❪𝟭𝟵❫ ; 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗹𝗶𝗰𝗮𝘁𝗲𝗱.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

ARC TWO; WINGS❫
*╔═══❖•ೋ°💙°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO DIECINUEVE;
COMPLICADO
❛Algo bastante difícil❜

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
━━━━━━━━━━━

HABÍA LLEGADO FINALMENTE A SU CASA, BUENO, ALGO así era. Más que nada parecía una mansión que era rodeada considerablemente por unas paredes de concreto medianas y entrelazadas con estas había rejas, aunque se veía común y elegante al mismo tiempo, tenía bastante protección porque uno nunca sabe cuándo algún pillo quiera meterse a robar aunque sería algo bastante complicado.

Ahora se había dejado caer en su cama en cuanto se terminó de desvestir y luego colocarse una ropa más cómoda para estar relajada en esos momentos hasta la hora de la cena y después, lo usual de lo que hace la mayoría del tiempo, cada día sin falta. Tenía su cabello totalmente suelto, ya que a comparación de los listones que usó para la U.A  tenía dos opciones de cambiarse el cabello; amarrarlo en una coleta baja, alta o una moña o simplemente hacerse las mismas dos coletas en sus hombros con las ligas que suele usar.

Tenía puesta una remera gris y unos shorts negros, dejando sus piernas expuestas y con eso, las ciertas cicatrices que poseía; las que resaltaban considerablemente eran las de sus tobillos, eran del mismo ángulo pero no estaban unidas; como dos rajas a cada lado de forma dispareja, eran similares a las de sus muñecas y era clara la razón de los grilletes que llegó a usar, en su cuello también tenía pero salían más desapercibidas por su cabello que cubría esa zona.

Tenía cicatrices en varias zonas de su cuerpo, en sus muslos o sus rodillas; más que nada por las heridas que tuvo en Nakano ante cada entrenamiento bruto que tenían y le dejaban horribles heridas que, aunque no dejarán marcas igual de horribles o notables como la de su rostro, habían terminado aún en su piel; con sólamente verlas o sentirlas con las yemas de sus dedos se quedaba absorta del mundo ajeno.

Ella era como una muñeca de porcelana; a simple vista podía verse hermosa, pero estaba llena de grietas.

—¿Y viste algún chico potencialmente lindo?

Sus ojos se abrieron ligeramente ante el imprevisto que sintió de la repentina pregunta que le había hecho su hermana quien se había colado a su habitación como si fuese la dueña pero bueno, hasta ese punto ya se había acostumbrado con los años. No era ninguna desconocida o algo por el estilo, no se preocupaba demasiado aunque a veces incluso se metía cuando estaba vistiéndose o desvistiéndose.

Gie podía ser alguien bastante descarada en ese sentido, de meterse cuando no tenía muchas prendas de ropa encima e incluso se burlaba o le decía comentarios fuera de lugar. A pesar de tener diecinueve años era alguien infantil, aunque su carácter y mal humor no se han ido. Gie también suele ser alguien algo altanera, no teme en provocar a los demás o decirle las verdades a la cara. Por mucho que no tenía quirk, si tenía muchas agallas.

—Mm... —tarareó como si procesara sus palabras. Sus ojos se colocaron como dos pequeños puntos ante su expresión confundida—. No lo sé, ¿por qué debería haberlo notado?

La pelinaranja a su lado alzó una de sus cejas, luego de eso cruzó una pierna sobre la otra de forma femenina mientras sus manos se apoyaban en la cama y se inclinaba hacia atrás, sus ojos rojizos se entrecerraron un poco observándola aún sentada hasta que se encogió de hombros levemente y después ladeaba una sonrisa en sus labios levemente rojizos aunque no se comparaban con sus ojos que si que eran así, como los de Eiko.

—Eres una adolescente, duh, para buscar novio o algo así. —dijo con obviedad mientras que Hatsulin se sentaba cruzando sus piernas en forma de meditación—. No quiero que simules ser viuda por el Yūto ese.

—Número uno; yo no quiero ni me interesa ahora tener pareja. —enumeró con su dedo índice al alzarlo, teniendo una expresión expectante y atenta a su hermana que ahora tenía una aburrida—. Número dos; yo no soy viuda por qué no fui su novia, sólo era un gran amigo, como Hitoshi-kun. —mostró ahora junto con el dedo índice, el dedo del corazón, teniéndolos los tres levantados. Para finalizar, levantó también el dedo anular—. Y número tres; es Yūta, no Yūto.

