❪𝟰𝟭❫ ; 𝘄𝗵𝗼 𝗮𝗿𝗲 𝘆𝗼𝘂?

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ARC THREE; DEMONS
*╔═══❖•ೋ°🔥°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO CUARENTA Y UNO;
¿QUIÉN ERES?
❛pesadez en su mirada❜

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
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MASAJEÓ EL PUENTE DE SU NARIZ A SU PAR QUE iba encaminándose por los pasillos de la academia, seguía manteniendo aquella mirada de seriedad y cansancio en sus ojos oscuros y ojerosos ante su falta de sueño. Metió una de sus manos en sus pantalones mientras parte de su rostro era oculto entre la «bufanda» que rodeaba de forma abundante en su cuello y caía por parte de sus hombros. Realmente estaba cansado, sin ganas de caminar. Pero trabajo es trabajo.

Así que, ahí estaba, Aizawa Shōta, conocido como el héroe del bajo mundo Eraser Head, llegando a la oficina del director Nezu luego de que ese pequeño pero demasiado inteligente roedor de características múltiples de animales, lo haya citado a conversar sobre algo importante. Luego de la anterior junta que habían tenido hace poco, lo inquietaba.

¿Qué o quién podría ser como para citarlo a él? ¿Será algo que ver con sus estudiantes? Frunció el ceño pensando seriamente en algún castigo para cualquiera si era el caso de que alguno de sus estudiantes había hecho alguna travesura o desastre y el director lo había llamado para que tomara medidas antes de que él mismo lo hiciera. Sinceramente, si era algo grave, no se tocaría el corazón y era capaz de expulsarlo o expulsarla.

Rascó unos segundos la coronilla de su cabeza para después tocar un par de veces la puerta de la oficina del director, recibiendo un claro «¡Puede pasar!» del muy inteligente roedor al otro lado de la puerta. Entonces, cuando tomó el pomo de la puerta, esta fue hacia abajo indicando que alguien más lo abrió, siendo efectivamente eso porque el material de la entrada se abrió hacia adentro, dejándolo con su mano en el aire para bajarla y subir la mirada. No obstante, no se esperó encontrarse con una mirada color avellana-marrón verlo fijamente.

Las cejas del héroe profesional se levantaron poco a poco en señal de sorpresa al fijarse en las facciones y la identidad facial del chico que parecía de la edad de cualquiera de sus estudiantes. Pero lo que más lo dejó perplejo fue la persona en particular que le había abierto la puerta y quién estaba con su ceño fruncido, viéndolo de igual manera.

Al joven vigilante, alumno de Stain; aquel chico que habían capturado recientemente; Shadow, estaba enfrente suyo siendo quien le abrió la puerta de la oficina de Nezu.

Sintió una gran pesadez al seguir conectando miradas con el adolescente de facciones varoniles y maduras, pero leves dándole a entender que era realmente un simple muchacho de unos dieciséis o diecisiete años. Sus ojos estaban totalmente opacos, sin brillo alguno pero mostrando cierta hostilidad en su mirada. Llegó a un punto que le recordó a su estudiante Bakugō la forma en la que lo veía, pero de una manera más pesada. Le penetraba hasta el alma y a su vez parecía analizarlo por la enorme atención que usaba para observarlo.

—¡Oh, Aizawa-kun, me alegra que si pudieras venir! —la voz de Nezu explotó su pequeña burbuja de pesadez, haciéndolo levantar la mirada encima del pelinegro menor para observar al director quien se oía bastante animado y tranquilo. Este bebía bastante sereno de su té—. Anda, pasa, te estaba esperando. Ichirō-kun, ¿podrías hacerte a un lado, por favor? Oh, y te agradezco por abrir la puerta. —decía con elegancia y amabilidad.

El aludido volteó a verlo por sobre su hombro y asintió sin decir ni una palabra, retirándose de la puerta para caminar a cualquier lado de la enorme oficina y distraerse, dejando todavía a un tieso héroe en la puerta queriendo una explicación de lo que estaba sucediendo ahora enfrente de sus narices. Parpadeó queriendo digerir al chico que estaba presente para suspirar con pesadez, queriendo relajarse y entrar a la oficina, cerrando la puerta detrás de él.

Siguió con la mirada al joven y anterior vigilante quien se quedó observando una repisa de libros en silencio, moviendo su cabeza de derecha a izquierda divagando en cuál libro le llamaría la atención. Aizawa entrecerró sus ojos y después fijó su atención en el pequeño quien estaba sentado en una gran silla de escritorio con bastante tranquilidad bebiendo su té de calidad en una de las tazas de porcelana blanca, pareciendo ignorar su presencia por cerrar sus ojos al saborear aquella agua caliente.

Aizawa esperó en silencio a Nezu aún manteniendo una mirada seria en su rostro, es decir, la usual, aunque tenía un pequeño atisbo de inquietud por la presencia del mocoso quien a pesar de caminar con lentitud por la oficina, se trasladaba con bastante libertad.

—Director. —llamó a su superior recibiendo un «¿Mhm?» de parte del de pelaje blanco y pulcro quien separó la taza de sus labios con una sonrisa—. ¿Para que me necesitaba? Y... —dudó un poco en preguntarle, pero no era algo que podría dejar de lado—... ¿por qué Shadow está aquí? ¿No estaba detenido? Pensé que iría al Tartarus como Stain.

