Epílogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La mansión Black guardaba muchos secretos, los cuales iban desde un destierro hasta un escaparate sumamente peligroso.

Cada paso que el Slytherin daba era como caminar sobre piedras que hervían en lava. La falta de iluminación era otro problema, sin contar las maldiciones que Walburga Black había dejado tras su muerte.

Regulus Black no sabía qué hacer. Tenía en su poder un objeto que cambiaría todo: si le apetecía, podría ser él quien conquistara el mundo; sería él, Regulus Black, el dueño y rey del mundo mágico.

Habían pasado tan solo tres horas desde que había abandonado Hogwarts, tres horas desde que la guerra finalmente había acabado, tres horas en las cuales su prima Alya había muerto.

El menor de los Black se encontraba en la habitación que contenía el árbol genealógico de su familia, su mirada estaba fija en su nombre, pero su mano apretaba el frío metal del objeto.

Las palabras de la amiga de Harry Potter seguían retumbando en su mente, como si aquello fuera a perturbarlo por el resto de su miserable vida.

Recordó que su hermano Sirius era el que sostenía el cuerpo inerte de Alya cuando decidió seguir a la persona que lo había llamado.

—Regulus... Necesito hablar contigo.

«¿Pero qué más podría pasar?» Se preguntó a sí mismo. Se suponía que habían ganado la guerra, que habían cumplido su misión de ayudar a Harry Potter a derrotar a Voldemort.

—¿Ocurrió algo más, Granger?

—Tengo... Tengo que decirte algo...

—No estoy de humor para niñerías.

Y realmente no lo estaba, no con una baja importante en el equipo.

Regulus giró su cuerpo para volver con su familia, pero la chica tomó su brazo y lo detuvo.

—Debes corregir nuestro error.

Hermione había depositado un objeto de metal sobre la mano de Regulus, y éste se quedó sorprendido.

—No me parece que sea buena idea jugar...

—No es un juego, Regulus. —La castaña miró a su alrededor, verificando que nadie los viera—. Tienes la oportunidad de cambiarlo todo...

¿Qué cambiaría? ¿De bando? ¿La guerra? ¿De qué servía aquel objeto si él no era la persona adecuada para aquello?

—¿Qué te hace suponer que realmente lo haré? ¿Y si hago todo lo contrario? ¿Qué te hace pensar que realmente cumpliré mi trato?


—No eres tan diferente a Sirius, créeme. Estará en tu conciencia lo que decidas hacer. A partir de ahora, es tú decisión.

Hermione había decidido que lo mejor era dejar a Regulus solo, aunque al dar unos pasos él le hizo una pregunta:

—¿De dónde lo has sacado?

Ella sonrió, victoriosa.

Hermione Granger había conseguido ocultar un giratiempos desde su tercer año como estudiante. Pero había entregado ese objeto mágico a la profesora Mcgonagall cuando se dio cuenta que era demasiada presión para sus estudios. Pero el artículo jamás salió de su cabeza.

Hizo sus mejores esfuerzos al tratar de conseguir alguno, pero el ministerio había destruido todos, o al menos, se habían olvidado de uno.

Un día, había caminado por la Mansión Black, aburrida por no tener a nadie con quien conversar, salvo con algunos miembros mayores de la Orden. Ese día, aprovechando que todos estaban en una misión para traer a los Weasley, indagó el lugar. Sirius estaba dormido (Hermione había ubicado un relajante en su té sin que se percatara) y se dirigió a la habitación más curiosa de todas, una que contenía las siglas R.A.B.

Entrar allí estaba prohibido, era una norma que Sirius había impuesto desde que pisó la Mansión, pero ella sentía que debía entrar allí.

Lo hizo, y descubrió un curioso objeto: Un giratiempos.

Muchas dudas surgieron en su cabeza, y millones de soluciones para ganar la guerra, pero los pasos de alguien le alertaron de debía salir de allí cuánto antes.

Hermione sabía usar un giratiempos, y no fue ningún problema para ella regresar a su tiempo luego de ver lo que sucedería si su nuevo plan iba bien, así que, guardó el objeto en su lugar seguro, salió de aquella habitación, se mezcló entre la gran variedad de libros que contenía la mansión, y esperó a que los invitados llegaran a ella.

Pero no fueron específicamente los Weasley a quien la chica esperaba.

Hermione Granger era sin duda alguna una chica bastante lista, pero no podía contarle a Regulus lo que había hecho, así que simplemente respondió con otra pregunta:

—¿Por qué crees que supe anticipar algunos de tus movimientos?

Finalmente, Hermione se dirigió en dirección a sus mejores amigos, a fin de verificar que estuvieran totalmente a salvo, aunque en su mente lideraba la idea de que había logrado su misión.

—No dejas de sorprenderme, Granger. —Regulus sonrió—. Ahora solo debo hacer una cosa...

Con el giratiempos entre manos, Regulus abandonó el castillo, mientras los demás Black seguían alrededor del cuerpo de la fallecida.