Hai, hai~. —afirmó Gie agitando su mano en el aire como si no creyera en lo absoluto las palabras de su hermana, sin tomarle importancia alguna a lo que dijo.

—Hablo en serio. —llamó su atención al escucharla con un tono de voz más duro y serio—. Y número cuatro; no te refieras a él como una burla, Nee-chan, es una falta de respeto que lo nombres de esa manera y te lo tomes como un juego, por qué puedo sentir claramente la diversión que sientes y eso no está correcto. —los labios de la mayor se apretaron un poco al notar que se había molestado—. No quiero... que te refieras a él como burla... —y ahora la miró quitando su expresión regañada cuando notó el tono algo dificultoso que usó.

A pesar de su voz, la pelirroja estaba con la cabeza en alto, con una mirada firme y sus labios en una curveada línea recta mostrando una expresión seria. Aunque los detalles hacían que doblegara; sus cejas estaban fruncidas pero también algo ladeadas a los lados y su mirada, ni que decir, era una mezcla de sentimientos como la molestia y a su vez, la melancolía, la tristeza, la impotencia. Gie con sólo observar sus ojos fijamente podía darse de cuenta lo que sentía.

Y ahora se sentía mal por haberle provocado eso.

Aunque no lo demostrara en lo absoluto, podía saber que a Hatsulin ya de por sí se le hacía bastante complicado mantenerse de pie día a día, con la autoestima en alto y una gran sonrisa que demostraba calidez y confianza, pero qué una parte de ella estaba totalmente despechada, rota, dañada en varios sentidos que cubría con su "actitud de sol" como dice su madre, como para que ella misma viniera y olvidando lo delicado que era aquel tema, lo mencionara sin descaro alguno. No lo había hecho en juego, quizás si en burla pero porque se le salió solo y sin evitarlo, aunque bueno, podría haberlo evitado si tan sólo pensara con cuidado sus palabras.

Se supone que era su hermana menor, tenía que cuidarla y ayudarla con sus problemas por mucho que ésta siempre se negara retundamente a recibir ayuda e incluso algún consuelo, tenía que animarla y hacerla feliz lo más que pudiera. No deprimirla, aunque molestarla le gustaba pero de una manera cómica y familiar, como cualquier hermana a otra hermana, no molestarla de esa manera.

—Lo siento. —la mirada de Hatsulin cambió un poco, abriendo sus labios ligeramente viendo como Gie desviaba la mirada hacia otro lado—. No había sido mi intención jugar con eso, fue un impulso...

La menor se quedó observándola varios segundos de forma expectante para después suspirar y sonreír de costado, de forma suave y tranquila. —No te preocupes, no pasa nada. No me moleste contigo, si no con lo que dijiste. —habló con un tono suave y ya más tranquilo—. Sólo trata de no decirlas de esa manera, con cualquiera. Es bonito decir las cosas tontas que hacía Yūta-kun pero que lo dijeras como un juego ya fue algo ofensivo. —cerró sus ojos mientras mostraba una sonrisa—. Es como si te dijera en cara y burla como tú novio te dejó.

El cuerpo de la mujer se tensó abruptamente ante las últimas palabras que dijo su hermanita, quedando en la misma posición aunque tensa y también temblaba pero en la molestia e incomodidad que la recorrió al momento que la menor de los Tsubomi había dicho aquellas simples palabras que le habían dado justo en su orgullo de mujer empoderada, que justo ahora había sido ofendida por su hermanita menor.

Sabía que lo dijo en venganza, pero el que lo haya dicho de esa manera tan tranquila fue lo que la irritó más, pero de forma cómica y "cálida" por así decirlo, como cuando pensó en la forma familiar y graciosa en que llegaba a molestar a su hermana por tonterías y demás, justo así se sintió.

Gie sonrió de forma tensa mientras que miraba a Hatsulin con sus ojos blancos y aún manteniendo aquella sonrisa que era bastante retorcida, había aparecido incluso una vena en su frente en señal de la molestia que su cuerpo sintió. Una aura oscura y con pequeños destellos blancos la rodeó, mirando a su hermanita que seguía en la misma posición con la misma sonrisota.

