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Cueste lo que cueste.

───

El frío viento azotaba mi rostro, últimamente el clima estaba húmedo y gris. Me mantenía atrás del círculo que había entre nosotros, mientras que otros descansaban en los autos que habíamos recuperados, los demás se mantenían aislado. El silencio invadía el grupo y lo único que lo desarmaba eran los llantos de Maggie y de Sasha, de hecho, más de Maggie en estos dos días de la muerte de su única hermana y última familiar. Me sentía entristecida por ella, lucía un terrible aspecto, todos lo lucíamos. La barba de Rick dejaba mucho que decir acerca de esto, la delgadez en el cuerpo de algunos y nuestros rostros aún con tierra de hace días. Me mantenía atrás, la única razón era por acompañar a Maggie, quien estaba aislada incluso de su esposo. No entendía lo que ella sentía, quizás si, pero prácticamente no sabía si mi hermano estaba cien por ciento muerto y eso me hacía entristecer. Nadie podía notarlo, me esmeraba llorando en las noches cuando alguien hace guardia.

Veía en su rostro mucha tristeza, en cómo ni siquiera podía caminar. Podía verlo en su expresión, su forma de andar y como miraba a algún punto fijo totalmente perdida. Me entristecía ver a Maggie Greene así, y realmente no sabía el por qué me sentía así. Más adelante de mi, pude ver cómo esa pequeña mano me saludaba, tan esperanzadora esa bebé que por ella estábamos buscando un buen refugio y ideando planes de cómo encontrarlo. Judith estaba en los brazos de su hermano, de Carl, quien estaba aún lado de su novia con su mano entrelazado. Era extraño como podía sentirme incómoda de verlos de esa forma, era algo que tampoco podía explicar. Aunque Jayden estaba actuando extraño acerca de eso, no quería que tuviera mucha comunicación con Carl, pero era algo que él no decidía. Más adelante de Carl, Natasha estaba ahí, junto a Carol quien la estaba cuidado ya que en algún momento podría dar a luz y me aterraba que lo hiciera en estas circunstancias.

—Déjame ayudarte, yo lo cargo.—me referí a Maggie, quien alzó su mirada dejándome ver sus hinchados ojos, ella negó ante pedirle que me dejara cargar su mochila. Pues lo único que cargaba en mi espalda era un arma que Sasha me había dado para que le guardara, le pertenecía a Bob y si prendíamos una caminata no querría que se cansara.—Por favor... —le susurre, ya que desde que había llegado a este grupo con quien único he podido hablar sin tener timidez es con ella, aunque poco a poco he logrado soltarme con los demás.

—No te preocupes, yo lo hago.—me dijo, mientras que giré viste al frente, cruzando una mirada llena de lentitud con los azules ojos de Carl. Este se quedó observando a Maggie, pero cruzó mirada conmigo más de cinco veces.

—Maggie, no estás sola, déjame ayudarte.—deje de observar a aquel chico del sombrero de alguacil, para así, obtener en mis manos la mochila de Maggie. Ella me dejo ver una sonrisa esforzada en su rostro, solo quería ayudarla.

—Es cerca de aquí ¿vez? Se puede ver, podríamos ir a revisar, quizás ver si pueden encontrar algo que les facilite.—la voz de aquel moreno llamado Noah, un nuevo integrante quizás de la edad de Nate, resonó en el lugar. Este le hablaba a Rick y Daryl quienes estaban delante de él. Todos disminuyeron el paso ante Rick dar una seña para detenernos.—Debe haber una que otra camioneta, Rick.—añadió Noah.

—Está bien.—aceptó Rick, ya que el lugar que se veía no tan lejos de nosotros era un tipo de urbanización, ahí pertenecía Noah.—Me llevare algunos, la mitad se quedará a descansar y coman lo mínimo.—advirtió Rick, mirándonos a todos.—Michonne, Glenn, Tyresse, Daryl. Acompáñame, los demás se quedan. Abraham, Carl, pendientes al walkie-talkie.—ordenó Rick, pero yo quería ir, sentía necesidad de hacer algo; de ayudar, de soltarme un poco.

—Yo iré, solo quiero ayudar, no les vendría mal una mano más.—ni siquiera permití que Rick decidiera cuando decidí ponerme aún lado de Glenn, los azulados oscuros ojos de mi líder me observaron y me asintieron, a lo que me sentí súper cómoda con eso.

—Papá.—Carl lo llamo, dándole una seña de él poder ir, algo que me sorprendió lo suficiente. Aunque Rick tan solo le dio negación para que se quedara cuidando a su hermana, algo que Rico respeto.

—Ten... —le dije a Maggie, dándole de vuelta su mochila, a lo que ella me dio una corta sonrisa y yo si le sonreí.

Dirigí mi mirada al redondo vientre de mi hermana, ella me miraba y tan solo la evadí. Al igual que a Jayden, quien tenía una mejilla hinchada aún por el golpe que Carl Grimes le había proporcionado. Aunque me mantuve en aislamiento, no tarde en querer montarme en la camioneta, dispuesta a acompañar a los demás hasta donde Noah había crecido; no estaba tan lejos que digamos. Así que me monte en la camioneta, mientras que nos dividíamos para emprender un corto viaje.

• • •

—¿Donde estamos prácticamente?—le pregunté a Rick, quien veía el lugar, alerta. Nos empezábamos a alejar de la camioneta y nos veíamos muy observadores del desierto lugar.

—Virginia.—me respondió, no seco, ni cortante. Se vio incluso con confianza sobre mi.—¿Por qué no te quedaste con los demás?—me pregunto, a lo que me encogí de hombros.

—Quería ayudar, todos estamos cansados y no quería quedarme allí si podía ayudar aquí. Más manos para agarrar.—dije, a lo que este me observo y me sonrió. Mientras ambos caminábamos juntos, alertas.

—¿Cuantos caminantes has matado?—mire a Rick alto confusa ante su pregunta, fue bastante extraña, era lógica que había matado una docena quizás a lo que respondí.

—Una docena, quizás.—le dije, confusa y hablando con más confianza junto a él. Mientras que Glenn y Daryl, quienes se mantenían más cerca de nosotros se miraron ante eso.

—¿Cuantas personas has matado?—alce una ceja, preguntas bastantes lógicas, en este mundo la mayoría había asesinado a alguien y en este caso, solo había sido capaz de matar a mi mamá.

—A una... —susurre, vi como su expresión cambió y quizás se recordó de la historia que mi hermana le contó a lo que pude ver que se arrepintió de haber hecho su pregunta, pero este solo me sonrió.

—Ya eres parte de nosotros.—dijo, mientras que me quede parada viendo como él y los demás veían el muro frente a nosotros y un gran portón, cerrado.—Bien, parece todo desierto.—hablo, mirando el lugar.

—Podemos pasar el muro, pueden darnos impulso a mi y a Aliana. Abrimos el portón y ustedes entran.—opinó Noah, a lo que asentí sin molestare ante su petición.

—Bien, Aliana, tú primero.—musitó Tyresse, maldita sea... porque era mujer. Asentí.

Me fui acercando al muro, algo tensa por saber lo que podía encontrar allá adentro. Tyresse cruzó sus manos, para que mi pie izquierdo pusiera todo su peso ahí y él pudiera elevarme hacia arriba, me senté en el muro y no tarde en pasar al otro lado. Caí con sigilo y quede algo aterrorizado con el lugar, estaba desierto y muy lleno de polvo, era como ceniza. Dirigí mi mirada al portón, viendo así como detrás de mi Noah cayó del muro. Notando que el portón estaba cerrado, ambos, con sigilo fuimos acercándonos al portón y observamos el lugar para así poder darle paso a mis compañeros de que pudieran entrar por ahí; ya que pensábamos que estaba cerrado, pero fue lo contrario. La puerta provocó un pequeño chillido, totalmente molestoso para nuestros oídos y aunque el lugar parecía desierto, el olor a muerto nos daba una gran alerta de que habían caminantes en el área. Rick, al igual que los demás se vieron algo desconcertados con el lugar.

El mismo Noah mostró inseguridad, no quería imaginarme lo triste que se sentiría... no quería imaginarme que su familia no lo hubiese logrado, aunque todas las señales nos conducían a eso. Su rostro parecía revelar que él se estaba preparando mentalmente para sentir el gran tajo en su corazón ante saber la terrible verdad, de que estaba solo. Mi pierna golpeó con fuerza la rodilla de aquel caminante que se acercó a nosotros, cayendo así aquel pudrido de rodillas y dándome ventaja de poder incrustarle mi navaja con mango negro, en su cráneo. Los demás se me quedaron viendo, estaba siendo de ayuda, supongo. Rick dio señales, enviándome a mí así con Noah, Tyresse y Glenn. Mientras que él, junto a Michonne y Daryl se encargarían de revisar todo el perímetro e incluso algunas casas. Mientras que mi grupo, se encargaría de ir a la casa de Noah, quien según el moreno; estaba delante de nosotros. Mi arma estaba apuntando al perímetro donde estábamos caminando, estaba en el aire mientras que visualizaba el desierto lugar con algo a quedado e incluso, a muerto. Glenn estaba puesto a mi lado, algo alerta mientras que Noah parecía ir con cierta prisa a su casa. Queriendo observar todo a su alrededor

—Escuche lo que le dijiste a Maggie, quiero agradecerte por eso.—aunque no era un buen momento para una charla, el coreano a mi lado intento sacar un tema para no tener que mantenernos tenso ante esto.

—¿Sobre que?—le pregunté algo olvidadiza, viendo así como Noah y Tyresse, remataban a los caminantes que interfirieron en mi camino... parecían quemados.

—Le dijiste que no estaba sola y eso sin duda no la sano, pero sería una mejoría.—me explico, mientras que delante de nosotros, la puerta de la casa de Noah, la cual parecía abandona y luciendo un mal aspecto; fue abierta.

—No agradezcas, ella me hizo parte del grupo desde el día uno.—dije, notando el extraño aspecto que coloco Ty en su rostro ante entrar a la casa de Noah.—Todo está muy callado... no me agrada.—dije en voz baja, bajando mi arma y viendo dos cuerpos calcinados en un sofá.—Por Dios... —susurre ante el olor y saber que debían ser los padres de Noah, ante ver cómo su rostro se transformó en tristeza y incluso, con aspecto de llanto.

—Amigo... —susurro Tyresse, llevando su mano al hombro del chico quien estuvo cabizbajo, viendo así como los cuerpos se empezaban a reanimar.—Yo lo hago, yo lo hago.—dijo mi amigo, sacando su navaja mientras que Noah parecía aturdido ante lo que estaba observado, era como si no lo estuviera procesando bien.

—Revisaré en la otra casa que se puede encontrar... —susurro Glenn, alejándose de nosotros mientras que Noah, entre lágrimas salía para afuera.

—Quemaron todo... no dejaron a nadie vivo.—dijo Tyresse, incrustando la navaja en los cráneos de los parientes de Noah quienes parecían reanimarse, pero ya no. Mientras que observe los cuadros de fotografía en las paredes.—Subamos, vemos qué hay y si no hay nada, volvamos abajo a buscar provisiones.—me propuso.

—Esto está tan desierto que me da miedo.—le confesé, guardando mi arma, viendo así como se me adelantó, subiendo las escaleras.—Esto debió ser un completo caos aquí, estás personas... debieron sentir más que dolor.—le dije, ya que los caminantes de afuera y los que encontramos aquí que parecieron ser los papás de Noah... estaban como que quemados.

—Yo estuve todo ese tiempo en un búnker.—dijo, subiendo las escaleras con sigilo mientras que yo detrás de él, veía aún los marcos de fotos.

—Yo salí de Atlanta, lo más rápido posible. El esposo de mi vecina era militar y nos alertaron absolutamente todo, cuando todo el caos estaba empezando, ya yo había logrado salir de la ciudad cuando la bombardearon... pero se expandió con suma rapidez. No pase de Texas, así que con el tiempo regresamos.—le dije, subiendo ya a la segunda planta y viendo las habitaciones abiertas, y todo en silencio.

—Solo se escuchaban los sonidos, las sacudidas... no sabré cómo explicar cuantos gritos se escucharon.—su voz fue en un tono bajo, entrando así a una calurosa y vacía habitación. Parecía de ser de algún infante o adolescente.—Revisa las otras... —se quedó mirando como que perplejo, él estaba algo desorientado, se veía raro. Asentí.

Fui observando la habitación, mientras que me dirigí así a salir por la puerta abierta. Al momento de salir mi corazón sintió un apretón al no presenciar tal acto, lo único que mi boca pudo transmitir ante el susto fue un maldigo. Mi cuerpo se desvaneció por las escaleras, rodando con el caminante que había cogido mis brazos para apegarme a él pero no funciono, ambos caímos por las escaleras. Mi boca transmitió quejidos de dolor y quede algo mareada cuando llegue a la primera planta, desorientada y con un fuerte dolor en la cabeza y espalda. Solo quería buscar mi navaja, aunque luego de esto los gritos en la parte de arriba empezaron a escucharse. Nerviosa y asustada ante la presión que sentí, con rapidez dirigí mi mano a mi arma. Sintiendo las manos del caminante agarrar y querer guayar mi pierna. El apretón que sentí en mi tobillo me incomodó demasiado, así que empecé a gritar el nombre de Tyresse pero no escuchaba respuesta de su parte. Maldije, llena de nerviosismo. Mi bala explotó el cráneo del caminante delante de mi, un caminante de tez morena y se veía joven... era un Niño, por Dios...

