●Capítulo uno: El joven rojo.

Había caído la noche y el peligris terminaba de subir la última caja a su apartamento. Cerrando la puerta detrás de él, soltó un suspiro y dejó la caja en el suelo. Encendió la luz de lo que era su sala y esta iluminó el pequeño lugar. Se llevó las manos a la cadera observando el desorden que había provocado. Era su segundo día de mudanza y estaba agotado, pero por fin había logrado subir todas las cajas.

El peligris caminó hacia su mueble y sacó su teléfono observando la hora en este. El reloj marcaba las 11 de la noche y sintió su estómago rugir. Hizo una mueca al saber que la carne que tenía estaba descongelada y ya había pasado su tiempo para comer. De igual forma se levantó del mueble y caminó hacia la cocina, se dirigió a su refrigerador y buscó la comida. No había nada, estaba vacío.

—Esto debe ser una maldita broma. —se quejó azotando la puerta del refrigerador con fuerza. —¿En serio fui tan idiota de no guardar comida? —se frotó la sien decepcionado.

Se acercó a la alacena y abrió una de las puertas encontrándose con una bolsa de pan. Hizo una mueca de asco y la bajó. Era llenarse de agua o atragantarse con pan hasta que le diera sueño y así salir a buscar su comida.

JiMin siempre fue la decepción de sus padres, el horror de sus víctimas y su propia pesadilla. Él era diferente a ti y a mí. A él le encantaba devorar carne humano de una manera tan satisfactoria y ese extraño gusto nació desde que "accidentalmente" le cayó una sierra el brazo a su padre. Él no lo ayudó, simplemente lo acercó a la muerte un poco más rápido.

Desde entonces, JiMin ha tenido la costumbre de cazar a su presa y luego cocinarla para comerla. Siempre guardaba grandes pedazos para ocasiones especiales, cumpleaños, navidad y año nuevo. Pero otras veces comía pequeños trozos como rutina diaria. Se había vuelto una obsesión desde que probó el ahumado sabor de la carne humana.

Este cogió el pan y aplicó un poco de mermelada de fresa en este con un cuchillo. No era lo que quería, pero le tocaba por obligación comérselo. Podría salir a conseguir a alguien para comer, pero era nuevo en el vecindario y no sabía con detalle en qué lugares se posaba las personas a fumar un porro y a qué horas lo hacían. Ser caníbal tenía sus complicaciones, no era fácil para él salir y llevarse a su persona con tres simples palabras.

Cerró la bolsa de pan y se lamió los labios para darle un mordisco a su sándwich de mermelada. Lo masticó sintiendo el sabor dulce de la mermelada e hizo una mueca de asco.

—Definitivamente esto es realmente asqueroso. —murmuró y escupió lo masticado en el lavaplatos, también tiró el pan.

Abrió de nuevo el refrigerador y sacó una botella de agua para beberla. Cerró la puerta de este y salió de la cocina caminando hacia la sala. Entonces observó la pequeña puerta cuadrada que estaba en el techo. Arrugó el ceño al verla ya que no se había dado cuenta de esta. Dejó de tomar agua y ladeó la cabeza mirándola con curiosidad.

Dejó la botella de agua en la mesa y caminó hacia las escaleras que tenía en el apartamento. Las había usado para colocar las cortinas de la sala y su habitación, no eran de él, pero de igual forma seguían en su apartamento. Las cargó llevándolas debajo de la puerta del techo. Las abrió acomodándolas bien y colocándole el seguro para que estás no lo dejaran caer al subir.

JiMin empezó a subir las escaleras con cuidado tocando con sus manos lo que eran los escalones. Llegó a al techo y con delicadeza tocó con las palmas abiertas la puerta. Empujó con fuerza quitando la puerta de su camino y la hizo a un lado hacia dentro. Asomó la cabeza con curiosidad y observó todo el lugar oscuro. Bajó por las escaleras por una linterna y luego regresó con ella iluminando el ático oscuro.

Observó el polvo y las telarañas por todos lados. Subió más por las escaleras para observar más a fondo. Notó que para ser un ático era algo pequeño, aún ahí habían pertenencias de los anteriores inquilinos. Pero hubo algo que a JiMin le llamó la atención y le hizo meter aún más su cuerpo por la abertura del techo. Mientras alumbraba con la linterna vio dos tomos de libros de pasta café. Estiró con fuerza con la mano para alcanzarlos ya que no estaban tan lejos de él, y lo cogió. Los arrastró con todo y polvo y los bajó con cuidado por las escaleras.

Una vez que había dejado todo como estaba. Colocó la puerta del ático y acomodó la escalera. Agarró un trapo y limpió los libros que estaban llenos de polvo. Al parecer era antiguos porque las portadas se estaban desprendiendo de estos.

Con curiosidad, llevó los libros a su habitación encerrándose en ella mientras colocaba algo de música clásica. Los abrió ya que la portada no tenía ningún título, simplemente un color oscuro. Entonces, empezó a pasar las hojas sintiendo el olor a libro viejo e hizo una mueca al notar algunos dibujos se sectas y algunas frases en otro idioma que él desconocía.

—¿Qué mierda? ¿Un libro de invocación? —trató de ocultar su risa. —¿Aún creen en estas cosas? Por favor...

Pasó las hojas del tomo más grande que leía, mientras tomaba un poco de agua. Entusiasmado por lo que veía, llegó a la página en donde contenía el claro idioma para hacer una invocación.

—Esto debe ser absurdo... —dijo. —¿Qué me haga un maldita estrella de 5 puntas en la muñeca y luego haga un circulo en sangre? ¿En serio? —rio.

Miró el reloj que tenía en su mesa de noche y soltó un suspiro al notar que era las 12 a.m y su estómago rugía tan salvaje por el hambre que tenía. Se frotó la sien y soltó un suspiro.

—No puedo creer que vaya a cometer esta estupidez... —se levantó de su cama y abrió la puerta de su habitación en buscade un cuchillo a la cocina. —Si en verdad aparece el imbécil, juro que me como a mi mismo.

Aquí el primer capitulo <3

Espero y les haya tramado 

—Smap.