𝟎𝟖

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❛El héroe más grande de todos.❜
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¡Es una noche lluviosa, con una tristeza e impotencia inexplicable!—decía la reportera, empapada.—¡Se desconoce aún las razones, pero se ha llevado una pelea devastadora en la zona norte de la ciudad!—añadía, señalando los escombros.

¡El profesional y superhéroe Thundermen fue enfrentado por el símbolo de la paz All Might luego de la masacre llevada a cabo con una línea nueva de héroes!—esclarecía otro reportero.—¡Aún se desconoce las causas!—exclamo, sin poder creerlo.

¡Thundermen se encuentra desaparecido luego del incidente de esta noche, las autoridades no dejan de buscar su paradero, ni el de su presunto hijo de diecinueve años quien es sospechoso, Naoto Nakamura!—respire hondo, cambiando el video.

¡Luego de llevar años de esperanza a nuestras puertas, el ex héroe ha sido enmarcado como uno de los villanos más buscados por el país, Thundermen representa una amenaza para las personas!—expresaban.—Su esposa, la superhéroe Illusion se ha negado a hablar con las autoridades. ¿Será que ella conoce el paradero de su esposo e hijo?—cerré la ventanilla del buscador, dejando mi habitación en un gran silencio.

Restregué mis ojos. No podía dejar de mirar la computadora y escuchar los sucesos de ese día. Llevaba horas frente a mi computadora sin poder dejar de buscar más y más cosas que pudieran acercarme más a lo que sucedió ese día. La cabeza me dolía, pero aún así era incapaz de desistir. Sentada en mi silla giratoria, me giré para levantarme y aléjame del escritorio. Me encamine hacia la salida de mi habitación, oyendo a mi madre en la cocina. Abrí la puerta y salí al pasillo. Me asomé, observándola cocinar para así, devolver mi mirada hacia aquella habitación que había estado cerrada por cuatro años. Mis pasos fueron sutiles y inaudibles. Lleve mi mano hasta la manecilla y abrí la puerta, adentrándome no tarde en cerrarla. Si no fuera por la cortina media abierta, habría una gran oscuridad en esta habitación. Encendí la luz y me quede detenida en seco por un momento. Nunca me atreví a entrar. No era por evitar abrumar a mi madre, era por el hecho de que mi hermano nunca me dejó entrar. Camine acercándome hasta su escritorio. Ya no oía su voz, ya no lo oía a él. Era como si se hubieran ido, pero era incapaz de aceptarlo.

Naoto no estaba muerto, mi padre tampoco. Me senté en su cama, recuerdo verlo siempre estar en su computadora, charlando y hablando. Cuando lo descubría, me cerraba la puerta en el rostro y me impedía pasar. Nunca supe su despego, tampoco su odio hacia mi, solo se que me sentí mal cuando supe que se fue, porque una parte de mi se sentía aliviada y otra culpable de sentirlo. Estire mi mano hacia su mesa de noche. Abrí la gaveta donde observe una foto, la cual recogí en mis manos. Había una chica de cabello negro y ojos morados. Ella sonreía mientras abrazaba a mi hermano, él tenía los ojos rodeados, pero igualmente la abrazaba de lado. Yo no reconocía a esta chica, tampoco la había visto nunca. Cuando la giré, observe que había un nombre enmarcado. "De tu querida Liz". Releí para mi, volviendo a girar la foto para verla a ella. Fruncí el ceño. Su computadora aún yacía ahí, pero sería imprudente encenderla para buscar. Debía tener contraseña. Me levante de la cama para acercarme al escritorio y ver un portafolio, el cual abrí con prisa. Su anuario escolar estaba ahí.

—Ella no está aquí.—indique en un tono alto cuando no la vi en el anuario, hasta que levante la mirada y observe una nota pegada en aquel viejo calendario.—"Muerte de mi Liz Ito".—abrí mis ojos grandemente, di pasos para atrás y solté una bocanada de aire cuando mi celular empezó a vibrar.—¿Deku?—lo llame cuando acepté la llamada, mirando esa nota.

—Disculpa que te llame sin avisar, es que no hemos hablado desde que descubriste lo de mi don.—dijo a través de la llamada.

—No estoy molesta contigo, si es lo que te preocupa.—esclarecí, cabizbaja.—¿Como está tu brazo?—le pregunté.—Es la primera vez que hablo con un chico por celular.—añadí, sonriendo apenada.

—¡Está mejor, gracias por preguntar! RecoveryGirl es increíble.—respondió animado.—Aún así, me gustaría poder hablar con mi amiga. Por favor.—pidió, no se oía desesperado, tampoco triste, pero sentía que era un llamado de auxilio.

—Estás en mi puerta. ¿No es así?—me pregunté, frunciendo el ceño, oyéndolo reír pasmado.—Deku.—le llame, pero él me enganchó rápidamente, si aún así no aceptaba, él me iba esperar detrás de la puerta hasta que decidiera salir de aquí.

—¿Vas a salir otra vez con las chicas de ayer? ¡Eran muy tiernas!—se preguntó mi madre cuando me vio sobresalir del pasillo, aunque llevaba una ropa casual, ella sabía que no saldría despeinada.

—A abrirle la puerta a Deku. Me acosa.—respondí cortante para abrir la puerta y ver a Deku sonreírme.

—¿Deku? ¿Eso no es un insulto? ¿¡Te acosa!?—se preguntó mi madre, abrumando su mente con tantas preguntas.

—¡¡No!!—denegó rápidamente Deku, pasmado y apenado.—¡¡Es mentira, lo juro!!—añadió, entrelazando sus manos.

—Kai deja de molestar a este niño, por favor.—pidió mi madre, dándome un golpe leve en mi nuca que hizo a Deku casi escupirme en la cara por su deseo de reír.

Mi madre insistió en que primero cenáramos, así que lo hicimos. Otra vez tuve esa cálida comida que no tenía hace mucho, otra vez alguien me acompañaba en aquella mesa de comedor. Mi madre sabía entablar correctamente una conversación, lo asombroso de esto, era que ella también sabía lo que Deku ocultaba bajo esas pecas. No me molesto. Jamás, pero jamás hubiera imaginado la verdad detrás de su gran don. Recogimos la mesa, también ayudamos a mi madre a ordenar los platos. Luego de eso subimos a la azotea, solo Deku y yo, como cuando vino agradecerme por haberlo ayudado en el examen de admisión. Pero no fue así, yo no lo ayude. Él lo hizo solo por sí mismo. Era fuerte, quizás All Might vio algo en él que no logre ver cuando lo conocí. Solo veía a un niño tirado en el charco, siendo acosado con su cabeza baja. Era un reflejo de lo que fui después, todos me señalaban y me era incapaz de mirar hacia arriba sin sentirme intimidada. Él y yo no éramos tan diferentes, quizás por eso nos entendíamos un poco y nos sentíamos seguro si nos sosteníamos el uno con el otro. Se sentía como eso que tanto quise con mi hermano, ese apego que nunca me dio, ni ese cariño.

—Entonces eres el sucesor de All Might. ¿No es así?—le pregunté para romper el hielo, cuando noté lo tímido que estaba.

—Si, así es.—respondió.—Es como un sueño hecho realidad.—añadió, sonriendo de lado.—Lamento no habértelo contado antes. Era un secreto que no le había dicho ni a mi madre.—comentó Deku, abrazando sus rodillas.

—Entiendo.—esbocé yo, abrazando mis rodillas también.—No le dire a nadie. Si es por eso que estás aquí.—afirme, buscando su mirada.

—Se que no. Ambos sabemos que no lo harás.—expresó, evadiendo mi mirada.

—¿Qué tienes entonces?—me pregunté desconcertada, sin entender su actitud tan apenada de repente.

—Yo nací sin un don.—contó, aunque era algo que sabía, lo recitó de manera impotente.—Y nadie tenía esperanzas en mi. Ni siquiera mi madre.—añadió, levantando la mirada para hacerme ver sus ojos humedecidos.—Jamás creí poder tener uno y ahora que lo tengo, no dejo de tener tantas dudas y tantos miedos.—articulaba, frustrado.

—¿Por qué no puedes controlarlo?—le cuestione, mirándolo detenidamente.

—Exacto.—afirmó él, asintiendo.—Mi cuerpo no tolera el One For All—añadió, haciéndome abrir los ojos.—¿Qué? ¿Mucha información? ¡Lo siento!—exclamó rápidamente.

—No puedo creer que tengas el One For All.—musité, recostándome en el suelo para ver los colores de la noche asomarse.

—Si, yo tampoco.—respondió él, acostándose también a mi lado.

—¿Como fue? Ósea, ¿como conociste a All Might?—le pregunté, curiosa.

—De verdad no es tan asombroso si lo cuento yo.—indico.—Un día salí de la escuela y un villano me atrapó.—contó.

—¿Ibas a morir?—le interrumpí curiosa, notando sus ojos en blanco por eso.

