࣪ ٬ 𝟬𝟲. dream come true. ៹

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🌕🐺˖ ࣪៹ ❛ 𝕭𝐎𝐑𝐃𝐄𝐑𝐋𝐈𝐍𝐄 ❜ ꒷៹ ˖🐺🌑
006.┊ DREAM COME TRUE.
꒰# TEEN WOLF E3 T1 ; Mentalidad de manada.

—¿LA MATASTE? —Stiles resumió el sueño de Scott mientras abría las puertas del instituto, dejando que Harper y Scott entraran primero antes de seguirles detrás.

Scott había tenido una pesadilla la noche anterior, que involucraba a cierta castaña llamada Allison. Habían estado moviéndose a hurtadillas en uno de los autobuses escolares cuando él se transformó, cebándose con ella antes de matar a la pobre chica. Todavía estaba conmocionado por ello.

—No lo sé —Scott suspiró—. Me desperté. Sudaba como un loco, y no podía respirar. Jamás había tenido un sueño así.

—¿En serio? —Stiles sonó sorprendido— Yo sí. Pero son con final feliz.

Scott y Harper hicieron una mueca.

—Stiles —Harper le dio un golpe en el brazo. Saber que su mejor amigo, y crush, tenía sueños como esos sólo la hacía sentir divertida. Y no de una forma graciosa, sino incómoda.

—Uno, nunca había tenido un sueño tan real, y dos, no es necesario que entres en detalles —Scott puso los ojos en blanco mientras caminaba junto al chico de ojos avellana.

—Tomo nota —Stiles levantó las manos en señal de derrota, como si lo hubieran estado atacando—. Aunque pensándolo bien─

Scott le interrumpió antes de que pudiera decir algo más.

—No, ya lo sé —Scott suspiró—. Es porque mañana voy a salir con Allison. Y que perderé el control y le cortaré el cuello.

Stiles puso los ojos en blanco desde al lado de Harper.

—No, claro que no —resopló. Harper y Scott compartieron miradas con él antes de que Stiles admitiera—: Sí, has acertado.

—Todo va a salir bien, Scott. Te lo juro. Lo estás haciendo increíble en todo esto del hombre lobo. No es que haya un curso de Licantropía para novatos al que te puedas apuntar —Harper habló en voz baja.

Scott dudó un segundo.

—No, un curso no, pero sí un profesor.

Los ojos de Stiles se abrieron de par en par.

—¿Quién? ¿Derek? —alzó la voz. Scott asintió, haciendo que Stiles le golpeara con la mano abierta en la cabeza— ¿Has olvidado que lo envíamos a la cárcel?

—Para nada, pero, cazarla y arrastrarla hasta el fondo del autobús fue tan real —Scott miró al suelo, como si le diera vergüenza admitirlo.

—¿Cómo de real? —preguntó la chica castaña.

—Como si hubiese pasado —confirmó Scott, abriendo de un empujón las puertas que conducían a la parte trasera del instituto.

Los tres adolescentes se quedaron paralizados en cuanto levantaron la vista. Scott y Stiles estaban a ambos lados de Harper, con la boca abierta, los ojos muy abiertos y el pánico invadiéndoles.

El autobús escolar amarillo brillante tenía las puertas traseras arrancadas de las bisagras, la superficie cubierta de sangre y los asientos arrancados desde dentro. Exactamente todo lo que Scott había descrito en su sueño. Los detectives estaban tomando fotos y analizando muestras.

¿Pero... qué... demonios?

—Pues parece que sí —Harper tragó saliva.

—Seguro que está bien —Stiles intentó calmar a Scott mientras él corría por el pasillo, esquivando a otros adolescentes, con el teléfono en la mano mientras intentaba repetidamente contactar con Allison.

—Maldita sea. La has matado —murmuró Harper, aún aturdida.

Stiles se giró para mirarla mal.

—No ayudas.

Scott se quejó, ignorando a Harper.

—No contesta a mis mensajes, Stiles —se dio la vuelta, buscando a la chica alta de pelo castaño oscuro.

