011. baratie

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CHAPTER ELEVEN
❝Baratie❞
one piece season 1 | act. one










BAJARON POR LAS ESCALERAS siguiendo al señor y uno por uno se instalaron en los sillones al rededor de la mesa.

Hasta que Zoro tuvo problemas para sentarse ya que sus espadas no entraban.

—Con gusto le guardo sus espadas, señor.

—Yo me encargo.

Zoro caminó hasta el otro lado de la mesa y se sentó junto a Nami.

—Aquí tienen la carta —sonrió—. Su mesero los atenderá enseguida.

—¿Qué tipo de comida servirán? —preguntó Usopp.

—De la que se come, puede ser —sonrió Arabella y Usopp frunció el ceño y se cruzó de brazos como niño pequeño.

—Repito, esta es mi mesa —gritó un señor—. Cerca de la cocina para poder oler la carne.

—Pues búscate una mesa afuera —respondió otro señor de pelo rosa—. El único olor que percibo aquí es el tuyo.

—Por favor, caballeros —interrumpió un chico rubio al ver que el pirata lanzaba los platos al suelo con enojo—. Ya conocen las reglas de Baratie. Ni comida desperdiciada ni peleas.

—No —dijo el pirata—. Esto no será una pelea. Solo voy a matarlo.

—Inténtalo.

—Permítanme darles un Ithürzburger Stein —continuo el mesero—. Cortesía de la casa.

—Bien, acepto. ¡Cuando se disculpe por sus malos modales!

—Sobre mi cadáver.

Los dos iban a lanzarse a los golpes cuando el mesero les propinó una patada a cada uno y se arregló el traje.

—Pelea bien —dijo Luffy sonriente.

—No se alarmen, amigos —dijo al aire mientras se acercaba a la mesa del grupo—. Por favor, disfruten su comida —dejo un plato de pan en la mesa—. Hola, bienvenidos a nuestro horrible restaurante. Lo único peor que el ambiente es la comida. Me llamo Sanji. ¿Qué les sirvo?

—Un plato de cada cosa —pidió Luffy con la boca llena de pan.

—¿Bebidas? ¿Algún cóctel que les ayude a tragar su comida? —preguntó sin animo alguno.

—¿Así consigues clientes en tu día a día, mesero? Por que puedo decirte que no funciona —dijo Arabella viéndolo con una ceja alzada.

—Un vendedor muy motivado —añadió Nami.

—Discúlpenme, madames, no las vi —dijo ahora sonriendo coquetamente—. ¿Les ofrezco un aperitivo? Tenemos varias botellas de Micqueot añejo. ¿O una copa de Umeshu? Ya saben, algo dulce para alguien dulce —guiñó el ojo.

—¿Problemas en el ojo? —dijo Nami con una mueca de asco.

—Su belleza me cegó.

—Mesero, cerveza y algo para mis amigos —interrumpió Zoro.

—Dos cervezas —dijo Usopp—. Suelo tomar tres, pero...

—Y leche.

Luffy observó con el ceño fruncido al rubio y posicionó su mano encima de la mano de Arabella que hace un segundo atrás estaba jugando distraídamente con una servilleta y entrelazo sus dedos.

La pelirroja (que había estado muy tranquila) se paralizó y sintió sus mejillas encenderse.

—Tres cervezas y una leche. ¿Y las señoritas?

—Un mojito de frambuesa, por favor —pidió Arabella sin soltar la mano de Luffy.

—Agua —contestó Nami.

—¿Lo prefiere más ácido o más dulce? ¿Ron añejo, dorado, especiado o dulce? —pasó la mirada a Nami—. ¿Agua mineral? ¿Con gas? ¿Con o sin hielo? ¿En cubos o triturada?

—Agua normal en un vaso normal —dijo Nami—. Gracias.

—Me perdí habló demasiado rápido —Arabella suspiró y vio a Sanji a punto de repetir todo de nuevo—. Lo prefiero más ácido y con ron dorado.

—Enseguida —sonrió y se fue.

Zoro y Usopp miraron a las dos chicas con una sonrisa mientras Luffy solo miro a Nami.

—¿Qué? —preguntó la ojiazul.

—Nada —dijo Zoro—. Madam. Disculpe mis modales. ¿La madam desea vaso de cristal, o sería más apropiado un tazón de oro?