Caminó a Hogsmeade, robó un poco de comida y realizó el hechizo de aparición, con destino a "su hogar".

Y allí estaba, debatiéndose sobre si usar el giratiempos o no.

—Puedo salvarla...

—Puedo liberar a mi hermano...

—Puedo ayudar a Harry...

—¿Pero qué pasará si fallo? ¿Él podría volver...?

Pero si Hermione le había dado el giratiempos no era simplemente para que lo guardara de adorno. Él intuyó que ella había realizado un viaje, lo había visto todo como sería realmente... Entonces él era el indicado para volver por su prima.

Regulus finalmente se armó de valentía y coraje, envolvió el giratiempos en su cuello, respiró profundamente y giró el objeto.

Tal cual como había pasado la primera vez que había viajado con Alya, la habitación en la que estaba giró y vio como el pasado iba pasando frente a sus ojos.

El menor de los Black había dado las vueltas necesarias en la dirección indicada, por lo que, cuando la habitación dejó de girar, sabía exactamente en qué momento había llegado.

Él sabía que existiría un gran problema, y dos Regulus en un mismo lugar no debían ser vistos, por lo que su decisión fue rápida e inteligente.

Había viajado unos días antes de que Alya lo acompañara a intercambiar el guardapelo, días antes de la muerte de Grecia.

Regulus dejó que su "otro yo" se adelantara en su misión y fuera en busca de su propia muerte. Había fingido una emboscada, había engañado a Kreacher, y el otro Regulus había ido solo en busca del guardapelo, sabiendo que jamás volvería.

Pero solo debía existir un Regulus, y debía ser él.

No había tiempo para errores.

Sus padres no estaban en la Mansión, y él sabía que estaban en una misión con los Rosier, así que no tuvo ningún problema con su plan.

Rápidamente fue en busca del escondite de su prima, recordando el lugar que Alya le había descrito.

No tardó en llegar, y solo tuvo que esperar al día siguiente para cambiar su historia.

Y se preguntarán ¿cómo Regulus iba a impedir que Bellatrix siguiera a Grecia y la asesine?

La respuesta es simplemente: ellas no saldrían de aquella casa, y Bellatrix seguiría una trampa, seguiría a una falsa Grecia.

Para viajar en el tiempo existían reglas, y afortunadamente Regulus las sabía.

Transporti Memoriun.

Una luz morada salió desde su varita y atravesó el ventanal del hogar, llegando hacia la persona correcta.

Alya no tenía ni la menor idea de lo que realmente había pasado, pero todos los recuerdos de Regulus habían llegado a su mente a través de un sueño.

Aquella Alya estaba experimentando su futuro en una noche, y aquello que posiblemente jamás ocurriría, pues aquella chica seguía en 1979.

Regulus esperó la mañana siguiente y tendió la trampa de Bellatrix, de la cual afortunadamente la morena no se había dado cuenta, y luego volvió al hogar de su prima.

Se sintió como un intruso al momento de llegar frente a la puerta, pero ya era tarde para arrepentirse, pues una mujer de cabellera castaña había abierto la puerta.

—¿Puedo ayudarle en algo?


—Busco a una persona, su nombre es Alya.

—¿Alya? —La chica frunció el ceño—. Me temo que se ha equivocado de lugar.

—Sé quién eres, Grecia Robbins.


La chica se asombró al oir su nombre, y empuñó su varita tras su espalda.

—Eres una Slytherin, y me sorprende que no me reconozcas. Te daré una pista: ¿Recuerdas al primo menor de tu novia? ¿Aquel niño al que solías buscar a escondidas para que hablara con ella? ¿Aquel niño que corría evitando hacerlo?

—¿Regulus? —Exclamó, muy sorprendida.

—Efectivamente. —El Slytherin sonrió coquetamente—. Y he venido porque necesito hablar con Alya.

—¿Después de tantos años? ¿Por qué ahora?

—Puedes aflojar el agarre de tu varita, te estás lastimando. No voy a atacarte.

Y era cierto, la fuerza que Grecia ejercía ocasionaba presión entre su piel y uñas.

—¿Ella está despierta?

—Aún no.

—¿Podrías llamarla por mí? Pero por favor, no le digas que soy yo, quiero ver su reacción.

—De seguro se alegrará de verte. —La otra Slytherin sonrió, abriendo más la puerta—. Pasa, por favor.

Regulus hizo caso y se adentró al hogar, observando a detalle cada decoración.

Dentro de lo que pareció unos 5 minutos, Grecia volvió, y empezó a servir unas tazas de té.

—Se alegrará muchísimo. —Ella sonreía—. ¿Qué té prefieres?

—De manzana verde. —Pidió amablemente.

—Realmente has cambiado... Aún recuerdo cuando me tiraste aquella serpiente sobre mi cabeza.

Ambos chicos rieron, rememorando aquel suceso, pero antes de que el chico pidiera disculpas, su nombre lo detuvo.

—¿Regulus?

El muchacho se levantó y giró su cuerpo lentamente, mientras le dedicaba una sonrisa a su prima favorita.

—¿Qué haces aquí? —Balbuceó, y Regulus tuvo que evitar reír ante su "peinado"—. Un momento... ¿Qué año es? ¿Dónde estamos?

Regulus sabía lo que estaba pensando, o mejor dicho, lo que estaba recordando. Así que se acercó lentamente a ella.

—Lo siento, hoy se ha levantado un poco extraña... —Grecia trató de excusarse.

—Alya siempre ha sido extraña, a su manera.

La morena seguía haciendo preguntas, y Regulus se sintió complacido mientras nombraba a las personas que había conocido.

—Y luego yo... La guerra... Regulus, había una guerra... Bueno, otra. Y... Tú también estabas allí, y el chico Potter, y luego yo...

Regulus abrazó a su prima antes de que ella pronunciara aquel recuerdo, pues no estaba dispuesto a que volviera a ocurrir.

—No te lo has imaginado. —Susurró, solo para ambos—. Tenemos que hablar de tu sueño.

—¿Qué...?

—Supongo que debo dejarlos a solas. —Pronunció la otra Slytherin—. Estaré en...

—¡No! —Exclamó Regulus—. Grecia, necesito que estés aquí.

—¿Qué ocurre realmente? —Indagó finalmente—. Primero el sueño de Alya, luego tú repentina aparición... ¿Qué demonios está pasando?

Y a Regulus no le quedó de otra, más que explicarles lo que en verdad había ocurrido: los viajes, las muertes, las traiciones y la guerra.

—Es por esa misma razón que he vuelto. —Dijo al acabar su relato—. Quieran creerme o no, de igual manera debemos volver a intentarlo.

Las chicas ni siquiera podían pensar si era una broma de mal gusto o una realidad. Pero eran brujas, ambas habían visto criaturas que ningún muggle había imaginado en su vida. Cualquier cosa era posible.

—Entonces... Quieres decir que...

—Sí, Alya. Amycus te mató, Bella asesinó a Grecia, evitamos la muerte de Sirius, salvamos al mundo mágico.

Pero aquello no terminaba de convencer a Grecia.

—Todos los giratiempos fueron destruidos hace años, ¿cómo sabremos qué dices la verdad? ¿Cómo saber si no es una trampa para llevarnos con ellos?

—Por esto.

Regulus sacó el giratiempos de su abrigo y se los mostró a las chicas, sabiendo que ahora sí le estaban creyendo.

—¿Supongo que ahora sí estamos listos?

—¿Para qué?

—¿Ahora?

Regulus tuvo que contener una sonrisa, pues ambas chicas no eran tan diferentes como creía.

—Tenemos una gran ventaja, y es que sabremos cómo actuar, y mejor aún, podemos predecir el mejor momento para hacerlo.

—¿Estás totalmente seguro de que lograremos acabar con esta guerra? —Inquirió Alya, sintiendo muchos nervios.

—Creo que los tres tenemos una misión: evitar sus muertes, viajar al futuro para salvar a Sirius, Edward y Nymphadora, y ayudar a Harry Potter para vencer a Quién Ustedes Saben

¿Fin?

Finalmente hemos descubierto el plan real de esta historia.

Por si aun no lo han comprendido, Regulus tiene la misión de hacer posible un mejor futuro para su familia, lo que incluye salvar a su prima y hermano de una muerte segura, pero de igual manera Regulus tendrá que revivir la Segunda Guerra Mágica. 

¿Ustedes creen que Regulus lo logrará?

Yo creo que sí, y ni siquiera tengo dudas. Quizás nuestros Black favoritos tuvieron uno que otro tropiezo, pero teniendo en cuenta que Regulus sabrá anticipar situaciones y las manejará de la mejor manera, sé que habrán ganado.

Además, cuentan con la ayuda de los Lupin y de nuestra querida Hermione, quién terminó teniendo bastante importancia para el desarrollo de esta historia. ¿Quién iba a pensarlo?

No tengo palabras para expresar lo que siento en este momento, pero les envío un abrazo enorme a cada uno de ustedes, quienes se tomaron las molestias de continuar esta historia hasta el final. Ha sido un honor para mi tener un grupo de lectores tan entusiasmados con la historia. Mil mil gracias por todo el apoyo que me han brindado.❤️✨

Si tienen alguna duda sobre la historia o quieren saber algo más sobre los personajes, dejen sus preguntas, que se las ire respondiendo lo más pronto posible.💜

Nos vemos pronto en una nueva historia.

Actualmente me encuentro preparando un fanfic de un personaje muy querido de la tercera generación, nuestro pequeño metamorfomago Teddy Lupin 🌙, espero verlos pronto por allí.

Sin más que decir, gracias por todo, y perdón por tan poco. ❤️

ATTE: Ashly ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro