—— OLD MEMORIES ——

Mystic Falls, 990 d.C.

—¿Ves al ciervo de allí? Quiero que apuntes en su dirección.— Le indicó Ragnar a Astrid, la cual llevaba de la mano un arco que era mucho más grande que ella.

—¿Porque tengo que aprender a cazar, padre?— Preguntó confundida, ya que tampoco quería herir al animal, no cuando su madre les había enseñado que los ciervos eran criaturas a las que debían de respetar y a las que en ningún momento, bajo ningún concepto, debían de herir.

—Por que quiero que todos mis hijos aprendan a valerse por si mismos en igual medida.— Explicó Ragnar sabiendo que el destino de Astrid era completamente diferente al que sus hermanos iban a tener, ella ya había nacido con un deber únicamente por ser la primogénita.

—Sí le doy le mataré.— Alegó la niña de trece años queriendo evitar hacer daño al animal.

—No he dicho que quiera que lo caces. Aprender donde están los puntos débiles de la presa, donde apuntar o donde saber de qué forma matarla para no hacerla daño, es un conocimiento que debes de adquirir.— Explicó Ragnar sabiendo que sí sus hijos adquirían aquel conocimiento podrían saber defenderse, un animal no se diferenciaba mucho de un ser humano, y en algunos aspectos los conocimientos sobre la caza se podían aplicar en una pelea o incluso en un enfrentamiento o en un entrenamiento.

—No estoy del todo segura de querer hacer esto.— Admitió Astrid mientras mantenía su mirada en el animal, el cual pastaba con total tranquilidad.

—¿Quieres practicar con el arco o quieres estar en casa esquivando los hechizos que tu hermano realiza?— Preguntó su padre haciendo que la joven se quedará en silencio sin saber que podía ser peor. —Se que puedes tener miedo, Astrid, todo el mundo le tiene miedo a hacer daño o a cometer errores, hasta yo tengo ese miedo, pero hay que aprender a convivir con él y hacerle frente.— Explicó el hombre mientras apoyaba su mano en el hombro de la niña, haciendo que esta le mirase con total atención. —Además, mi guerrera no puede tener miedo a nadie. ¿Dónde entonces queda mi Valkiria?— Preguntó haciéndola sonreír.

—No le vamos a decir a madre esto, ¿verdad?— Preguntó Astrid, ya que Carina lo que creía era que Ragnar la estaba enseñando a usar un arco pero no con un punto móvil como era un animal.

—Por supuesto que no, hija mía. Nos mataría a ambos, a mi por enseñarte y a ti por dejarte enseñar.— Sonrió Ragnar mientras los dos reían, sabiendo que nadie escapaba a la cólera de la bruja.

—¿Por qué me enseñais padre? No creo que sea todo por igualdad, por qué entonces Eliana estaría aprendiendo, me enseñaste a agarrar una espada con menos años.— Alegó Astrid dándose cuenta que lo único que su hermana pequeña aprendía era magia, su padre se había negado a querer enseñarla a manejar una espada o aprender a defenderse, y era por eso por lo que Astrid estaba confundida.

—Tu naciste para ser una guerrera, debes aprender manejar tu poder y tu fuerza. No todos los hombres nacen para ser guerreros ni todas las mujeres para ser madres y amas de casa, me gusta pensar que tendréis la oportunidad de forjar vuestro destino de hacer cuanto queráis, de tomar decisiones por vuestra cuenta, sean cuales sean. Incluso de casaros por amor, como tu madre y yo hicimos.— Explicó el hombre sabiendo que su manera de pensar no era muy aclamada por los demás, pero a él le daba igual. Iba a criar y a educar a sus hijos conforme él creía conveniente y sabía que todos tendrían la oportunidad de hacer lo que quisieran, de ser libres, de tomar cualquier decisión y de equivocarse si era preciso.

—A nadie le gusta quienes piensan así.— Murmuró Astrid sabiendo que eso siempre traía problemas, pero nadie se atrevía a llevarle la contraria a Ragnar, porque a parte de haberse ganado el respeto de todos era el guerrero más temido de todos.

—Sois mis hijos y seréis educados como Carina y yo queramos, y cuando tu seas madre harás lo mismo.— Sentenció el hombre con firmeza, sabiendo que siempre Astrid se saldría con la suya, principalmente porque había heredado el mismo carácter que su madre y la misma paciencia que su padre biológico, aunque de Ragnar había aprendido a saber ver cómo era una persona con solo ver su actitud, y esas cualidades aunque la podían traer problemas también la ayudarían mucho en un futuro no tan lejano.

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—¡Soltarme, por favor!— Gritó Astrid mientras forcejeaba con las esposas que la habían puesto para que no hiciera magia. —¡Hacer que pare!— Gritó mientras soltaba un grito de dolor ante lo que Freya la estaba haciendo para que recordará.

