON EL uniforme de su secundaria, teniendo su cabello atado en dos coletas con listones negros y estando caídos en sus hombros como casi siempre. Había tocado la puerta y después fue invitada a entrar al lugar por alguien, viendo a dos sujetos, uno sentado en el sofá y el contrario estaba levantado.

A uno lo conocía de vista claramente y sabía quién es, al otro también lo conocía de vista aunque no sabía su nombre, bueno, se le olvidó. Había sido el a cargo de la prueba con otro maestro robusto y obstinado al cual reconoció como un héroe aunque a este se le hacía un poquito difícil pero sabía quién era más no recordaba bien su nombre.

Siguió mirándolo unos segundos y luego sonrió amigablemente, haciendo una reverencia ante él maestro del cual lastimosamente se le había olvidado su nombre y a su contrario.

—Tiempo sin verte, Hatsulin-chan —dijo con aquel tono elegante y a su vez amigable el roedor conocido como el director de la academia—. Es un gusto tenerla a usted y a los demás aquí.

—¡El gusto es mío, director Nezu! —dijo eufórica mientras asentía con energía y decisión, sin quitar en ningún momento la gran sonrisa en sus labios. Fue a sentarse en uno de los muebles en cuanto el director le indicó con su pata que se sentara.

Sentía nervios justo ahora pero se mostraba bastante segura en su exterior aunque sin que ninguno de los dos lo notara, sus manos estaban echando una pequeña honda de color apenas visible que ella con sólo frotarlas levemente con su falda se calmaba.

El más alto se había sentado a un lado del director, con una expresión seria y aburrida pero con una mirada levemente analítica en la menor quién de forma exitosa mantenía en su exterior la compostura aunque por dentro estaba nerviosa.

—¿Te apetece un poco de té? ¡Está recién hecho! por lo que sigue caliente y puede calmar los nervios. —declaró el oso-roedor sosteniendo desde el mango la tetera con té caliente, aún soltando vapor. Hatsulin se sonrojó mientras que una pequeña aura avergonzada aparecía a su alrededor de que él haya adivinado sus nervios.

—Por favor y gracias. —agradeció en un tono bajo, suavizando su rostro mientras tomaba la taza con cuidado y dejaba que el director la llenara.

Hatsulin lo acercó de vuelta a ella manteniendo una sonrisa en sus labios, viendo en aquella agua caliente y vaporante se reflejaba en hondas su rostro y sus ojos. Apenas pudo beber un sorbo cuando la puerta fue abierta.

—¡Lamento mi demora!, estaba ocupada en un asunto que pensé que era importante. —agitó su mano la peliazul mientras se adentraba al sitio con una mano en su cintura y una juguetona sonrisa en sus labios.

La mirada de Hatsulin se levantó y luego sus labios se alzaron en una sonrisa al ver a aquella bella heroína coqueta quien no tardó en sentarse al otro lado del director mientras cruzaba su pierna encima de la otra aún manteniendo su sonrisa.

—¡Oh, una linda chica! Me gustan sus ojos, muy grandes y azules, pero me colocan inquieta. —habló animada Midnight cubriendo su sonrisa con su mano al aguantar una risita. Después agitó su mano un poco, viendo sus uñas—. Yamada-kun tardará en venir, sigue en la máquina expendedora.

—Oh, no hay problema con eso. —dijo Nezu mientras juntaba sus patas en una pose elegante y a su vez pensativa.

—Podría haberse esperado después... —murmuró el azabache negando con su cabeza con desaprobación y una mueca perezosa.

—Ay, déjalo ser.

Hatsulin observó a Nemuri y luego al más alto sucesivamente, bebiendo sin soplar el té caliente con sus ojos fijos en ellos, después de todo estaba acostumbrada al calor. Se acomodó en su lugar con más ánimo que antes, sonriendo sin mostrar sus dientes, en espera de que le preguntarán lo que tenían que preguntarle aunque aún así, los nervios no faltaban.

—Bueno, será mejor que comencémos. —Nezu tomó la palabra haciendo asentir inmediatamente a la pelirroja, preparada para lo que le preguntarían.

Al comienzo fueron preguntas básicas que pudo responder sin problema, consumiendo sus propios nervios al tomarse un sorbo del té caliente. Más de una vez notó a la heroína Midnight mirarla un poco aturdida cuando bebía el té así nada más, sin soplar pero bueno. Literalmente su cuerpo es calor, ya estaba acostumbrada a él a así que no le afectaba.

—¿Llegaste a lastimar a alguien con tu quirk a propósito? —cuestionó Aizawa con seriedad.

—No, Aizawa-san. No lo negare, si lastime a alguien con mi quirk —había dicho sin rechistar la pelirroja, dejando la taza de té en el pequeño plato—, pero no a propósito; fue cuando desarrolle a mi quirk. Toque a una compañera sin querer y la queme, pero no de forma intencional. —contestó firmemente.

Los adultos asintieron en silencio ante aquello, Hatsulin respondía todo sin problema alguno y de forma directa aunque claramente al comienzo hacía una pequeña pausa cuando se trataba de algo para recordar respecto a algún suceso de su quirk.