Nezu quedó en silencio aún con sus orbes oscuros cerrados con levedad, aspiró tranquilo por su nariz para dejar ver sus ojos que seguía mostrando aquella parsimonia pero con un toque diferente, distinto. Uno que Shōta había logrado notar y que lo hizo sentir su estómago retorcerse.

—Ichirō Senshi-kun o como se conoce, Shadow el Cazador de Villanos, no se enfrenta a ningún cargo que lo lleve a Tartarus. —reveló con levedad haciendo que el maestro guía de la clase A del primer año abriera sus ojos con cierta desmesura, un poco confundido por esa repentina información—. Ni siquiera a la cárcel. Sólamente tuvo una sentencia menor de estar en un encierro policial por unas semanas y obligación de mejora de conducta y disciplina, también control de su actitud.

Aizawa parpadeó aún confundido por lo que le estaba revelando, sobre todo cuando había creído que se trataba de alguno de sus estudiantes o de otra cosa, no de hablarle del tal Ichirō Senshi quien estaba absorto de la conversación por estar mirando un libro de animales.

—Pero... ¿no se decía que asesinaba a personas?... —preguntó con cautela queriendo saber a dónde iba esa conversación con exactitud.

—Eran puras patrañas todo eso. Incluso investigue y está cien por ciento confirmado que ninguna de sus víctimas ha fallecido o muerto. Aunque, de todas maneras siguen en un mal estado y aún internados en un hospital en espera de ser procesados. —comentaba recordando cuando fue a confirmar que realmente el chico no había matado a alguien como todos decían o como él mismo decía. Vio con sus propios ojos a los villanos que Shadow había atacado aún respirando y todavía con destino de vivir, sin riesgo de morir más a delante—. Es decir, que Shadow o Ichirō-kun sólo agredía a los villanos para detener sus fechorías. Técnicamente era un vigilante. Nunca fue un asesino como lo hicieron ver.

—Oh... —murmuró Eraser Head bajando la mirada mientras procesaba la información que Nezu le estaba revelando de manera repentina. Miró hacia la dirección de Ichirō quien estaba inclinado a una pecera que había en esa oficina casi pegando su rostro al vidrio, viendo una expresión de perplejidad en su rostro—. Ya veo... —suavizó muy levemente su expresión mientras suspiraba, con un interno alivio de que al menos no había caído en las redes de asesinar un chico tan joven como él. Literalmente debería tener la edad de alguno de sus estudiantes—. Pero, aún tengo una duda o quizás más... ¿Por qué me dice esto? ¿por qué me llamó? Entiendo que realmente no sea un asesino o se enfrente a un cruel destino en Tartarus o en la cárcel ¿Pero por qué está aquí?

—Bueno, yo me ofrecí de hacerme cargo de Ichirō-kun. —reveló con simpleza apoyando su pie en su rodilla de costado, en una postura refinada y tranquila—. Tiene demasiado potencial, aparte, hay que cuidarlo de los villanos o de alguien más que podría aprovecharse de él. Su quirk es bastante curioso y fuerte, cualquiera podría usarlo. No tiene a nadie para hacerse cargo de él, prácticamente está solo. —miró nuevamente al chico quien se había agachado para ver los peces, mostrándose muy atento a ellos—. Alguien con un quirk así podría dar problemas a quien se enfrente. Aunque muestre disgusto a los villanos, podría ceder a ellos y estar de su lado. No quiero que termine así ni que sufra más. —se quedó en silencio bajo la mirada atenta y todavía algo perpleja de Aizawa. Nezu suspiró ligeramente—. ¿Recuerdas a Tsubomi Hoshi-kun?

Aizawa se quedó nuevamente en silencio al escuchar aquellas palabras, tratando de hacer memoria sobre aquel nombre junto con el apellido. A los segundos un recuerdo apareció en su cabeza seguido de muchos, en dónde aparecían más detrás de otro en dónde Tsubomi Hoshi estaba.

—Si... Si lo recuerdo. Fue mi maestro cuando estudie aquí... —murmuró suavizando un poco su mirada a su vez que tragaba saliva, recordando efectivamente a Hoshi dándole clases en sus días de adolescente en la U.A. sintiendo un pequeño revoltijo en su estómago.

—¿Y recuerda que él fue asesinado hace años atrás? —volvió a decir el director provocando cierta tensión en el cuerpo de Shōta quien apretó sus manos en puños tensando sus hombros. Retuvo una exhalación, dejando sólo salir un pesado suspiro.

—Si, por Asahi Kaito.

—Exactamente. —asintió el roedor dejando su taza de porcelana en el pequeño plato para trasladarlo a la larga mesa de madera enfrente suyo—. «El incidente de Nakano». Fue algo que impactó mucho en su momento por esa tragedia, sobretodo a la academia. Era muy querido. —guardó silencio por varios segundos, agachando un poco la cabeza pero manteniéndose aún algo inexpresivo—. ¿Recuerdas que hubo un incidente parecido justamente días antes?

—Si, también fue por obra de Asahi. Fue en Shinjuku.

—Asesinaron a una familia entera, casi de la misma forma que con Hoshi. —continuaba hablando provocando un entorno algo tenso por aquel tipo de conversación. Aizawa se mostraba serio, aunque seguía confundido y curioso de la verdadera razón de esa conversación, pero por lo que iban conversando presentía que en cualquier momento revelaría el porque de su presencia—. «La masacre de Shinjuku» la única persona que había sobrevivido que era una mujer falleció hace unos meses por causas naturales pero siendo secuelas de lo que tuvo que pasar ese día. No fue demasiado lejano a la fecha que asesinaron a Hoshi-kun, días antes. ¿Notas los patrones?

Shōta asintió con una mirada seria mientras una de sus manos comenzaba a sudar, sentía pesadez en su pecho. Tuvo que removerse un poco incómodo por recordar aquellas impactantes noticias, aparte de sentir molestia por estar aún levantado.

—Adelante, puedes sentarte. —como si Nezu le leyera los pensamientos, hizo un ademán con su pata haciendo que agradeciera brevemente y tomara asiento, aún atento a lo que decía—. «La masacre de Shinjuku» fue el primer ataque distintivo de Asahi Kaito. Ya daba muchísimos problemas en ese entonces, pero esa masacre fue la más grande. Fue la primera antes que «El incidente de Nakano». —miró su tetera de porcelana a juego con su taza, la cual humeaba ligeramente luego de agregar más té—. En medio de esos dos sucedió otro incidente más.

«La tragedia de Shibuya»; asesinaron a una cantante famosa junto con su esposo e hija. —contestó el azabache apoyando sus codos en sus rodillas y encorvando un poco su espalda, apretando sus manos entre si.

—Así es. Pero, lo curioso es que en esas tres tragedias sucedía algo muy en particular. —el maestro levantó su mirada un poco confundido por lo que decía, tratando de recordar de que hablaba sobre aquellos casos y saber que era aquello «particular» aparte de que sucedían de la misma manera y en días muy seguidos—. Siempre desaparecía uno de los infantes. En «La masacre de Shinjuku» el único varón de la familia desapareció. En «La tragedia de Shibuya» el hijo mayor (en ese entonces tenía diez años) también desapareció. Y en «El incidente de Nakano», desapareció sin dejar rastro la niña que iba con Hoshi-kun, su nieta.

—Siempre se llevaban a alguien... —murmuró para si mismo Aizawa, diciendo en un tono bajo la respuesta y aquella gran particularidad en esos tres e impactantes incidentes. Por inercia levantó la mirada hacia Ichirō Senshi quien estaba sentado en el suelo enfrente de la pecera, tocando el cristal y observando los sobresaltos de los peces por el impacto.

—Como debes pensar, así es; Shadow, el Cazador de Villanos, llamado en realidad Ichirō Senshi; es hijo de la cantante que asesinaron en Shibuya; Ichirō Tsukeshi. —reveló haciendo que Aizawa Shōta se tensara por tal revelación, levantando sus párpados con fuerza y desmesura, demostrando lo enormemente perplejo que estaba. Retuvo la respiración varios segundos, procesando lo dicho—. Tsukeshi-san fue buena amiga mía. Era demasiado carismática aunque con carácter. Ichirō-kun tiene un carácter muy similar a ella. Debido a mi antigua amistad con ella también fue que decidí hacerme cargo de él apenas supe quién era y que estaba vivo.

Shōta todavía seguía en silencio, respirando de manera profunda luego de retener su respiración varios segundos. Ahora, comenzó a analizar todo con cuidado; habían patrones demasiado claros en los ataques más particulares de uno de los más misterioso y sanguinarios villanos que hay; Asahi Kaito, asesinaban siempre a personas peculiares o reconocidas y siempre se llevaban a alguno de los menores de las familias sin dejar rastro alguno. Recapitulando, Shadow o Ichirō Senshi era una víctima del desgraciado de Asahi Kaito que o logró escapar de él o estaba trabajando para él.

Miraba fijamente al moreno quien seguía sentado de manera de meditación dándole la espalda. Aunque luego volteó su rostro de costado dejando ver su perfil y sus facciones, viendo un rostro de curiosidad aunque seriedad, mantenía sus labios ligeramente abiertos dejando ver un poco sus dientes junto con uno de los colmillos que tenía. Bajó un poco más la mirada viendo la larga cicatriz que había en su cuello y se ocultaba en el inicio de la camisa que portaba.

—Yo también tengo mis dudas sobre él. —habló el director de la academia de héroes número uno en Japón llamando su atención y haciendo que lo mirara nuevamente. Nezu también observaba a Senshi con atención—. Está claro que es una víctima y sobreviviente de Kaito, pero también podría trabajar para él. Aunque fuera un vigilante que se encargaba de los villanos, había ocasiones en dónde no daba su brazo a torcer y atacaba también a los héroes. —enserió su voz y miró de soslayo a su colega—. Aunque, puede que haya tenido la suerte de escapar de las garras de Kaito, y simplemente no tuvo a donde ir y terminó a cuidados del Asesino de Héroes. Quien sabe.

Eraser Head seguía en silencio haciendo su propio análisis de las palabras del muy elegante e inteligente roedor. Bajó la mirada despegándola del adolescente quien parecía bastante distraído y a su vez ocupado en seguir explorando la oficina y viendo los peces como para prestar atención a lo que hablaban. Aizawa levantó su mano colocándola en su mentón y cubriendo su boca en el proceso, entornando los ojos fijos en sus rodillas.

—La razón de traerlo aquí es para mantenerlo vigilado y sacarle información, si es que tiene. Pero, también para que se discipline y mejore su comportamiento, agregando de tener más control en su quirk. —volvió a mencionar el director con pacifismo, juntando y entrelazando sus patas peludas y cerrando sus ojos—. Te cité a ti porque creo que eres el más indicado para entrenarlo.

El azabache se quedó tieso unos segundos para erguirse con cierta rapidez y sorpresa para mirarlo con el asombro asomado en sus ojos cansados, alzando sus cejas en el proceso para dejar caer una de ellas y dejar la otra levantado, soltando su cuerpo para suspirar con pesadez y de forma bastante larga, dejando caer su cabeza hacia abajo. Así que tenía que hacerse cargo de entrenar y disciplinar a ese niño. Más trabajo.

—También hay otra cosa al respecto que tengo que decirte. —Shōta emitió un leve «Mm» en señal de que lo escuchara, aún perdido en algún punto del suelo como tratando de buscar la paciencia sobre el trabajo que le asignaron—. ¿Sabías que la nieta de Hoshi-kun, a la que secuestraron en «el incidente de Nakano», es una de tus estudiantes?

—¿Que? —contestó casi de inmediato un poco exaltado de lo que le había dicho.

—Es uno de los ganadores del Festival Deportivo, la joven que quedó en segundo lugar. —Aizawa fue abriendo y levantado sus párpados con lentitud enderezándose en el proceso al llegarle a la mente casi al instante la persona de la que estaba hablando—. Tsubomi Hatsulin. Ella es la nieta de Tsubomi Hoshi, siendo a quien secuestró Kaito sin dejar rastro alguno. También es víctima de él. Duró por lo menos dos años sin dar señales de vida hasta aparecer de la nada.

Aizawa parpadeó un par de veces recordando a su estudiante de cabellos rojizos y gran mirada azul, teniendo las imágenes de ella cuando estaba en medio de una clase, cuando entrenaba con una gran destreza, cuando animaba a sus compañeros, cuando la regañaba por distraerse de repente en clase, cuando a veces parecía fuera de este mundo al perderse en sus propios pensamientos. Se veía genuinamente muy extravagante, extrovertida. Una animadora y entusiasta nata, pero también una muchacha muy misteriosa que parecía tener otra faceta, sobre todo en el Festival Deportivo.

«—¿¡Acaso saben lo que puede pensar o como puede sentirse por estar restringido y tratado como... un animal? ¿Saben lo doloroso que es estar así?»

Frunció sus cejas por recordar sus particulares y desesperadas palabras aquel día de culminación del Festival Deportivo, en dónde había optado una reacción muy sorpresiva y extraña, demasiado, muy peculiar como si con decir eso al ver a alguien amordazado le doliera. Como si se asustara o le doliera con fuerza, como una apuñalada, ver a alguien amordazado.

«De verdad... ese sentimiento es de lo peor... Es horrible... Lo peor que alguien pueda sentir.»

Cerró sus ojos con sus cejas fruncidas con fuerza, levantando su mano y llevándola al puente de su nariz, haciendo presión allí al sentir un horrible dolor de cabeza con sólo pensar todo lo que pudo haber vivido en manos de Asahi Kaito como para reaccionar así y hablar como si lo hubiera vivido en carne propia... Una vena comenzó a sobresalir y a palpitar en su cuello por sólo imaginar a Hatsulin así, sintiendo una asquerosa rabia en su interior, sintiendo impotencia con imaginarla encadenada o amordazada, o al tratar de imaginar por lo que pudo haber pasado.

—Yo pude verla con mis propios ojos tiempo después que apareció. Tenía una mirada distinta a las fotos que su mamá o su hermano (que ya se graduó) me mostraban. También está el hecho de que se enfrentó y noqueó a un villano sin problema alguno, sin mostrar piedad. Muchos grabaron eso. Tenía a lo mucho diez u once años. —comentó el director recordando ese día que la conoció personalmente. Su temerosa postura junto con su mirada inquieta—. Al igual que con Ichirō-kun, fue una víctima de Asahi, pero tampoco tenemos en claro si escapó o él la envió. Así que, quiero que la vigiles, por favor. Es tu estudiante, trata de averiguar alguna actitud extraña, incluso atrévete y pregúntale sobre Nakano. —señaló viendo la tensión en el hombre quien parecía aún procesar aquella información—. No estamos completamente seguros si Ichirō-kun o Hatsulin-chan trabajan o no para Kaito, pero aún así no hay que bajar la guardia. Préstale un poco mas de atención.

El de cabellera desaliñada y oscura siguió en silencio, cubriendo sus ojos con cierta fuerza mientras respiraba con pesadez, sintiendo una molestia en su cuerpo por sólo pensar en el asunto. Tragó saliva con dificultad volviendo a respirar profundamente para calmarse.

Entreabrió sus ojos observando otra vez al adolescente que estaba presente en la oficina. Sus ojos cansados se conectaron una vez más en esos momentos con los ojos acusadores de Ichirō, haciendo que alzara sus cejas por aquel contacto visual que poseía con el menor. Él tenía su mandíbula un tanto tensa, mientras apretaba sus labios. Sus cejas fruncidas hacia abajo y sus ojos bien atento a él, como si le advirtiera de algo con sólo mirarlo de esa manera. Se irguió pensando en que había escuchado aquella conversación. Aunque pensándolo bien, con sólo estar en la habitación con ellos era claro que debe haber escuchado un poco aunque no prestará su total atención.

El antigüo vigilante entornó sus ojos elevando sus labios, dejando ver sus dientes de una forma amenazante junto con sus colmillos que lo hacían ver más amenazante e intimidante. Ichirō emitió un bajo y grave gruñido en su garganta dando a entender que sin decir nada realmente le estaba advirtiendo, o en el caso que le disgusta, amenazando de alguna manera. Al sentirse tenso y amenazado, frunció el ceño colocándose más serio y simplemente desviar la mirada hacia el suelo.

Chasqueó ligeramente la lengua para asentir en un breve movimiento hacia su superior en señal de que estaría atento a su estudiante. Aunque después de todo, ya había sentido curiosidad respecto a ella sobre que ha vivido como para que tenga episodios (de lo que suponía) de estrés postraumático como para tener similares y confusas reacciones. Recuerda como reaccionó al ataque a U.S.J. y también en el Festival Deportivo, y ahora con lo dicho de Nezu, se hacía lentamente una idea de las razones de sus reacciones.

Y con sólo pensarlo, le generaba estrés.

—¿QUIERES DARME EL PLACER DE ALMORZAR juntos en esta maravillosa y especial ocasión, Hatsu-chan?

—Pero ¿no es la hora del almuerzo? ¿Hoy es un día festivo entonces, Kaminari-kun?

Habían terminado las clases de la mañana, ahora estaban justo en el horario de almuerzo y descanso en dónde todos podrían saciar su hambre con cualquiera de las comidas que había en aquel gran comedor o deleitarse con el arroz blanco que había allí. Los tres años de la U.A. estaban allí reunidos con sus propios amigos y compañeros, conversando, provocando el eco del lugar y que no hubiera ni una sola gota de silencio. Miles de voces se escuchaban, incluso habían maestros conversando entre si en una mesa aparte, compartiendo cualquier tema de conversación e incluso algunos chismes.

En una de las tantas filas que había para pedir cualquier alimento a gusto, salía Tsubomi Hatsulin con parsimonia y una sonrisa, sosteniendo su bandeja en donde tenía un tazón de ramen con algunos trozos de carne aparte con salsa de soya y una lata de refresco bien frío, viéndose perfectamente gotas resbalar por el metal de la bebida conforme pasaban los segundos. A su lado estaba Kaminari Denki en una situación similar al tener una bandeja de comida entre sus manos teniendo en esta ocasión un tazón de arroz blanco con salsa encima, los palillos y una bebida cualquiera.

El chico abrió sus ojos dejando ver cómo sus iris parecían más pequeñas ante su accionar. Tragó un poco de saliva ante el comentario de la más baja entre ambos, sintiendo una gota de sudor resbalar por el costado de su rostro. Una pequeña sonrisa algo nerviosa apareció en sus labios pensando en lo muy literal que ella se tomaba las cosas. No era muy diferente a su primo en ese sentido.

Inhaló para volver a tomar aquella confianza con la que había comenzado a hablarle, colocando una sonrisa algo ladina y portando una expresión que reflejaba una pequeña coquetería. Hatsulin al ver el cambió constante de su expresión ladeó su cabeza, atenta a lo que quisiera decir.

—Pues será un día festivo si aceptás almorzar conmigo. El maravilloso día en donde Kaminari Denki tuvo la suerte de comer junto a Hatsu-chan. —divagó dramáticamente sosteniendo con una de sus manos la bandeja y usando la otra para extenderla y moverla de manera mística de un lado a otro.

—Oh... —canturreó con un atisbo de entendimiento la de cabellos rojizos hechos en coletas. Hizo un gesto pensativo y después sonrió confundida—. Pero casi siempre almorzamos juntos. Contigo y los otros chicos, incluso con Mina-chan y Jirō-chan.

—Bueno, pues eso no te lo puedo negar. —una pequeña expresión nerviosa y apenada apareció en el chico, enderezando su postura mientras rascaba su mejilla pensando en la lógica de la Tsubomi. Tosió un poco para darle una sonrisa—. Pero en esta ocasión me gustaría almorzar sólo contigo, Hatsu-chan, sólo los dos y quizás conocernos más. Bueno... —hizo una pausa mientras reía por lo bajo, bajando la mirada y llevando una mano a su nuca—... sólo si quieres...

La pelirroja alzó sus cejas retirando su sonrisa unos segundos al comprender un poco la invitación y entendiendo con exactitud sus palabras. Quería almorzar personalmente con ella.

Se quedó pensando con detenimiento su invitación y después fue ablandando su expresión poco a poco para colocar y darle una dulce sonrisa, sintiéndose enternecía por el hecho de que quería conocerla más. Soltó una pequeña y dulce risita atrayendo la confundida atención del chico del quirk de electricidad.

—Oh, claro, Kaminari-kun. Sería un gusto conocernos más. —accedió sin duda la pelirroja haciendo que el rostro del rubio se iluminara por unos segundos para después mantener una sonrisa en sus labios.

—¡Genial! Entonces vamos a comer, señorita. —Hatsulin rio ante su gesto caballeroso, asintiendo con simpleza para después comenzar a encaminarse a su lado a alguna mesa vacía.

Apenas llegaron, la femenina fue la primera en sentarse en una de los asientos siendo seguida por el masculino quien se sentó a un lado suyo, mostrándose bastante emocionado, causándole gracia ese hecho y pareciéndole de igual manera tierno. Ambos agradecieron por la comida y comenzaron a ingerirla, aunque en medio de la conversación de parte del chico eléctrico quien ante cada bocado que daba le preguntaba algo o buscaba sacar algún tema para hablar.

Fueron pasando los minutos poco a poco, de manera tranquila. Hatsulin sorbía con levedad los fideos calientes al sostenerlos con los palillos y sacarlos del caldo que tenía, escuchando atentamente como Denki comentaba y alardeaba lo que hizo en pasantías y también cosas triviales, pero que de cierta manera no le aburrían. Es agradable tener a alguien con quién hablar. Con los mismos palillos agarró otro trozo de carne para tomar el pequeño embase de salsa de soya y vertirlo allí, para llevárselo a la boca.

—Estoy pensando en cambiar un poco mi traje de héroe. —decía el de cabello rubio tragando el arroz blanco que había ingerido. Soltó un pesado suspiro luego de colocar su puño en su pecho como si se le hubiera dificultado tragar. Hatsulin le tendió su propia bebida haciendo que él sonriera algo avergonzado por no haber hecho antes, aunque agradecido—. Gracias... —murmuró tomando su bebida para beberla y suspirar por el alivio de no sentir pesadez en su pecho—. No me gusta mucho estar pensando sobre cosas de la escuela, pero si he divagado en que modificarle. Necesito algo con el que evite electrocutar y lastimar a todos a mi alrededor... —y miró sus manos sosteniendo el embase de jugo.

La pelirroja se le quedó mirando varios segundos ante su tono de voz algo titubeante pero a su vez algo desanimado. Dejó caer sus cejas ligeramente sintiéndose apenada por él y su inseguridad. Pensó con exactitud la razón, recordando que su quirk de electricidad era algo descontrolado, al menos eso ha visto en los entrenamientos. No puede controlar mucho el radio en dónde disparara su quirk. Quizás era por eso. Hasta cierto punto si era un quirk impresionante.

Se quedó observándolo, así que dejó de lado los palillos y sostuvo una de sus manos, provocando un pequeño sobresalto en el de ojos dorados quien no tardó en ruborizarse, volteándola a ver. Hatsulin le dió una dulce y cálida sonrisa, envolviendo sus manos entre las de ellas, sintiendo literalmente lo cálida que era. Aunque no eran suaves como pensó, eran ásperas aunque reconfortantes.

—No debes preocuparte, Kaminari-kun. Sé que podrás controlar tu quirk y encontrarás la solución a tus problemas. —mencionó con aquel tono de entusiasmo la de cabello rojizo, colocando una mirada de determinación, sosteniendo ahora sólo una de sus manos con una suya y levantando la otra en puño—. ¡Confía en ti! Tu puedes. ¡Ánimo, ánimo!

El chico se quedó pasmado unos segundos sintiendo un revoltijo en su estómago. Apretó sus labios mientras tragaba saliva y su nuez de Adán subía y bajaba ligeramente en su garganta señalando su nerviosismo y a su vez su conmoción. Sus mejillas continuaban con un tono rojizo y algunas gotas de sudor resbalándose por su piel. Se sintió iluminado literalmente, como si estuviera enfrente del sol y este le desprendiera calidez y luz, siendo la temperatura algo bastante literal ya que ella parecía que siempre estuviera con varios grados demás casi simulando una fiebre, pero teniendo en cuenta que era así por su quirk. Y esa calidez era agradable.

Él había abierto la boca para decir algo más, luego de abrir ligeramente sus labios en una sonrisa conmovida y conmocionada por escucharla animarlo de esa manera como si comprendiera por completo a qué se refería sobre su inseguridad por su quirk, pero un estruendo en la mesa se escuchó sobresaltándolo y reaccionando literalmente (y sin querer) al soltar algunas chispas eléctricas, chispeando un poco, provocando que Hatsulin inmediatamente retirara su mano y la agitara ya que sintió un corrientazo en ella.

—¡Buen provecho, chicos! ¡Es muy varonil lo que ustedes están comiendo, me da más hambre! —exclamó el héroe robusto luego de colocar con su usual entusiasmo su bandeja en la mesa del comedor, absorto de que sucedía. Vio ahora como Hatsulin agitaba su mano y la sostenía junto con Kaminari quien estaba bastante asustado y nervioso—. Oh ¿que pasó?

—Uh, que escándalo. —llegó Sero a su lado seguido de Bakugō quien tenía su ceño fruncido como siempre, mirando hacia otro lado con aburrimiento aunque al ver el efectivo escándalo -como dijo Hanta- miró hacia la mesa, alzando su ceja.

—¡L-lo siento, no quería hacer eso! ¡Lo h-hago inconscientemente cuando me asusto! —pavoneaba sus manos el de ojos dorados y un mechón oscuro en sus cabellos rubios, dudoso en tocarla o no ya que considerando que estaba nervioso, podría volverle a darle un corrientazo—. ¡N-no era mi intención!

—Eres un idiota. —farfulló el cenizo mirándolo sin piedad, pero manteniendo sus párpados a la mitad de sus ojos en una mirada desinteresada, con un leve atisbo jocoso en su gesto—. ¿Quien diablos activa su quirk cuando se asusta? ¿Acaso todavía eres un mocoso de ocho años aprendiendo a usarlo? Que patético. —se mofó chasqueando su lengua.