—¿Disculpa? —dijo con voz algo temblorosa hasta tomar una de las almohadas que había y estamparsela en la cabeza con ira, apenas logrando que el cuerpo de su hermana se doblara hacia adelante—. ¡En primer lugar, yo lo deje a él, él no me dejó a mi! Yo era demasiado para ese patán.

—Primera etapa; negación.

—¡Cállate!

NUEVAMENTE OTRO DÍA EN LA ACADEMIA, EN ESTE caso, si se encontraba yendo con Shinsō a quien finalmente convenció con que lo llevarán y no se fuera solo a la U.A así como ella y que estuvieran solos juntos, algo que dejó con cara desierta al pelivioleta pero después terminó suspirando y accediendo, terminando en la limusina de su amiga con tranquilidad.

Ciertamente no era incómodo: conocía a Hatsulin desde pequeños, ella era cálida y tranquila -a su manera y también verdadera tranquilidad, cabe decir- y le sacaba conversación de lo más fluido por lo que no se preocupaba. Hatsulin por su parte estaba bastante relajada, a pesar de la hora que siempre suele levantarse se veía con energía mañanera -que nadie sabe de dónde saca ni por qué- y con ánimo, aquello era claro por la usual sonrisa en sus labios.

Un bostezo salió de entre los labios del de extravagante cabellera, teniendo que tapar su boca con una de sus manos debido a lo largo que había sido su accionar, teniendo una pequeña lagrimita en su ojo ante la fuerza que había hecho con sus pulmones. La pelirroja a su lado lo terminó observando ante aquello mientras inclinaba su cabeza y después sonreía.

—¿Te la pasaste nuevamente viendo vídeos de gatos hasta tarde? —cuestionó de forma amigable y también a su vez con gracia pero no de burla, si no cómica.

—Si y no. —respondió sin sentido y con pereza mientras que cerraba sus ojos somnoliento como de costumbre. Terminó recostando levemente su hombro en el de Hatsulin y también un poco su cabeza encima de la suya—. Yo a veces me pregunto cómo es que tú no logras tener ojeras si a veces duermes como sólo una hora y después te despiertas así nomás. ¿Usas maquillaje? —de forma acusadora le pasó el dedo por debajo de los ojos verificando que no se cubriera las ojeras con cosméticos.

—Ay. —se quejó la Tsubomi tomando sus dedos con su mano dándole una sonrisa—. No, no uso y con lo otro... no sé ¿genes?

—Espera, ya note las ojeras. Tus ojos la hacen pasar desapercibidas. —ignoró Hitōshi lo que había dicho Hatsulin anteriormente picando efectivamente unas líneas ligeramente oscuras debajo de sus ojos, sacándole una queja de que hiciera eso pero se detuvo, colocando sus manos en su regazo y cerrando sus ojos otra vez—. Sólamente hay que mirar con atención... Por lo menos puedo mantener más tiempo contacto visual contigo y lo noto, las demás personas que tratan de tener mucho tiempo contacto visual contigo se arrepiente en plan seguramente: «estúpidos y bonitos ojos que nos ponen nerviosos».

—No le digas estúpidos a mis ojos. —reprochó con una sonrisa y cierta gracia al soltar una pequeña risita por el comentario perezoso que dijo su amigo—. Y...

—No vayas a decir que tampoco son lindos tus ojos por qué si lo son. Fin de la discusión que quiero dormir unos minutos.

Hatsulin se quedó con las palabras en su boca e infló momentáneamente sus mejillas en "molestia" de que le quitará lo que iba a decir hace unos momentos. No consideraba sus ojos lindos ni nada, sólo los consideraba... ojos, la verdad no lo pensaba con exactitud pero no creía que fueran lindos pero tampoco que fueran feos; quizás pensaba que si eran bastante grandes pero nada del otro mundo, al menos en su salón con sus nuevos compañeros vio a algunas chicas con los ojos igual de grandes que los suyos.

Miró por la ventana apenas sintió al Shinsō recostarse un poco más contra su hombro y su cabeza, sin inmutarse demasiado porque puede aguantar su peso y cualquier desequilibrio que sintiera por lo que no le importaba, sólo quería que su amigo estuviera descansado y no durmiéndose en la clase porque eso hacía en la secundaria parte del tiempo cuando se había vuelto a reencontrar con él. Vaya fue la casualidad de que Shinsō estaba en la misma escuela y nunca lo notó.