Ahora Nemuri, conocida como Midnight, fue quien habló de forma minuciosa y seria:

—¿Tu quirk llegó a lastimar a alguien hasta el punto de matarlo? —cuestionó la peliazul con su mirada fija en Hatsulin.

La pelirroja la observó con sus grandes ojos azulados, negado con su cabeza de forma leve, quedándose en silencio en varios segundos mientras su sonrisa se tensaba ligeramente, doblegándola un poco. —No. —dijo teniendo unas pequeñas pero feas imágenes inevitables en su cabeza ante la palabra "matar", sintiendo escalofrios con sólo pensar en eso.

Preguntas de ese tipo habían sido las que le habían echo, tanto Aizawa, Nemuri como Nezu eran los que preguntaban aunque los dos primeros eran quienes lo hacían más continuamente cuando se trataba del quirk. Hatsulin no tardaba demasiado en responder ya que pensaba bastante bien su respuesta como le han enseñado a hacer varias personas, no por dificultad.

Aunque no evitaba que tuviera cierta dificultad y que en su cabeza, con alguna pequeña palabra que ellos dijeran, un recuerdo rápido aparecía, más de una vez de forma disimulada había tragado saliva para calmarse.

Las preguntas siguieron hasta que llegaron a la que parecía ser la más importante y una que dejó en silencio unos segundos a Hatsulin. Había sido Aizawa quien fue el dueño de hacer dicha pregunta: —¿Qué es ser héroe para usted? ¿por qué quieres ser una heroína?

Hatsulin se quedó en silencio varios segundos, dirigiendo sus orbes azulados hacia el agua del té que ya era poca y también se veían ligeramente unas pequeñas hojitas al fondo. Aizawa estuvo apunto de repetir la pregunta hasta que ella habló:

—¿Por qué quiero ser heroína?... ¿que es ser héroe?... —murmuró repitiendo para si misma aquellas dos preguntas. Luego, los miró finalmente—. Yo aún sigo preguntándome qué es ser un héroe —dijo, para sorpresa de los adultos aunque aún así, ella siguió hablando—, pero la razón de por qué quiero serlo es para luchar por las personas, proteger las sonrisas y hacer que vivan en paz y calma. ¡Incluso para vivir y sonreír por aquellos que no pueden! —sonrió animadamente y con seguridad.

»Hay muchas personas que están sufriendo hoy en día, hay algunas que dejan de sonreír o dejan de vivir por varias razones. Así que, yo quisiera ser aquella persona, aquella heroína que lleve sus sonrisas y viva por aquellos que no pueden, quisiera ser heroína para ser la chispa, para ser la flama que encienda sus corazones en esperanza —dijo, dirigiendo su mirada al techo sin evitarlo. Sonrió un poco más, con nostalgia—. Quisiera ser heroína por esas y más razones, ser la esperanza de otros y ser quien luche y viva por otros.

Todo se quedó en silencio por aquella declaración, la menor seguía observando hacia el cielo con un poco de nostalgia ya que había recordado vagamente las palabras que alguna vez Senshi había llegado a decir, antes de que sucediera lo que le pasó.

«—Puede que sea cursi, pero me gustaría que ambos siguieran luchando hasta el final —dijo el moreno mientras mordía un pedazo de pan. Hasta sonreírles, mostrando aquellos colmillos—. ¡Si me pasa algo, vivan y luchen por mi y por otros!»

DETUVO SUS PASOS JUSTO A ENFRENTE DE DONDE el chófer la estaba esperando, sosteniendo la mochila que llevaba en sus hombros. Sus ojos estaban bastante pensativos luego de haber dicho sinceramente aquella última respuesta ante la pregunta prueba que les había echo los maestros y el director. Se preguntaba que habrán respondido sus contrarios, que habrá respondido Shōto ante eso.

Volteó su cabeza hacia la gran academia de ventanales azulados que justo ahora estaban siendo reflejados por la luz anaranjada y amarilla del atardecer junto con el cielo que poco a poco comenzaba a cambiar de color. Había hasta un destello por la luz del sol que poco a poco dejaba su lugar en la punta del cielo.

Su mano se había levantado justo hacia la dirección de aquel enorme lugar de donde había acabado de salir, como si fuera a alcanzarla. Siguió con su mano estirada hacia allá hasta cerrar su palma en un puño, teniendo una mirada determinada y a su vez nostálgica.

—Voy a lograrlo, Senshi-kun, papá, abuelo —dijo con decisión, sonriendo en grande—: voy a alcanzar aquella chispa.

( NOTA DE LA AUTORA )

¡Primer capítulo del acto dos publicado! ¡con el capítulo 15, se da el comienzo del arco del anime!.
De verdad estoy muy feliz por haber llegado hasta aquí luego de ya un tiempo. La emoción de verdad no podía soportarla ni un poco para comenzar.
Muchas cosas sucederán justo ahora.
Lit:

Otro camino ha comenzado para Hatsulin ¿que creen que pase?
¡Muchas gracias por llegar hasta aquí!
¡Nos vemos en el siguiente capítulo! ¡Plus Ultra!

→S H A N X L A B Y X←

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