016. kiss her you fool

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

CHAPTER SIXTEEN
❝bésala tonto❞
one piece season 1 | act. one









ARABELLA Y LUFFY SE ENCONTRABAN en la habitación de la chica mientras ella secaba delicadamente el cabello del moreno.

Llevaban un rato en silencio, los dos sumidos en sus pensamientos sobre más de una cosa.

La pelirroja estaba aterrada. Zoro podría morir en cualquier momento, Luffy casi muere ahogado, Nami los había traicionado y Usopp... bueno, Usopp estaba ahí.

¿Cuando se había encariñado tanto con esa banda de idiotas?

—¿Puedo confesarte algo? —preguntó Bella.

—Mhm —asintió Luffy—. Puedes decirme cualquier cosa.

—Estoy asustada —confesó.

—¿Por Zoro? —preguntó Luffy dándose la vuelta—. Va a estar bien, lo sabes, ¿no?

—No, no por Zoro —negó y elevó la mirada para hacer contacto visual con el chico que tenía en frente—. Bueno, un poco. Perdimos a Nami y no quiero perderlo a el también. Casi te pierdo a ti y... no... no se...

—No vas a perderme —dijo Luffy negando con el ceño fruncido—. No voy a dejarte sola. Nunca.

Arabella se relamió los labios, viendo la mirada decidida de Luffy y se acercó un poco más, juntando sus rodillas.

—No vas a estar sola de nuevo. Lo prometo.

Y Arabella pensó que si se quedaban en silencio un segundo más, Luffy sería capaz de escuchar los latidos de su corazón que parecía querer salirse de su pecho.

La habitación quedo en silencio total otra vez. Luffy bajo su mirada hasta los labios de Bella que estaba rezando para que Usopp no entrara por la puerta.

Y sin querer tentar al destino, Arabella se acercó y junto sus labios con los de él.

Luffy no se movió.

Arabella se separó, con la cara sonrojada hasta las orejas y cuando iba a disculparse, Luffy posicionó sus manos en las mejillas de ella y cortó la distancia otra vez.

—Pensé que nunca harías eso —murmuró Luffy separándose un segundo.

—Cierra la boca —dijo Arabella antes de rodear el cuello del chico con los brazos y besarlo como si su vida dependiera de eso.

Las manos de Luffy bajaron hasta la cintura de la chica. La espalda de Arabella cayó contra la cama y sus manos jugaron con sus rulos que seguían un poco humedecidos delicadamente.

Arabella tomó el mando y logró dejar a Luffy abajo de ella. Las manos del moreno se metieron de forma necesitada debajo de la camiseta de ella y sus dedos se enterraron en la piel de su espalda acercándola más hacia el.

Un rato después, Luffy se había ido con Zoro y Arabella estaba tirada en su cama, con la vista pegada en el techo y el corazón acelerado.

Su cabeza no paraba de repetir la imagen de Luffy besándola con delicadeza pero a la vez necesidad y estaba volviéndola loca.

—¡Zoro! —gritó Luffy desde la otra habitación, alarmando a la chica que se sentó de golpe—. ¡Zoro! ¡No te moriste!

Arabella se levantó corriendo hasta la habitación del peliverde y se lanzó encima de el para abrazarlo.

Zoro soltó un quejido y Luffy los observó a los dos con una sonrisa.

—Yo también te extrañe —dijo con un hilo de voz.

La pelirroja dejo de abrazarlo para darle un golpe justo en el pecho que hizo a Zoro soltar otro quejido de dolor.

—¡Pensé que ibas a morir, maldita cabeza de alcachofa! —le reclamó mientras se bajaba de la cama—. ¡No vuelvas a hacer algo así o te asesinare! ¿Me escuchaste, cerebro de pasto?

—Fuerte y claro —murmuró con una mueca de dolor—. Tuve un sueño rarísimo. Soñé que Nami se iba.

—Y se fue —dijo Luffy—. Por mi culpa.

—No fue tu culpa —dijo Arabella—. Ella es la traicionera no tiene nada que ver contigo.

—No hiciste nada malo —dijo Zoro con voz ronca—. Actuaste como un capitán.

—La tripulación se cae a pedazos.

—Claro que no —negó—. Yo, Roronoa Zoro, juro que estaré a tu lado desde ahora hasta el final. Hasta que encontremos el One Piece o muramos en el intento. Que venga lo que venga: marinos, piratas o monstruos marinos. Eres mi capitán, Luffy. Y yo, tu primer oficial.

—¡Zoro! —gritó Usopp—. ¡Zorooo! Jamás estuve preocupado.

—¡Esta vivo! —gritó Luffy levantando el brazo de Zoro que, nuevamente, soltó un quejido.

Luffy puso una mueca y lo soltó.

—Y les dije: "No querrán enfadar a los Sombrero de Paja" —siguió Usopp y se puso a "pelear" con Arabella que decidió seguirle el juego—. ¡Bum, bum! ¡Pow! Huyeron como sardinas.

—Los ahuyentaste, ¿no? —dijo Zoro sonriendo y Usopp asintió—. El grandioso capitán Usopp.

—Y bien, ¿qué hacemos ahora? —preguntó el tirador—. ¿Ponemos rumbo a la Gran Ruta?

—No —negó Luffy.

—¿Como que no? —preguntó la pelirroja confundida.

—¿No vamos a buscar el One Piece? —preguntó Usopp.

—Sí —dijo Luffy sonriente—. Pero necesitamos a toda nuestra tripulación. Primero... iremos por Nami.

Toda la tripulación (menos Zoro) ayudaron a cargar comida y distintas cosas que pudieran necesitar en su viaje.

Arabella no quería ir a buscar a Nami. Era una traidora. Pero no quiso discutir así que se guardó su opinión y decidió seguir a su capitán.

—Esto está lleno de carne seca —dijo Usopp—. ¿No será demasiado?

—¿Has visto comer a Luffy?/¿No sabes con quién navegas? —preguntaron Arabella y Zoro al mismo tiempo.

—Claro.

—¿Necesitaban un cocinero? —preguntó Sanji sonriendo.

—¡Sí! —gritó Luffy—. ¡Claro que sí! Bienvenido a bordo.

—¿Ahora por qué llevamos al mesero? —preguntó Zoro.

—Por que no podemos ni hervir agua —contestó Usopp.

—Triste pero cierto —dijo Arabella.

El Going Merry zarpó y mientras se alejaban, Sanji subió a la parte trasera del barco donde estaba Arabella y observó a Zeff que estaba en el muelle.

—¡Oye, Sanji! —gritó el adulto—. Mantén los pies secos.

—Adios, Zeff —se despidió el rubio—. ¿Sabes algo? Todos estos años, viví bajo tu techo horroroso y cociné en tu restaurante de mierda. ¡Te debo la vida! Gracias por aguantarme todos estos años, viejo. ¡Nunca te olvidaré, Zeff!

Arabella notó que Sanji estaba llorando y puso su mano en el hombro del chico como señal de apoyo. Zeff se despidió con la mano desde lejos y Sanji se limpió las lágrimas.

—Si vamos en busca de Nami, ¿cómo la encontraremos? —preguntó Usopp.

—Sí, no sabemos ni dónde está.

—Hay alguien que sabe —dijo Luffy.

Todos siguieron a Luffy esta la cocina donde el chico sacó una mochila, y de esta, la cabeza de Buggy.

—Tienes que estar bromeando —se quejo Arabella.

—¡Hola, amiguitos! —dijo terminando de escupir.




























200 votos y 70 comentarios para actualizar

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro