𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐬𝐞𝐢𝐬

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El hilo de la vida.

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Mis ojos veían detenidamente a Zeke Jeager, su expresión era confusa, pero su insistencia de que tocara su mano, era muy tentadora. Recordé aquel día en los bosques, Levi me deseaba retener, pero mi curiosidad sobrepasó mis límites, y me dirigí a tocar la mano de Zeke, sin imaginar el costo tan grande que eso tendría. Ellos solo vieron como nuestro tacto, ocasionó una liberación de poder, que llevó a que mi cuerpo cayera con brusquedad al suelo, pero ante ese tacto, todo se había detenido justo antes de mi distanciamiento brusco. No se como, pero el tiempo se había pausado para ellos, y yo, estaba en un ambiente que no reconocía, uno que quizás pude haber visto más allá de mis sueños, pero me era incapaz de reconocer. Abrí mis párpados, y veía un cielo azulado, sin nubes o sol, con miles de estrellas. De a poco, me fui levantando, dándome cuenta que estaba sobre el mar. Extrañamente me quede confusa, sabía que anteriormente me encontraba en grandes bosques, y ahora, estaba sobre el mar. Estaba con mi atuendo, y todo era vacío. No había nada más que el mar, y un cielo estrellado. Pasos huecos se escucharon, las zancadas con el agua me sobresaltaron, y de a poco, me giré.

-¿Mamá?-aturdida la llame, viéndola cuando me giré, y la vi mirarme, sus ojos brillaban de aquel azul cristalizado, como los míos alguna vez, ella se veía serena, a diferencia de mi; yo estaba confusa.

-Hola, Kira.-me saludo, parecía que nada pudiera detenernos en la cercanía, pues ella se acercaba a mi, y podía sentirla.-Anhelaba este encuentro, nuevamente. Ya eres toda una mujer.-comentó, pero su voz me abrumaba, la relajación en sus palabras no era usual.

-¿Tú?-estaba inquieta mirándola, estaba frente a frente a mi.-¿Qué es esto?-le pregunté, observando su rubio cabello caído bajo sus hombros, se veía igual de hermosa que la última vez que la vi.

-Estás en los caminos.-dijo, distanciándose para abrir sus brazos y con sus manos dar referencia al lugar donde nos encontrábamos.-El tacto de tu sangre, con la sangre real, te trajo aquí, porque haz activado un poder que sobrellevas desde siempre.-indicó, pero yo, estaba procesando todo.

-No entiendo nada de lo que hablas.-dije con sinceridad, intentando de acoplarme a este abrumador momento.-Hace un momento estaba en el bosque, y ahora, estoy sobre el mar... -musite.-¿Como es posible que mi sangre tenga un poder similar a la sangre real que pueda llevar a los caminos?-me preguntaba, en voz alta.-¿Yo también tengo las coordenadas del titán fundador?-le mire detenidamente, y ella, asintió.

-Sin tu sangre, no podría activarse el poder, sin importar que la sangre real esté presente.-esclarecía.-Tú eres la pieza clave para poder activar el titán fundador que tiene Eren Jeager.-dijo, dejándome sorprendida y ajena ante ese conocimiento.-Es por eso que Zeke decidió activarlo, para que el próximo tacto que tenga contigo, sea con Eren, y así, activar el titán fundador.-la miraba desconcertada.

-¿Cómo sabes tanto?-le pregunté, inquieta.-Hablas como si siempre lo hubieses sabido.-exprese, y ella me miró sin alguna expresión.

-Kira.-me llamo, quedándose en silencio, como si no supiera que decir.-Mi nombre, y mi identidad verdadera, no es la de Elizabeth, es por eso que no entiendes, porque yo nunca fui capaz de decirte la verdad desde el comienzo, porque eras mi hija, no la salvación de mi linaje.-decía, y yo, entendía poco a poco sus palabras y lo que insinuaba.

