05: La primera prueba.

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La tensión era sofocante, los murmullos en el ambiente resonaban con una mezcla de incertidumbre y ansiedad contenida. Cada susurro parecía cargar con el peso de las expectativas, y las miradas furtivas entre los presentes no hacían más que aumentar la presión en el aire. Algunos jugaban nerviosamente con sus dedos, mientras otros movían con ímpetu una de sus piernas en un intento inútil de liberar algo de esa energía acumulada. El reloj en la pared, con su incesante y monótono tic-tac, parecía marcar no solo el paso del tiempo, sino también el ritmo de los latidos acelerados de cada corazón en la sala. La espera, cargada de anticipación, se hacía eterna, y todos sabían que, en cuestión de minutos, sus habilidades serían puestas a prueba de manera implacable.

Jungkook se sentía nervioso, a pesar de sus intentos por controlar el ritmo de su respiración mediante la meditación. Aunque confiaba en tener la parte escrita bajo control, estaba completamente aterrado por la perspectiva del combate. Quizás no se sentiría de esta manera si Taehyung no lo hubiera observado como si estuviera tramando algo en su contra. Durante toda la semana, estuvo vigilando al azabache, temiendo que pusiera en marcha la amenaza que le había lanzado. Sin embargo, nada había sucedido, y eso era lo que lo mantenía en estado de alerta constante.

El entrenamiento físico había ido bien; aunque no había avanzado tanto como Seokjin esperaba, al menos le aseguró que sería lo suficientemente capaz de defenderse y, con suerte, asestar un golpe a su adversario. Jungkook habría deseado que eso le reconfortara, pero no había manera cuando todos los presentes estaban dispuestos a pelear con toda su agresividad. Tenía una ventaja: su velocidad y flexibilidad. Aunque no eran especialmente útiles en el fragor del combate debido a la falta de entrenamiento, le permitían esquivar los golpes con rapidez y le servían como distracción, algo que podría aprovechar para contraatacar.

El combate estaba sujeto a un límite de tiempo, durante el cual se evaluarían las habilidades físicas de cada alumno. Sin embargo, esto no significaba que estuvieran prohibidos a derribar a sus oponentes. De hecho, muchos aprovecharían la oportunidad para demostrar su fuerza y se esforzarían por incapacitar a sus adversarios. Existían incluso casos extremos en los que algunos alumnos harían todo lo posible por eliminar a los demás, y eso era lo que le preocupaba. En estas pruebas, todo estaba permitido, incluso la posibilidad de la muerte.

—¿Está todo bien, Kook? —pregunta Yoongi al azabache, logrando sacarlo de sus pensamientos. Jungkook percibe el tono de preocupación en su voz, lo que le inspira a ser honesto con él.

—Bueno, quizás no sea el mejor momento para mencionarlo, pero en realidad no soy bueno luchando —dice en voz baja, asegurándose de que solo Yoongi pueda escucharlo.

Los ojos del contrario se abrieron con sorpresa y rápidamente escudriñó su entorno para asegurarse de que nadie estuviera escuchándolos.

—¿¡Y lo dices ahora!? —exclamó en un susurro, la angustia llenando su expresión de inmediato—. Debiste mencionarlo antes. Lira y yo pudimos haberte ayudado a entrenar.

—Estuve entrenando con un conocido de mi tía, pero...

—¿Pero qué? —preguntó Yoongi con seriedad, enarcando una ceja al ver a Jungkook desviar la mirada y rascar su nuca con nerviosismo.

—Es posible que, en realidad, no sea muy bueno en lo que respecta a actividades físicas.

—¿Lo dices en serio? —preguntó el castaño, interpretando el silencio de Jungkook como respuesta—. ¿Y así estás intentando convertirte en...?

—¡No lo digas! —interrumpió el azabache, alzando la voz y llamando la atención de un par de alumnos cercanos. Se encogió de hombros y se acercó más a su compañero—. Por favor, no lo digas. No quiero escuchar eso viniendo de ti —añadió en un susurro, con el semblante lleno de pesar.

Yoongi lo observó por un momento antes de soltar un fuerte suspiro.

—Ya, lo siento, no era mi intención. Solo estoy preocupado. —Su expresión se suavizó y sus ojos se bañaron de una genuina angustia—. ¿Tienes algún plan, al menos?

—Lo tengo, no te preocupes.

En realidad, Jungkook no tenía ningún plan concreto. Sin embargo, lo último que deseaba era que Yoongi lo observara de esa manera. Además, tampoco quería preocuparlo más de lo necesario. Era una persona inteligente y confiaba en que se le ocurriría algo para evitar cualquier desgracia durante el combate.

Su conversación se vio interrumpida cuando varias personas entraron a la sala, todas ellas vistiendo el característico uniforme negro de los cazadores. El lugar quedó sumido en un silencio sepulcral, aumentando la tensión. Jungkook sentía latir su corazón con tanta fuerza que temía que su sonido resonara en el silencio a su alrededor.

—¡Presten atención todos! —exclamó la profesora Rin, captando de inmediato la atención de todos los presentes—. Vamos a comenzar con la primera parte de la prueba, que será la escrita. Dependiendo del puesto que deseen solicitar, serán guiados por un cazador a su aula correspondiente —dijo, señalando con su mano al resto de las personas que la acompañaban.

Jungkook ya anticipaba que tendrían que separarse, sobre todo porque cada uno de ellos aspiraba a postularse para puestos completamente diferentes. Él para Mentályr, Yoongi a Raxdrac, y Lira había optado por mantener su elección en secreto. Ni siquiera después de que ambos pasaran prácticamente toda la semana insistiéndole había cedido a contarles, ni tampoco cuando fue Yoongi quien le insistió un poco más.