Aunque según él dijo estaba en otra clase y se la pasaba desapercibido, ya que ni él sabía que ella estaba estudiando igualmente allí.

Suspiró hondo cuando recordó la secundaria; había sido una de sus etapas más duras pero alegres de su vida, una etapa que terminó siendo totalmente un desastre que le dió una grieta más a su corazón, quizás una de las más grandes, con todo lo que pasó y no quería que volviera a pasar. Su plan era de verdad tratar de no relacionarse demasiado con sus nuevos compañeros y no terminar encarinándose demás con alguno de ellos, trataría de ser lo más firme posible para seguir esa pauta; no relacionarse mucho con sus compañeros para tener mucho cariño en ellos porque sabía o suponía exageradamente que los perdería o los alejaría como lo hizo con sus amigos de la secundaria cuando Yūta falleció y terminó cortando su amistad y lazos en el duelo que hizo.

❛Que pensamiento más largo❜ había dicho Hatsulin en su mente con una pequeña sonrisa nerviosa al momento de darse de cuenta de lo largo que había dicho el nombre de su "misión" de no encariñarse tanto con las personas. Abrió sus ojos mirando por la ventana, sintiendo y escuchando unos pequeños ronquidos de parte de Hitōshi. ❛Siento que va a ser muy difícil cumplir eso❜

Luego de unos minutos ya estaban cerca de la U.A, ya podía divisar a varios estudiantes de todos los años caminando hacia la academia, solos, en grupos, con alguna persona etcétera, también algunos llegaban en bicicleta o en otros vehículos. Shinsō seguía dormidito recostado en ella por lo que no lo molestaría hasta estar muy cerca de la academia y que apenas se levanté del auto esté tambaleándose del sueño.

Seguía observando por la ventana que estaba medianamente abierta, teniendo mejor vista. Pudo percibir de repente como alguien rubio en una motocicleta pasaba a su lado, fue parcialmente rápido pero pudo distinguir quién era; nuevamente era Takeru. Parpadeó varias veces al darse de cuenta de que era él, no pudo evitar pensar como es que siendo todavía tan joven manejara un vehículo de esos motorizados. Cada vez le causaba más intriga, tenía que hablar cuando pueda con él y preguntarle de dónde se conocen, porque el pensamiento de que lo conoce de algún lado sigue ahí.

Se percató después de que ya se divisaba la academia por lo que miró hacia su amigo y le movió la pierna varias veces pero de forma gentil para no exaltarlo al despertarlo o algo por el estilo. —Hitōshi-kun, despierta, que ya llegamos.

El chico se quejó un poco removiéndose hasta que la chica seguía agitándolo y dándole palmadas para que se despertara así que cediendo abrió sus ojos con pesadez y después se reincorporó. Dió un gran bostezo cerrando sus ojos y rascando su cabeza algunos segundos para tratar de estar menos somnoliento aunque por mucho que ya estuviera más despierto la cara de sueño no se le iba.

—Ahora... que lo pienso... —murmuró con pesadez mientras frotaba una de sus manos contra su ojo izquierdo, mirando a su amiga con el otro, observando como lo miraba con curiosidad—. ¿Y tú hermano? ¿no vino contigo hoy? —cuestionó más despierto pero aún manteniendo aquel tono serio y adormilado de su parte.

Hatsulin se quedó en silencio por su pregunta como si pensará en que responder aunque inevitablemente pensó en su maestro Aizawa debido a la cara y el tono de voz. «¿Será su hijo perdido?» pensó un poco curiosa para si misma hasta que sonrió, tratando de dejar de lado aquello y seguir pensándolo después.

Levantó su mirada al techo del auto y colocando uno de sus dedos en su mentón. Pensó en Takeshi unos segundos, inclinando su cabeza, luego respondió:

—Takeshi-kun avisó que estaría en la agencia en la que hace las pasantías por lo que no llegó a casa. Creo que sigue trabajando o ya llegó a la academia. —murmuró pensativa sintiendo como detenían el auto recibiendo un «Ya llegamos» de Sosuke así que tomó mejor su bolso siendo imitada por el pelivioleta para abrir la puerta—. Escuchar el trabajo duro que hace Takeshi-kun me pone nerviosa y ansiosa para cuando me toque hacerlo.