-No puede ser.-me distancie un poco de ella, y la miraba, como si no la conociera.-Tú eres... -las palabras ni siquiera me salían, me quede con boca entre abierta, y me detuve en hablar.

-Ashanti Kamura.-afirmó, a lo que abrí mis ojos grandemente por su confesión.-Yo soy, Ashanti Kamura.-volvió a repetir.

-Todo este tiempo, ¿fuiste tú?-le pregunté, y ella asintió, a lo que me quedaba más desconcertada.-¿Nunca fuiste mi madre? ¿Quien fue mi madre entonces?-le pregunté, agitada y confusa.

-Yo soy tu madre, yo te di a luz.-me interrumpió.-Yo soy la madre de Erwin y Kira Smith.-afirmó, como si estuviese orgullosa de eso.

-No entiendo un carajo, no lo entiendo.-me tocaba la cabeza, como si eso pudiera aclarar mis dudas, pero realmente, todo era confuso.

-Hace dos mil años, cuando era una niña, vagaba en la pobreza e esclavitud. Tenía a una gran amiga, a quien quería como una hermana, éramos uña y mugre. Era Ymir.-decía, mirándome a los ojos, mientras que sentía una brisa fría.-Un día, habían unos cerdos a quienes sacrificaríamos, me pidió que la ayudara para soltarlos, pero le dije que podría ser muy riesgoso. Se fue triste, y decidí que para hacerla feliz, soltarlos. Los superiores del rey deseaban encontrar a quienes soltaron a los cerdos, y muchos delataron a Ymir, sin saber que había sido yo.-dijo entristecida.-Llegue tarde para cuando supe, y la perseguían en el bosque como un perro faldero, la cazaban. Le habían sacado un ojo, y tenía flechas por todo el cuerpo. Cuando llegue, el tiempo se detuvo, y ella era algo sobrenatural que yo desconocía. Su poder se hizo superior, y fue temido. Se creía que era un demonio, y fue ahí que se entrelazó con el rey Fritz.-ella suspiró, tomando aire, parecía querer recordar más allá del pasado, me quería detallar.-Me brindó un poder, me otorgó un titán que combatiría a su lado en las guerras. También, me permitía ver a través de las personas su miedos, sus memorias en cualquier lapso de tiempo, todo sobre ellos, podía encontrar su debilidad, y hacerlos ser parte de nosotros, o condenarlos a muerte. Tenía poder, pero no me sentía libre. Era esclava del rey, Ymir y yo, seguíamos siendo unas esclavas.Conocí a este hombre, su nombre era Ken Ackerman. Me enamoré de él perdidamente, como él de mi. Éramos iguales, queríamos salir de ahí, evitar las guerras entre naciones, y ser libres lejos de todo. Él cada día escribía los acontecimientos, yo era feliz con él.-sonreía, melancólica.-Decidimos un día romper todo tipo de conexión con la guerra, y alianza con nuestros allegados para ser libres, pues yo estaba embarazada, pero Ymir sintió que la traicionaba. Sintió que la abandonaba, pues ella no era feliz, pero su amor la cegaba. Ante mi traición con Ken, el rey Fritz la manipuló para que nos castigara. Y ella, lo hizo. Maldijo a mi linaje, y que nunca podrían encontrar la felicidad, mucho menos el amor, que serían esclavas de un destino que no querían. El rey, dijo que serían libres si alguna la valentía de no seguir su destino, pero que serían también perseguidas por sueños y pesadillas que no podrían sobrellevar, eso se basaría a que mostrarían su destino, su cruel destino en el mundo, vivirían de espectadoras sin poder hacer nada. Los Ackermans fueron malditos de manera a servirles a personas de manera involuntaria, sentirían que sus vidas dependían de ellos, y solamente podían salir de eso, acabando con el lazo que los uniría; dejándoles morir.-explicaba.-Ymir murió, salvando la vida del rey, yo me suicide, pues mi hija murió al nacer, y Ken, murió en la pena de muerte por traicionar al rey. De una forma u otra, Ymir salvo mi alma, y llegue los caminos junto a ella. Eso fue hace dos mil años. Me pidió perdón y clemencia, quería que le ayudara a ser libre de lo que nunca pudo ser libre, que de ahí, acabaríamos con los linajes malditos, y que nuevos empezarían con la libertad que nunca tuvimos. Hicimos una tregua, le prometí que la salvaría, y que la ayudaría a ser libre. Ella me prometió, liberar al linaje Kamura y a los Ackerman de sus pecados. Mejoramos un titán, llamado el titán de alianza, el que yo portaba en la guerra, sería el que se uniría al titán de ataque, pues el portador de ese titán, siempre sería digno de perseguir la libertad, así que necesitaría a alguien que lo ayudara a ser libre. En esta caso, daba referencia a Ymir, y a mi. Mi linaje continuo, Ymir recreo a una hembra, y así continuo todo.-dijo, culminando.

-¿Como terminaste aquí?-le pregunté curiosa, intentando de acoplarme a esa versión que me contaba, una que desconocía.

-Yo decidí regenerarme en mi propio linaje, porque era ello yo quien debía dar a luz, a quien quizás sería la esperanza que esperamos dos mil años. Pues, las féminas de mi linaje continuaba siendo esclavas de su destino, repetían un siglo, que yo quería que rompieran.-me dijo.-Y justo en esa época donde naciste tú, nació Eren Jeager, y no podía ser coincidencia que su padre fuese el portador del titán de ataque. Viviendo en aquella época, me reencontré con mi gran amor, Ken Ackerman. Pero estaba en otro cuerpo, y no me recordaba, era Kenny, Kenny Ackerman.-no podría olvidar ese nombre, y mucho menos, a ese hombre, la escuchaba detenidamente.-Aún así, se enamoró de mi, como en aquellos años del pasado, pero yo decidí, ser valiente y fuerte, y abandone mi sueño de volver a encontrarme con él. Supe que ese no era el camino que debía escoger, porque volvería a fraccionar el destino, y abandonar a mi amiga, porque pese a todo, ella nunca me abandonó. Continué, y también entregué mi corazón en la élite del cuerpo de exploración. Supe lo que fue perder a colegas, lo que era sobrevivir arduamente, supe lo que hoy sabes, pero luego, di a luz a un varón hermoso, a quien no quería despegar de mi, pero siempre supe su destino y no podía evitarlo. Lo ame, y lo protegí hasta que ya no pude, y es que, todo cambio cuando di a luz a una hembra. No había sido casualidad, pues un año después, Grisha tuvo un varón. Ymir sabía que sería Eren quien portaría el titán de ataque, y yo sabía que tú serías el titán de alianza, pues de una forma u otra, logré traspasarte mi poder a través de genética sin necesidad de que me comieras.-continuaba diciendo, pero el paisaje cambiaba, era como si transcendiéramos a través del tiempo.-Supe que sería Eren, cuando se cruzaron por primera vez siendo unos niños, y tu maldición se activo. Eran ustedes dos, a quienes elegimos inconscientemente para esto. No creíamos que se enamorarían, jamás lo supe, hasta que su mirada te buscaba cada día, y ahí entendí que el lazo sería más fuerte de lo que creía, que no había manera de romperlo, pero al parecer solo lograste romper la maldición, y no la tregua que Ymir, y yo creamos.-quede aturdida, dándome cuenta en donde estábamos paradas, ya no estábamos sobre el mar.

-¿Porque estamos aquí?-le pregunté, dándome cuenta de cómo estábamos en aquel árbol y en la colina, pero debajo de esa sombra, podía ver a un pequeño Eren dormido.

-Porque aquí empezó todo, fue aquí donde Eren recibió las memorias del futuro, para que así no se volviera a repetir el siglo, en donde la libertad se distorsionaba, y volvíamos a ser esclavos de prejuicios.-me respondió, y yo, me quede observando a ese Eren.-El Titán de Ataque concede a sus usuarios el poder de ver los recuerdos de aquellos que más adelante heredarán a este titán, lo que en cierta forma les permite "ver el futuro". Sin embargo pese a lo anteriormente dicho, sus portadores no parecen ser capaces de evitar que los hechos que han visto puedan suceder. Un día, él me detuvo, y me dijo todo lo que pasaría. Me dijo que debía morir, que todo debía ser de esa manera, para que todo pudiera ceder. E incluso la muerte de su madre debía ser. Quede ida, porque yo era madre, y por un momento, solo quería proteger a mis hijos, pero el día en que los titanes invadieron la ciudad, y vi que estarías apunto de morir, supe que era el momento de mi partida. Cuando vi a través de tus ojos, entendí que Eren tenía razón, que yo debía morir, y con mucho miedo, cedí.-el paisaje volvía a cambiar, la noche caía, y reconocía este lugar.

-¿Él siempre lo supo?-le pregunté a ella, y quede ida observando como estábamos en la base de recluta, y frente a nosotras, un adolescente Eren, frente a mi.

-Y tú también.-me respondió ella, observando la escena, uno que no recuerdo haber vivido.

-Eren, ¿no hay una manera para que eso no sea de esa forma?-le preguntaba yo, mientras que las estrellas eran testigos de nuestra charla, yo estaba frente a frente con él, su mano estaba en mi mejilla, y me miraba detenidamente.

-No.-me respondió frío, y entristecido.

-Mucha gente morirá.-le decía yo, mientras que me sentí confusa ante verme delante de él, no recordaba esa noche, de verdad que no.

-Lo sé, pero así debe ser.-me dijo él a mi, llevando su mano a mi cabello, haciendo ese tacto.

-Pero, si estamos entrelazados como me acabas de decir. Significa que, tú y yo, estaremos juntos, ¿no?-inocente me veía preguntándole eso, y mi corazón se apretó, como si empezara a recordar.

-Se supone que no nos enamoraríamos, pero al parecer, el corazón pudo más que cualquier lazo. Y yo, estoy completamente enamorado de ti, ahora, y dentro de unos años; jamás dejaré de estarlo, moriré estándolo, y tú, serás mi último pensamiento, pero ahora que sabes todo, debo borrar tus memorias, y dejarte ir, porque jamás me pertenecerás.-musitó.

-Pero, Eren, espera.-le pedí yo, me veía asustada, y apreté su brazo, pero sus ojos se cristalizaban de un color verdoso fuerte.-Yo también estoy enamorada de t... -no pude terminar, caí desmayada en sus brazos, y vi como él, esbozó un leve sollozo, abrazándome con fuerza, como si no quisiera despegarse de mi.

-¿Como pude olvidar ese recuerdo?-me preguntaba, tocando mi cabeza, y viendo como Eren besaba mi frente, mientras que se sentaba en el césped, y acariciaba mi cabello, parecía susurrar algo.

-El poder del titán fundador.-respondió mi mamá, viendo la escena junto a mi, y el paisaje cambió, se distorsionaba nuevamente.

-Eren siempre supo que a pesar de todo, no podía terminar contigo.-veía una imagen, una en donde el día soleado nos daba en aquella base, y en cómo Eren miraba algún punto fijo, mientras que yo, me encontraba ahí.-Lo supo cuando vio como Levi te miraba ese día.-observé hacia donde Eren veía, y ahí estaba Levi, junto a Aster Arcane, en la base, observándonos, pero yo no recuerdo haberles visto del todo bien.-Ese día, supo que cargaría con el peor peso, no aceptar que no serías para él. El abandonar a un amor, es el sacrificio más grande.-decía ella, en un susurro.

-Todo comenzó tan extraño... -dije yo, y el paisaje volvía a cambiar, y nuevamente, nos encontramos paradas encima del mar.

-Todo empezó conmigo, y acaba contigo. Yo cree este linaje para llegar a ti, para amarte como mi hija, no para sacrificarte. Sabes lo que debes hacer, pero tú eres quien decide lo próximo.-decía, y la brisa del viento se hacía más fuerte, mientras que el agua, empezaba a tocar mis tobillo.

-Necesito saber algo.... -la mire, sabiendo que el ambiente se distorsionaría, y solo sería por una razón, volvería a despertar.

-Lo de Levi Ackerman fue el destino, el destino que yo no pude tener con Ken, ni con Kenny.-quede abrumada ante ella responderme algo que ni siquiera le había preguntado, pero esa era mi inquietud.-Cumpliste mi anhelo, aquel que jamás pude disfrutar. El linaje termina contigo, pues como sabes, tú hija es una Ackerman. No fue coincidencia, tuviste el destino que yo jamás pude tener, pues mi primer amor, fue un Ackerman, con el que jamás pude ser libre, a diferencia de ti. Fue un obstáculo de la maldición, y si elegías a Eren, jamás disfrutarías en tus manos, lo que jamás pude tener.-dijo, con sus ojos humedecidos.-Te agradezco por haber hecho lo que yo hice en el pasado, decidir tú propio destino, y ahora, continuará siendo así. Tú decidirás, Kira.-me dijo, a lo que yo asentí, y ella, estaba frente a mi.

-¿Nos amaste realmente, o todo fue una simple fantasía?-le pregunté, y sus lágrimas bajaron por sus mejillas, mientras que quede ida cuando sentí su mano tocar mi mejilla.

-Los amé, los amé como nunca. Nunca supe lo que era vivir, hasta que nací en este mundo, y viví.-mis ojos se humedecieron ante su tacto, aquel que no sentía hace mucho.-Ustedes fueron mi mayor regalo, y hubiese deseado que todo fuera diferente, pero pese a todo, me los disfruté. Volverás a regenerarte, pues la única manera en la que puedas morir y acabar con la tregua, es deteniendo tu corazón, hasta no ser así, tu conciencia automáticamente se regenera por la genética del titán, podrás convertirte pero es porque Eren te está sintiendo morir justo ahora, él controla tu poder, y lo usará.-asentí ante eso, sintiendo ese apretón en mi pecho.-Adiós Kira.-me dijo para así, verse borrosa, y sentir mi cuerpo extraño.

Todo volvió a la realidad, y dejé ese recuerdo atrás. Mis ojos se abrieron, y sabía en donde estaba, en el interior de mi titán. No fui yo quien lo active, más allá, Eren podía sentir mi alma apagarse, fue él quien me salvo, de morir. Di un leve grito, uno que alertó a quienes creían mi partida, salí del mar, convertida en titán, en aquel titán. Los músculos me atrapaban, pero todo fue confuso y borroso. Por un momento, sentí mi cuerpo ser arrastrado, fuera del cuerpo de mi titán. Y yo, estaba recostada en un suelo de madera. De a poco, iba abriendo mis párpados, y solo veía su rostro. Mikasa estaba sentada frente a mi, me miraba abatida, y se veía triste. Me sentí débil, y sin fuerzas. Intenté incorporarme, pero mi cabeza daba vueltas, y me maree. Aún así, me levante, para quedar sentada, y cuando detuve mi mirada en algún punto fijo, le vi. Levi me miraba detenidamente, mi corazón sintió conmoción, como si no lo hubiese visto, quería abrazarlo y aferrarme a él, pero el ambiente se veía tenso, y odiaba sin duda eso. Él me miró, como si también quisiera acercarse a mi, pero hasta Mikasa permaneció en su lugar, no obstante me di cuenta que estábamos en movimiento, estábamos en un barco.

-¿Qué pasó?-pregunte, mi voz se escuchó ronca, y yo lleve mi mano a mi pecho, había hueco en mi camiseta, pero no una herida.

-Te dispararon.-respondió Levi, fríamente.-Armin creyó que habías muerto, pero te convertiste dos minutos después de caer al mar.-me explico, a lo que confusa, asentí.

-Algo anda mal.-dije tocando mi pecho ante aquel apretón en mi corazón, me sentía triste, y hueca.-Algo anda mal... -toque mi cabeza, mis ojos se humedecían sin razón alguna.

-Es Eren.-la voz de Hange sobresalió, y vi cómo entraba a este camarote, me miró detenidamente.-Ha llegado a Liberio, de seguro ha matado ya con el retumbar. Debes sentir lo que siente, tristeza.-me dijo ella, colocándose en cuclillas.-Magath y Keith, se sacrificaron en el puerto.-mis ojos se abrieron grandemente ante eso, fue inesperado.-Peleaste junto a los demás, defendiste a Falco quien se convirtió en titán, no recuerdas nada, ¿verdad?-negué ante eso, dando acierto a lo que preguntó.-Escucha, estamos contra el tiempo. Armin ha quemado su cerebro, no queremos perderte. Quizás nunca he hablado contigo sobre esto, pero Kira, eres muy importante para este escuadrón, si crees que puedas controlar a tu titán en la hora de la batalla final, será la victoria de tu supervivencia.-me decía, y yo, asentí vagamente.-No puedes entregar tu corazón aún, pelea hasta el final, por favor. Mientras tanto, ya Yelena nos indicó dónde está Eren, reconstruiremos lo que falta de la aeronave, y nos iremos hacia él, esperemos llegar a tiempo.-me dijo abatida, levantándose, para retirarse.-Si debo dar mi vida por ti, para que tú vivas aunque sea unas horas más, así será.-se retiro, mientras que un silencio se reflejo en el camarote ante esas palabras.

-¿No pelee en contra de ustedes?-pregunte, observando a Mikasa y a Levi, quienes negaron.

-Significa, que puedes controlarlo.-dijo Levi.-Mikasa.-él llamó a la joven sentada aún lado de mi, quien lo miró ante nombrarla.-Déjanos solos, por favor.-pidió, ella me miró, como si esperara autorización, pero yo, le asentí, y ella vagamente se levantó, para darnos espacio.

-No quiero pelear, por favor.-le pedí, cabizbaja, pero sentí como se removió, y sus brazos me acorralaron en un abrazo, en uno fuerte.

-No voy a pelear.-me dijo, en un susurro en mi oído que erizo mi piel.-Por lo único que voy a pelear, es por tu vida, aunque cueste la mía.-decía, apretándome a su cuerpo, sin importarle que estuviera destrozado físicamente.-Pelearé por ti, hasta el final. Aunque muera en vano, no importara para mi, si tú vives.-mis ojos se humedecían, y yo acariciaba su espalda.

-Levi, ¿sabes algo? No me arrepiento de haberte escogido.-le decía, con mi cabeza recostada en su hombro.-No quiero morir, quiero ver crecer a mi hija. No quiero faltarle, como a mi me falto una madre, porque tú y yo sabemos, lo que es crecer sin un amor paterno o materno.-decía, recordando aquella sensación, aquella amarga sensación.-Pero, si debo dar mi vida, para que ella viva, así será.-musité en tristeza.-Me prometiste que lo harías, y debes apuntar en el corazón cuando lo hagas, será la única manera en la que no me regeneraré.-sentí como sus brazos dejaban de acorralarme, y como me miró detenidamente, abrumado.

-No me digas cómo debo matarte, no te atrevas.-se veía molesto, pero a la vez, con una sensación de tristeza que no se atrevía a revelar.-Esto es mucho para mi, mucho.-se veía realmente abatido, y yo solo baje mi cabeza.-¿SABES LO QUE ME ESTÁS PIDIENDO?-me sobresalte ante su alto tono.