—Puede que sea una casualidad, ¿sabes? —dijo Stiles.

—Una casualidad seriamente asombrosa —murmuró Harper sarcásticamente desde justo detrás de él. El chico pálido se dio la vuelta para mirarla mal una vez más.

Scott frunció el ceño.

—Ayudadme a encontrarla, ¿queréis?

Buscaron durante unos minutos, todo el tiempo Scott siendo frenético e insistente, con Stiles siguiendo a su alrededor impotente mientras Harper empezaba a creer de verdad que Scott salió transformado en lobo y mató a la chica Argent. Se pasó una mano por el pelo, mirando alrededor del pasillo.

Ni rastro de Allison.

Scott se detuvo de repente delante de unas taquillas y se apoyó en ellas de forma inclinada para calmarse, gimiendo. Stiles y Harper le miraron preocupados mientras él golpeaba con los puños una de las taquillas. Toda la taquilla colgaba ahora sólo de una bisagra, muy abollada.

Era la taquilla de Jackson.

Harper no pudo evitar resoplar un poco a pesar de la situación.

Scott se apresuró a bajar las escaleras que conducían a la entrada principal del instituto, sólo para tropezar con alguien. Stiles y Harper se pararon, una mirada de alivio cruzó la cara de Harper cuando vio a Allison de pie frente a él, sonriendo mientras se apartaba el pelo de la cara.

—Sabía que no la había matado —Harper sonrió a Stiles, que se limitó a mirarla entre atónito y molesto.

—Tú─ ¡Tú sólo! ¡Pero! Maldita sea —sacudió la cabeza y se pasó una mano por el pelo rapado, con frustración.

Sonó el timbre y ella se volvió hacia él.

—¡Me voy volando!

Harper echó a correr por los pasillos, intentando llegar a tiempo a su primera clase. Justo al doblar una esquina, su hombro chocó con alguien.

—¡Lo siento! —gritó, dándose la vuelta ligeramente.

Estaba a punto de seguir caminando cuando una mano la agarró de la muñeca, tirando de ella hacia atrás. Harper frunció el ceño y se puso nerviosa cuando se giró para ver al chico con el que se había tropezado.

—Lo siento, otra vez —murmuró ella torpemente.

Él le soltó la muñeca y se rascó la nuca.

—Ah, está bien —contestó—. No sé por qué te he hecho retroceder hasta aquí. Probablemente porque estás muy guapa...

Harper se estremeció interiormente, pero forzó una pequeña sonrisa.

—Em, gracias... —estaba a punto de irse cuando él volvió a hablar.

—Me llamo Matt —le dijo el chico.

La castaña asintió.

—Yo me llamo─

—Harper, lo sé —la interrumpió Matt, sonriendo descaradamente.

Al ver su cara de confusión, empezó a sonrojarse.

—Oh, em, te sientas a mi lado en alemán —explicó Matt.

Harper inmediatamente se sintió mal por no haberle reconocido.

—¡Ah, sí! Lo siento mucho, he tenido una mañana un poco estresante y la verdad es que tenía prisa─

—Oh, entonces no te entretendré más —Matt sonrió tímidamente—. Si te parece bien, me gustaría tomarte unas fotos.

Levantó la cámara que llevaba colgada al cuello. Harper enarcó las cejas y se sintió aún más incómoda.

—¿Para qué? —dudó, jugando nerviosamente con los extremos de su jersey— ¿Estás en fotografía, o...?

Matt negó con la cabeza.

—No, sólo me gusta capturar cosas preciosas. Te daría las copias.

Harper negó con la cabeza, tratando de sonreír lo más dulcemente que pudo.

—Lo siento, pero no, gracias. De todas formas no soy muy fotogénica, quizá quieras pedírselo a otra.

La cara de Matt cayó.

—Claro —murmuró, inspirando.

Harper señaló detrás de ella.

—Tengo que irme... Nos vemos en alemán.

Salió corriendo por el pasillo antes de que él pudiera decir algo más.