Quede asombrada, e incluso algo dolida. Fui levantándome poco a poco, sintiendo un terrible dolor en mi espalda. Subiendo con rapidez cómo pudiese las escaleras hacia arriba, sintiendo también incomodidad en mi tobillo ante el apretón que ese caminante le dio a mi tobillo. Me aguante de la baranda y logre llegar a la segunda planta. Observando así un charco de sangre cuando entre a la habitación, entre confusión y temor, observé a Ty aguantando su brazo... haciéndole presión para que no siguiese desangrándose. Me dirigí a él, llenando mi ropa de sangre... con mi navaja no iba poder cortar su brazo así que lo ayude a hacer presión. Y no tarde en gritar, en empezar a gritar al escuchar la puerta de abajo resonar con fuerza. Sabía que mi disparo los alertaría, porque cuando Rick y los demás se pararon en la puerta y vieron lo que estaba pasando, no tardaron en tomar acción. Me aleje un poco, dándole espacio a Rick quien no tardo en darle una terrible orden a Michonne.

Tyresse no parecía estar ahí con nosotros, ni siquiera estaba quejándose y más ante la fatal decisión que a Rick le tocó tomar en un instante. Sostuve el brazo de Tyresse, alargándolo con fuerza, para que la filosa katana de Michonne hiciera su trabajo. Giré mi rostro, sintiendo náuseas cuando así Tyresse pareció reaccionar. Michonne empezaba a cortar su brazo con dificultad, solo Dios tres golpe y nuestro amigo quedó sin brazo. Lo único que mi mente transmitía era a Sasha, no... él no podía morir también. Me encargué de junto a Glenn y Daryl, ayudar a bajar a Tyresse mientras que hacían con rapidez los movimientos. Ya me encontraba sudando, cuando me resbalé ante sentir un terrible dolor en mi tobillo. Maldije en voz alta, sintiendo como sin mi permiso y consideración, ya que quería ayudar a Tyresse, Michonne llevo mis brazos a su hombro. Ella me dio fuerza para empezar a caminar con ella cuando estaban en busca de la camioneta que nos trajo, ellos querían avanzar. Mientras que Noah, llegó detrás de nosotros con pañuelos y toallas. Los caminantes que no habíamos alertados, se alertaron por tanta agitación y gritos de Rick para que avanzáramos al empezar a ver cómo Tyresse estaba apunto de quedar inconsciente.

—¡Michonne!—grito Rick, para que la espada de nuestra morena amiga atravesara la cabeza de los caminantes que se pusieron delante de nosotros, pasándome así a Rick quien me acudió para que emprendiera caminata ante mis quejidos.—¡En la parte de atrás, en la parte de atrás!—gritó Rick, mientras que Daryl y Glenn, abrieron la parte de atrás de la camioneta, montando a un Tyresse ensangrentado.

—Aliana, ayúdalo.—la voz de seriedad de Daryl y con algo de agitación, aclamó a mi. Mientras que me monte con Ty y Noah en la parte de atrás, sujetando su brazo para que dejara de derramarse sangre mientras que Rick aceleró al instante de montarse. Mientras que Glenn y Daryl, se montaron en la otra camioneta que ellos vinieron, mientras que Michonne se quedó en la parte delantera con Rick, observando todo el acto.

—¡Tyresse aguanta!—le pedía Rick, mientras iba al volante y yo tan solo intentaba de que la sangre no siguiera derramándose, la toalla estaba llena de ella pero podía aguantar más.—¡Sasha te necesita, aguanta amigo!—clamaba Rick para que este aguantara, pero parecía estar ya acabado su vida y eso empezaba a darle punzadas a mi corazón.

—Esto fue mi culpa... mi culpa.—era lo único que susurraba Noah lleno de lágrimas. Sollozando mientras que me ayudaba a sostenerle las toallas en el brazo cortado de Ty, para que no saliera más sangre.

—Carol, Carol. Si me escuchas, necesito que lleves a Sasha, Carl y Jayden, junto a Camila y Judith lejos de donde están establecidos. Ellos no deben ver lo que va pasar cuando lleguemos, repito. Saca a Carl, Sasha, Jayden y Camila junto a Judith lejos de donde están establecidos.—Rick hablaba por su walkie-talkie, repitiendo una y otra vez sus palabras.

—¿Rick? ¿Qué sucede? Cambio.—le hablo Carol a través de la línea.

—¡Aguanta un poco más, por favor!—gritaba, desesperada por tanta tensión y nerviosísimo, pero solo me quedó ver cómo él cerraba los ojos y su mano, cayó, dando la señal de que había muerto y con total rapidez, mis nudillos dieron un fuerte golpe a la ventana de cristal.

—Tyresse... ha muerto... cambio...

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