CAPÍTULO 51: CHILDREN OF THEIR MOTHER (PART II)

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—— CHILDREN OF THEIR MOTHER ——

—Taylor, Lenore, ¿estáis bien?— Preguntó Astrid justamente cuando entraba en la tienda de la mujer.

—Sí.— Respondió Taylor mientras centraba su atención en la bruja, la cual se había mareado. —¿Te encuentras bien?— Preguntó preocupada, pensando que podía deberse a lo que Oliver la había hecho obligado por Finn.

—Sí.— Se limitó a decir confundiendo con su actitud a Taylor.

—¿Estas segura?— Preguntó está vez Astrid, la cual veía que Lenore no parecía estar demasiado segura con su respuesta.

—Estoy ubicandome.— Explicó mientras alzaba su mano derecha, haciendo que la expresión de Taylor cambiará.

—La marca.— Murmuró al comprender lo que había pasado o mejor dicho, lo que estaba pasando.

—¿Qué pasa?— Preguntó Astrid al no comprender lo que su hermana estaba diciendo, pero la bruja sí sabía lo que decía.

—Es ella, es Esther.— Garantizó con seguridad al mismo tiempo que el teléfono de la morena empezaba a sonar, haciendo que Esther sonriera.

—Adelante, puedes contestar.— La tranquilizó, haciendo que Taylor mirase a su hermana mostrando la desconfianza que tenía hacia aquella mujer.

—Hazlo, Taylor, no hará nada.— La tranquilizó Astrid, en señal de que ella no iba a permitir que a su hermana la fuera a pasar algo malo.

Elijah, estamos en la tienda de Lenore.— Consiguió decir Taylor justamente cuando Esther hacía uso de la magia, para impedir que la menor de las hermanas le diera más información al noble.

—Es suficiente.— Sentenció Esther dando a entender de qué era ella la que iba a llevar las riendas de aquella conversación.

—Vendrán a buscarnos.— Garantizó la morena con seguridad en sus palabras.

—Querida, es eso justo lo que espero.— Alego mientras sonreía divertida. —Estaba deseando conocerte, Taylor. Principalmente por que te pareces mucho a Astrid, mucho más de lo que se parecen a ella Leonidas y la pobre Eliana.— Comentó Esther, haciendo que la expresión de la rubia cambiará al escuchar el nombre de sus hermanos pequeños, en especial el nombre de su hermana pequeña.

—Ni se te ocurra mencionar a mis hermanos, porque ahí sí que no seré nada amable.— La advirtió, en señal de que como siguiera por ahí la acabaría despedazando en aquella misma tienda.

—Astrid, no estoy aquí para pelear.— La intento tranquilizar Esther, observando que el gen de hombre lobo había sacado a relucir esa ira que nunca mostró, salvo tras la muerte de su madre.

—Lástima que yo sí, porque por tu culpa terminamos siendo vampiros.— Alegó la Original mientras se cruzaba de brazos y la miraba con una expresión de pocos amigos.

—Tu me proporcionaste el hechizo.— Puntualizó Esther, en señal de que era ella la responsable de que aquello hubiera sucedido.

—Te beneficiaste de mi confianza, sabiendo que te ayudaría. Y realizaste un hechizo, aún sin saber las consecuencias que traería. Tu trajiste la plaga de los vampiros, y en su defecto la de los híbridos.— Atacó Astrid, mostrando que la única culpable de todo lo que había pasado era la bruja Original, ella fue la que desencadenó todos aquellos eventos para que sucediera todo lo que había acontecido.

—Un error que quiero enmendar.— Afirmó con seguridad en sus palabras.

—Claro..., y yo voy y me lo creo. Confíe en ti una vez, no cometere ese error dos veces.— Sentenció, mostrando que nunca, jamás, iba a volver a confiar en ella. Por qué hacerlo, les había traído más problemas que soluciones.

—Dime, ¿os han reconocido mis hijos el bien que aportais a sus vidas?— Preguntó Esther mirando a las dos hermanas, las cuales mantuvieron la misma expresión y la misma mirada. —De hecho fue Astrid quien les devolvió la esperanza, y tu, Taylor, se la devolviste a tu hermana.— Añadió, haciendo que la menor mirase a la mayor sorprendida por aquel comentario, pero Astrid simplemente se quedó mirando a la bruja. —La promesa de un hijo, nos muestra todas las posibilidades que depara el futuro. Los hijos llegan para salvarnos de nuestro lado más oscuro, ¿no es así, Astrid?— Ante las palabras de la bruja, la híbrida se quedó en silencio mientras agachaba la cabeza pensando en su hija, y en lo furiosa que estaba con ella por haber buscado la muerte de su propia nieta. —Lo que hace que mis circunstancias sean aun más trágicas, ¿no creéis?— Añadió haciéndose la víctima.

—No nos das pena, Esther.— Intervino en ese momento Taylor, en señal de que tal vez la pelea no tenía nada que ver con ella, pero aún así sacaría la cara, las veces que hicieran falta, por su hermana y por el resto de la familia.

—Para una madre es algo terrible fallar a su hijo, como sabrás.— Prosiguió mirando a Astrid, sabiendo perfectamente como manipularla para convencerla de que fuera participe de su plan. —Pero ahora os ofrezco libertad, un nuevo cuerpo, libre de ser un híbrido. Tengo el poder de devolveros todo lo que habéis perdido, os ofrezco tener vuestra propia familia, más hijos, otra vida.— Insistió, haciendo que las dos hermanas intercambiarán una mirada en la que evidenciaban que ambas querían una vida así, pero no al coste de perder su cuerpo. —¿No os gustaría?— Preguntó esperando que la respuesta fuera positiva, ya que la mirada en los ojos de ambas lo había sido.

—Supongo que tengo la desgracia de hablar con mi madre.— Intervino en ese momento Klaus poniéndose al lado de Astrid, haciendo que Esther lanzará al suelo ceniza, lo que impedía que Klaus o las dos hermanas se acercarán a ella para atacarle. —Te escondes tras tus hechizos, cobarde.— La acusó el híbrido con desprecio.

—No he venido para librar una guerra.— Le recordó esperando que fuera consciente de que lo único que quería, a su retorcida manera, era reunir de nuevo a toda la familia.

—Deja entonces de atacarnos, si las tocas te juro que te...— Empezó a decir en ese momento Elijah, haciendo que Esther reaccionará lanzando más ceniza hacia la dirección del noble, para después interrumpirle.

—Ambas son libres de irse, ya hemos hablado, saben que hago aquí.— Se limitó a decir, mostrando que no iba a hacer daño a ninguna de las dos, principalmente porque hacer daño a Astrid no la convenia, no en aquel momento. —He venido a recuperar nuestra familia.— Insistió de nuevo.

—Eso es mucho decir viniendo de ti.— Alegó Klaus confundido burla.

—Marchate de aquí.— Le ordenó Astrid a Taylor haciendo que esta obedeciera la orden de su hermana y se marchara, dejando a los tres Originales frente a la bruja.

—Yo nunca he pretendido hacer daño, solo curar. Como ya he curado a vuestros hermanos Finn y Kol.— Insistió esperando convencer a Klaus y a Elijah, mientras las bombillas empezaban a estallar. —Por vosotros deshare todo lo que se ha hecho en el pasado, y os daré una nueva vida sin la maldición vampirica que, yo, lance sobre vosotros.— Aclaró esperando que tomaran la sabía decisión de cambiar de cuerpo. —Que las dos hermanas os cuenten, a los dos, mi proposición.— Les animo, mientras Astrid mantenía la mirada puesta en ella, mientras cerraba con fuerza su puño, mostrando el incontrolable deseo que tenía por atacarla.

—Te equivocas si crees que aceptaremos una oferta tuya.— Intervino Klaus.

—Oh, de eso nada, Niklaus.— Rió su madre mientras un temblor sacudía la tienda. —Pues llegará el día, mis niños, en que me lo suplicareis.— Garantizó, justamente cuando los cristales de la tienda se rompían permitiendo que un gran número de pájaros entraran, provocando que los tres vampiros se cubrieran el rostro, oportunidad que Esther aprovecho para huir.

✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶

—¿Siempre es tan dramática?— Preguntó Taylor sentándose en el sofá al lado de Astrid la cual estaba dibujando en su cuaderno. —Es decir, es siniestro todo eso de querer reunir a sus hijos, a la familia.— Comentó mientras rodaba los ojos y ponía una expresión de desagrado.

—Bueno esta vez pide que poseyamos un cuerpo, pero la primera vez nos unió a todos como uno para así, si uno moría lo hacían el resto.— La informó su hermana, mostrando que aquella mujer no era confiable de ninguna de las maneras, ya que todo lo hacía con dobles intenciones y aquella era una de ellas.

—¿Lo harías?— Preguntó su hermana refiriéndose a la proposición de la bruja.

—¿El que? ¿Dejar mi cuerpo y poseer otro?— Preguntó Astrid mirándola con una expresión de obviedad, por supuesto quería tener una vida humana, pero no con esa clase de precio. —No creo que a su dueño le gustará. Y por que principalmente tengo un lado de bruja por eso mismo, porque alguien intento controlar mi cuerpo. Creo que paso.— Añadió mostrando que no quería pagar aquel precio, había corrido el riesgo de perder su cuerpo para que le usurpara otra persona, y eso era algo que no la gustaría hacer sentir a alguien extraño.

—¿Pero te gustaría tener una vida humana?— Preguntó Taylor de nuevo, dándose cuenta de que nunca la había preguntado a su hermana si quería volver a ser humana como la pasaba a Rebekah.

—Apenas recuerdo ser humana, Taylor. Llevo toda la vida siendo esto, no conozco otra realidad y aunque sí es cierto que me gustaría la idea de morir, no tomaría esa decisión. No la daría la satisfacción de que alguien más se uniera a su séquito de brujos poseyendo cuerpos.— Respondió su hermana con frialdad y seriedad en sus palabras, pero también segura de que no iba a rendirse demasiado rápido, tenía mucho por lo que luchar. —¿Y tú? Te veo con mucha curiosidad.— Comentó sabiendo que aunque su hermana llevaba siendo vampiro poco tiempo, era evidente de que ya tendría una decisión sobre aquello, aunque pudiera parecer precipitado.

—Mentiría si dijera que no me gustaría, pero no lo haría. Sí soy híbrida, y sí soy un desastre para aprender a controlar mis habilidades, pero eso no significa nada. Ella cree que somos errores que debe de solucionar, ¿pero seguro que todo se acabará si aceptaremos su propuesta?— Comentó mostrando que ella tampoco sentía confianza hacia aquella propuesta que la bruja las había hecho, ambas sabían que había algo detrás de todo ello. —Ella quiere que dejemos de ser inmortales porque nos convierte en asesinos despiadados que podemos no tener sentimientos, pero eso tal vez no cambiaría. Y además, adoro correr transformada en lobo y seguramente no daría la opción de elegir a una mujer lobo, aunque si da a elegir tampoco me quejó si me tocará Katy Perry.— Añadió sarcásticamente, haciendo reír a su hermana por su último comentario, pero dándose cuenta de que Esther tenía razón ambas se parecían en algunos aspectos, pero tal vez el que más la gustaba que se parecieran era en el hecho de que aún siendo híbridas, seguían aceptando y defendiendo su lado de mujer lobo a toda costa.

★★★

He de decir que Esther es muy ingenua al creer que podía convencer a Astrid, sobretodo usando la baza de que podría volver a ser madre.

Ella puede volver a quedarse embarazada, cosa que pasara más adelante, pero eso nadie parece saberlo o ser consciente de ello.

Por otra parte he de decir que su optimismo es sorprendente y su fuerza de voluntad... ya sabemos de donde sacaron sus hijos la cabezoneria.

Aunque encuentro maravillosa la entrada de Klaus, es como ninguna charla con sus padres llega a ser buena, sobretodo con esas dos joyitas.

Con respecto la escena del final..., sí pensé que Astrid meritase aquella opción, a fin de cuentas ella no quería ser un vampiro. Pero tras tantos años... ya no sabe lo que es ser humana, y aunque de alguna forma Astrid llegue a querer morir en realidad la da muchísimo miedo, puesto que sabe que en el otro lado la depara soledad o eso piensa.

Realmente me siento muy emocionada con todo lo que pasa en esta temporada, pero de verdad os digo que estoy deseando llegar a la boda de Hayley y Jackson.

Maratón 5/7

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️

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