Escuchó atentamente las indicaciones restantes, limitadas solo al lugar de la presentación de la prueba. Podía sentir la mirada de Yoongi posarse ocasionalmente sobre él. A pesar de los esfuerzos del castaño por mantener una expresión imperturbable, Jungkook podía percibir la leve inquietud reflejada en los movimientos de sus manos.

—Voy a anunciar los puestos y luego seguirán al respectivo cazador que administrará la prueba —exclamó Hyungseo con voz firme, provocando un aumento palpable en el nerviosismo presente—. ¡Aervox!

Uno de los cazadores presentes se dirigió hacia la entrada de la sala, aguardando la llegada de los alumnos. Jungkook observó a cada uno de ellos, pero su mirada se detuvo más de lo que debería en Taehyung, quien se mostraba muy seguro al momento de avanzar. Esta situación no podía molestar más a Jungkook, quien se sentía demasiado ansioso debido a él.

—Bueno, deséenme suerte —dijo Lira a su lado, haciendo que ambos chicos se volvieran sorprendidos hacia ella. Les dedicó una sonrisa y un guiño antes de comenzar a caminar detrás de los demás estudiantes.

Jungkook y Yoongi se miraron, como si intentaran descifrar en los ojos del otro lo que realmente acababa de suceder. Nunca habían imaginado que Lira aspirara a convertirse en Aervox, no porque dudaran de su capacidad, ya que la chica demostraba un sólido sentido de protección y estrategia, cualidades que había cultivado a lo largo del tiempo para cuidar de su mejor amigo. Sin embargo, precisamente debido a que siempre seguía a Yoongi sin importar a dónde fueran, de alguna manera Jungkook había esperado que también anhelara convertirse en Raxdrac para poder permanecer a su lado.

No tuvieron tiempo de hablar sobre lo sucedido, ya que pronto se escuchó el grito que anunciaba a los Mentályr. Nervioso, Jungkook suspiró profundamente y se giró hacia Yoongi, quien ya tenía la mirada fija en él.

—Deséame suerte... —murmuró, forzando una sonrisa que parecía más una mueca debido al nerviosismo que sentía acrecentarse en su interior.

—No la necesitas —respondió Yoongi con seguridad, esbozando una amplia sonrisa que logró calmar un poco la inquietud del azabache—. Te irá muy bien, no olvides que quemamos los huevos.

Jungkook sonrió con suavidad, esta vez de manera sincera. Sus ojos brillaban conmovidos por la fe que podía percibir que Yoongi tenía en él, además de por cómo poco a poco la religión se iba haciendo parte de la vida del castaño. Asintió, recuperando la determinación que se le escapaba, recordándose que tenía la capacidad para enfrentar ese examen sin problema alguno.

—Que Myrtlax te acompañe —murmuró Jungkook, asegurándose de que solo Yoongi pudiera escucharle.

Yoongi asintió, levantando el pulgar en señal de ánimo y haciendo gestos con las manos para indicarle que se fuera. Con más confianza, Jungkook comenzó a caminar tras los demás estudiantes, hasta que finalmente salió de la habitación.

Le sorprendió ver que, al igual que para el puesto de Aervox, eran muy pocos los alumnos que estaban postulando para el cargo de Mentályr. Esto ciertamente no le proporcionaba alivio para nada, pues aunque fueran pocos, era consciente de que al final solo serían seleccionadas seis personas.

Mientras avanzaban por los pasillos, atrayendo las miradas de otros alumnos de cursos superiores que transitaban por allí, Jungkook se encontró con la mirada de Mingyu. Este le dedicó una tenue sonrisa y un gesto de asentimiento, a lo que Jungkook respondió con una sonrisa propia.

Cuando finalmente llegaron al aula, todos entraron y se acomodaron en los asientos, esperando por las instrucciones. El silencio en el lugar era tan denso que se podía sentir palpable en el ambiente. Jungkook se esforzó por no dejar que los nervios de los demás lo afectaran, así que se concentró en sentir el calor que recorría sus venas y coordinó su respiración para mantenerse en armonía.

—Les aplaudo por su valentía al postularse para Mentályr, novatos —mencionó el cazador, quien se había sentado sobre el escritorio, mientras observaba a cada uno de los presentes—. Yo también serví como Mentályr por un tiempo en el ejército de Morbyl antes de convertirme en instructor en la Academia. Esta prueba no será complicada para aquellos que estén verdaderamente preparados para el puesto. Todas las preguntas son abiertas, así que les aconsejo que se explayen lo más posible en su respuesta. Su inteligencia será su mejor herramienta, así que úsenla correctamente —hizo una pausa, observando nuevamente a todos antes de ponerse de pie para comenzar a entregar los pergaminos que estaban en el escritorio.

A Jungkook le sorprendió gratamente que, por primera vez en todo el tiempo que llevaban juntos, uno de los profesores no le hablara con aspereza y pareciera más sensato que el resto. Consideró que quizás se debía a que, como Mentályr, era crucial mantener la calma en todo momento para concebir estrategias de máxima eficacia.

Una vez que todos los pergaminos estuvieron entregados, el hombre regresó al frente del aula.

—Solo tienen permitido sacar una pluma y un tintero. Tendrán dos horas para contestar todo. Así que, les recomiendo que hagan buen uso de su tiempo. ¡Pueden comenzar!

