PROLOGUE;
00. death and destiny

   El frío se colaba por la ventana abierta. 

Dasha, envuelta por una capa de sudor después de haber realizado en procedimiento anterior, dio un suspiro cansado, logrando que el muchacho que le sostenía la mano con fuerza, se alarmara completamente. Él se acercó a ella, su rostro flotando a unos centímetros encima del rostro de la mujer y le regaló una sonrisa comprensiva. 

Dasha, con sus ojos dorados, escrudiñó en rostro de él. Sus ojos grises relucieron con alivio al observar los dorados de ella. Curioso, debido a las lágrimas de sangre seca bajo los ojos. Demonios, como quisiera poder amarle tanto él le amaba a ella. Suspiró de nuevo y se incorporó con mucho cuidado. Las manos del joven nunca se separaron del cuerpo de la muchacha. Una sosteniendo su mano con fuerza y la otra en su espalda baja, ayudándole un poco, a ponerse de pie. 

Las mujeres frente a ella, se mantuvieron quietas, todas mirándole con sus ojos brillando con un halo púrpura alrededor de los irises dorados. La líder de las embrujadas, Joana, dio un paso hacia adelante, rompiendo el círculo que irradiaba aquella luz negruzca. Con cuidado, terminó de ayudar a la menor del grupo, sobre el cuello de Joana relucía una cadena de plata. 

—¿Estás segura de que escoges a este hombre como el guardián? —preguntó Joana. 

Dasha asintió sin siquiera dudarlo. 

La mayor giró hacia el joven, otorgándole la cadena de plata, que tintineo al chocar con la otra cadena que colgaba sobre su cuello. La cadena comenzó a quemar en cuello del muchacho, tal como había sucedido antes. Cayó de rodillas, apretando los puños con fuerza mientras evitaba a toda costa, quitarse la cadena de encima. Humo comenzó a surgir de uno de sus ojos, llevó ambas manos a dicho lugar, gruñendo en silencio, mientras sentía que su ojo iba a salir rodando. 

Dasha, se agachó con rapidez y sostuvo al joven de los hombros, tratando de otorgarle cierto apoyo moral. Babette comenzó a reír con fuerza, sosteniendo su estómago, mientras observaba con sus ojos dorados y aquel iris púrpura al muchacho que se retorcía de dolor. Perla, por otro lado, sollozaba en silencio. Las lágrimas perladas caían por sus mejillas con tanta fuerza y rapidez que no parecían gotas, sino, más bien, un chorro de agua salada. Alba, por su parte, seguía luchando con las dolorosas costuras en su boca, que chorreaban sangre.

Después de unos minutos, el muchacho dejó de quejarse y quedó completamente quieto. El humo desapareció casi de inmediato y Dasha apretó en agarre sobre los hombros, girando al chico hasta verle su rostro. Chorros de sangre caían sobre la sangre seca. Él le devolvió la mirada y la chica se estremeció completamente ante el vivo contraste de la muerte y el destino que residía en los ojos de él. Ella jadeo con sorpresa, sin embargo, le abrazó con fuerza, agradeciéndole en silencio lo que había hecho por ella. 

—Parte de la esencia de la muerte y el destino han sido entregadas finalmente —habló Joana—. Si Dasha muere, todo lo que quedará de ellos está atado a este individuo —señaló al muchacho, que trataba de limpiar la sangre que yacía en su rostro—. Deberán amarse, amar a la gente de las murallas, casarse, tener descendientes. Podrán otorgar la muerte y el destino a ellos. 

Dasha pasó saliva con fuerza. ¿Acaso ella sería capaz de volver a las murallas y no buscarlo? ¿Acaso podría ser capaz de otorgarle a alguien más aquella maldición? ¿Acaso podría condenar a sus hijas de esa forma? 

—Ahora eres un Vólkov muchacho —volvió a decir Joana. Alba cayó de rodillas, suplicando que Joana dejase de hablar y robarse las palabras de Alba—. La caída del cielo te espera. Deberás elegir quién será la muerte y quién será el destino. 

miren, yo sé que esta vaina es un prologo del asco, pero es lo que hay, espero les guste un montón, tengo muchas ideas para los vólkov/a y estoy super emocionada

ojalá ustedes de emocionen tanto como mk, les quiero un montón