—Los gritos se escuchan en todo el complejo, no bromeabas cuando decías que tenía buenos pulmones.— Comentó Taylor a Leonidas justamente cuando dejaban de escucharse.

—¿Has conseguido silenciar el sótano?— Preguntó en ese momento Klaus al ver aparecer a Freya

—Sí, menos mal porque esto nos iba a volver locos.— Admitió la bruja sorprendida de que Astrid no solo fuera capaz de resistir tanto dolor, sino de que fuera capaz de creer que alguien la iba a ayudar con el simple hecho de gritar.

—¿Cuanto tiempo puede llevar?— Quiso saber Leonidas ya que llevaban dos días intentando reparar lo que Dahlia había hecho, y parecía que no estaba dando resultados.

—El bloqueo de Dahlia era fuerte, pero Marcel me ha dicho que así es como Davina la hizo recordar a Camille. Solo hay que esperar.— Les explico Freya sabiendo que debían de tener confianza en que se iba a solucionar, aunque cada día que pasaba y el no haber resultados empezaban a hacer que todos se replantearan si aquel era un método efectivo.

—Bueno, pues tenemos toda una eternidad para desbloquear todos y cada uno de los recuerdos que esa vieja arpía le ha robado a mi hermana.— Sentenció Taylor sabiendo que no iban a descansar hasta que Astrid volviera a recordar quien era.

—No puedo mantener el hechizo constantemente.— Les reveló Freya sabiendo las consecuencias que eso podía traer.

—¿Por qué no?— Preguntó Leonidas confundido, ya que era el hechizo lo único que les podía traer de vuelta a Astrid.

—Por que la puede volver loca, la mente humana es muy delicada, incluso la de un vampiro. Al mínimo error puede provocar que reprima recuerdos, que se vuelva completamente loca o casi lo que podría ser peor, apagar su humanidad para hacer frente al dolor.— Explicó Freya haciendo que Klaus y Leonidas supieran que si aquello último llegaba a suceder tendrían un serio problema.

—Espero que pase cualquier cosa menos el hecho de que apagué su humanidad.— Garantizó Klaus sabiendo que la última vez no terminó nada bien.

—Opino igual que Klaus, la última y única vez que lo hizo estuvo apunto de volverse una destripadora, y en esta ocasión no contamos con la ayuda extra que tuvimos. Ni con Lexi y su plan B.— Les recordó sabiendo que debían de evitar que apagarán su humanidad a toda costa.

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Escocia, 1700 d.C.

—Deberías de aprender a saber diferenciar a un vampiro de un hombre, querida.— Comentó Astrid justamente cuando evitaba que una joven vampiresa la atacará para beber de su sangre.

—Eres como yo.— Murmuró sorprendida al ver lo rápido que se había movido.

—Sí, y también más mayor.— La informó mientras la soltaba, ya que Astrid no era alguien que la gustará hacer daño a los demás.

—Lo siento, no llevo mucho siendo vampiro.— Se disculpó la joven, la cual no parecía ser mucho más joven que Astrid físicamente, tenía el pelo rubio como ella y los ojos de un marrón oscuro.

—Así que neófito...— Observó viendo que debía de ayudarla, no entendía del todo porque había tomado aquella decisión pero sabía que aquella vampira tenía potencial. —Soy Astrid Novawood.— Se presentó mientras estiraba su brazo.

—Alexia Branson, aunque prefiero Lexi.— Se presentó la vampira mientras ambas hacían un apretón de manos en señal de saludo.

—Un placer.— Sonrió Astrid mientras comenzaba a caminar.

—¿No vas a matarme?— Preguntó Lexi confundida mientras se ponía a su lado.

—No me mancho las manos con tanta facilidad, además veo potencial en ti. Tal vez decida ayudarte, tampoco es conveniente para la especie tener por ahí a vampiros inexpertos.— Explicó Astrid con tranquilidad.

—Perdona la indiscreción, pero ¿cuantos años tienes para ser más fuerte que yo?— Quiso saber sin comprender nada de lo que suponía la especie vampirica.

—Cualquier vampiro que sea mayor que tu es más fuerte, en fuerza, velocidad y control mental, aunque eso se puede volver relativo si hay un gran incentivo.— Explicó Astrid mientras las dos recorrían las calles de la pequeña ciudad.

—¿Control mental?— Preguntó confundida.

—Vaya, veo que tengo que enseñarte mucho. Bueno no te preocupes, no eres la primera vampira a la que enseño.— Observó la Original sorprendida de que la vampira no supiera nada sobre sus habilidades, y eso de alguna forma la hizo recordar cuando ella y el resto tuvieron que aprender sobre lo que podían y lo que no podían hacer, donde estaban sus límites y hasta las consecuencias que el vampirismo les había traído.

—Gracias por la ayuda.— La agradeció Lexi sorprendida de que alguien quisiera ayudarla.

—No has de darlas, pero lo primero es lo primero, debemos de encontrar a una bruja para que te haga un anillo de día. Mientras, te iré enseñando a como adaptarte, y a como actuar.— La informó Astrid sabiendo que debía de actuar rápidamente, si la gente veía a Lexi solo de noche deducirian lo que era evidente y ese era un riesgo que no podían correr, por lo menos no la vampira.

—¿Adaptarme? ¿Anillo de día?— Preguntó confundida al no comprender nada de lo que Astrid la estaba contando, ya que para ella todo lo que la estaba diciendo sonaba demasiado nuevo y extraño.

—Para caminar de día bajo la luz del sol, yo tengo uno. Te vendrá bien, eso hará que no haya sospechas sobre tu... condición.— Explicó Astrid mientras la enseñaba el anillo que estaba sobre su dedo corazón. —Y con respecto adaptarte, un vampiro debe de aprender a adaptarse a los cambios de tiempo, a las nuevas costumbres y demás. Debes aprender a pasar desapercibida, eso incluye el cazar.— Añadió sabiendo que eran muchas las cosas que debía de enseñarla a aquella vampira, pero nada era imposible. Además de que si lo hacía era también porque se aburría y ayudar a alguien podía considerarlo un reto, además de que la haría pasar más desapercibida y eso la beneficiaba.

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—Lexi...— Murmuró Astrid haciendo que Leonidas la mirase sorprendido, ya que aquello era un signo de que estaba empezando a recordar, por lo tanto el descanso parecía que la había venido bien.

—¿Te suena ese nombre de algo?— Preguntó Taylor al ver la expresión del vampiro, ya que parecía que aquel nombre le había escuchado por lo que tal vez conocía a la persona a la que la Original había nombrado.

—Sí, fue la mejor amiga de mi hermana. La que la ayudaba a Stefan y la que nos ayudo a traer de vuelta la humanidad de Astrid.— Explicó el vampiro esperanzado.

—Entonces eso es bueno, ¿no? Si recuerda a su amiga, está recordando todo.— Alegó Taylor mientras le miraba, haciendo que Leonidas viera como su cara se había iluminado ante la posibilidad de que ella hubiera recordado todo.

—Vamos a comprobarlo.— Sentenció Leonidas mientras se acercaba a la silla en la que Astrid estaba sentada y atada, todo por la seguridad de todos los que estaban en el complejo. —Ey, hermanita, despierta.— Dijo mientras la zarandeaba, haciendo que Astrid abriera los ojos algo desorientada.

—¿Leo...?— Murmuró confundida al ser incapaz de saber si se trataba o no de su hermano pequeño.

—¿Cómo te encuentras?— Sonrió al ver que parecía que estaba empezando a recordar, o por lo menos a él le recordaba lo que significaba que estaba muy cerca de recuperar todo aquello que la habían robado.

—Dolorida, hambrienta y muy enfadada.— Garantizó mientras abría los ojos por completo, mostrando que estos estaban inyectados en sangre y que sus dientes se habían alargado, haciendo que el vampiro retrocediera asustado, sabiendo que aquello podía terminar con su hermana saliendo fuera del complejo y convirtiendo las calles del barrio francés en un buffet libre.

★★★

Último capítulo de Enchanted y que decir salvo que tenía muchas ganas de estos dos flashbacks.

Antes de nada deciros que el gif está sacado de la serie de Netflix Maldita, y os la recomiendo.

Bueno los flashbacks..., que decir de ambos...

Creo que era necesario hacerlos. La escena con Ragnar... bueno una parte de mi necesitaba mostrar como era su relación, como un paralelismo a la relación entre Mikael y Klaus. Y estoy cien por cien segura de que el resultado no podía llegar a ser mejor.

Por otro lado, el otro Flashbacks, que es una maravilla. Porque todos amamos a Lexi, y creo que era necesario mostrar el como ambas se conocieron, y no os niego que ame hacer esa referencia a como Lexi conoció a Stefan, ya sabéis cuanto me gusta hacer referencias a otras escenas o otras series.

Con respecto a la escena del final... bueno, el hecho de que recuperase sus recuerdos era algo que debía de hacer. No quería alargar aquello por mucho tiempo, y la forma en la que los recuerda aunque puede ser que no llegue a ser lo que esperabais, espero que os haya gustado, por lo menos como penúltima parte del broche final.

Por qué os garantizó de que en el epílogo os tengo reservadas varias sorpresas que se que os van a gustar y de las que estoy orgullosa.

El próximo miércoles publicaré el epílogo de Enchanted y el prólogo de Forever and Always y me muero de ganas.

¿Qué os ha parecido el último capítulo?

Os leo ♥️