A diferencia de los demás estudiantes, quienes ansiosamente se lanzaron a revisar las preguntas apenas recibieron el permiso, Jungkook se tomó un momento para respirar profundamente y tranquilizar su mente. Gracias a la práctica de meditación que mantenía, alcanzar el nivel de calma y concentración que necesitaba no le resultó difícil. Una vez que se sintió preparado, tomó su hoja y comenzó a revisar las preguntas detenidamente.

La sugerencia del instructor resonó en la mente de Jungkook, aquellas que le sugerían hacer un buen uso de su tiempo, lo que le llevó a reflexionar sobre la mejor estrategia para abordar el examen. Decidió seguir un enfoque pragmático: primero, revisar todas las preguntas y luego priorizar aquellas que consideraba más relevantes en caso de que el tiempo se le agotara. Al sumergirse en las preguntas, quedó sorprendido por la amplia gama de temas que abarcaban. Algunas de ellas, a primera vista, parecían estar fuera de contexto para el puesto al que aspiraba, lo que despertó su intriga y lo llevó a reflexionar sobre la posible intención detrás de su inclusión en el examen.

Sin embargo, la inteligencia de Jungkook era innegable, y mantenía en mente las palabras sabias de su tía Susan acerca de la importancia de encontrar propósito en todo, lo que le impedía desestimar fácilmente esas preguntas. Además, notó que la mayoría de ellas estaban relacionadas con conceptos que había estudiado en la clase de Fundamentos de Caza y Rastreo, una sugerencia que Mingyu le había hecho. Definitivamente, tendría que expresarle su gratitud más tarde.

Después de priorizar las preguntas según su relevancia, Jungkook se dispuso a responderlas. Se encontró con varios ejercicios de simulación que le presentaban situaciones del campo de batalla, desafiándolo a idear estrategias óptimas según las condiciones dadas.

Responder la prueba no representó ningún problema para él. Jungkook estaba familiarizado con este tipo de ejercicios, gracias a pláticas con su tía, quien solía compartirle los desafíos que enfrentaba y cómo los superaban, siempre interesada en conocer su opinión sobre cómo habría actuado él. Se esforzó por brindar respuestas detalladas, aunque sintió cierta frustración debido al espacio limitado proporcionado para cada pregunta, el cual consideraba insuficiente para expresar completamente sus ideas.

Cuando respondió la última pregunta, bajó su pluma y observó a su alrededor. Todos seguían absortos respondiendo. Jungkook se encogió de hombros, echó un vistazo al reloj de pared y se dio cuenta de que aún quedaban cuarenta minutos antes de que finalizara el tiempo. Decidió repasar sus respuestas para asegurarse de su claridad y coherencia, lo que solo le llevó diez minutos. Al darse cuenta de que no tenía sentido esperar más, guardó sus pertenencias, tomó su prueba y se acercó al instructor, quien frunció el ceño al verlo llegar.

—No respondo dudas —dijo de inmediato, su mirada llenándose repentinamente de una profunda hostilidad. Jungkook consideró que esta reacción podría deberse a la confusión de que tal vez necesitaba que se le aclarara algo, cuando se suponía que, como Mentályr, debían estar preparados para interpretar cualquier situación.

—No tengo ninguna, ya he terminado —aclaró el menor con un leve nerviosismo, mientras el instructor arqueaba una ceja y giraba para mirar el reloj.

Sin pronunciar palabra, el hombre extendió la mano para tomar el pergamino, y sus ojos se abrieron de par en par al percatarse de que cada pregunta tenía una respuesta de considerable extensión. Su mirada se dirigió de inmediato a la parte superior de la hoja, donde se encontraba el nombre del postulante.

—Jungkook Xaldir —leyó el instructor, sin importar que no lo hiciera con fuerza, pues su voz resonó con claridad en el silencio de la habitación. Algunos presentes detuvieron sus actividades para dirigir la mirada hacia él, mientras que otros apenas le lanzaron una mirada de reojo antes de continuar con lo suyo—. Bien, puedes retirarte. La segunda parte de la prueba será por la tarde en la sala de entrenamiento uno.

El joven asintió en silencio, sin articular palabra. No sabía cómo interpretar el hecho de que la expresión hostil del instructor se hubiera suavizado al leer su nombre. Era consciente de que desligarse del apellido sería una tarea casi imposible, pero anhelaba fervientemente el día en que su nombre reflejara únicamente sus propios logros.

—¿Por qué no me dijiste nada? —cuestionó Yoongi a su mejor amiga cuando se encontraron para almorzar. Con el ceño fruncido y los brazos cruzados, aguardando por una respuesta.

—Quería que fuera sorpresa —respondió ella, restándole importancia—. ¿Por qué tanto drama? ¿Esperabas que te siguiera? ¿No eres tú quien siempre se queja de tenerme cerca todo el tiempo? —inquirió burlonamente, soltando una risa al ver a Yoongi hacer amago de responder pero quedándose en silencio.

Jungkook observó a ambos chicos con una suave sonrisa, negando ligeramente con la cabeza, decidido a intervenir antes de que se sumergieran en una de sus acaloradas discusiones habituales.

—Yo creo que serías una excelente Aervox —dijo el azabache con sinceridad, sonriendo a la castaña, quien le devolvió la sonrisa con los ojos brillantes.

—¡Por supuesto que lo será! —corroboró Yoongi—. Si el reclamo no se debe a la falta de confianza en tu capacidad, sino al hecho de haberlo ocultado.

—Oh, Yoonie —murmuró Lira conmovida, acercándose a su mejor amigo para abrazarlo, pero el castaño no correspondió, permaneció inmóvil, bufando con fuerza y rodando los ojos—. ¿Se imaginan que nos coloquen en el mismo escuadrón? Estaría encantada de tenerte con mi Mentályr, Kook —declaró Lira con la mirada puesta en el azabache, quien sonrió con alegría, un ligero rubor tiñendo sus mejillas al ser considerado de esa manera.

