𝟐𝟑 | love is a battlefield

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CAPÍTULO VEINTITRÉS
EL AMOR ES UN CAMPO DE BATALLA




Lucas no era el único lanzando fuegos artificiales. Al otro lado del pasillo superior se encontraban Steve y Lola, y en el centro, Nancy y Jonathan.

—¡Eh, capullo! ¡Estoy aquí!—exclama Steve antes de lanzarle otro fuego artificial a aquel monstruo—

Lola, a su lado, encendía las mechas para entregárselos y que él los lanzara. Billy se quejaba de dolor, pues al fin y al cabo, él y el monstruo estaban conectados por la mente colmena. Eleven se arrastró hacia atrás con miedo. Quería alejarse de allí, pero Billy consiguió agarrarla del tobillo y arrastrarla de nuevo hacia él.

—¡No!—grita desesperada—¡No!

Al ver aquello Lola no dudó en alejarse de Steve, tenía que hacer algo, tenía que salvar a su hermana.

—¡Lola! ¡Lola!—la llama su novio con desesperación—

Ella no le hace caso y llega junto a Nancy y Jonathan, quienes la mirarán confusos.

—Lola—Jonathan la sujeta de la muñeca preocupado. Ella le mira a los ojos—

—Puedo salvarla—le asegura—Suéltame, Jonathan.

Sin embrago, el chico Byers no tenía ninguna intención de hacerlo. No iba a dejar que su mejor amiga se pusiera en peligro, pero cuando los ojos de Lola se iluminaron en un brillante color escarlata, él se vio obligado a soltarla, pues de repente su piel comenzó a arder.

Con un movimiento de dedos y de muñeca, Lola se elevó en el aire con sus poderes y bajo hasta el piso inferior, aterrizando sin problemas junto al monstruo.

—¡Ya casi no quedan!—exclama Will al ver los pocos fuegos artificiales que Lucas y él tenían—

—¡Lo sé!—le responde Sinclair—

—¡Dustin! ¡No queda tiempo!—exclama Steve a través del walkie-talkie de Lola, por la cual estaba sumamente preocupado en ese momento—

—¡Daos prisa!—exclama Dustin entonces a través de su walkie-talkie para que los adultos le escuchen—¡Cerradlo ya! ¡Cerradlo!

Joyce pudo escuchar su voz desesperada mientras veía como Hopper peleaba contra el ruso junto a la máquina que debían hacer explotar. Tendría que cerrarlo sola, así que agarro el cinturón situado al rededor de su cintura y engancho la hebilla a una de las llaves, mientras ella se estiraba para alcanzar la otra llave.

Mientras tanto, Max fue la primera en recuperar la consciencia y no dudó an acercarse a Dylan y a Mike para despertarles.

—Mike—murmura acercándose al joven Wheeler—Dylan. ¡Chicos! ¡Chicos, despertad!

Se acerca a ambos y los zarandea para que recuperen la conciencia.

—¡Chicos, ¿me oís?! ¡Chicos!

Ambos abren sus ojos confusos y se ponen en pie con su ayuda.

—¿Estáis bien?

—¿Donde está El?—inquiere Mike al mirar a su alrededor y no verla por ningún sitio—

Sin dudarlo un segundo, los tres corren hacia las tiendas del centro comercial. Allí, Billy tenía sujeta a Eleven bajo su cuerpo para impedir que se moviera y se escapara. Los fuegos artificiales que le mantenían débil a él y al monstruo se estaban agotando, pero entonces Lola les alcanzó. Sus dedos de movían lentamente manipulando la energía de sus poderes escarlatas, con los cuales lanzo uno de los cubos de basura del lugar hacia Billy. Este lo esquivo, pero cumplió su propósito, que él le prestara atención a ella y no a Eleven.

—¡Lola!—exclama Steve desde el piso superior al ver como ella se acercaba a Billy, quien la mirada con ira—

Con un movimiento de dedos, Lola eleva a Billy en el aire unos pocos centímetros. Fue entonces cuando el monstruo puso su atención en Lola, como si Billy se lo hubiese ordenado. Iba atacarla, lo cual hizo que ella se viera obligada a darse la vuelta para usar sus poderes e intentar protegerse. Billy cae al suelo de nuevo.

Eleven posa sus ojos llorosos en su hermana mientras intenta zafarse del agarre de Billy sobre ella, quien volvía a impedir que se moviera. No podía dejar que nadie muriera por ella.

—Dos... metros—murmura Eleven entonces. Billy vuelve a mirarla a los ojos—Se lo dijiste. Le dijiste que la ola media dos metros. Corriste hacia ella, en la playa. Había gaviotas. Ella llevaba un sombrero, con un lazo azul. Un vestido largo con una flor azul y roja. Sandalias amarillas cubiertas de arena—los ojos de Billy comienzan a llenarse de lágrimas—Era guapa. Era muy guapa. Y tú... tú eras feliz.

