• CAPÍTULO 22 •

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Te recomiendo reproducir "Uranus" y "Hearing" de Sleeping at Last mientras lees éste capítulo

















Caminaba inquieto en aquella casa. Sus pies no queriendo mantenerse serenos precisamente ese día. Por lo que se había envuelto con una pequeña manta con la que recién se estaba abrigando en su antigua cama.

Si, su antigua cama.

Aquella que ahora se encontraba en el primer nivel de esa vieja casa. Ya que su gran panza de nueve meses ya no le permitía subir y bajar la pequeña, pero exigente escalera.

Su pequeño cachorro ya no siendo tan pequeño como antes.

Pequeña y traviesa luna.

Y observó por una de las ventanas, presionando una de sus manos en el marco de esta. Apreciando como el frío pintaba todo de blanco afuera. La nieve cubriendo cada espacio de verde, que aún tímido asomaba en ese gélido invierno.

Y suspiró, creyendo que en aquella casa la temperatura era más baja que en el exterior. Pues a pesar de haber sido su hogar durante años, ahora le parecía no encajar allí.

Lejos de su alfa.

Su Taehyung.

Y no tenía razón alguna para quejarse, ya que Jiwon, Sarang y Hoseok le habían estado tratando como si se fuese a romper. Preocupándose de suplir cada necesidad que exigiese su cuerpo, preparando cualquier tipo de comida que a su bebé se le antojase comer.

Su cachorro siendo un malcriado incluso antes de nacer.

Pero sin embargo la distancia con el alfa se marcaba como una sombra sobre él. Recordando ese día en el que ya resignado, había subido al carruaje que le llevarías lejos de Yeoreum. Sentándose y percibiendo la suave caricia que Jiwon le entregaba en el dorso de una de sus manos. Mientras que él solo sobaba su vientre de forma lenta y enfocado solo en darle consuelo a su cachorro, ante la inminente ausencia de Taehyung.

Es que por más que quisiese no podía controlar aquella pesadumbre que sentía, su pecho doliendo ante la necesidad de que alguien le abrazase en aquel momento.

Le contuviese.

Y estaba sensible, lo sabía.

Más entendía que no debía dejarse llevar por ese tipo de emociones. Sarang se lo había señalado apenas llegaban a aquella casa.

-"Si Jungkook triste, cachorro triste"- el omega entendió muy bien aquello, pues su vientre se apretaba cada vez que lloraba y eso le provocaba un miedo enorme-"Vas a estar bien cariño. Jungkook y cachorro lo estarán"- le había dicho la anciana aquel día, para luego besarle la frente en una señal clara de afecto. Lo que calentó inmediatamente el pecho del castaño y aplacó su pesar en cierta medida. Aspirando aquel aroma al entrar a casa.

El aroma a Hyejin.

Lo que le hizo caminar directamente hacia el antiguo cuarto de la anciana y comenzar a sacar toda la ropa que esta guardaba en los cajones. La que luego lanzó y apiló sobre la cama, sin preocuparse mucho si las prendas estaban húmedas. Metiéndose entre ellas y haciéndose ovillo bajo estas, apretándolas con sus manos y solo dejando asomar sus ojos.

Viendo como Jung le observaba intrigado desde lejos, más la anciana explicándole algo que Jungkook no pudo entender y cerrando al rato la puerta de la habitación.

Y el castaño había cerrado sus ojitos. Los que le ardieron bajo sus parpados, deseando una vez más llorar. Mas su cuerpo sintiéndose lo bastante fatigado como para volver hacerlo.

Aquella tarde no pensó en Taehyung.

Ni en su cachorro.

Ni siquiera en las vestimentas que su alfa había guardado en aquella maleta para que preparase su nido.

Tan solo deseaba dormir un poco.

Descansar su corazón y sentirse arropado por el aroma de Hyejin tan solo una vez más.

Sentirse un pequeño por última vez.

-"Jungkook quiere salir"-le señaló a Sarang, ya demasiado cansado del encierro y un poco ansioso por salir a tocar la nieve.

La anciana le miró, para luego voltearse hacia la madre de Taehyung que se encontraba doblando un poco de ropa. Para decir algo que el castaño no comprendió.

-Señora Jiwon- le dijo la anciana.

-Dime Sarang-le respondió esta sin dejar de lado lo que se encontraba haciendo.

-Jungkook lleva días pidiendo salir al patio. Pero le he ignorado, pues siento que la temperatura es demasiado baja para hacerlo-el omega les miraba a ambas esperando por alguna señal- Pero ya me está agotando. Mírelo, no ha dejado de mover su pie.

Y si, el castaño no dejaba de agitar su pie. Mientras les observaba desde su sitio, de pie, con sus manitos en el bolsillo de su pantalón y esperando alguna indicación de parte de alguna de las dos mujeres.

Deseaba salir con todas su fuerzas.

Solo un rato.