-¿Quién, si no eres tú?-le pregunté, y él, bajo la cabeza, para así, unir su frente con la mía.

-Aún recuerdo la primera vez que te vi, no podría imaginar cómo sería la última.-nuestras respiraciones chocaban, y creaban un ambiente triste.-Por favor, volvamos a nosotros con vida, hasta que ya no tengamos.-alzamos nuestras frentes y nos miramos fijamente, para así, unir nuestros labios en un beso con necesidad, un beso de pasión.-Volveremos los dos a casa, ten esperanza.-me dijo, y yo quede afligida ante esas palabras.

Nos levantamos, y nos miramos. Levi a pesar de todo, nunca fue capaz de ser fuerte conmigo. Y sabía que en esta situación, sus hombros le hacían no poder caminar bien por el peso que cargaba. Veía sus vendajes, su herida en el rostro que aún no cicatrizaba, había peleado bien, más que bien. Caminamos juntos por aquellos pasillos, el amor que teníamos, era admirable, era fuerte y valiente, pues se que aunque no lo pensará, él lo haría. La luz del sol me dio, y veía el mar. Alce la mirada observando aquel cielo, y pude ver claramente a un pájaro volando en el cielo. Era libre, a pesar de todo, era libre. Lo mire detenidamente, parecía quedar rondando en este alrededor, Levi también le miró, pero continuamos caminando cuando el barco se detuvo en aquel continente que desconocía. Giré mi mirada, y observé a la persona que me llamo en un tono alto. Los azulados ojos de Armin me miraron, y yo me quede quieta, para sentir como acorralaba sus brazos en mi cuerpo. Sonreí, y lo apreté. Supe que tenía miedo, yo también si estuviera apunto de perderlo. No imaginaba una vida sin Armin, incluso sin Mikasa. Lo abracé muy fuerte, y atrás suyo, pude ver a Aster mirándome cruzada de brazos, le sonreí, pero ella era amarga como un limón.

-Lo de "aunque me cueste la vida", no lo tomes tan en serio la próxima vez, por favor.-me pidió, y yo acaricie su cabello, mientras que no era capaz de soltarlo en aquel abrazo.

-Daría mi vida por ti, una y mil veces más.-le dije, despegándome de él.-Lamento haberte asustado.-le disculpe, y él, asintió.

-Si mueres, mi vida no tendría sentido.-indicó, con una expresión triste que me agrietó el alma, al fin de cuentas, Aster tenía razón; él no podría vivir sin mi, pero ni yo sin él.

-No moriré, aún.-le indique, para así ponerme nuevamente aún lado de Levi, y caminar a su lado, ayudándolo para que se sentara en aquel banco.

-Despegaremos en una hora.-nos indicó Aster, cuando todos nos reunimos.-Prepárense.-pidió, a lo que asentimos.

-Ya la han oído, todos preparen sus equipos, una vez más.-Hange estaba frente a nosotros, mirándonos.

-¡Si comandante!-le respondimos todos a la vez, mientras que Levi apretaba mis correas con fuerza, me ayudaba, como siempre.

-Dos dedos son más que suficiente para mi.-le mire, al igual que todos cuando agarro el mango de sus espadas.-No hay problema.-nos indicó, pero se veía en su rostro la desilusión.

-Claro que si.-le dije, animándole, sentándome en su falda, para darle aliento.-Puedes con eso.-bese su mejilla, y observé cómo los demás continuaron preparándose.

-Ya Annie se va.-indicó Hange, cuando vimos cómo la rubia se despedía de Reiner y Pieck, habían perdido a su capitán, como nosotros, alzamos nuestras manos, y nos despedimos de ella, pero Armin la miró afligido, al igual que ella a él, habían cosas de las que tenían que hablar.