—Si, pero él llegó. All Might me salvó con una sonrisa.—volvió a recitar, sonriendo.—Pero incluso antes de eso, yo quería ser como él. Quería ser el héroe más grande de todos, que pudiera salvar a todos con una sonrisa. Por eso no pude dejar pasar la oportunidad, pero él también me dijo que no podía ser un héroe.—admitió con tristeza, mientras veía el cielo.—Hasta que ese villano que me atrapó... atrapó a Kacchan, y yo me entrometí, sentí que fue mi culpa que se le haya escapado a All Might, así que él vio en mi la esencia de un héroe y me entreno muy fuerte.—añadió.

—Parece una historia sacada de algún cómic.—volví a interrumpir, observando las estrellas con detenimiento.

—¡No es así, lo juro!—exclamo, mirándome.—A All Might no me queda mucho tiempo. Ya no puede pelear como antes, por eso estaba buscando un sucesor.—explicó, apenado y entristecido.—Eso es lo que me preocupa, que no cumpla sus expectativas.—esclareció más honesto, mirando las estrellas.

—Escucha.—le pedí, mirando yo igualmente las nubes y las estrellas.—No puedo decirte lo que debes hacer para convertirte en un gran héroe. All Might vio esa esencia en ti, significa que es porque puedes serlo. Se que es muy difícil creer en ti mismo cuando has tenido tantas piedras en el camino, pero se que puedes hacerlo.—afirme.—Puedes ser un héroe. El héroe más grande de todos, Izuku.—añadí, notando que esas palabras parecieron moverle sus emociones, pues sus ojos se humedecieron.

—Tú eres una buena amiga. Muchas gracias.—expresó él, limpiando sus ojos.—De hecho, eres mi primera amiga.—añadió, bastante sentimental y apenado.

—Ven, hay algo que quiero mostrarte.—le pedí, levantándome del suelo para extenderle mi mano y animarlo.

Él me miró desconcertado. Sostuvo su mano con la mía y continuó restregando sus ojos llorosos. Era de noche, probablemente salir era peligroso, pero había algo que quería hacer, algo que yo no hacía hace mucho y que para mi era divertido. Corrimos por toda la acera, la playa no estaba tan lejos de aquí y aunque como dije anteriormente fuera peligroso, tenía que mostrarle a él eso. Él corría detrás de mi, confiando ciegamente al punto donde le llevaría. Nuestros zapatos tocaron rápidamente la arena pesada que se levantó del suelo. Se veía extraordinario. La luna reflejada en el mar, alumbrando con las estrellas toda la hermosa esencia de la playa presente a nosotros. Si él quería ser un héroe, tenía que confiar en sí mismo. Confiar que podía hacer las cosas, incluso teniendo ayuda. Eso era lo que me decía mi padre, él siempre supo que quería ser una profesional y salvar vidas. Creo que por eso me es incapaz de tolerar sus acciones sin que me duela tanto. Respire hondo, quitándome mis zapatos para sentir la arena. Que bonito era estar aquí, después de tanto tiempo sin haber venido, era un privilegio. Que bendición.

¡Papá espérame!—me oí, así que cuando giré mi mirada, observe cómo una pequeña yo corría hacia los brazos de su padre, quien la recibió.—¡Papá!—ese recuerdo se tornó grisáceo, viéndome estirar mi mano hacia mi padre cuando se iba por esa puerta que nunca volvió.

—¿Qué hacemos aquí?—preguntó Deku, buscando mi mirada afligida a los recuerdos borrosos que aún abrazaban mi frágil corazón.

—Mi padre me traía aquí cuando era niña.—comente, viéndolo de reojo bajar la cabeza apencado ante eso.—Él siempre quiso enseñarme a confiar en mi misma, pero he fallado con los años. Tampoco controlo mi don, pero eso no significa que debamos dejar de confiar en que lo haremos un día.—articule, adentrando mis pies a la orilla del agua.

—Tienes razón. Nunca podré controlar este don si no puedo creer en mi.—afirmó Deku, viéndome poder caminar encima del agua.—¿¡Qué!? ¿¡Puedes hacerlo también aquí!?—se cuestionó, mirándome asombrado.

—Antes no sabía cómo hacerlo. Pero lo logré, porque practiqué y creí en mi. Fue difícil, solo necesitas confianza y apoyo.—esclarecí, girándome para que me viera.—Controlo el agua, mi otra mitad el hielo y si coloco mi voluntad, puedo endurecer el hielo en forma de cristalino.—detalle.—¿Alguna vez has querido caminar sobre el agua?—le pregunté, él asintió rápidamente.—Ven.—pedí.

—¡Pero es imposible!—exclamo, dudoso y retrocediendo en cuanto me acerque.

