CAPÍTULO UNO:
CARTA DE HOGWARTS
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LA VERDAD, ALEX RIDDLE no recordaba mucho de antes de los once años. Quizás eso se debiera principalmente a que todo lo anterior era un infierno. Bueno, todo lo que vino después de eso también fue así. Alex Riddle, cuyo nombre de nacimiento es Alexis, nació el 19 de febrero de 1980. Su nacimiento posiblemente podría haber sido una de las cosas más espantosas para cualquiera en el Mundo Mágico. Nació de dos de los magos oscuros más vivos. Tom Riddle, más conocido como Voldemort y Bellatrix Lestrange. Su madre estaba casada y fue un accidente.

Ella fue un accidente.

No estuvieron mucho tiempo, Bellatrix fue a Azkaban aproximadamente un año después de su nacimiento, y Tom simplemente desapareció. Lo que dejó a la pequeña con sus padrinos Narcissa y Lucius Malfoy. Los Malfoy tuvieron un hijo, Draco, de aproximadamente la edad de la joven.

Eran inseparables al menos mientras crecían. Todo cambió, la gente cambió y sus vidas cambiaron.

Ahora Alex odiaba todo lo que estaba destinado para ella. No estaba de acuerdo con nada de lo que decía nadie de su familia, al menos no todavía. Matanzas, marcas oscuras, tortura, todo era demasiado.

Alex iba a empezar a asistir al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en unos meses. Pero todavía necesitaba una carta. Draco había recibido la suya hacía 2 semanas, del cual nunca dejaba de hablar.

Alex estaba sentada en la cocina, con las piernas balanceándose desde la silla de la isla. Draco estaba a su lado, comiendo unas patatas fritas. Su cabello era castaño, con un tinte rojo bastante grande. Tenía unos ojos de un azul brillante y era baja, como cualquier niña de once años.

"Alex, querida", dijo su tía Narcissa desde la otra habitación. "Creo que recibiste algo de correo".

Alex supo de inmediato lo que esto significaba. Su carta, su carta de Hogwarts. Saltó de la silla, tropezando en el proceso, lo que provocó una carcajada de Draco.

La llevaron rápidamente con su tía, quien le entregó la carta. "Gracias", dijo suavemente, rompiendo la carta. Lucius la estaba mirando desde el otro lado de la habitación.

Ella lee:

Estimada señorita Riddle: Nos complace informarle que ha sido aceptada en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Adjunto encontrará una lista de todos los libros y equipos necesarios. El plazo comienza el 1 de septiembre. Esperamos su búho a más tardar el 31 de julio.

Atentamente,
Minerva McGonagall.

Alex chilló levemente y miró el último de los útiles escolares. "¿Podemos ir pronto al callejón Diagon? ¿Por favor?" Ella suplicó que tenía una gran sonrisa en su rostro.

"Supongo que sí, no veo por qué no". Dijo Narcissa, mirando a Lucius quien asintió. "Draco también necesita conseguir sus cosas."

Lucius se inclinó hacia adelante. "Alexis", dijo. Él fue la única persona que alguna vez la llamó Alexis, ella prefería Alex o cualquier otro apodo.

"Alex, tío Lucius, ¿por favor?" Ella preguntó.

"Alexis es tu nombre de nacimiento dado por nuestro Señor mismo, y tu madre, ¿quien soy yo para llamarte de otro modo?, son sus deseos", le dijo, ella solo asintió. "De todos modos, creo que sería mejor si asistieras a Hogwarts con un apellido diferente".

"¿Qué?" Ella preguntó. "¿Por qué? ¿Quieres que vaya como Malfoy?"

Él se levantó y caminó hacia ella. "Eres la hija del Señor Oscuro, nuestra arma secreta para apoderarnos del Mundo Mágico. Nuestra espía si es necesario. Ahora eres una niña, así que no entiendes mucho, pero no podemos dejar que la gente sepa esto", dijo explicandole. "No Malfoy, tal vez algo más. Eso te hace parecer normal, pero no te hará destacar entre tus compañeros. ¿Qué tal Thornbury?"

"Alexis Thornbury..." murmuró para sí misma, antes de encogerse de hombros. Sabía que no debía expresar su opinión, el apellido sonaba estúpido. Thornbury, fue extraño. "Claro que no me importa." Pero en el fondo el apellido la hacía reír.

El asintió. "Tu padre es sangre sucia, tu madre tomó su apellido y es por eso que no es reconocido en el mundo mágico". Le dijo a ella. "Me pondré en contacto con el director Dumbledore y discutiré esto cortésmente con él."

Ella asintió. "Entendido", dijo, antes de regresar con Draco en la cocina, arrojándole su carta. "¡Ja! ¡Te equivocaste, recibí mi carta!"

