CAPÍTULO 19: AFTER ME, THE FLOOD

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—— AFTER ME, THE FLOOD ——

—Marcel.— Astrid llamó al vampiro, haciendo que este se diera la vuelta y la mirase mientras cargaba en sus brazos a una inconsciente Davina.

—No quiero hacerte daño, Astrid. Pero nadie me va a impedir protegerla. La salve de la Cosecha, no se la voy a entregar.— Sentenció mostrando el profundo deseo y la profunda necesidad que tenía por protegerla.

—Iré contigo, pero no creo que estemos haciendo lo correcto.— Admitió Astrid sin saber que hacer, ya que la experiencia la había demostrado que no debía de confiar en los sacrificios de sangre, pero nunca había visto algo como aquello.

—¿Crees que resucitará?— Preguntó Marcel sabiendo que podía confiar en la palabra de Astrid, ya que había visto que ella no quería que la pasara nada malo a Davina.

—Tengo pros y contras, tuve un amigo, cuando era humana, que le sacrificaron, era brujo. Pero no volvió a la vida. Con la Cosecha..., si alguien no creyente como Sophie, cree en ella... tal vez sea cierto.— Admitió Astrid diciendo aquello en voz alta tras tantos siglos. Nadie sabía aquello, solo su madre y el resto de brujas que fueron partícipes, solo sabían que él había muerto. Nunca se supo como ni con que fin, y a pesar del tiempo, Astrid seguía sintiéndose responsable.

—¿Tu amigo...?— Empezó a decir Marcel mientras la miraba con curiosidad.

—Los brujos siempre quieren poder, así que el sacrificio por poder debía de ser muy alto. Una vida a cambio. Nadie supo que ese era el fin hasta que fue demasiado tarde.— Explicó la híbrida mientras se cruzaba de brazos adquiriendo una postura defensiva.

—Fuiste participe.— Asumió al comprender la perspectiva que tenía de todo ello, y su reacción.

—Fue el motivo por el que me empecé a alejar de la magia. No quería tener un poder que hubiera sido producido por la muerte de una persona inocente.— Aclaró la Original mostrando la negativa a hacer aquella clase de magia, y aquella fue una dura decisión cuando en verdad amaba hacer magia y hacer hechizos, siempre tuvo una gran habilidad para crearlos, pero las cosas lentamente cambiaron.

—Por eso Davina te importa tanto, no solo te recuerda a tu hermana.— Observó Marcel al comprender aquel instinto tan sobreprotector que tenía hacia Davina, era ese mismo instinto que tenía hacia su hermano y teniendo en cuenta lo que había visto de lo que era capaz de hacerle a Klaus y salir libre de su cólera, agradecía tener de su parte a Astrid.

—El poder siempre conlleva un alto precio.— Sentenció Astrid con seguridad en sus palabras.

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—No voy a hacerte ningún daño.— Le dijo Marcel a Davina justamente después de que esta despertará y le atacará.

—Ya no me lo creo, Marcel. Quieres matarme como todos los demás.— Afirmó la chica mostrando que ya no confiaba en nadie, y era lógico.

—Te conseguí un hechizo protector, por eso Tim esta muerto y tu no. Y antes de que me lances otra vez, si hubiera sabido que le pasaría algo a tu amigo le hubiera protegido a él también.— Explicó Marcel sorprendiendo a Davina con lo que había dicho.

—¿Fuiste tu quien me salvo?— Preguntó incrédula con lo que estaba escuchando, ya que no se esperaba que hubiera sido cosa de Marcel.

—Sí, pero la bruja que te hizo el hechizo esta con ellos y tenía que sacarte de allí.— Añadió esperando que ella fuera comprensible con todo ello.

—Para usarme como arma.— Garantizó mostrando que aunque Marcel la había salvado la vida seguía desconfiando de él.

—Davina, Marcel sólo quiere protegerte. Evitar que te hagan daño.— Intervino esta vez Astrid poniéndose al lado del vampiro.

—Quería que estuvieras asalvo.— Explicó Marcel esperando que ella le creyera. —Davina, mirame.— La pidió haciendo que la chica le mirase. —Metí la pata, todo este poder que tienes me ha servido de mucho. Pude castigar a las brujas, controlar la ciudad y le di demasiada importancia. Pero eso es agua pasada, de un superviviente a otro, solo quiero mantenerte con vida, lo juro.— Añadió esperando que ella le creyera.

—Tengo miedo, es que no se que es lo que me pasa.— Explicó Davina mientras comenzaba a llorar haciendo que Marcel la abrazara, mientras la tormenta del exterior se intensificaba.

—No estás sola, nosotros te ayudaremos.— La garantizó Astrid con seguridad en sus palabras.