Me levante de la falda de Levi, y observé el mar. Lleve mi mano a mi corazón, y recordé aquella imagen de mi mamá. Me era irreal lo que vi aquella vez, pero todo concordaba. Veía a Annie yéndose, se encargaría de la vida de Gabi y Falco. Su mirada estaba apagada, sabía que la tristeza la recorría. Si el retumbar había llegado a Liberio, lo que quedaba de sus familiares ahí, ya no estaría. Sentí su tristeza, la sentí fuertemente. Era grato estar rodeada de amigos, de compañeros que te cuidan y protegen, pero aún así, el vacío de un amor familiar, siempre molestaba y perturbaba. No supe cómo viví tantos tiempo sin el amor de mi madre, incluso el de un padre, pero era por su ausencia que hoy era fuerte, y estaba aquí. Mi vida llegaría a su fin, o quizás el mundo, pero mi corazón estaba dispuesto a pelear hasta que no tuviera fuerzas. Me giré, y levemente observé a esas personas por las cual hoy estoy aquí. Mis ojos se detuvieron en Levi, él me miraba, como si deseara descubrir mi pensamiento. Sonreí de lado, a pesar del tiempo pasado, las mariposas seguían ahí, al igual que nuestro amor. Lo amaba, lo amaba demasiado. Iba acercarme a él nuevamente, pero todo se detuvo, cuando disparos se escucharon.

Mis ojos se abrieron, y todos se sobresaltaron. Reaccione rápido, al igual que los demás, y no tardamos en dirigirnos adentro del almacén donde estaba la aeronave siendo reparada. La tensión creció en mi, y con rapidez llegue hasta allá con el equipo de maniobras tridimensionales al igual que los demás. Los disparos seguían en contra de los mecánicos de los Azumbito, y cuando visualice aquel joven chico, pese a que mi alma se apretó, dirigí mi gancho hasta su cuello. Su piel se desprendió, y la sangre sobresalió a chorros. Su cuerpo cayó con lentitud, y un charco de sangre a su lado. Todos miraron la escena, y a pesar de todo, la frialdad recorrió mis venas sin sentir algún remordimiento hacia mi sabiendo que él moriría de una manera lenta. Flotch había llegado muy lejos, y camine lentamente para observarle. No sé cómo había llegado hasta aquí, pero solo se, que su camino llego a su fin. Los demás se acercaron con rapidez, y pude ver claramente cómo abrían sus ojos grandemente. Me quede mirando a Flotch, y la única tristeza que me invadió, fue saber que deseo con mucha fuerza que mi hermano viviera. Lo mire, aún respiraba, y recordaba ese agrio día, aquel que me marcó por completo.

-El único que puede salvar a la humanidad es el comandante Erwin. Aún no lo saben, pero al otro lado del muro, no queda nadie. Todos murieron cuando el titán bestia nos bombardeó con unas ráfagas de rocas, pensaba que todo estaba perdido, pero el comandante Erwin es diferente. Trazó un plan para neutralizar al titán bestia y lo puso en práctica, aunque supiese que nos harían trizas. De seguro, lo último que sintieron al morir, fue terror. Cuando lo encontré vivo, estuve apunto de encestarle el golpe de gracia, pero esa era la salida fácil. El comandante merecía vivir para seguir sufriendo en este infierno, pero fue ahí que entendí que solo un demonio sería capaz de acabar con los titanes. Por eso mi misión en esta vida, era devolver a la vida a ese demonio, es lo único que explica que un cobarde como yo haya sido el único sobreviviente. ¡Así que quítate del medio!-la imagen se borro, y me distancie del cuerpo sin vida de Flotch, lo único que agradecía de él era eso, que haya querido que mi hermano viviera.

───

Próximo capítulo: Sacrificio.
El escuadrón logra salir del puerto en la aeronave, pero, ¿a que costó?

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