—¡Vamos, no seas cobarde!—pedí nuevamente, rodeando los ojos cuando retrocedió más.—Solo dame la mano.—insistí, sostuve su mano y cuando dio el primer paso conmigo, se quedó encima del agua.

—¡Es increíble!—anunció emocionado y sonriendo.—¿Tú padre te enseño hacerlo? ¡Pero si no controla el agua!—decía, confundido en su cuestionamiento.

—Mi padre siempre me daba apoyo. Incluso aunque él no pudiera tener mi don, él esperaba que yo lo pudiera lograr.—no me di cuenta que mis ojos se humedecían, viendo a Deku mirarme con demasiada tristeza.—Se que él no era mala persona. Tampoco fue mal padre, así que espero al menos honrar lo que me enseñó.—añadí, conteniendo mis lágrimas.

—¡Estoy seguro que lo harás, joven Nakamura!—me sobresalte, Deku y yo caímos al agua en cuanto me desconcentre, mojándonos cuando oímos la voz de All Might.—¡Los he estado buscando!—añadió, con esa gran sonrisa se acercó a nosotros y nos levantó del agua para llevarnos hasta la orilla.

—Lo siento, ¡lo siento! Mi celular se descargo.—justifico Deku rápidamente, mientras que bufé cuando toda mi ropa se llenó de arena.

—¡Joven Midoriya y joven Nakamura!—nos llamó, poniéndose a nuestra altura.—¡Es peligroso estar a estás horas de la noche afuera!—esbozo, hasta que un vapor lo rodeó y todo su cuerpo desapareció.

—¡¡Ah!!—grite, mi puño se congeló hasta endurecerse y dirigirse hacia el abdomen de aquel hombre delgado y con un aspecto horrible.

—¡¡No!! ¡¡Es él, lo juro!!—excuso Deku, separándome de aquel hombre.—¡¡Es su forma cuando no está absorbiendo la energía de su don!!—dijo, mientras que miré abrumada los decaídos ojos de aquel hombre.

—Se ve... ¡se ve horrendo!—acuse, señalando a All Might quien bufo u me miró con demasiada vagues, parecía un perezoso.

—Solo quería agradecerle por guardar silencio. Esto es un secreto que no debe ser expuesto, Kailani.—abrí mis ojos grandemente cuando por primera vez alguien nombró mi nombre sin abreviatura.

—¿¡Kailani!?—se cuestionó Deku, mirándome desconcertado.—¡¡He vivido toda mi vida engañado!!—añadió, cubriendo su boca.

—All Might me conoce desde que soy pequeña. Evidentemente sabe mi nombre real, pero como todos me llama por mi apodo.—justifique.—No le digas a nadie que me llamo así, no me gusta.—indique.

—¿¡Por qué!?—se cuestionó Deku rápidamente.—¡¡Es muy bonito!!—añadió, sonriendo mientras que yo sacudía aún la arena de mi ropa.

—Eso no tiene importancia.—indicó All Might, su sonrisa ya no yacía y parecía bastante frío, incluso serio de lo que usualmente no era.—No vine aquí solamente para eso.—afirmó, haciendo que Deku y yo lo miráramos.—Fui a tu casa y afuera en la puerta encontré esto.—extendió su mano hacia mi, para hacerme tensar.—Léela.—pidió.

—"Cerca."—leí, Deku me miró fijamente, esperando que reaccionara ante esa postal que All Might me dio.—¿Por qué usted me la entrega a mi y no a mi madre?—le cuestione.

—Porque se de quien es la letra.—afirmó él, haciéndome leer repetidas veces la postal.—Y porque yo también estoy buscándolo.—expresó, haciéndome abrir los ojos grandemente.

—Pero, si usted estuvo el día del incidente. ¿Por qué quiere hacerlo ahora? Han pasado cuatro años.—indicó Deku, para ver a All Might sacar otra postal de su bolsillo trasero.

—Recibí la misma postal, hace unas semanas.—respondió, sin mostrarla, tan solo me miró fijamente, esperando una respuesta.—Además, yo no puedo decirle a Kai lo que sucedió ese día. No me corresponde.—esclareció, girando su mirada a Deku.

—¿Por qué buscaría a mi padre si se convirtió en un villano y mato a sus compañeros?—le cuestione a All Might.—¡Usted también lo cree!—exclame, precipitándome.—¡Usted cree que él es inocente!—añadí.—Dígame por favor, ¿por qué de verdad quiere buscar a mi padre después de tantos años?—volví a preguntarle, mirándole detenidamente.

—No puedo ser un héroe, si no puedo salvar a un amigo.—musitó, mientras que la brisa del viento nos abrazó a los tres.—Busquemos a tu padre.—expresó.

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