—¿No dejareis que me hagan daño?— Preguntó Davina mirando a ambos.

—No, nadie va a tocarte.— La tranquilizó Marcel sabiendo que podía suceder cualquier cosa.

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—Si pudiera aguantar unas semanas más...— Empezó a decir Davina mientras la tormenta se intensificaba. —Ayudame, por favor.— Le pidió a Marcel, mientras esté y la Original se miraban sabiendo que Davina no estaba bien.

—Lo haré, y cuando esto termine te llevaré lejos de esta ciudad.— La prometió Marcel sabiendo que debía de hacer todo lo posible por ella.

—Soñé con Tim, no estaba muerto. Y tocaba una canción que me había compuesto y me besaba y éramos normales.— Sonrió Davina mostrando que cada segundo estaba peor.

—Tenia que ser un sueño maravilloso.— Intervino en ese momento Rabekah, haciendo que Marcel y Astrid la mirasen.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó Astrid al verla allí.

—Pero por desgracia solo un sueño.— Añadió Rebekah haciendo que Marcel la mirase con una expresión de pocos amigos.

—Lárgate.— La ordenó el vampiro.

—No seáis testaduros, ¿no veis que la esta matando?— Rebekah miró a ambos, esperando que los dos fueran conscientes de algo que era evidente.

—Le prometimos que luchariamos por ella y cumpliremos nuestra promesa.— Sentenció Astrid con seguridad, aquella chica tenía la vida por delante y la había tocado llevar un papel demasiado pesado para su corta edad.

—Nadie está pidiendo que no lucheis, tu Marcel, eres la única familia que tiene. Se lo debes, pero así no lo estás consiguiendo.— Explicó la Original sabiendo que a quien debía de convencer era a Marcel, porque sabía que Astrid era consciente de lo que estaba pasando.

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—¿Consagrar los resto de Esther?— Preguntó Leonidas sorprendido por lo que estaba escuchando.

—Es una locura.— Garantizó Astrid, la cual estaba igual de sorprendida que su hermano.

—Tendremos relación con la Cosecha y permiso para tener poder.— Aclaró Rebekah mientras se dirigían al lugar donde el padre Kieran, Elijah y Klaus estaban.

—Menos mal que madre pidió ser quemada.— Murmuró Astrid mientras los tres se ponían alrededor del agujero, donde ya estaba el ataúd con los restos de la bruja Original.

—¿Van a venir?— Le preguntó Klaus a Astrid esperando que la respuesta de esta fuera positiva.

—Sí, vendrán.— Respondió la híbrida con frialdad.

—¿Estáis preparados?— Preguntó el padre Kieran mientras le daba un cuchillo a Klaus, el cual se hizo un corte en la palma de la mano, al igual que Astrid, Rebekah y Elijah.

—Por y para siempre.— Alegó el híbrido justamente cuando Elijah le daba el cuchillo, con la sangre de los cuatro, al padre Kieran, el cual lanzó al interior del agujero junto al ataúd.

—Esta hecho.— Se limitó a decir el hombre.

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—Fuego.— Murmuró Sophie al ver las llamas que iba dejando Davina conforme Marcel la llevaba hasta ella. —¿Tienes fe en la Cosecha?— Le preguntó a Davina la cual se quedó frente a ella, mientras todos los demás observaban aquello.

—Sí, tengo fe.— Respondió Davina justamente antes de que Sophie la hiciera un limpio corte en el cuello, haciendo que Davina cayera al suelo, pero rápidamente Marcel la sujeto, para después dejarla junto a las tres chicas esperando que sucediera lo que Sophie había dicho.

—Después de la Cosecha viene la siega. Con los sacrificios hechos y aceptados, invocamos a nuestras ancianas para resucitar a las elegidas.— Dijo Sophie esperando que las cuatro chicas se alzasen. —Invocamos a nuestras ancianas para resucitar a las elegidas.— Volvió a decir al ver que no sucedía nada. —Resucitar a las elegidas.— Dijo por tercera vez pero sin resultado alguno. —Por favor, lo suplico.— Imploro Sophie mientras se acercaba al cuerpo de su sobrina. —No...— Murmuró mientras comenzaba a llorar.

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—¿Qué pasa?— Preguntó Leonidas mientras miraba cómo su hermana miraba varios grimorios.

—¿Y el poder?— Preguntó Astrid sin comprender que podía haber sucedido.

—¿Qué quieres decir?— Preguntó su hermano confundido.

—Un poder así no se desvanece solo, de las cuatro ninguna se ha alzado. ¿A donde ha ido ese poder?— Quiso saber sin comprender que era lo que estaba pasando, pero sin duda algo había ocurrido.

—¿Crees que le han robado?— Preguntó sorprendido por lo que su hermana estaba insinuando.

—No lo creo, lo se. Alguien le ha robado. Y descubrire quien ha sido, y cuando lo haga seré yo quien acabe con su vida.— Sentenció Astrid sin creerse que alguien hubiera sido capaz de hacer algo así, pero era poder y muy en el fondo demasiado codiciado.

—¿Y como planeas descubrirlo?— Preguntó el Original con curiosidad.

—Quien le haya robado ha tenido que ceder el poder a alguien más, brujos que se hayan alzado en vez de esas cuatro chicas, lo único que hay que hacer es esperar. No creo que sea muy común ver a brujos que han resucitado.— Comentó Astrid sabiendo que era cuestión de tiempo que los responsables hicieran acto de presencia.

—¿No se supone que los muertos deben de permanecer muertos?— Preguntó Leonidas cansado de que los brujos burlaran a la muerte.

—Creo que para las brujas librar a la muerte o resucitar de ella es lo último en una lista de pendientes de la vida.— Respondió Astrid sarcásticamente.

—¿Y vas a descubrir quienes son? ¿Cómo?— Quiso saber su hermano con curiosidad.

—Magia.— Respondió la rubia con obviedad.

—¿Vas a hacer un hechizo así de grande?— Preguntó Leonidas sorprendido por lo que estaba escuchando.

—¿Por qué no?— Preguntó Astrid confundida por su sorpresa.

—Por que tu nunca has querido hacer hechizos grandes, no desde que tenías diecisiete años, que no entiendo porque dejaste de hacerles pero ¿todo por esa chica?— Alegó confundido por las decisiones que su hermana tomaba, pero tras ella había motivos demasiado importantes para ella.

—Esa chica me hizo recordar cosas que creía olvidadas.— Se limitó a decir su hermana mayor.

—¿El que?— Insistió Leonidas con curiosidad.

—Cosas que tu no viviste.— Respondió Astrid con frialdad.

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—¿No les has dicho que te has escapado?— Preguntó Taylor al ver a su hermana allí.

—No voy a dar explicaciones a nadie.— Respondió Astrid mientras dejaba algunas cosas sobre una mesa.

—¿Y porque quieres hacer esto? No creo que sea por Davina.— Afirmó mientras la miraba con obviedad a la vez que encarnaba una ceja con curiosidad.

—Tuve un amigo que murió sacrificado, le mataron para que las brujas nos volviéramos más poderosas.— Explicó Astrid con frialdad.

—¿Porque hicieron eso?— Preguntó Taylor sin comprender porqué habían hecho un sacrificio de sangre.

—Se volvió inestable, quería poder.— Respondió Astrid con tranquilidad.

—¿Fuiste participe de su muerte?— Preguntó Taylor al ver que ella conocía demasiado bien el final y el origen de todo ello.

—No sabía los planes que tenían, ni él ni el resto. Después de ello me volví más poderosa pero también decidí no hacer hechizos de gran poder, no quería hacer magia.— Explicó mientras se giraba y miraba a su hermana esperando que ella comprendiera lo que la estaba contando.

—Hasta ahora.— Asumió Taylor al ver que su hermana era capaz de volver a hacer magia solamente por descubrir lo que había pasado.

—Un poder así no desaparece de la nada, debe de haber un motivo y encontrare a quienes se han quedado ese poder. Vengare a Davina.— Sentenció con firmeza sabiendo que los responsables no quedarían indemnes de lo que habían hecho, nadie lo haría. Porque los brujos que habían vuelto a la vida lo habían hecho porque habían tomado un poder que no les pertenecía.

★★★

El mayor error que cometieron los Mikaelson fue consagrar a Esther en Nueva Orleans.

Literalmente fue un regalo para los ancestros, no tengo dudas pero tampoco pruebas.

Ahora bien, el capítulo de hoy es bastante triste. La pérdida de Davina aunque era necesario fue realmente triste, porque realmente todos creíamos que iba a funcionar y al final no funciono, y nos quedamos todos un poco puf.

Pero bueno, entrando en esta parte ya queda menos para una de las escenas que más ganas tengo de que veías, y es una escena Klastrid que tengo por ahí, la cual... bueno Klaus se va a llevar un hachazo, metafórico. Que en esa familia puede ser literal.

Pero también os digo que va quedando menos para saber más sobre ese misterioso sacrificio que provocó tantas cosas en el pasado y en el futuro de Astrid.

Aunque pensándolo, creo que lo que más ganas que tengo es llegar al reencuentro entre Astrid y Ragnar.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️


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