Jiwon le miró achinando sus ojos. Comprendiendo que tal vez estaban siendo un poco sobreprotectoras con el chico. Ella sin quererlo y bajo la angustia de lo que vivían, proyectando todo su miedo a perder a Taehyung en el joven omega. Y podía entender que Jungkook se sintiese tal vez tan asustado como ella y tan solo necesitase distracción para no pensar en ello al menos por un momento.

-Ya solo dile que salga Sarang- respondió sonriéndole al chico. Logrando que casi Jungkook saltara en aquel lugar, de no ser porque su barriga pesaba demasiado.

Pero si respondiéndole con una clara y brillante sonrisa.

Sarang abrió la boca un poco sorprendida por el cambio repentino de la mujer. La que días atrás estaba demasiado cerrada a la idea de que el omega saliese a la nieve.

-¿Está usted segura señora? Digo...

-Segura Sarang- respondió esta con seguridad-Solo dile que se abrigue un poco antes de salir.

Y cuando la anciana se giró para buscar la mirada del chico, este ya le sonreía mostrando sus dientecitos.

-"Jungkook puede salir"- le indicó al castaño, a lo que este casi se echa a correr, de no ser porqué Sarang le detuvo -"Pon ropa abrigada"-Y Jungkook asintió repetidas veces con su cabeza. Ahora si corriendo hacia su habitación y buscar la vestimenta necesaria para soportar el frío del invierno.

Y es que el castaño, tan libre como era, ya comenzaba a extrañar correr por el campo entre aquellas montañas. Y si bien, sabía que por el momento no lo podría hacer. Solo esperaba sentir el aire golpearle el rostro.

Respirar un poquito de libertad.

Puso sobre él un chaleco que utilizaba Taehyung durante sus dias en aquel lugar. Que aunque se perdía tal vez un poco, aún conservaba algo de su aroma.

Mi alfa.

Buscando y colocándose un gran chaquetón que Hyejin solía utilizar para salir a la nieve. Porqué bueno, cabía la posibilidad que el de él ya no cerrara.

Ignoró aquel pensamiento y puso sus zapatos. Sintiendo sus pies levemente hinchados y sabiendo que los cordones seguramente se encontraban desatados. Desechando enseguida la idea de atarlos, pues su vientre apenas le dejaba ver la punta de sus pies.

Ay pequeña luna.

Y avanzó hacia la puerta, donde ambas mujeres le miraban desde lejos y pendientes de lo que el chico hacía. Aun con un poco de resquemor debido a su salida.

-Ya dejémoslo. Necesita tiempo a solas- dijo de pronto Jiwon, sentándose en la pequeña mesa al centro de aquella cocina- Hemos estado encima de él durante todos estos días.

Y Sarang asintió, apreciando como el omega comenzaba a salir de aquel lugar.

Jungkook empujó la puerta tras él, ni siquiera preocupándose mucho si esta quedaba bien cerrada. Tan sólo perdido al instante de percibir el frío aire. Una ligera ventisca que le helaba las mejillas, pero estaba muy lejos de parecerle desagradable.

Giró su cabeza hacia su costado, guiado por un sutil aroma que llegaba hasta él. Observando como Jung apilaba leños al costado de la casa y le miraba tal vez preocupado por el ver al chico fuera de casa.

-"Jungkook tiene permiso" -le señaló el omega, a lo que el alfa le sonrió.

Y el castaño sentía como los copos de nieve que se formaban tímidos al caer, chocaban contra su cara. Sacando instintivamente su lengua para capturarlos con ella. Provocando que Hoseok riese a carcajadas.

Y Jungkook sintió la necesidad de hacer algo que habia deseado desde que regresó a aquel lugar. Por lo que empujando con ayuda de uno de sus pies, retiró uno de sus zapatos. Repitiendo la acción luego con el otro.

El alfa le quedó mirando serio, como si supiese que aquello no era correcto y podía capturar un resfrío.

Preocupante al saber que no estaba a nada de dar a luz.

Y Jungkook miró a al alfa, colocando su dedo índice sobre su boca. De alguna forma pidiéndole que guardase silencio-"Solo será un momento"- le señaló, para luego voltearse y hacer que Hoseok negase con su cabeza, a la vez que reía por la manía del chico de hacer travesuras.

Y el castaño percibió el frío de la nieve quemar su piel, disfrutando de la sensación de cosquillas que le provocaba. Recordando las muchas veces que a escondidas de Hyejin, había hecho aquello.

Y rió, pareciendole placentera la forma en que sus dedos se hundían. Su pecho cobijandose en aquel recuerdo que mantenía de niño.

Tan curioso. Tan inocente.

Deseando juguetear un poco más antes de que le descubrieran y debiera poner sus zapatos.

Por lo que decidido se agachó de la forma que su cuerpo le permitió, tomando un puñado de nieve con su mano y formando una pequeña bola. La que travieso lanzó directamente a la espalda de Hoseok.

Apuntando con su dedo hacia su estómago-"Fue él"- le dijo, señalando a alguien que difícilmente habría sacado sus manitos para tirar aquella bola de nieve.