La siguiente clase era química con el imbécil que se hace llamar "Sr. Harris". A nadie le cae bien el Sr. Harris, excepto al propio Sr. Harris. Es un imbécil que se divierte metiéndose con sus alumnos, especialmente con Stiles. Así que, naturalmente, Harper odia a cualquiera que se burle de Stiles.

Por suerte, a Harper le habían asignado como compañero de laboratorio a Stiles, sentándose justo a su lado y detrás de Scott. Scott se giró para hablar con ellos mientras el Sr. Harris tenía la cabeza pegada a la pizarra, dibujando algo relacionado con protones y electrones.

Química era la peor asignatura de Harper, así que sabía que probablemente debería estar tomando apuntes o incluso prestando atención, pero tenía mayores preocupaciones que balancear ecuaciones.

—¿Y si la sangre de la puerta es mía? —habló él, pero Harper sabía que probablemente era sólo un pensamiento ilusorio. ¿No recordaría si perdió tanta sangre anoche?

—¿Y por qué no un animal? —sugirió Stiles— Igual cazaste un conejo o algo así.

Scott levantó la nariz.

—¿Y qué hice?

—¿Comértelo? —susurró ella, poniendo los ojos en blanco.

Scott les miró, preocupado.

—¿Crudo? —preguntó él.

Hizo falta todo lo que llevaba dentro para no reírse de las desordenadas prioridades de Scott mientras Stiles fruncía el ceño.

—No, lo cocinaste en un pequeño horno para hombres lobo —espetó él sarcásticamente—. Yo que sé, tú eres el que no se acuerda.

—Señor Stilinski —gritó Harris desde el frente de la clase. Los tres levantaron la cabeza en su dirección, viéndole de pie al frente de la clase con las manos en la cadera mientras les miraba fijamente—. Si esa es su idea de un susurro en voz baja, es posible que desee quitarse los auriculares de vez en cuando —sermoneó—. Creo que a la señorita Verum, al señor McCall y a usted les convendría estar separados, ¿no?

—No —protestó Stiles.

El Sr. Harris se limitó a señalar distintas zonas del aula para que Scott y Harper se movieran. Harper puso los ojos en blanco mientras cogía sus cosas, y Scott hizo lo mismo.

—Qué pesado —murmuró Stiles en voz baja.

Harper se sentó en el único asiento libre de la clase, junto a un chico llamado Isaac Lahey. Era alto y tenía el pelo rizado y castaño claro. Harper no sabía de qué color eran sus ojos, porque en cuanto ella lo miraba, él se apartaba de su mirada.

Isaac era un marginado en Beacon Hills, lo cual era un asco, porque Harper sentía que sería una buena persona si dejara que la gente lo conociera.

«Debería invitarle a comer más tarde», pensó.

—Déjeme comprobar si la ansiedad por la separación aumenta —exclamó Harris con sarcasmo mientras Scott tomaba asiento junto a una chica que Harper no conocía y delante de Jackson.

Stiles se rió burlonamente de él y estampó el lápiz contra la mesa.

Harper miró a su nuevo compañero de laboratorio y vio que se llevaba la mano a la muñeca mientras se frotaba un moratón oscuro. La chica menuda enarcó las cejas.

—Eso parece que duele —señaló el moratón, en voz baja para que el Sr. Harris no volviera a regañarla.

Isaac levantó bruscamente la cabeza y se miró la muñeca, bajándose rápidamente las mangas para que ella no pudiera verlo más. No dijo nada, la ignoró y volvió a centrar su atención en la pizarra. Harper se gritó a sí misma por hacerle sentir incómodo. Era lo último que quería hacer.

Al cabo de un minuto o dos, la chica junto a la que estaba sentado Scott se levantó de golpe de su asiento, corriendo hacia la ventana.

—¡Ey, creo que han encontrado algo! —gritó ella.

Toda la clase saltó de sus asientos y se acercó rápidamente a las ventanas para mirar hacia el aparcamiento trasero del instituto. Stiles y Scott se colocaron a ambos lados de Harper mientras ella intentaba ver bien.

Unos paramédicos llevaban a un hombre en una camilla hacia la ambulancia. El hombre tenía los ojos cerrados y parecía prácticamente muerto.

—Eso no es un conejo —susurró Scott a sus mejores amigos.

El hombre que estaba sobre la camilla se levantó de repente, gritando como un condenado. Todos los alumnos retrocedieron asustados. Harper chilló, retrocediendo directamente hacia el pecho de Stiles. Se agarró a su brazo, necesitada de confort.

—Escucha, eso es bueno —le dijo Stiles a Scott, usando su mano libre para darle unas palmaditas en el hombro—. Se ha levantado, no está muerto. Los muertos no se levantan.

Harper soltó el brazo de Stiles mientras Scott se giraba hacia ellos, con cara de disgusto.

—Chicos, —exhaló— lo hice yo.

—Los sueños no son recuerdos —le recordó Stiles a Scott mientras cogían sus bandejas de comida y se dirigían a su mesa habitual. Harper no pudo preguntarle a Isaac si quería comer con ellos debido a todo eso del "muerto que no estaba tan muerto".

—Entonces no fue un sueño, ¿vale? —afirmó Scott mientras tomaba asiento. Stiles se sentó frente a él así que ella tomó asiento al lado de Stiles—. Algo pasó anoche y no recuerdo qué.

Scott se quitó la mochila y la tiró debajo de la mesa. Harper colocó su propia mochila en el respaldo de su silla, sin fiarse de la suciedad del suelo de la cafetería.

—¿Qué te hace estar tan seguro de que Derek tiene todas las respuestas? —preguntó ella, dejando cuidadosamente su bandeja sobre la mesa. Había cogido un trozo de pizza, una manzana y un cartón de batido de fresa.

—Porque... durante la luna llena no se transformó —Scott suspiró—. Él lo controla. Yo voy por ahí atacando a toda la gente que se cruza en mi camino.

—Eso no lo sabes —argumentó Stiles.

—No, no lo sé —protestó Scott—. No puedo salir con Allison. Lo cancelaré.

Harper negó con la cabeza.

—No, no vas a cancelarlo, ¿vale? —intentó razonar con él— No puedes cancelar tu vida entera. Lo resolveremos. Tú, yo y Stiles. Todos juntos, como siempre.

Antes de que Scott pudiera replicar, una bandeja fue depositada a su lado antes de que Lydia tomara asiento, para sorpresa de ellos. La rubia rojiza les miró con escepticismo, cruzando los brazos sobre el pecho.

—¿Qué resolveréis? —preguntó, mirando directamente a Harper.

Los tres se miraron desesperadamente, haciendo ruidos inhumanos mientras decidían con la mirada quién iba a hablar.

Scott.

Cuando lleváis tanto tiempo siendo los mejores amigos, hablar sin ningún tipo de comunicación verbal resulta bastante fácil.

—Eh, nada, deberes —respondió Scott con fluidez.

—Eso. —añadió Stiles demasiado rápido, haciendo que Harper pusiera los ojos en blanco. Se inclinó más hacia la castaña y le susurró—: ¿Por qué está sentada con nosotros? Sólo es amiga tuya.

Harper se encogió de hombros mientras más gente llegaba y se sentaba en su mesa, haciéndola sentir al instante un poco ansiosa. Danny, de quien realmente era amiga, se sentó al otro lado de ella, Allison junto a Scott y un tío cualquiera con el que Harper no había hablado en su vida en la punta de la mesa.

—Levanta —exigió Jackson al acercarse, haciendo un gesto hacia el chico que Harper no conocía.

El chico levantó la vista, poniendo sus ojos oscuros en blanco.

—¿Por qué no se lo dices a Danny? —se quejó.

Danny levantó la vista de donde estaba comiendo una manzana verde.

—Porque yo no le miro el canalillo a su novia —sonrió.

El chico resopló derrotado, levantándose y alejándose de la mesa. Jackson se sentó mientras Danny seguía hablando:

—Dicen que puede ser un animal salvaje —intentó entablar conversación—. Un puma.

—O un león de montaña —habló Jackson con indiferencia, reclinándose en su asiento.

—Un puma es un león de montaña. —interrumpió Lydia, haciendo que Harper sonriera un poco mientras Jackson enarcaba una ceja— ¿No es así? —preguntó estúpidamente, haciendo que la cara de Harper volviera a caer.

Lydia Martin era muy inteligente, pero se volvió tonta por el bien de su novio. A Harper le hubiera gustado que se diera cuenta de que era guapa e inteligente al mismo tiempo, pero estaba claro que le importaba más la popularidad y el estatus que su inteligencia, lo cual era un asco.

—¿Qué más da? —Jackson sacudió la cabeza— Ese tío será algún yonqui que iba a morir igualmente.

¿Muy sensible? Vaya un gilipollas.

Stiles habló en voz alta.

—Acabo de saber quién es. Mirad.

Levantó su móvil para que lo viera toda la mesa. Todos se inclinaron hacia él, curiosos por conocer las nuevas noticias.

La policía no va a difundir los detalles del incidente, pero ha confirmado que la víctima del ataque, Garrison Meyers, sigue vivo —anunció el reportero mientras la imagen de un anciano con traje y corbata aparecía en la pantalla—. Meyers ha sido ingresado en el hospital local donde se mantiene en estado crítico.

Stiles guardó su móvil mientras Scott hablaba.

—Yo conozco a ese hombre —se dio cuenta.

—¿Ah, sí? —preguntó Allison.

—Sí, cuando vivía con mi padre cogía el mismo autobús cada día —miró a Harper y Stiles—. Era el conductor.

Lydia se enroscó un mechón de pelo rubio rojizo entre los dedos.

—Chicos, ¿podemos hablar de otra cosa, por favor? Como, ah, ¿a dónde vamos mañana por la noche?

Allison y Scott se giraron para mirarla confundidos.

Lydia los miró como si fuera obvio.

—Me has dicho que Scott y tú saldréis mañana por la noche —dijo ella, mirando a Allison.

Allison tragó saliva antes de responder torpemente:

—Em, todavía no sabemos dónde.

—Pues, no pienso quedarme en casa otra noche viendo vídeos de lacrosse. Si quedamos los cuatro, podemos hacer algo divertido —Lydia se abrió camino en la cita de Allison y Scott.

¿Qué estaba haciendo? Harper sabía a ciencia cierta que Lydia no era tan estúpida como para no saber que ellos estaban destinados a ir solos en una cita, así que ¿por qué está haciendo esto?

—Sabéis qué, Harper puede venir también. Que sea una cita triple —sus ojos verdes se posaron en la chica menuda, que inmediatamente se encogió en su silla.

Harper casi se atraganta con el batido que estaba bebiendo.

—¿Eh? Oh, no gracias. Estoy soltera.

Lydia entrecerró los ojos mirando a Harper y Stiles.

—Creía que vosotros dos estabais saliendo —señaló entre Stiles y Harper, haciendo que los dos se pusieran colorados y que Scott se atragantara con el agua. Ella se encogió de hombros—. Ah, bueno. Te arreglaré una cita con algún jugador de lacrosse buenorro. No preocupes a tu linda cabecita.

Harper negó con la cabeza.

—Por muy bien que suene, no puedo. Lo siento, Lyds. Tengo trabajo.

El trabajo era una completa mentira. Sólo trabajaba en el videoclub tres turnos a la semana por un poco de dinero extra, pero mañana no tenía ni uno.

Lydia puso los ojos en blanco.

—Vamos, Harper. Conozco a muchos chicos que quieren probar a la "Belleza Británica" —entrecomilló el apodo que aparentemente tenía.

Stiles resopló a su lado. Por supuesto que sabía la cantidad de chicos que querían salir con Harper, después de todo, él era uno de ellos. Los oía hablar de ella en los vestuarios y le ponía enfermo.

Ella le lanzó una sonrisa incómoda.

—A la próxima —mintió Harper.

—¿Salir? —Scott se volvió hacia Allison, que bajó su botella de agua y se encogió de hombros torpemente— ¿Los cuatro juntos? ¿Tú quieres que salgamos mañana con, ellos?