—Nami tiene novio —se burló Usopp.

—Son unos pesados. ¿Por qué nadie habla de eso? —dijo Nami apuntando a Luffy y Bella con una sonrisa burlona.

Arabella soltó la mano de Luffy con la cara del color de su cabello y el pirata soltó un quejido por lo bajo.

—"No somos novios" —dijo Zoro haciendo su voz más aguda.

—¿Te pusiste celoso? —preguntó Usopp hacia Luffy que alzo los hombros haciéndose el desentendido.

—¿Probaron el pan? —preguntó el de sombrero.

Nami sonrió y Arabella le mostró el dedo corazón sin poder evitar sonreír. Los tres chicos se largaron a reír a carcajadas.

Sanji les trajo la comida y un rato después no quedaba nada en la mesa. Todos comieron bastante pero Luffy parecía barril sin fondo.

—Estoy a punto de reventar —lloriqueo Usopp—. Pero está demasiado bueno.

—Tú lo has dicho —dijo Zoro.

—Comí como para una semana —dijo Nami.

—¿Pedimos postre? —dijo Luffy sonriendo.

—Por favor —dijo Arabella pero luego lo observó con curiosidad—. ¿Como vamos a pagar todo esto?

—Lo tengo controlado —contestó guiñando un ojo.

—Yo ya tengo mi postre —dijo Zoro elevando su cerveza.

—Oh, a propósito, debemos hacer un brindis —siguió el de sombrero—. Vamos, tomen sus copas. Por la mejor tripulación de los mares, ¡y por nuestra victoria! ¡Sí!

—No, espera —dijo Nami—. ¿De qué victoria hablas?

—Contra la Marina —Luffy sonrió luego de tomar un trago de leche—. Ganamos nuestra primera batalla.

—No sé en cuantas batallas han estado...

—Más de veinte —dijo Usopp.

—...pero eso fue un desastre —siguió Nami—. No estábamos preparados ni coordinados. Ahora deberíamos ser pasto de peces.

—Pero no lo somos —Usopp tomó un trago de cerveza—. Luffy y Bella nos salvaron.

—Yo apenas y hice nada —dijo Bella jugando con el hielo de su bebida.

—¿Vamos a ignorar el elefante en la habitación? —todos la miraron confundidos—. ¿Ibas a contarnos que tu abuelo era marino? Peor aún: ¡un vicealmirante! No se ustedes, yo no me apunto.

—Asaltaste una base de la Marina —dijo Zoro—. Es obvio que iban a perseguirte.

—No si yo hubiera robado el mapa. Pero acabé destruyendo la oficina de un comandante.

—Nami, estabas riendo a carcajadas hace veinte minutos —se quejó Bella—. Se supone que la comida te hace feliz no ponerte idiota.

—Su cuenta, señor —dijo Sanji apareciendo de quien sabe donde.

—Gracias, buen hombre —dijo entregándole la cuenta una vez la... ¿firmo?

—No, señor —dijo Sanji sonriendo divertido—. Gracias a usted.

—Sé que no es bueno que la Marina nos persiga, pero ahora ya saben que no nos pisotearán como si nada —dijo Luffy—. Esta tripulación, nuestra tripulación, puede enfrentarse a lo que sea.

—¿Quién diablos es Monkey D. Luffy? —gritó un señor con un bigote de trenzas.

—¡Presente! —dijo el chico alzando su vaso de leche.

—Quizá no entiendas las reglas de la casa, pero en Baratie no fiamos —dijo—. Si comes, pagas.

—Es usted el que no entiende —Arabella lo observo con poker face—. La comida ya está pagada. Es solo que aún no le he dado el dinero.

—¿Y cómo es eso?

—Anótelo en mi cuenta del tesoro.

—¿Y qué es eso, si se puede saber?

—Sé que no parezco gran cosa aún, pero está usted ante el futuro rey de los piratas. Ni bien encuentre el One Piece, volveré y pagaré el total de mi cuenta. Con intereses.

—Tengo una idea mejor —el señor tomó a Luffy por la camiseta y se lo llevó hacia la cocina.

—Necesito un trago —dijo Nami.

—Sí, así se habla —asintió Zoro sonriendo.
























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