Él puso los ojos en blanco. "Por supuesto que sí, sólo estaba bromeando", dijo, lo que la hizo fruncir el ceño. "La hija de Tom Riddle y parte de la familia Black, no había forma de que no recibieras esa carta".

Ella se encogió de hombros. "Lo que sea."

"Todavía tuve la mía primero", añadió. "Sólo debe significar que soy mejor en magia que tú." Dijo, recostándose en la silla.

"¿Ni siquiera hemos empezado todavía y ya crees que eres mejor que yo?" Preguntó, cruzándose de brazos y girando la silla para mirarlo.

"Siempre soy mejor que tú", le dijo, riendo.

Ella sonrió. "¿Qué casa crees que vas a conseguir?" Ella preguntó. Alex sólo había oído hablar de Slytherin, nada más, sólo fragmentos de las otras. 4 casas, cada una con sus propias características y valores.

No le quedaba bien. La casa de los estudiantes ambiciosos, astutos e inteligentes. Eran tradicionales. Sus padres habían estado allí y los Malfoy también.

Él la miró. "Con suerte, Slytherin. Papá se enojará si no lo hago, dijo que Ravenclaw no sería tan... malo".

"¿Cómo son los Ravenclaw?"

"Realmente creciste sin saber nada, ¿no?" Preguntó.

Ella se encogió de hombros. "Crecí a tu sombra, Draco."

"Bueno, uh, también son bastante inteligentes, ¿son la casa más inteligente en cierto modo, supongo?" Él explicó. "Creativos, valora la sabiduría y la originalidad".

Ella asintió. "Así que no está tan mal."

"En realidad no, todavía quiero Slytherin, y tú también deberías hacerlo", le dijo. "No quiero enojar a nadie".

"Tu papá me está haciendo ir como otra persona, que no sea la hija de Tom Riddle", explicó. "Es decir, una vez que empecemos a asistir, ya no seré tu prima".

"Siempre serás mi prima, Alex", le dijo. "En realidad no funciona así".

Ella puso los ojos en blanco. "Sabes a lo que me refiero Draco, deja de ser estúpido."

"¿Yo? ¿Estúpido?" Preguntó.

"Sí, tú. Estúpido." Ella le dijo, con una pequeña sonrisa formándose en su rostro.

La empujó juguetonamente antes de negar con la cabeza. "¿Vamos afuera?" Él ofreció.

Ella asintió. "Bueno." Dijo y siguió al rubio afuera. Tenían una casa en el árbol, en el patio trasero de la mansión Malfoy. Lucius lo había construido cuando tenían 5 años y todavía lo usaban.

Draco corrió hacia allí, subiendo la escalera. Alex corrió detrás de él, siguiéndolo. Era pequeño, pero no necesitaban mucho espacio.

"¿Vas a jugar al quidditch?" Preguntó.

"Quiero jugar, pero los de primer año realmente no forman parte del equipo".

"Lo pensé", admitió. "Tal vez lo intente dentro de unos años".

Él asintió y sonrió levemente. "¿Estás nervioso?" Preguntó.

Ella sacudió su cabeza. "No", dijo ella. "Eres."

Rápidamente sacudió la cabeza. "¡N-No!" Tartamudeó. "Por supuesto, no estoy nervioso".

El pelirrojo arqueó una ceja. "¿Estas seguro de eso?" Ella preguntó.

Jugueteó con sus dedos. "¿Sí?" Dijo que sonaba más a una pregunta que a otra cosa.

"¿Por qué estás nervioso?"

Él suspiró. "¿Qué pasa si no consigo Slytherin?" Preguntó. "¿Y si... no lo sé..."

Ella lo miró. "Bueno, ¿qué hay de malo en no conseguir Slytherin?"

"No seas estúpido", dijo, pero Alex permaneció en silencio. "Papá es lo que está mal en esta familia".

Ella se encogió de hombros. "No dejes que te molesten. Simplemente lo evito la mitad del tiempo, finjo que estoy escuchando".

Suspiró y miró hacia abajo. "Hay una diferencia. Yo soy su hijo, tú eres su sobrina, ahijado o lo que sea".

"Sí, pero él ha sido más un padre para mí, si así es como quieres llamarlo, que mi verdadero padre", dijo. "Por supuesto, él realmente no... tiene otra opción. Pero es algo. Y estoy seguro de que obtendrás Slytherin, nosotros dos. Tendrás que pasar los próximos 7 años conmigo".

"No es como si no hubiera pasado ya 11 contigo", bromeó, una pequeña risa se le escapó a la rubia. Alex sonrió ampliamente y le dio una palmada en el hombro.