Diez minutos y saldría corriendo por esa puerta para llegar desesperadamente a mi casa y acostarme en mi cama a mirar Netflix. Pienso en las series que me quedan por terminar y las que debo empezar, además de las películas nuevas de las que todo el mundo ha estado hablando; estoy tan atrasado en mi lista de "cosas que hago en vez de estudiar".

El profesor había terminado de explicar lo que se vendría en el año para dar comienzo al infierno. Se detiene a mitad de la clase con una hoja y nos mira, acomodando sus lentes de armazón dorado y frunciendo la nariz en un irrelevante tic.

—Para comenzar las clases de la mejor manera, voy a mandar un proyecto que deben entregar en tres meses —Enseguida aparecen todos los gritos de quejas, incluídos los míos—. Ni siquiera saben qué voy a mandar.

—Aún así no quiero hacerlo...—susurro mirando mi cuaderno, pensando en que no debo cantar victoria antes de tiempo.

—El tema de este proyecto es: El amor como fuente de inspiración —Levanto la mirada y comienzo a mirar interesado—. Quiero que investigen una historia de amor que los inspire, y hagan un ensayo de más de cinco páginas del por qué esa historia los inspira... Y en qué los inspira.

Mi corazón comienza a palpitar rápidamente ante la emoción que siento, estoy feliz porque por fin tengo una excusa para averiguar sobre la relación homosexual que hubo en esta secundaria hace diez años. No me gusta el tema del proyecto, porque no soy una persona romántica (para nada) y odio el hecho de tener que hablar sobre algo que nunca experimenté. Pero saber que hay algo interesante detrás de todo y que puedo aprovechar esto para mi propio interés, llama mi atención enseguida.

—El proyecto será de a dos, pueden tomarse estos cinco minutos que quedan para elegir a su pareja.

Caigo en la realidad de que no todo es color rosa y el universo nunca está de mi lado, entonces alguien toca mi hombro delicadamente y observo a Lee a mi lado con una descarada sonrisa.

—¿Sobre qué haremos el proyecto? —pregunta mirándome a los ojos.

—¿Disculpa? No hay un nosotros en este proyecto.

El timbre suena y recojo mis cosas rápidamente para poder salir del salón.

Siento la voz de mi compañero de clase mientras camino apurado por el pasillo y maldigo por lo bajo.

—Ni en un millón de años sería tu compañero para este proyecto, Lee. —digo cuando comienza a caminar a mi lado.

Escucho como una risa se escapa de sus labios, como si se estuviera burlando de mis palabras. Su cabeza se mueve hacia atrás levantando la mirada hacia el techo de la secundaria, luce tan tranquilo que no lo entiendo.

—Oh, vamos, Huang Renjun. Ambos sabemos que te mueres por serlo. —Su tono de voz se volvió más grave y trago saliva involuntariamente ante ese cambio tan rápido.

Acelero mi paso y salgo de la secundaria, pero para mi mala suerte Lee camina detrás de mi intentando alcanzarme.

—¿No te cansas de ser insoportable?

—¿Tú no te cansas de caminar tan rápido?— pregunta con la respiración entrecortada y sonrío maliciosamente para luego comenzar a correr—. ¡Oh vamos, Huang! ¡No seas inmaduro y vuelve aquí!

—¡No quiero! —exclamo mientras corro.

—¡Terminarás siendo mi compañero para este proyecto, Huang Renjun!

Volteo unos segundos para verlo, había gritado tan fuerte que todos los estudiantes que se encuentran en la salida habían escuchado.

Corro más rápido y deseo poder volar.