—Tienes suerte de al menos tener la oportunidad para hacer algo como eso. —habló con un imperceptible tono decaído en su voz, cerrando la puerta del vehículo cuando salió después de Hatsulin, despidiéndose ambos de Sosuke quien partió camino devuelta a casa.

Oi, oi, no te pongas triste, Hitōshi-kun. —buscó animarlo con una sonrisa entusiasta y dulce, tomándose de su brazo cuando se puso a su lado y comenzaron a caminar a la academia, registrándose para entrar—. Ya verás que podrás estar en el curso de héroes así que, no te desanimes. ¡Animo, animo!

—Lo que tu digas... —balbuceó cerrando sus ojos mientras que alzaba imperceptiblemente sus labios en una sonrisa.

Sigue pareciéndole alguien sumamente extraña en el ámbito de animarlo a qué estará en el curso de héroes cuando no era posible, pero bueno, así era ella. Por mucho que haya vivido infinidad de cosas duras, seguía manteniendo ese toque de animar a los demás en las cosas incluso más imposibles que hay.

Hatsulin, por su parte, quería y pedía que lo que decía y presentía de que su amigo tendría una oportunidad de entrar en el curso de héroes se cumpliera. Tenía en ella aquel presentimiento así que trataría de animarlo hasta que sucediera y cuando pase, pues seguiría animándolo para que dé su mayor esfuerzo.

CLASE DE INGLÉS, CON EL MAESTRO Y HÉROE: Present Mic, el cual podía estar de lo más serio y concentrado dando la clase y anotando las frases en ingles en la pizarra, tomando una postura tranquila como la de cualquier profesor, pero después de la nada optaría por la actitud sumamente animada y gritona que tomaría por sorpresa a los demás de que exclamara de esa manera, aunque bueno, que más, literalmente era como un micrófono andante.

—¿Cuál es la respuesta correcta? —preguntó tranquilo mientras se volteaba con un libro en una de sus manos y un marcador en la otra dejando a ver una frase en inglés y luego tres respuestas diferentes para el problema.

Varios se quedaron con cara de tontos al no saber que hacer, considerando la clase aburrida porque la mayoría no la entendía ni sabía que hacer. Present Mic se quedó en silencio y en espera de que alguien alzara la mano y respondiera, mirando expectante a cada uno, volteando su cabeza.

Por su parte, luego de usar sus conocimiento del idioma debido a las clases particulares que su abuela le implementó en casa, alzó su mano inmediatamente dispuesta a responder, aunque sorpresivamente, para Yamada y varios de los demás estudiantes; Hatsulin, Momo y Kenji alzaron su mano a la vez con una expresión mayormente decidida, aunque el de hebras rebeldes y despeinadas tenía una expresión aburrida.

—La tercera. —dijeron a la vez, siendo correcta tomando por más sorpresa a los demás que soltaron un «¿Hahpor el hecho de que lo hayan respondido a la vez y al parecer correcta por la expresión del maestro.

—¡Sorprendente! —exclamó sorprendido para sonreír y lanzar de nada el libro a la mesa—. YEAH! Correct! —señaló con un estruendoso ánimo de que lo hayan respondido de forma correcta y no sólamente uno.

Hatsulin sonrió para si misma, agradecía el saber sobre este idioma en las respuestas, aunque con dificultad, también lo agradecía a su abuela de que la haya puesto en clases en casa con un maestro de inglés, el cual era extranjero y que venía de Estados Unidos. Entendía el idioma y podía formar las palabras y comprender cuál era la verdadera respuesta y mayormente decía la correcta. Lamentablemente se le dificultaba el pronunciarla, se le trababa la lengua cuando decía alguna frase o ejecutaba alguna conversación en inglés.

Pero bueno, no podía ser perfecta en todo, nadie es perfecto, por mucho que su abuela insistía -aunque le decía hasta inútil- que debía ser perfecta, no podía porque una persona perfecta no existía. Sólamente existían las personas que eran mejores en cada cosa y se les hacía más fácil pero aunque dichas personas sean muy buenas en algo, siempre tendrán sus dificultades en otras cosas porque eso son; personas, seres humanos.