Stiles estaba prácticamente muriéndose al lado de Harper, encogiéndose y sacudiendo la cabeza, llegando incluso a taparse los ojos en un momento dado para dejar de ver el accidente de coche en el que se encontraba Scott McCall en una situación incómoda.

—Sí —volvió a encogerse de hombros—. Creo que será... divertido.

Jackson habló:

—¿Sabes qué es divertido? —levantó un tenedor de la mesa— Clavarme este tenedor en la cara.

Lydia le arrebató el tenedor de la mano.

—¡Oh, a la bolera! Te encantan los bolos —sugirió con entusiasmo, mirando a su novio.

Harper no pudo evitar reírse, sabiendo lo mal que se le daban los bolos a Scott.

—Sí, pero con buenos rivales —se mofó Jackson.

Allison se inclinó hacia adelante.

—¿Cómo sabes que no somos buenos rivales para ti? —sonrió, girándose hacia Scott— ¿Sabes jugar?

Harper tuvo que apartar la mirada.

—Algo —dijo Scott.

Jackson se puso de brazos cruzados.

—¿Juegas solo "algo" o mucho? —entrecerró los ojos, burlándose de él.

—Sí —mintió Scott con seguridad—. De hecho, soy un gran jugador de bolos.

Harper se echó a reír en cuanto salieron del comedor, bajando las escaleras.

—¡Eres un mal jugador de bolos! —dijo entre risas— ¡Ni siquiera puedes tirar un bolo!

—¡Lo sé! —gritó Scott— He sido idiota.

—La has cagado por no haber pensado antes. Dios, fue como ver un accidente de coche —Stiles suspiró—. Primero ha propuesto salir todos juntos. Y después te ha colado lo de los bolos —plantó la cabeza entre sus manos.

—Salir juntos —citó Scott, estremeciéndose.

—Nunca salgas con pivones, ¿vale? Es la muerte. En cuanto salgáis, serás su mejor amigo gay. Y entonces podrás salir con Danny —despotricó Stiles.

Harper le miró enarcando una ceja.

—Auch, Stilinski. Ahí va mi autoestima. —habló con sarcasmo, haciendo que él se volviera hacia ella con los ojos muy abiertos— ¿De verdad soy tan fea?

Stiles se dio cuenta de que había metido la pata, deseando poder retractarse de sus palabras inmediatamente.

Empezó a balbucear.

—¿Qué? ¡No! No quería hacerte sentir así. No eres fea. Eres todo lo contrario. Como, hermosa. Sexy. Muy, muy... sex— Vale, sabes qué─

Harper sonrió al ver lo colorado que se había puesto y se echó a reír.

—Cállate, Stiles. Está bien.

Scott se burló de ellos antes de continuar con sus problemas.

—¿Pero por qué me está pasando esto? He matado a un hombre o no.

—Yo no creo que le mole a Danny —empezó Stiles, iniciando su propio tema.

Harper puso los ojos en blanco hacia Stiles antes de responder a Scott.

—Tú no lo mataste, Scott.

—Le pido una cita a Allison, y salimos todos —suspiró.

Stiles frunció el ceño.

—¿Tú crees que le molo a los gays?

Scott le ignoró.

—Por fin soy titular del equipo, el capitán quiere hundirme, y ahora... —levantó su reloj— ¡Ahora llego tarde a trabajar!

—¡Espera, Scott! —llamó Stiles mientras Scott se alejaba— No has... ¿soy atractivo para los tíos gays? —gritó detrás de él.

La chica se rió, llamando la atención de Stiles.

—¿Intentas decirnos algo, Stiles? ¿Te gustan los chicos? —se burló de él.

Stiles puso los ojos en blanco.

—No. —afirmó— ¿Crees que soy atractivo para los tíos gays?

Ella se encogió de hombros.

—No estoy segura, ya que no soy gay ni un tío. Pero sí sé una cosa. Ciertamente eres atractivo para las chicas —le guiñó un ojo antes de alejarse por el pasillo, dejándole con la boca abierta.

Ni Stiles ni Harper sabían de dónde había surgido su repentina confianza, pero a ambos les había gustado.


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