ʚϊɞ Dos ʚϊɞ.

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Casi una hora y media después llegaron por fin a la dichosa estancia, Jungkook no era fanático de los deportes pero caminar con la compañía de ese chico le había hecho muy bien mentalmente. No le agradaba demasiado el caballo de Seokjin que también los acompañaba pues no son de su agrado, pero era soportable su presencia.

La casa no era, ni tan grande, ni tan pequeña. Dos habitaciones en la planta alta y una abajo, cocina comedor espacioso y una bien decorada sala de estar. Una casa acogedora.

Hacia la parte de atrás podía verse una especie de granero similar a los que se muestra en las televisiones, y unas construcciones que no tenía idea de como se llamaban pero sabía que allí metían a los detestables, para el, caballos. También podía verse un gran gallinero, un pequeño lago y más corrales que valla a saber que animales encerraban, a lo lejos. El olor que había, dentro de todo para su nariz, era un poco agradable.

Eso sumaba un punto más.

—Creo que Dulcinea se ha cansado también—rió un poco, atrayendo la mirada del recién llegado. Seokjin hablaba de la yegua, quien había cargado con sus maletas. Se sintió un poco, poquitito, apenado pues su equipaje era algo pesado, pero no dijo nada.

—Quisiera ayudarte—el chico le miró—, pero no me llevo bien con los caballos.

Seokjin negó sonriendo, mientras bajaba una de las maletas al suelo

—No te hagas problema—bajó la otra maleta—; Mis hermanos mayores aún no llegan así que estaremos un rato solos—si le hubiera dicho eso alguien de ciudad, lo tomaría como un disimulado coqueteo. Pero el chico lo trataba como a un hermano menor. Y le gustaba eso, pues nunca había tenido hermanos—, ¿quieres algo?

Quería muchas cosas, una era regresar a su casa. No por que extrañara a sus padres, si no, ¡por que desde que bajó del tren no ha encontrado señal en su celular! Y por el comentario de su nuevo amigo Seokjin "Sólo uno de mis hermanos sabe donde conseguir eso pero no creo que te lo quiera decir" sabía que no iba a ser fácil.

—Quisiera descansar un rato si no te molesta, hyung.

Bueno, si, eso también. Estaba exhausto, necesitaba dormir aunque fuera un poco para recargar energías.

Vió a Seokjin asentir con una sonrisa

—¡Claro! Mientras tu hagas eso, yo iré al galope con Dulcinea hasta el almacén de los Park por azúcar y regresaré en un santiamén.

Asintió, para luego poner atención a la explicación de como llegar a su habitación.

«Sube a las escaleras, camina por el pasillo y entra por la puerta de la izquierda»

Después de todo la casa no es tan grande, ¡no puedes perderte en un pasillo con tres puertas!
Excepto que seas Jeon Jungkook, claro. Memoria de corto plazo tiene, por algo sus padres lo mandaban al súper mercado con todo anotado aun si solo eran cuatro simples cosas.

¿Era la puerta blanca que tenía un dibujo pegado de una alpaca? ¿La que solo era marrón?¿O era la puerta negra con un cartel rojo y blanco de Genius lab? ¡Seokjin nunca habló de colores ni de que eran tres! Y ya se había marchado como para preguntarle, pues podía oír como se alejaba por las herraduras de la yegua chocando contra el suelo.

Hizo ta-te-ti, y le tocó la puerta negra así que sin más preámbulos entró.

Una cama de dos plazas, una cómoda, un ropero, un espejo grande, y una alfombra. Todo, incluso las paredes, en tonos oscuros. Aunque Jungkook prefiere los colores más claros, le agradaba la decoración. ¿Pero Seokjin no le había dicho que su color favorito era el rosa?

Sinceramente ya no le importaba, por que se había acostado.

No tardó mucho en dormirse, nunca lo hacía. Cinco minutos después roncaba con la boca abierta, y ya no estaba en la posición en que se había acostado si no, que el tenía ese problema de moverse mucho al dormir.

Y había terminado con los pies en la cabecera y la cabeza donde normalmente, van los pies.

[🍓]

Suspiró cansado.

¿No le había dicho a ese tonto que debía ir al almacén? ¿Dónde se había metido entonces?¿Otra vez se había quedado hablando con ese chico inteligente? En fin; su hermano debía estar ahí, y no estaba por ningún lado.

—Ya Yoon, no estés así. Comamos una manzana mejor hasta que el regrese. No es como si vayamos a morir de todas formas.

La idea de Hoseok no era tan mala, por primera vez en mucho tiempo. Sin embargo Seokjin siempre que regresaban de trabajar les servía una deliciosa merienda, y Yoongi se ponía odioso si su hermano no estaba. ¿La razón? Sospechaba que se veía con el hijo mayor de los Kim y él era muy celoso, aunque el chico fuese bastante grande ya.

—Por hoy te daré la razón—ambos chicos tomaron dicha fruta de la canasta y subieron a sus habitaciones. Bueno, Hoseok se quedó abajo ya que su cuarto se encontraba después de la cocina comedor.

YoonGi tenía planeado acostarse, comer esa manzana, y tal vez leer un poco el nuevo libro que había comprado con sus ahorros, Noche de luciérnagas se había ganado su corazón, y eso que las novelas románticas no son muy de su agrado. Tenía pensado. Por que cierta persona que le parecía haber visto alguna vez en algún lugar se había adueñado de su cama por completo.

La imagen de ese chico durmiendo de esa forma era tierna en cierta parte. Pero, ¿quién diablos era?

Su mirada fue a parar a las dos grandes maletas en el centro de la habitación y se confundió todavía más. Seokjin le había dicho que un hijo de los Jeon vendría a la casa,  recordaba haberlo visto antes ¿Pero cuándo?

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