La pequeña mano de Eleven viaja hasta la mejilla de Billy, quien comenzó a ver aquel recuerdo en su cabeza. Los últimos fuegos artificiales fueron lanzados hacia el monstruo mientras Lola usaba sus poderes contra él. Pero estaba cansada, exhausta, y sus poderes no eran tan fuertes, así que éste la lanzó hacia la tienda de helados, haciendo que se golpeara contra la pared. Mike, Dylan y Max llegaron a su lado en ese instante.

El Azotamentes siempre había querido a Eleven, desde que había presenciado lo que ella podía hacer contra él, pero ahora sabía de la existencia de Lola. Y aunque esa noche estuviese agotada, él sabía que ella sería una gran amenaza para él en un futuro. Tenía que matarlas a ambas.

Billy se puso en pie y se coloco frente a él.

—¡¿Lola?!—Dylan se agacha junto a la joven Drake mientras que Max y Mike no saben cómo reaccionar—

El monstruo ataca, pero Billy impide que alcance a las dos jóvenes con poderes. Él no quería eso, nunca lo había querido. Todo ese tiempo, desde que lo habían infectado, Billy no había dejado de luchar por ser más fuerte que él. No quería hacer daño. Toda su vida, desde que su madre le abandonó, él se había encontrado enfadado con el mundo, llegando así a tratar mal a su hermanastra, Max, y a todas las personas a su alrededor. Pero Eleven le había devuelto algo esa noche, una razón para ser mejor. Billy sabía, en el fondo, que su madre no estaría orgullosa del comportamiento que había tenido desde entonces. Pero él seguía siendo aquel niño que solo quería surfear y ver a su madre sonreír.

Los tentáculos del monstruo comenzaron a atacarle, debilitándole así aún más, hasta llegar a matarle justo antes de que Joyce se viese obligada a cerrar el portal y hacerlo explotar.

—¡Billy!—exclama Max desesperada—

El monstruo comenzó a retorcerse de dolor hasta caer muerto en el centro del Centro Comercial. Ante eso, Steve no dudo en bajar corriendo para asegurarse de que Lola estuviese bien. Mike corrió hacia Eleven, abrazándola, mientras que Max se agachó junto a su hermanastro.

—Billy—murmura al ver que aún respiraba—Billy, Billy, levántate. Billy, por favor.

—Lo siento—murmura él hacia ella—

—Billy—solloza Max mientras él da su último aliento—Billy, Billy, despierta, levanta. Billy...

Las lágrimas se deslizan por sus mejillas con tristeza. Él la había traído mal, ella le había odiado durante mucho tiempo, pero eran familia, y él acababa de salvarla a ella y a sus amigos.

Eleven se separa de Mike y se acerca a su amiga para poder abrazarla.

—Lo siento. Tranquila—susurra acariciando su pelo mientras Max continúa llorando—Tranquila.

—¡Lola!—exclama Steve al llegar junto a su novia—

Dylan da un paso atrás para darles espacio.

—Eh, eh, Lola—insiste Steve sujetándola de las mejillas para poder mirarla a los ojos—Hey, ¿estás bien? ¿Te duele algo?

Ella niega con dificultad mientras Jonathan y Nancy llegan junto a ellos. Steve abraza a su novia contra su pecho, por un segundo había pensado que la había perdido y su corazón había dejado de latir durarte unos instantes, causándole así un gran dolor.

—¿Esta bien?—inquiere Jonathan—¿Lola, estas bien?

La chica se aferra aún más a Steve, quien mira al chico Byers y asiente respondiendo a su pregunta.

En ese momento Eleven se acerca a ellos, mientras Mike y Dylan intentan tranquilizar a Max. Cae de rodillas frente a Steve, quien se separa lentamente de Lola para dejar que la joven pudiera abrazarla.

—¿Estás bien?—murmura Lola hacia su hermana, colocando su mano sobre su mejilla. Eleven asiente en respuesta haciendo que suspire aliviada—

Lola nunca se lo perdonaría si a Eleven le pasara algo. Pero no era solo ella, todos le importaban, y oír a Max llorar por la muerte de Billy provocaba que su corazón doliera.

Sus brazos se aferran a Eleven, quien corresponde su abrazo, escondido su rostro en su pelo. Ambas habían empezado todo aquel viaje del Upside Down sin una familia y ahora, por fin, tenían una.


Las ambulancias y los bomberos comenzaron a llegar al Centro Comercial, y con ellos, el Doctor Owens y el gobierno. A buenas horas, pensó Lola mientras los sacaban de allí.

—Vamos, salgamos de aquí—murmura Steve ayudándola a levantarse—

Lola asiente y se sostiene a él con miedo a perder el equilibrio.

—Dios mío—murmura el Doctor Sam Owens al llegar a su lado—

Nada más verle, Lola se separa de Steve y camina hacia él lentamente. Su cuerpo se tambalea al pasar junto a Jonathan y Nancy, quienes son rápidos para sostenerla.

—Dustin—murmura Lola acercándose a Owens, quien rápidamente posa su mirada en ella—Dustin, Robin y Erica, nuestros amigos. Tiene que ir a buscarles. Están en la...