Las siguientes clases siguieron hasta que llegó la hora de la comida, estaba haciendo fila en la muy concurrida cafetería. Mantenía sus manos detrás de ella mientras miraba a la nada y esperaba a que avanzara la fila, observaba de vez en cuando a su alrededor viendo como ya la mayoría de las mesas estaban siendo usadas por ya antigüos estudiantes por la naturaleza en la que hablaban.

Vio también a los de la 1-A agruparse por ahora en grupos pequeños, algunos eran un poco más grandes cuando eran llamados para conversar. Se puso a buscar con la mirada discretamente a Shinsō a ver si comía con él nuevamente como en el primer día en el almuerzo, debido a que por su amistad, quiso comer con él y por que lo vio bastante solo, como lo usual.

Sintió una pequeña pesadez en su espalda, pero no de que algo se le recostara si no que como si alguien la viera fijamente. Miró hacia los lados con una expresión normal y corriente hasta que observó sobre su hombro y levemente arriba debido a la diferencia de altura para ver quién se había puesto detrás de ella -o más bien, quien estaba ya varios minutos detrás de ella por el hecho de que ya había fila- observando como unos fijos ojos la observaban de forma hostilmente analítica.

Se quedó observándolo varios segundos con atención hasta que mostró una sonrisa de forma gentil y tranquila.

—Hola, Bakugō-kun.

Éste mismo hizo temblar sus cejas un poco por el repentino saludo que le dió pero no quitó su expresión, más bien la endureció aún más apretando la mandíbula y colocando su mentón en alto, teniendo unos ojos intimidantes y rabiosos hacia ella que no se inmutaba, sólamente le sonreía luego de saludarlo por educación y un poquito de aburrimiento de tanta espera en la fila.

Siguió observando al rubio cenizo con atención y una sonrisa a labios cerrados aún mirándolo por sobre su hombro, él seguía de la misma manera y después le gruñó con molestia.

—No me molestes, pirómana.

Se mostró un poco confundida y algo sorprendida por la forma que la había llamado, dándose de cuenta que había sido un sobrenombre a su vez no muy sorpresivo pero si desconcertante de que se lo dijera de esa forma repentina. Se quedó con una expresión expectante y aún un poco sorprendida, teniendo algunos segundos su pupila reducida ante la sorpresa que sintió.

Su mirada volvió a la de siempre mientras pestañeaba, pensó un poco de igual forma de dónde sacó un apodo así hasta que comparó su significado y cuando lo tuvo en claro, supo que lo refería con su quirk. En su cabeza soltó un «Aah... con que era por eso» al comprender que lo dijo debido a la apreciación de quirks en dónde mostró en algunas ocasiones el suyo y lo más seguro es que lo vio.

Le dió algo de gracia y a su vez confusión su apodo, sonriendo con normalidad e inclinando su cabeza hacia un lado.

—No soy pirómana, Bakugō-kun. —aclaró con un tono tranquilo, sin doblegar por su mirada. Él levantó la suya rápidamente por que siguió hablándole—. Simplemente controlo el fuego y también puede salir de mi.

—¿Hah? —musitó confundido unos segundos hasta que frunció bastante el ceño manteniendo la misma postura vaga con sus manos en sus bolsillos—. ¿Acaso te pregunte? ¡te dije que no molestes!

—Tú eras el que me miraba, fuiste el que comenzaste esta conversación inconscientemente. —aclaró de forma gentil y atenta, aún manteniendo una sonrisa en sus labios y mirándolo algunos segundos hasta que volteó su cabeza hacia el frente—. En fin, ¿cómo estás?

—¡Cállate! ¿¡acaso quieres morir!?

—A veces.

—¿¡Qué clase de respuesta es esa, maldita pirómana!?

Hatsulin sin ofenderse por su tono de voz; tomó su comida correspondiente luego de elegir que podría comer el día de hoy aunque se le hacía un poco raro comer fuera de casa más no negaría que todo se veía apetitoso y delicioso, ni que decir cómo olía. Le causaba sorpresivamente más hambre.

Tomó la bandeja con lo que había elegido con cuidado y una sonrisa, haciéndose espacio entre las personas notando como Bakugō la estaba mirando con molestia de su parte, sobre todo al notar como sus extremidades estaban temblando de manera tensa.

No hizo más que sonreírle al pasarle por el lado, diciéndole como únicas palabras: —Buen provecho, Bakugō-kun. —para retirarse de allí y buscar donde pudiera sentarse, buscando de nueva cuenta a Shinsō, buscando localizarlo.

—¡Muérete! —escuchó de parte del cenizo pero no le prestó mucha atención, por mucho que pudo percibir lo que dijo.

❛¿Dónde estará Hitōshi-kun?❜ pensó con cuidado mientras caminaba lentamente en un señal de que estaba esperando divisar a su amigo de cabellera violeta pero no lo veía. Quizás eran por muchas personas, buscó algún posible resultado de que fuera él y estaba sentado de espaldas y dándole imposibilidad de verlo pero siguió sin encontrarlo.

Abultó un poco sus labios en señal de confusión de que no lo encontrará, quien sabrá dónde se metió... o donde estaría sentado porque no lo veía hasta ahora porque quizás si estaba sentado en alguna de las mesas pero debido a varias personas pasaba desapercibido como algunas veces hacía en la secundaria, aunque también podría ser que aún no iba al comedor.

Se encogió de hombros a si misma hasta que escuchó una suave voz llamarla. —¡Tsubomi-san!

Miró inmediatamente hacia aquel llamado luego de ver hacia a los lados hasta que vio que era Yaoyorozu haciéndole señas con sus manos y una sonrisa para que se sentara con ella y... ¿Shōto? El cual estaba a su lado comiendo lo que supuso era soba y le hacía un pequeño movimiento con la cabeza para que se acercara.

Mostró un poco de sorpresa pero después sonrió y se acercó hacia ellos hasta que fue acomodándose en el asiento en el que le había hecho señas la pelinegra, quedando enfrente de ella y parcialmente enfrente del bicolor que comía con tranquilidad efectivamente su soba. Cómo lo supuso; si daban de almuerzo soba allí, él no tardaría en pedirlo para comer.

Puede que no esté demasiado al tanto de su vida debido a su tío Enji por la estricta regla de que no fuera a visitarlos, pero podía conocer algunas cosas que él le contaba cuando hablaban de vez en cuando por teléfono y ella le sacaba conversación, siendo una de ellas que Shōto comía y le dijo que le gustaba la soba, aunque completamente fría.

—Hola, Yaoyorozu-chan, Shōto-kun. —saludó en cuanto se sentó y partía los palillos de madera para finalmente comenzar a comer, luego de agradecer la comida como de costumbre. Tomó un poco del arroz blanco y se lo llevó a la boca, luego de unos segundos sonrió con sus mejillas ruborizadas—. ¡Que rico!

La azabache se había reído suavemente por la reacción casi inmediata de la pelirroja, pero le pareció tierna y graciosa que exclamara aquello con sólamente probar un poco de aquel arroz blanco con algunos pedazos de carne que podían verse perfectamente colocados encima de aquella comida.

—Tienes razón, está rico. —admitió la chica con suavidad ya que estaba comiendo lo mismo que ella, de forma tranquila con una sonrisita.

—Uh... ¿cómo estará esta carne? —cuestionó Hatsulin en un murmuro cuando tomó dicho alimento con los palillos y le daba una mordida. Se quedó en silencio algunos segundos y después sonrió—. ¡Rico!

Otra risita salió de entre los labios de la joven Yaoyorozu por las reacciones espontáneas que tenía la de orbes azulados y brillantes, los cuales incluso resplandecieron un poco más en fascinación por probar un pequeño pedazo de res que iba con el arroz y que seguramente en casa usualmente comía.

Eran entretenidas sus reacciones.

La comida de aquí es muy rica. —volvió a decir la Tsubomi quien bebía un poco de sumo de naranja. Después volteó a mirar hacia el heterocromatico que sorbía lentamente los fideos—. ¿Tu que crees, Shōto-kun?

Éste no contestó inmediatamente ya que seguía con la boca ocupada, cuando terminó de tragar dejó salir un silencioso suspiro y después asintió lentamente y casi para si mismo aunque Hatsulin logró percibir debido a que lo miraba más fijamente que Momo quien estaba ocupada degustando su comida, aunque estaba atenta a la conversación.

—Está rico. —respondió con simpleza el chico, alzando sus hombros.

Hatsulin sonrió nuevamente por su respuesta y asintió varias veces para volver a ver su comida y darse otro bocado de arroz blanco para poder comer a esa hora y estar lo suficientemente llena para la siguiente clase. La cual revisaría en unos momentos en el horario para averiguar qué le tocaría en el horario establecido.

Sea lo que sea, estaría preparada de alguna u otra forma.

BALANCEABA EL LÁPIZ EN SU LABIO SUPERIOR AL mantenerlo en equilibrio y mover aquella textura de su rostro, sus manos descansaban en sus mejillas y parte de su mentón al tener los codos apoyados en la mesa de su asiento. Ya era por la tarde, ya había pasado el almuerzo y estaban la mayoría en espera de que llegara el maestro de aquella materia; lo que hacía era su manera de distraerse momentáneamente. Había pasado de jugar con el lápiz y sus dedos a jugar con él con su labio, como si fuera un bigote.

Parte de sus compañeros estaban hablando entre si también, diciéndose chismes como una forma de pasar el tiempo hasta que el nuevo maestro apareciera. Hatsulin por ahora se abstenía a quedarse tranquila en su lugar, sin hablar con nadie. Estaba en su plan de no relacionarse mucho con los demás y no se encariñaría demasiado.

Eso era hasta que sintió un pequeño impacto con su cabeza y como una bola arrugada de papel caía en la mesa de repente, haciendo que el lápiz con eso se desprendiera de su lugar y cayera justo al lado y casi siguiera derecho al piso si no lo hubiera detenido con su palma. Levantó su cara pestañeando un poco por aquella acción repentina, viendo el pedazo de papel envuelto en una bolita.

Quitó su otra mano de su mejilla para tomar el material y usar después ambas manos para quitar lo arrugado que estaba y abrirlo para poder identificar de que se trataría. Vio algo escrito allí por lo que no tardó en leerlo.

«Tu cabello es muy rojo, pero me gusta, es bonito»

Alzó una de sus cejas desconcertada por aquellas palabras escritas, pensó que sería algo más urgente, aunque no fue así. Notó que había algo más escrito así que siguió leyendo.

«Soy Kaminari, el rayo de tu vida ;3»

Una sonrisita no tardó en aparecer de entre sus labios seguido de una baja risa por saber de quién se trataba, aunque más que nada por lo que había escrito. De verdad aquel rubiecito le parecía bastante gracioso y simpático, era agradable y siempre la hacía reír o sonreír con cualquier cosa que decía, hasta ahora era uno de sus compañeros de los cuales más le caía bien.

❛De verdad va a ser difícil tratar de no involucrarme con alguien aquí❜ se quejó cómicamente en su cabeza debido a que ya estaba relacionándose con alguien y ya le agradaba bastante, cosa que era lo que iba a evitar en un principio y ahora ya estaba en el plan de conversación por papelitos aunque lo haya comenzado él. Suspiró pesadamente para si misma y después volteó a mirar hacia donde estaba sentado el rubio del mechón y éste le levantó el pulgar con una sonrisa y expresión tonta que en realidad le pareció divertida en su rostro.

Volvió a sonreír apoyando su cabeza levemente en su hombro hasta que volteó ésta misma devuelta para mirar la nota. Pensó en contestarle algo al respecto aunque no se le ocurría que podría ser aparte de decirle «Gracias» o algo así. Tampoco quería darle una respuesta tan seca siendo que fue gracioso incluso. Estuvo dispuesta a pensar una respuesta hasta que sintió una presencia.

—Yo... —habló una voz y de forma excéntrica alguien apareció en la puerta, sosteniéndose de ésta misma y teniendo su cuerpo inclinado hacia adelante—... ¡estoy entrando por la puerta como una persona normal! —gritó con ánimo.

Y se reveló de quién se trataba; All Might, el héroe número uno de Japón, uno a quien todo el salón reconoció fácilmente y Hatsulin no fue la excepción, quedando un poco paralizada de que entrara de esa forma tan repentina y también de porque bueno... ¡había entrado All Might!

❛Okey... ¡no entro como una persona normal❜ se dijo en su mente mientras que apretaba con sus manos la hoja entre sus manos. Una gran sonrisa apareció en sus labios sintiéndose entusiasmada. ❛Así que All Might es nuestro profesor. ¡Qué emoción!❜

Comenzamos con el Arco de Batalla de Prueba.
¿Que creen que sucedará?
👀

→S H A N X L A B Y X←

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro