Prólogo

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Capítulo cero
❛❛ They never
came back ❜❜

CAROLINA OBSERVABA A SU SOBRINA jugar con sus muñecas mientras sus padres estaban fuera, aunque ya habían tardado dos horas más de lo normal.

─── Tía Caro, ¿Mamá y papá ya vienen? ─── la pequeña Lia de nueve años se acercó sonriente

─── No deben tardar cariño ─── sonrío ─── Solo hay que esperar un poco ─── tocó la punta de su nariz ───

─── Esta bien ─── corrió de nuevo hacia sus muñecas ───

Carolina reviso una vez más su reloj después de unos minutos, parecía que en los planes de su hermano y cuñada no estaba volver por su hija.

─── Lia, cariño, es hora de irnos ─── llamó acercándose a ella extendiendo su mano ───

─── ¿Mamá y papá ya llegaron? ─── pregunta ilusionada ───

─── No, pero vamos a casa y tal vez ahí nos vean ─── ánimo al verla bajar su cabeza ───

─── Esta bien tía Caro ─── sonrío de nuevo tomando su mano ───

Lia amaba ir a la casa de su tía Carolina, era cuando veía a su mejor amigo, Barry Allen.

─── ¡Lia está aquí! ─── exclamó el pequeño Barry alejándose se la ventana ─── ¿Puedo ir con ella? ─── pregunta emocionado a sus padres ───

─── Claro cariño, solo regresa para la cena ─── afirmó Nora sonriendo ───

─── ¡Nos vemos! ─── salió corriendo de su casa ───

─── ¿Quieres fruta picada princesa? ─── ofrece Carolina mientras ambas se dirigen a la cocina ───

─── Si, que tenga más sandía por favor ─── pidió tiernamente

El timbre de la casa sonó, Lia sonrío en grande esperando que fuera Barry.

─── ¡Yo abro! ─── exclama emocionada para correr hacia la puerta ───

La pequeña rubia abrió la puerta encontrándose con su mejor amigo.

─── Hola Barry ─── saludo dejándolo pasar ───

─── Hola Lia, ¿lista para jugar? ─── preguntó emocionado mostrando sus figuras de acción ───

─── Por supuesto, estoy lista para ganarte ─── presumió

─── Barry, cariño, que bueno que llegaste, ¿quieres un vaso de agua y fruta picada? ─── ofreció la mayor entrando a la sala ───

─── Solo un vaso de agua por favor, Caro ─── pidió mientras el y Lia empezaba a jugar ───

─── En un segundo te lo traigo ─── dejo el plato de Lia y se dirigió a la cocina ───

LAS HORAS SE CONVIRTIERON EN semanas y las semanas en años, los padres de Lia jamás volvieron, pero la pequeña de doce años no perdía la esperanza, hasta ese día.

La comida con los Allen, era una tradición, siempre lo hacían cada cierto tiempo cuando los D'angelo no estaban de viaje, esta era la primera comida de Lia sin sus padres.

─── ¿Qué te pasó? ─── preguntó preocupada al ver a su mejor amigo con algo de sangre en la nariz ───

─── Estaban molestando a alguien y yo lo defendí, no fue buena idea ─── menciona desanimado ───

─── No te sientas mal, siempre serás mi héroe favorito ─── lo abrazo sin notar a las dos mayores que observaban la escena con ternura ───

─── Lia, Barry, la comida está lista, vengan a sentarse ─── llamó Nora haciendo que se separarán ───

─── Ya vamos ─── avisó la pequeña ─── Ven Barry, la comida de tu mamá es fabulosa ─── halo al castaño de la mano para llevarlo a la mesa ───

La comida pasó ente bromas, anécdotas, la pequeña D'angelo había olvidado por un momento que sus padres estaban ausentes, esta era su familia, nada podía arruinar ese día.

O tal vez si.

La noche llegó rápido, todos dormían en la casa Allen, Lia estaba en la habitación de invitados con su tía, pero unos ruidos extraños la despertaron.

─── Tía, ¿escuchas eso? ─── pregunta tallando sus ojos volteando hacia la cama de a lado, pero esta se encontraba vacía ───

Confundida se puso de pie y salió de la habitación encontrándose con Barry saliendo de la suya.

─── ¿Qué está pasando? ─── preguntó abrazando su abrigo

─── No lo sé, pero no te apartes de mi ─── pidió el pequeño castaño tomando su mano ───

Los menores bajaron las escaleras con cautela, pero los gritos de Nora los hicieron apresurar su paso, en la sala se encontraban Nora y Carolina de rodillas en medio de lo que parecía una tormenta eléctrica de colores.

─── ¡Niños no se acerquen! ─── indica Carolina aterrada de que les pudiera pasar algo ───

─── ¡Mamá!, ¡Mamá! ─── grita Barry intentando acercarse, pero es detenido por Lia ───

─── ¡Henry! ─── llamó la menor ya que las adultas no paraban de llamarlo ─── ¡Ya viene tía Caro! ─── avisó asustada ───

─── ¡Nora!, ¡Carolina! ─── grito al ver a su esposa y amiga dentro de esa extraña luz ─── ¡Resistan! ─── pidió y volteó a ver a los niños ─── ¡Corran, niños, corran! ─── indicó ───

No sabían como lo habían hecho o quien los había sacado, pero se encontraban a unas calles de la casa Allen, ambos niños se observaron.

─── ¿Mamá?, ¿papá?

─── ¿Tía Caro?

Los menores corren hacía la casa nuevamente para saber que está pasando, al llegar observaron ambulancias y patrullas fuera de esta.

─── Yo no lo hice, juro que no lo hice ─── negaba Henry mientras era llevado ───

─── Papá, ¿por qué están llevándote? ─── pregunta el castaño ───

─── Niños, no entren a la casa ─── indica forcejeando ───

─── ¿Dónde están Nora y la tía Caro? ─── pregunta Lia angustiada ───

─── ¿Qué le pasará a los niños? ─── cuestiona el mayor mientras es metido a la patrulla

─── ¡Papá!

─── Barry

─── ¡Papá!

─── Alejense de la casa ─── ordenó ─── Niños ─── los observó dentro se la patrulla

Los menores no hicieron caso y se dirigieron dentro de la casa, encontrándose con algo cubierto por una manta, se acercaron lentamente y quitaron las mantas, ahí estaban ellas sin vida y el brillo de sus ojos se había ido.

─── ¿Mamá?, ¡Mamá! ─── intento despertar el castaño, pero no hubo respuesta ───

Lia solo sostuvo la mano de su tía, estaba perdiendo su calor, parpadeo y una lágrima recorrió su mejilla. ¿Ahora qué le quedaba?, sus padres la habían abandonado y ahora su tía había sido asesinada por alguien desconocido.

¿Así estaba destinada a ser su vida?, ¿solitaria y miserable?. Ya no había más que hacer, sabía que sus padres y su tía jamás volverían.

─── Niños ─── Joe cubrió de nuevo a los cuerpos ─── Todo estará bien ─── beso sus cabezas ───

─── No digas mentiras, es malo mentir ─── habló Lia sin dejar de observar las mantas azules mientras Joe la pegaba a su pecho ───

Dos niños habían perdido lo más importante que tenían, los habían dejado solos, ¿quién podría ser tan cruel?, Henry Allen o eso es lo que decía el expediente.

Nadie les creía a los niños sobre la tormenta eléctrica dentro del hogar, eso era imposible. Pronto lo imposible estaría frente a sus narices, dos héroes corriendo más rápido que el sonido por la ciudad.

Pronto todos creerían en lo imposible, gracias a Thunder y Flash.

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