—Los tenemos localizados, tranquila—la interrumpe—

—Y la base rusa...

—Mis hombres están entrando ahora mismo—le asegura. Lola asiente más tranquila—Salid de aquí, los médicos os atenderán.

Unas manos se posan sobre sus hombros depositando una manta. Se trataba de Steve. Lola suspira aceptando la petición de Owens.

—El...—llama a su hermana estirando su brazo hacia ella—Steve, ayuda a Eleven y a Max.

—Nosotros nos encargamos—habla Jonathan al ver la mirada nerviosa de Steve, la cual mostraba desconformidad y molestia de tener que separarse de Lola—Tú saca a Lola.

—Gracias—murmura Steve hacia él—

Jonathan asiente y, junto a Nancy, se encargan de ayudar a los más jóvenes para salir del Centro Comercial.

Una vez fuera, los médicos no tardaron en atenderles, dividiéndoles en distintas ambulancias para darles mantas, agua, algo de comida, y para revisar su salud tras lo acontecido.

—Hey, ¿como estas?—Steve se coloca frente a ella, colocando su mano sobre su mejilla para obligarla a levantar la mirada y conectarla con la de él—

—Estoy bien—le asegura en un susurro. Steve suspira, no muy convencido, mientras la observa detenidamente—

—¿Te duele?—señala la herida en su cabeza, la cual los médicos ya le habían limpiado y curado. Lola niega—¿Y el brazo?

—Van a hacerme unas radiografías—le responde observando su brazo derecho, el cual tenía sujeto con un cabestrillo. Al parecer el golpe que se había dado contra la pared de Scoops Ahoy después de que el monstruo la lanzara hacia allí había sido más grave de lo que en un primer momento ella había pensado—

Y es que la adrenalina tienen una forma muy interesante de actuar en cuanto a dolor se trata. Llegando incluso a ocultarlo.

—¡Lola! ¡Steve!—Robin exclama sus nombres al salir de un coche del gobierno junto a Dustin y Erica—

La joven Sinclair fue a reunirse con su hermano mayor, pero Robin y Dustin no dudaron en correr a reunirse con ellos. Robin rodeo a Lola en un abrazo mientras Dustin llegaba junto a Steve.

—Hey, tío, ¿estás bien?—le pregunta Harrington—

—Si—asiente agitado—Suzie nos a salvado.

—Si, Suzie nos a salvado—le sonríe—

—Te dije que era real.

—Vale, siento haber dudado—le responde rodando los ojos—

—Yo nunca dudé—habla Dylan tras ellos. Dustin se da la vuelta y le dedica una sonrisa—

—Lo sé—sonríe Dustin algo nervioso. Su cuerpo le pedía abrazarla, pero no sabía si ella estaría cómoda con ello. Dylan nunca había sido una persona muy cómoda con el contacto físico. Sin embrago, esta vez, ella misma dio el paso y envolvió al joven Henderson en un abrazo. Un abrazo que ambos necesitaban—

Lola sonrió enternecida por la escena, pero entonces su mirada viajó hacia Joyce, quien llegaba al lugar acompañada de Murray. Will corrió a sus brazos aliviado de que su madre estuviese bien. Entonces Lola pudo sentir un gran dolor en su pecho mientras Dustin se alejaba de ellos junto a Dylan para reunirse con sus amigos, y Jonathan y Nancy llegaban junto a Robin, Steve y ella.

Todo pareció moverse a cámara lenta. Eleven camino hasta colocarse frente a la ambulancia, sus ojos puestos en Joyce, quien la miro con tristeza. Lola buscó la mano de Steve para que la ayudara a ponerse en pie. Él la miro confuso y preocupado, pero no dudo en ayudarla. Sus pies se movieron lentamente hasta llegar junto a Eleven. La mirada que Joyce les dedicaba lo decía todo. No hacían falta palabras, ambas lo entendieron.

Murray y Joyce estaban allí, Lola incluso juro ver a Keira también, subiéndose a un coche del gobierno, pero Hopper no estaba y no había rastro de él.

Las reacciones de ambas ante aquella información fue muy distinta. Eleven se permitió llorar, sentir el dolor, pero Lola comenzó a sentir como su cabeza, su cuerpo, y más importante, su corazón, se protegían a sí mismos. Su mecanismo de defensa, su barrera, la que había destruido dos años atrás, comenzó a erguirse de nuevo a su alrededor.

Su cuerpo se congeló, sus lágrimas no hicieron acto de presencia, pero, en cambio, sus poderes... Lola podía notar como la quemaban por dentro, queriendo salir. Entonces un grito desolador salió de su garganta mientras caía de rodillas al suelo. La luz escarlata salió de ella con mayor fuerza que nunca, pero sin causar ningún daño, solo una especie de onda imitando el movimiento del aire en un día de tormenta.


Hice un pequeño juego con opciones en mi tablero sobre "¿Qué canción salvaría a Lola de Vecna?" Pasaos y responder, porfi. Gracias.

PD: Que conste que yo ya sé que canción sería, pero quiero ver vuestras opiniones

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