—Sería increíble —asintió de acuerdo, ganándose un guiño cómplice de parte de la castaña.

—Todavía no canten victoria, aún tenemos que presentarnos a la prueba de combate.

Ante la mera mención, Jungkook sintió que su cuerpo se tensaba por completo. De repente, su apetito desapareció y lo poco que había logrado ingerir parecía querer regresar. Podía sentir el nerviosismo invadiendo cada parte de su piel, y un cosquilleo que le quemaba la espalda lo invadió. Por alguna razón, no se atrevió a voltear, consciente de que unos ojos encendidos en fuego lo estarían observando fijamente.

A veces, realmente odiaba lo perceptible que podía llegar a ser. Aunque normalmente era algo que sabía bloquear, no lograba comprender por qué la presencia de cierto azabache le resultaba tan abrumadora. ¿Sería quizás por el inmenso poder que poseía? Jungkook no lo sabía con certeza, pero de verdad anhelaba dejar de ser tan consciente de Taehyung.

—¿Estás bien? —escuchó a Lira preguntar, lo que lo sacó de sus pensamientos. Parpadeó un par de veces antes de enfocar su mirada en ella y forzar una sonrisa.

—Sí, solo estoy un poco nervioso, eso es todo.

La castaña lo observó con los ojos entrecerrados, escudriñando las expresiones del otro antes de exhalar un profundo suspiro.

—¿Es algo que realmente no puedes decirme? —preguntó hacia él, el pesar resonando en su tono de voz, una sensación que Jungkook sin duda captó. Buscó la mirada de Yoongi en busca de ayuda, pero este solo se encogió ligeramente de hombros.

—Yo...

—Quizás sea hora de decirlo, Jungkook. Considerando las circunstancias, después de la prueba de combate, es posible que muchas cosas cambien.

El azabache tragó con fuerza, intentando deshacer el nudo en su garganta mientras consideraba la sugerencia. Jungkook confiaba en Lira; no temía que ella se alejara debido a su clasificación. Más bien, no quería que la forma en que ella lo miraba cambiara. No deseaba ver apagarse el brillo de admiración en esos ojos que lo miraban. No soportaba la idea de que la lástima se reflejara en los ojos de las personas importantes para él.

Sin embargo, Yoongi estaba en lo cierto. Considerando su escaso entrenamiento y habilidad, era evidente que tarde o temprano todos se darían cuenta de que no era tan fuerte como aparentaba. Y si, la castaña eventualmente se enteraría de una u otra forma; prefería ser él quien se lo comunicara.

Dejó escapar un suspiro profundo, su mirada se suavizó al encontrarse con la de Lira.

—Está bien, te contaré. Pero no podemos hacerlo aquí. Vamos a un lugar más privado.

Terminaron su almuerzo con rapidez y se encaminaron hacia la habitación que ambos chicos compartían. Al entrar, fueron recibidos por la frescura del ambiente, cortesía de la runa de viento que reposaba en una esquina.

—Oh, mierda. Esto es jodidamente agradable —exclamó la castaña, dirigiéndose directamente a la cama de su mejor amigo y dejándose caer en ella—. Estoy pensando seriamente en robarles la runa.

—Inténtalo y voy a morderte —advirtió Yoongi con seriedad. Aunque las palabras de Lira parecían estar teñidas de aparente humor, él la conocía lo suficiente como para saber que podría hacerlo en serio.

La chica bufó con frustración, evitando replicar porque las mordidas de Yoongi eran realmente dolorosas. Se enderezó en la cama, enfrentando a ambos chicos que se habían sentado en la cama de Jungkook.

—Bien, soy toda oídos.

El nerviosismo se extendía por cada centímetro de su piel, mientras sus manos sudaban y Jungkook lamentaba su exceso de dramatismo, aunque le resultaba difícil controlarse. La mirada de Lira sobre él estaba llena de seriedad, pero también irradiaba paciencia y comprensión, lo que le hizo sentir que podía confiar plenamente en ella. De reojo, miró a Yoongi, quien le devolvió un gesto de aprobación, acercándose más para brindarle su apoyo con su presencia.

—La verdad es, que no tengo entrenamiento en combate... —comenzó diciendo, observando cómo la chica frente a él abría los ojos con sorpresa—. Y al parecer, tampoco tengo habilidad para ello.

—¿Por qué no lo dijiste antes? —Y no era un reclamo, pues Jungkook se percató de la preocupación en su tono de voz—. Pudimos haberte ayudado a entrenar...

El azabache negó con una sonrisa, más tranquilo al ver la reacción de Lira, lo que le brindó la confianza necesaria para continuar hablando.

—Estuve entrenando esta semana con un conocido de mi tía; aunque no he logrado grandes avances, estoy seguro de que podré defenderme —explicó, mostrando cierta inseguridad. La mirada que Seokjin le había dirigido el día anterior, al salir de la sala de entrenamiento, aún persistía en su mente.

—Ya, igual podrías habernos comentando. Pudimos haberte sido de ayuda de algún modo —murmuró con un ligero pesar resonando en sus palabras—. ¿Esto era lo que no quería contarme? No entiendo, sé que apenas nos conocemos pero sería incapaz de...

—No es solo eso —interrumpió Jungkook, sintiendo cómo sus uñas se clavaban ligeramente en sus palmas mientras se preparaba para la posible reacción de Lira al conocer la verdad—. Es... difícil de decir. Aunque pueda parecer que ingresar a la academia fue algo sencillo para mí, en realidad fue todo lo contrario. Sí, el examen de ingreso no fue un problema, pero... la prueba de clasificación sí lo fue.

—¿A qué te refieres?

Jungkook guardó silencio por un momento, reflexionando sobre cuál sería la mejor manera de contar su secreto, optando por simplemente ser directo. No había razón para disfrazar la verdad.

—A que apenas alcancé el poder mínimo para poder asistir —confesó finalmente, observando detalladamente la expresión contraria a pesar de su anhelo por desviar la mirada—. Mi clasificación es inferior.

La seriedad en la expresión que bañaba a Lira no era un aspecto inusual en ella, lo que sí lo era, es que con ellos siempre solía mostrarse animada y más relajada. No obtener respuesta de ningún tipo le hizo sentirse más nervioso; ella tenía razón, no tenían mucho de conocerse pero, Jungkook le había tomado tanto cariño en tan poco tiempo que si ella decidía alejarse de él sería algo que le dolería profundamente.

—¿Tú lo sabías? —finalmente dijo, llevando su mirada hacia Yoongi quien le respondió con un asentimiento de cabeza—. ¿Desde hace cuanto?

—Desde el primer día.

Lira asintió, reflexionando sobre ello. No le sorprendió que Yoongi lo supiera; sabía que su mejor amigo era naturalmente curioso, y el primer día cuando se separaron al momento de la bienvenida, había imaginado que él había ido a recolectar información.

El silencio llenó la habitación, y la tensión en el ambiente fue algo que Jungkook no estaba soportando en absoluto. Especialmente porque no era capaz de identificar que es lo que expresaba la forma en la que Lira lo miraba.

—Entiendo si esto te causa problemas. Estar cerca mío no será beneficioso teniendo en cuenta que las personas como yo solemos ser el blanco de todos aquellos que están por sobre nosotros. Ya he recibido mi primera amenaza, y sé que no será la última. Así que, si prefieres alejarte de mí, lo entenderé.

—¿De qué carajos hablas? ¿Por qué me habría de alejar de ti? —inquirió la chica con seriedad, chasqueando la lengua en desacuerdo—. Solo estaba pensando en que tienes el camino difícil y en cuál sería la mejor manera en la que podemos ayudarte. Pero veo que llego algo tarde si alguien ya te amenazó. ¿Quién fue?

Jungkook abrió los ojos con incredulidad, porque la seriedad en la mirada de Lira no iba para nada de acuerdo con sus palabras. Y si la forma en la que habló no le indicara que estaba hablando con honestidad, podría haber dudado de la contraria.

Ah, gracias a Myrtlax por ponerle tan buenas personas en su camino.

—Fue Draksser —Yoongi respondió por él, haciendo que los ojos de la chica se abrieran con asombro, llevando su mirada hacia Jungkook, buscando afirmación de su parte que recibió por medio de un asentimiento.

—Por eso me pediste que lo mantuviera alejado de él —murmuró más para sí misma, uniendo todos los puntos en su cabeza.

—Sí, aunque en ese momento solo fue por el hecho de que Taehyung es alguien al que le encanta sobreponerse a los demás debido a su poder. Fue poco después que enfrentó a Jungkook en un pasillo y le hizo la amenaza. Desde entonces, hemos estado alerta en caso de que se le ocurriera hacer algo, pero ha estado inusualmente tranquilo. Lo único que hace es observarlo.

—Entiendo —asintió Lira, presionando los puños con fuerza y su expresión llenándose de una profunda seriedad—. No te preocupes, nosotros vamos a estar contigo y cualquier idiota que quiera intentar pasarse de listo se las tendrá que ver con ambos, ¿cierto? —cuestionó hacia Yoongi, quien asintió con firmeza.

—¿Por qué se arriesgan así por mí? —preguntó Jungkook, genuinamente incrédulo porque no era capaz de creer la situación.

—Porque somos amigos.

La palabra resonó en su pecho con una fuerza arrolladora, haciendo que su corazón latiera con una intensidad palpable. Jungkook, a lo largo de toda su vida, había tenido solo un amigo verdadero. Los chicos de su edad rara vez se relacionaban con él de manera auténtica; siempre lo veían como un puente para acercarse a su tía Susan. Clark, sin embargo, fue la excepción, la única persona que genuinamente se interesó por él y tomó el tiempo para conocerlo. Aunque antes le afectaba la dificultad para conectar con otros, con el tiempo dejó de preocuparse, pues mientras tuviera a su mejor amigo a su lado, eso era más que suficiente.

Sus ojos brillaron por las lágrimas que contuvo, porque era una persona sensible y la calidez de los ojos que le observaron con cariño, fue algo por lo que tuvo que agradecer a Myrtlax en ese momento.

—Entonces, ¿nada cambia? —preguntó en voz baja, tal vez por el nerviosismo ante la respuesta o por la emoción que llenaba su pecho.

—Nada cambia —aseguró la chica con tanta firmeza que no hubo manera de que Jungkook no le creyera—. Una clasificación no te define, vamos a ayudarte a que te fortalezcas. Tener una clasificación inferior no es el fin del mundo, le demostraremos al imbécil de Draksser lo idiota que fue al subestimarte. Lo repito, para mí sería un honor tenerte como mi Mentályr.

Los labios de Jungkook se curvaron en una sonrisa, sintiendo una emoción tan profunda que las palabras no bastaban para expresar su gratitud. Asintió con ternura, acompañando su gesto con una amplia sonrisa.

—Gracias.

—Bien, no te preocupes. Todo saldrá bien —dijo, poniéndose de pie con una sonrisa amplia que logró calmar la angustia que Jungkook llevaba cargando toda la semana—. Podríamos ir a... —su voz se detuvo de repente cuando su mirada pareció captar algo que llamó su atención—. ¿Para qué son estos? —preguntó con curiosidad, acercándose a la mesa donde había algunos huevos de madera que habían tallado la noche anterior.

—O-oh, eso... —Jungkook tartamudeó con nerviosismo, ya que hablar sobre religión, especialmente cuando no era bien vista, siempre lo ponía así. Sin embargo, sí Lira acababa de aceptar su clasificación sin problemas, seguramente sus creencias no serían un problema para ella tampoco—. Son huevos de dragón de madera, para ofrendar.

—¡Wow! Están muy bien hechos, ¿sirven de ofrenda, dices?

—Sí, le estoy enseñando a Yoongi sobre la religión —explicó, atento a las reacciones de la contraria. Ella lo observó por un momento antes de llevar su mirada a su mejor amigo y asentir como si nada.

—¿Y qué son estos? —volvió a preguntar, mientras tomaba un pedazo de madera que parecía un poco más deforme.

—También son huevos, los hizo Yoongi. Está aprendiendo aún.

La mirada de la chica se llenó de diversión, separó los labios para comentar algo al respecto, pero se vio interrumpida por las palabras de Yoongi.

—Atrévete a decir algo, y te mostraré de dónde salen los huevos de un dragón con uno de esos —bramó con un tono amenazante, su mirada transmitiendo una seriedad palpable que hizo que la castaña reflexionara por un momento antes de cerrar la boca y formar un puchero.

—¿No te sorprende que esté aprendiendo sobre la religión? —intervino Jungkook, mostrando cierta intriga por la calma con la que Lira recibía esa revelación.

—Nah, ya estoy bastante acostumbrada a la curiosidad de Yoongi. Luego de encontrarlo asistiendo en el parto de una yegua, solamente porque quería aprender como daba a luz, ya nada me sorprende.

Jungkook abrió los ojos con sorpresa y dejó escapar una ligera risa.

—¡Oh, es realmente fascinante! —respondió, su voz resonando con emoción.

—¿Verdad que sí? —inquirió Yoongi con la misma emoción, mientras empezaba a compartir con el azabache su experiencia.

—¡No quiero escucharlo otra vez! —se quejó la castaña, interrumpiendo a ambos chicos mientras se abalanzaba sobre Yoongi para taparle la boca con la mano.

Jungkook observó el forcejeo de ambos con una sonrisa, permitiendo que una sensación de tranquilidad llenara su corazón. Aunque era consciente de lo que pronto estaba por venir, deseaba mantenerse en esta burbuja solo un poco más. Así que optó por soltar una risa cuando Yoongi mordió la mano de Lira y ella se quejó por ello.

Porque incluso mientras se consumía entre las llamas, fue capaz de encontrar un poco de calma.

Contrario a la tensión de la mañana, los alumnos lucían notablemente más relajados. Para Jungkook, resultaba desconcertante e inquietante observar cómo la perspectiva de un examen escrito podía generarles más ansiedad que la idea de enfrentarse en combate. Esta situación no debería sorprenderle, pues aunque la formación para convertirse en cazador demandaba una gran fortaleza mental, la importancia de la fuerza física seguía prevaleciendo en todos los aspectos.

Quizás si Jungkook estuviera más preparado, también podría permitirse relajarse. Sin embargo, esa no era su situación. 

De repente, una sensación de ardor recorrió un costado de su cuerpo, y aunque sabía que lo sensato era ignorarlo, como había hecho en los últimos días, se vio obligado a girarse y encontrarse con aquellos ojos que ardían en un fuego intenso, una sensación que penetró profundamente en su ser.

La mirada que Taehyung le lanzó estaba impregnada, como de costumbre, de una seriedad y hostilidad palpables. Por más que Jungkook intentara analizarlo, no lograba entender por qué lo detestaba de esa manera. Si bien su clasificación inferior era una razón por la cual lo había señalado como objetivo, le resultaba desconcertante por qué había decidido fijarse en él cuando había otras personas con la misma clasificación.

—Deja de mirarlo —intervino Lira de repente, plantándose frente al azabache para bloquear su vista y romper esa extraña conexión cargada de tensión con Taehyung—. Solo está tratando de provocarte, no le des ese placer.

Jungkook suspiró, apenas asintiendo hacia la chica, agradeciendo con una leve sonrisa su intervención. Su mirada barrió la sala de entrenamiento donde Seokjin lo había estado preparando durante la semana, sintiéndola de repente extraña con tantos espectadores presentes. Varias colchonetas estaban dispersas por el suelo, y no estaba seguro de si la reducida audiencia para presenciar su combate era algo por lo que debería sentirse aliviado.

No pasó mucho tiempo antes de que Jungkook viera a los encargados de la prueba ingresar, entre ellos estaba Seokjin, cuya mirada se posó en él por un momento antes de apartarla. El nerviosismo se intensificó en él de manera abrumadora, y no le sorprendería si hubiera empezado a temblar de no ser por la mano reconfortante que Yoongi colocó en su hombro, devolviéndolo en sí.

Lo observó de reojo y lo vio asentir hacia él, mientras ejercía un ligero apretón en su hombro para indicar su presencia. Jungkook se sorprendió gratamente por lo fácil que había sido para el castaño integrarse en su vida, y cómo su mera presencia le infundía la calma que tanto necesitaba en ese momento.

Su mirada se volvió hacia adelante una vez más, sorprendido al ver a Seokjin avanzar unos pasos para dirigirse a los alumnos.

—Cierren la boca, ¿quieren? —dijo con tanta seriedad que Jungkook se sorprendió, porque el hombre que veía en ese momento no era el mismo que recordaba con facciones relajadas y voz tranquila.

Pronto, la sala quedó sumida en completo silencio, con Seokjin escrutando a cada uno de los alumnos con tanta severidad que le recordó a Jungkook que, de hecho, era un cazador.

—Escuchen atentamente porque no repetiré esto dos veces —advirtió Seokjin con firmeza—. Sus nombres serán mencionados y se les asignará a una de las colchonetas. Una vez que estén todos ubicados, los instructores les informarán contra quién van a enfrentarse. Las reglas son sencillas: no se permite el uso de armas. Habrá un límite de tiempo; el combate terminará cuando este se agote o cuando uno de los dos no pueda continuar. Pueden infligir daño a su oponente, pero no se les permitirá matarlo.

Los murmullos resonaron de inmediato, algunos expresando desconcierto ante tal regla. Ya que si bien la hostilidad entre compañeros no estaba permitido, esto no tenía validez al momento de presentarse a una prueba.

—Veo que muchos están ansiosos de mancharse las manos de sangre. Les recuerdo que estamos aquí para matar dragones —dijo con severidad, provocando que la sala volviera a sumirse en un gélido silencio.

Jungkook percibió cómo la mirada de Seokjin se posaba brevemente en él, como si intentara transmitirle calma con ese gesto rápido. Sin embargo, la sensación de inquietud persistió en él, pues desconocía que tanto tenía él que ver en aquel cambio de reglas. Decidió apartar esos pensamientos y, aunque debería haberle tranquilizado saber que al menos saldría con vida de aquello, el nerviosismo seguía intacto. Sabía que, mientras siguiera respirando, no sería considerado una falta, lo cual no evitaba la posibilidad de quedar en un estado deplorable.

El sonido abandonó sus sentidos mientras se centraba en sus pensamientos, no fue capaz de escuchar el resto de indicaciones y casi se movió mecánicamente cuando Yoongi le llevó hacia la colchoneta que les correspondía. Se sintió un poco aliviado que su amigo estuviera con él, aunque el pensamiento de tener la posibilidad de enfrentarse no fue algo que le agradó para nada.

No obstante, todas sus preocupaciones se desvanecieron en el instante en que vio a cierto azabache posicionarse frente a él, al otro lado de la colchoneta. No era de extrañar que temiera lo peor cuando sus miradas se cruzaron y aquellos ojos ardieron en fuego. De alguna manera, Jungkook lo supo, que nada bueno podría resultar de aquello. 

—¡Pueden comenzar! —resonó el fuerte grito de Seokjin por toda la sala, marcando el inicio para que los instructores anunciaran a las parejas y estas subieran a la colchoneta para enfrentarse.

—Tranquilo, todo saldrá bien. Solo concéntrate en lo que aprendiste esta semana y estarás bien. Recuerda que se trata de demostrar habilidad, no te enfoques en tratar de aturdir a tu contrincante —mencionó Yoongi en un murmullo, observando cómo Jungkook simplemente asentía. No necesitaba conocerlo demasiado para darse cuenta de que el azabache estaba sumamente nervioso, lo que lo hizo preocuparse.

La mirada de Jungkook se apartó de la colchoneta frente a él, no porque no quisiera observar el combate, sino porque ya no podía soportar más la forma en que Taehyung lo miraba. Decidió buscar el lugar donde habían asignado a Lira y se sorprendió cuando la vio subir a la colchoneta.

—Ya es turno de Lira —indicó a Yoongi, lo que hizo que este girara su mirada hacia el mismo lugar que Jungkook observaba sorprendido, al darse cuenta de que le había tocado enfrentarse a un chico.

—No te preocupes, estará bien —pronunció el castaño. Sin embargo, su mirada no abandonó a su mejor amiga, quien se colocaba en posición antes de que les indicaran que podían comenzar.

Jungkook sintió cómo la tensión abandonaba su cuerpo cuando se dio cuenta de que Lira estaría realmente bien. La destreza de la chica era evidente; esquivaba los ataques de su oponente con tanta facilidad y contraatacaba con precisión. Todavía contaba con bastante tiempo por delante, cuando lanzó una patada certera hacia la nariz de su adversario, derribándolo. Sin perder un instante, se posicionó sobre él y continuó golpeándolo sin pausa hasta que se aseguró de que su contrincante ya no podía seguir luchando.

Una suave sonrisa se iluminó en el rostro de Jungkook cuando vio a su amiga observar hacia ellos y levantar ambos pulgares con una sonrisa. Sin embargo, su alegría fue efímera al escuchar su nombre ser llamado por su instructor. Los murmullos de los chicos cercanos al darse cuenta de su apellido pronto resonaron a su alrededor, y si eso no fuera suficiente para aumentar su nerviosismo, lo siguiente que escuchó definitivamente incrementó su malestar.

—Vas contra Taehyung Draksser.

Su alrededor de repente se llenó de una emoción que a él no llegó a alcanzarle. Quizás si supieran que Jungkook realmente no tenía ni la mitad de poder que creían, solamente por su apellido, la percepción que tenían de él sería completamente distinta. El encuentro entre el sobrino de la comandante de Clister y el hijo del general del ejército imperial, sin duda, era un evento cargado de expectativas.

Al menos no para Jungkook, quien ya intuía el resultado antes incluso de haber empezado. La sonrisa de Taehyung, una vez que se encontraron cara a cara sobre la colchoneta, le confirmó que esto no era mera casualidad.

—¡Comiencen! —gritó el instructor, y Jungkook levantó rápidamente ambos puños, preparado tanto para defenderse como para atacar.

—Todavía estás a tiempo de desistir —declaró Taehyung, manteniéndose inmóvil. Observando al azabache con desdén, como si ni siquiera valiera la pena tomarse la molestia de colocarse en posición de pelea.

—Vaya, no sabía que podías ser así de benevolente —respondió Jungkook con sarcasmo, acercándose poco a poco hacia Draksser. Sintiéndose molesto porque este ni siquiera hacia el intento de tomarlo en cuenta.

—No lo soy, pero aplaudo tu valentía al menos por intentarlo. Así que deberías aprovechar y rendirte de una vez por todas —respondió con calma, esquivando con facilidad el primer golpe del azabache—. Demasiado predecible —añadió con un dejo de burla, provocando que la mirada de Jungkook se volviera sombría.

—Hablas mucho y haces tan poco —Jungkook pronunció entre dientes, lanzando nuevamente un golpe que Taehyung no tardó en desviar.

—Mi intención era humillarte, pero parece que estás haciendo un buen trabajo sin mi ayuda.

—Vete a la mierda.

Los ojos de Taehyung brillaron en fuego, ocasionando que el cuerpo de Jungkook se tensara por completo. Aquella mirada era demasiado cautivante, y vaya si Jungkook no se recriminó por estar pensando en eso en ese preciso momento.

—Nuevamente me demuestras que no eres tan inteligente como todos dicen. Será mejor terminar con esto.

Jungkook no tuvo tiempo de responder cuando Taehyung dio un paso hacia él y le lanzó una patada en las costillas que hizo que se tambaleara brevemente, sintiendo el dolor punzante recorrer su cuerpo. Ni siquiera tuvo oportunidad de recomponerse cuando sintió un fuerte golpe en su estómago que le hizo perder todo el aire. Se dobló sobre sí mismo, intentando recuperar el aliento, pero Taehyung no le dio tregua.

Con una agilidad implacable, Taehyung lanzó una serie de puñetazos rápidos hacia la cabeza y el torso de Jungkook. Aunque este intentó levantar los brazos para protegerse, los golpes de Draksser eran precisos y potentes, cada uno encontrando su objetivo con una fuerza demoledora.

El azabache retrocedió, tambaleándose, sus ojos nublados por el dolor. Sin embargo, en un destello de instinto, esquivó un golpe dirigido a su mandíbula, inclinándose hacia un lado con una rapidez sorprendente. Aprovechando el impulso, giró sobre sí mismo y lanzó una patada baja, buscando desestabilizar a Taehyung. Este, aunque sorprendido por la velocidad de Jungkook, se deslizó hacia atrás, esquivando el ataque.

La sorpresa en los ojos de Taehyung fue evidente, pero no dejó que eso le distrajera. Avanzó de nuevo, cerrando la distancia entre ellos con una serie de pasos rápidos. Jungkook, con el corazón martilleando en su pecho, sabía que estaba en desventaja. A pesar de su agilidad, cada intento de contraatacar parecía ser anticipado por el otro.

Todos en su alrededor observaban en silencio, y Jungkook hizo un gran esfuerzo por no mirarlos. Estaba seguro que este enfrentamiento estaba dejando claro su nula habilidad de combate y fuerza. Y si había algo que le molestara profundamente era la forma en la que Taehyung parecía estar disfrutando de todo esto.

Intentó otro ataque rápido, lanzando un gancho de derecha que buscaba la mejilla de Taehyung. Pero este lo bloqueó con facilidad, atrapando el brazo de Jungkook y usándolo para tirar de él hacia adelante, impactando su rodilla en sus costillas ya maltratadas. Le hizo soltar un grito de dolor, pero en un último esfuerzo desesperado, giró su cuerpo y liberó su brazo con un movimiento brusco, retrocediendo unos pasos. Respiraba con dificultad, el dolor pulsando en cada rincón de su cuerpo, pero sus ojos seguían enfocados en Taehyung, llenos de determinación y una creciente furia.

—A ver si esto te demuestra cual es tu lugar —pronunció Draksser con desdén. Con la confianza en sus movimientos y la determinación en sus ojos, Taehyung avanzó hacia Jungkook con pasos decididos.

A pesar del dolor y la fatiga que pesaban sobre él, se preparó para lanzar un golpe. Pero Taehyung fue más rápido de lo que esperaba y con un giro rápido, esquivó el débil contraataque de Jungkook y, con un movimiento fluido, barrió las piernas de su oponente, derribándolo con un golpe certero.

Cayó al suelo con un golpe sordo, sintiendo cómo el aire escapaba de sus pulmones una vez más. Y antes de que pudiera recuperarse, Taehyung se lanzó sobre él, colocándose encima con una ferocidad que se reflejaba en sus ojos fuego. Sintió su piel arder cuando entró en contacto con la del otro y aunque hizo el esfuerzo por liberarse, no fue capaz de conseguirlo.

—Tu debilidad terminará matándote, Jungkook Xaldir... —Fue lo último que Taehyung pronunció esbozando una sonrisa burlona, antes de asestar un golpe, que le hizo a Jungkook perder la consciencia.

Holaaaa, ya estoy aquí. Escribir esto fue muy complicado, primeramente porque como les comenté entré en bloqueo y luego nunca había escrito escenas de pelea dsfhsdljfs ¿qué les pareció?🥺 Cuentenme que creen que va a pasar, adoro leer sus teorías.

Espero que les haya gustado, procuraré volver pronto. El siguiente capítulo ya está estructurado, les mantendré al tanto por medio de mi canal, como siempre. 

Así que, hasta entonces, manténganse sanos.💖

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