—Es como decir que Bakugō cada vez que se altere o se asusté suelte una explosión inconscientemente. —señaló el pelinegro de una sonrisa sosteniendo su bandeja con una mano y manteniendo la otra en su cadera—. Aunque siempre cuando amenaza suelta explosiones en sus manos. ¿Te imaginas cada vez que se moleste? Nunca dejaría de explotar cosas y eso que siempre lo hace.

—¿¡Que mierda quieres decir, cara plana!? ¡Yo nunca me asusto! —se alteró agresivo el ganador del Festival Deportivo viendo con sus ojos blancos hacia el del quirk de cinta adhesiva, alzando una de sus manos en garra en dónde salían pequeñas explosiones.

—¿Vieron?

—No te preocupes, Kaminari-kun. Estoy bien. —Hatsulin trató de apaciguar los nervios de su compañero, quien seguía mostrándose asustado y arrepentido. Hatsulin sobó su mano con una sonrisa, girando su muñeca, sintiendo los vellos de su brazo erizados—. ¿Quieres que te traiga algo de la máquina expendedora? Quiero sacar algo para mí.

—No deberías hacer eso. Debería hacerlo yo. No quería lastimarte. —lloriqueó ligeramente el del quirk eléctrico, haciendo un pequeño puchero al verla levantarse. Cerró sus ojos cuando la chica le dejó varias palmadas en su cabeza luego de estar de pie.

—No te atormentes por eso. Me han lastimado peor.

Kaminari quedó confundido ante la sencilla y simple respuesta que le había dado su compañera de cabellos rojizos y ojos azulados, viendo como se alejaba bastante tranquila luego de palmear los bolsillos de su abrigo escolar como buscando que si tuviera dinero a la mano. Sero también se quedó mirando hacia la dirección de la chica anteriormente presente en la mesa en la que se sentó, igual algo extrañado por sus palabras aunque considerando la carrera que estaban ejerciendo de ser héroes pensó que se trataba de eso. Kirishima por su lado se había sentado con tranquilidad comenzando a comer.

—Pues a todos nos han lastimado peor que eso. Después de todo estudiamos para ser héroes. —Hanta mantuvo su sonrisa tratando de dejar de lado lo que había dicho. Parecía ser lo más razonable. Kaminari titubeó un poco y suspiró.

—Bueno, tienes razón. Aún así no quería medio electrocutarle la mano... —continuó arrepintiéndose Denki sobando su cabeza en dónde Hatsulin anteriormente le había dado palmaditas.

—¡No debes seguir pensando en eso, Kaminari! Después de todo ¡Tsubomi es muy fuerte! Ella puede soportar eso y más. —Kirishima trató de animarlo con aquel atisbo de entusiasmarlo y animarlo. Kaminari creyó estar hablando con Tsubomi nuevamente. Tenían un carácter muy similar—. ¿No es así, Bakugō? Después de todo ambos pelearon juntos en el festival, aunque tú le ganaste.

El aludido comía en total silencio, con su mirada fija en la dirección en dónde la fémina se había ido hasta desaparecer momentáneamente hasta que vuelva con lo que sea que fuera a sacar de aquella máquina expendedora. Tragó el arroz blanco con salsa picante con la cual estaba almorzando, quedándose en total silencio aún analizando la ida de Hatsulin y, por él mismo, el verdadero significado de sus palabras que no se fiaba que fuera tal y como el de molesta sonrisa -según él- había dicho.

Aunque quizás si era un poco sobre los entrenamientos...

Continuó sin contestar a las palabras de su compañero de dientes puntiagudos, quien siguió comiendo para saciar su hambre, esperando curioso a su respuesta.

Bakugō endureció su mirada mientras frunció sus cejas con fuerza, y hacía su característico chasquido de lengua llevándose con cierta brusquedad otro bocado de arroz, esta vez mostrando un poco más de hostilidad.

—No le gane como se debía. Ella quedó fuera de los límites por mera casualidad y la sensei detuvo la pelea. —aclaró con seriedad y cierta rabia, mirando hacia su tazón masticando con enojo. Luego cerró sus ojos luego de reclinarse un poco hacia atrás—. Pero no es una debilucha. Al menos es más fuerte que todos ustedes juntos, extras.

Kirishima soltó un «oh» ante su respuesta, pensando detenidamente en lo último que decía mientras arrugaba sus cejas, haciendo una expresión pensativa. Kaminari se quedó en silencio sintiendo que tenía razón sobre que era fuerte, y Sero, él comía tranquilamente de su sōmen.

—Oh, ¿en serio? —dijo en un tono extraño el de cabello negro para el cenizo haciendo que este se quedará quieto por unos instantes y lo mirara con enojo.

—¿Acaso estás sordo? ¡Ya respondí a la pregunta del pelo pincho, no la repetiré!

—Oh, ¿de verdad?

—¡GHRR, MALDITO CARA PLANA! ¡TE VOY A ASESINAR DE UNA VEZ POR TODAS PARA QUE DEJES DE SER UN IMBÉCIL-!

SE QUEDÓ MIRANDO CON DETENIMIENTO CADA UNA DE LAS golosinas y frituras que habían en aquella máquina expendedora, estando en medio de esa y otra en donde habían latas de refresco y limonada, incluso pequeños cartones de leche ya sea la pura, la chocolatada o la de fresa. Esta última le atrajó atención viendo su embase, viendo que era la versión mini de un cartón de leche teniendo la marca rosa de que era de fresa.

Trató de recordar si alguna vez probó esa, y aunque fuera así, se dirigió a aquel compartimiento de metal para ver el precio de esa bebida en particular, notando que no era tan cara, teniendo más que los yenes suficientes para poder comprarlo, así que comenzó a contar las monedas necesarias para irlas metiendo allí poco a poco, escuchando su distintivo sonido metálico al caer y rodar.

Aunque una de las monedas, que era de doscientos yenes, se cayó de entre el espacio de sus dedos al suelo, rodando momentáneamente por él haciendo que se percatara para fijar su atención y misión de recuperarlo pero apenas fijó su mirada, vio como aquella moneda chocó con un par de zapatos ajenos provocando que se detuviera de su intento de escape.

Hatsulin suspiró un poco aliviada de no perder aquella suma para su leche de fresa, cerrando sus ojos en alivio al ver cómo dicha persona se agachaba para recoger dicha moneda con simpleza entre sus dedos, observándola momentáneamente en su falanges para encaminarse con su expresión seria hacia ella. La pelirroja volvió a abrir sus ojos y sonrió en grande, sintiéndose agradecida por su gesto.

—¡Muchas gracias, Aizawa-sensei!

El aludido asintió sin decir mucho al sincero y claro agradecimiento de su estudiante de cabello rojizo, tendiéndoselo en sus manos cicatrizadas sin durar mucho en estas ya que la adentró en la máquina para ingresar los números de la leche de fresa y ver cómo el resorte giraba hasta hacerlo caer, dando la señal de que podría sostenerlo y deleitarse con su sabor a fresas.

Shōta observó en silencio a la Tsubomi viendo como se agachaba unos segundos y después se levantaba ya no teniendo sus manos vacías, viendo aquel pequeño cartón blanco y rosa de leche junto con una pajilla simulando su estilo de aquel bastón navideño ante el color blanco y las franjas rojas ir en espiral. Vio con detenimiento oculto en sus facciones como tomaba aquella pajilla y abría la abertura de aquella bebida, viendo una gran y brillante sonrisa en sus labios.

Aunque poco después disminuyó a una confundida subiendo su mirada y alzando un poco su cabeza para verlo con atención y aún aquella mezcla de confusión en sus orbes azulados, inclinando su cabeza.

—Hum ¿pasa algo, Aizawa-sensei? —cuestionó Hatsulin sacándolo de su pequeña burbuja y parpadeando en el proceso. La menor lo miró varios segundos notando su inquietud y el silencio que poseía—. Siento que tiene que decirme algo. ¿Sucede algo? —preguntó curiosa y educada, aunque un poco ansiosa.

Él se mantuvo en silencio mientras alzaba sus cejas y abría un poco más sus párpados, como si ella hubiera descifrado sus pensamientos justo ahora. Unos pensamientos que lo estaban manteniendo inquieto por mucho de estar intentando mantener aquella postura de aburrimiento y seriedad en su cuerpo, aunque su mirada cambió unos segundos para entornarse, viendo con atención el rostro de la muchacha.

Abrió ligeramente sus labios en un gesto de querer decir algo, desviando un poco sus ojos hacia la mejilla de Hatsulin, viendo prácticamente debajo de su ojo derecho la raja más oscura en su piel. Viendo aquella cicatriz recordó nuevamente la conversación que había tenido con el director Nezu, haciendo que tensara un poco sus hombros y que la menor lo notará, viendo como su rostro se mostraba más serio pero preocupado, mostrando su inquietud de lo que fuera a decirle. Aizawa quedó con las palabras en el aire y después de un silencioso y pesado suspiro, cerró sus labios, tragando disimuladamente saliva.

Levantó poco a poco su mano, tomando desprevenida a la estudiante quien seguidamente cerró sus ojos al sentir dos pequeñas y leves palmadas justo en su cabeza, mientras que Shōta volvió a su mirada de siempre viéndola desde arriba a su par que descendía su mano hasta meterla en el bolsillo de su pantalón oscuro junto la otra.

—Será mejor que te apresures. Las clases están por comenzar. —fue lo único que dijo pasando por su lado yéndose a cualquier lugar que no pensaría Hatsulin quien ahora se encontraba confundida viendo a su dirección.

Aunque después su mente se iluminó y volvió a lo importante. Su leche de fresa. Miró esta con una sonrisa y comenzó a encaminarse devuelta al comedor con sus compañeros y terminar su almuerzo antes de que comiencen las clases del siguiente bloque. Así que no perdió el tiempo y al ya tener la pajilla en su lugar, llevó sus labios a la punta para absorber y poder probar aquella curiosa leche de fresa. Sintió el sabor de la leche primero hasta llegarle un sabor más dulce, más frutal junto con pequeños trozos de fresa teniendo una mezcla muy deleitosa para su lengua.

—¡Que rico!

¡El acto número tres a comenzado finalmente!

Les presento el primer capitulo de este acto; demons, en dónde sucederán muchas cosas.
Nezu sabe del incidente de Nakano y habla con Aizawa al respecto.
¿Que creen que sucederá?
🤔

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