Y Hoseok comenzó a reir, aprovechando que el omega apretaba su estómago con las manos y cerraba sus ojos mientras se sacudía riendo. Para tomar un poco de nieve entre sus manos, hacerla bola y lanzarla hacia el castaño.

Y Jungkook se desconcertó por menos de un segundo, abriendo sus ojos y su boca sorprendido. Para luego seguirle aquel juego, en la que ambos dispararon sus pequeñas armas contra el otro. Sacándose mutuas carcajadas, que durante años habían estado guardando.

Retrocediendo en el tiempo.

Volviendo a ser niños.

Y Hoseok se percató que aquello era lo que siempre había faltado en él. Una pieza faltante que siempre hubo deseado desde que tenía memoria.

Alguien a quien cuidar y enseñar. Alguien que quisiese imitarle en todo y se llevara la atención de la casa.

Un pequeño menor del que fuese héroe cada vez que este tuviese miedo.

Y sonrió. Percibiéndose cálido por aquel momento.

El mismo omega extrañandose por la emoción que lo embargaba. Y sintiéndose de pronto, demasiado fatigado. Deteniendose para estabilizar su respiración.

-"Espera un poco"- le dijo Jungkook al alfa. Intentando llevar sus manos sobre sus rodillas y sintiendo de pronto como una fuerte puntada le atravesaba la espalda.

No.

Logrando que cayera de golpe sobre el suelo y afirmara las palmas de sus manos contra la fría nieve. Emitiendo un grito tan desgarrador que se escuchó hasta el interior de la casa.








El rubio alfa movía sus dedos sobre aquel escritorio, mientras leía y repasaba aquella carta que podría llevarle a resguardar a su reino.

O al menos a su gente.

Eso es lo único que Taehyung deseaba, considerando incluso dejar su liderazgo a alguien más con tal de disminuir las pérdidas de vidas humanas. Las que las últimas semanas habían sido notorias. Y donde Insung había enviado a atacar a su mismo pueblo, con tal de desabastecer a Yeoreum de alimentación y redimiendo a su ejército.

Y Taehyung suspiró, pues jamás consideró que su tío llegase a ser tan despiadado. Aun costándole reconocer el hombre al que se estaban enfrentando.

Y por quien había debido alejar a su omega.

Jungkook.

Su pecho dolía día y noche luego de prácticamente obligar al castaño a irse. Alejarse de aquel lugar donde fácilmente le perdería.

Días en los que solo procuraba ordenar todo y gestionar las mejores reuniones para el bienestar de Yeoreum. Y sin pensar demasiado en el omega.

Amor.

Sin embargo cuando ya oscurecía, no podía evitar recordar a su chico y a su pequeño cachorro.

Tan lejos de él.

Descansando aferrado a la camisa de Jungkook, la que había evitado guardar a propósito en aquella maleta. Respirando su dulce aroma, hasta que lograba dormirse con el pasar de las horas.

Mi precioso omega.

Y creía sentirlo. Acurrucado contra su estómago y apretándose para que le acariciara el vientre.

Imaginando que su bebé ya debiese tener el tamaño indicado para desear salir.

Cachorro.

Taehyung jamás había visto a un cachorro nacer.

En realidad nunca había visto un bebé. Por lo que no sabía cómo debiese ser uno.

Mi cachorro.

Sabía que era claro que sería pequeño.

¿Podría sostenerlo entonces con una mano?

Sonrió.

Tal vez tendría su boquita pequeña, manitos pequeñas y deditos aún más diminutos.

¿Y sus ojos?

Serían como los suyos. Quizás como los de Jungkook.

Jungkook.

Su Jungkook.

Deseaba tanto estar ahí para él. Pues percibía a la distancia el miedo del omega, el que crecía a medida que pasaban los días.

Y el momento se acercaba.

Y él quería tanto estar ahí para decirle que no debía temer.

Que todo estaría bien.

Que ambos lo estarían.

Amor mío.

-¿Has leído el acuerdo Taehyung?- preguntó de golpe Jimin, quien había estado de pie frente a él-¿Te ha parecido lo correcto? Puedes perder Yeoreum tú lo...

-Lo se Jimin- le respondió Taehyung a su primo. A la vez que se levantaba y acomodaba aquellos papeles sobre el escritorio-Pero créeme que en este instante es lo que menos me importa.

El chico asintió, observando como Taehyung caminaba hacia la ventana de aquella habitación. Apreciando como la blanca ciudad cubierta de nieve, desprendía grandes humaredas que salían de diferentes sectores de esta.

-Bom, Gaeul y Gyeoul han firmado el tratado...tan solo falta que tú lo firmes y ya estará Tae- la voz de Jimin salió casi de forma dolorosa. Entendiendo muy bien los costos de todo aquello.

Taehyung exhaló profundamente. Pesándole todo, pero aún así sabiendo que era lo mejor.

No había otra forma de sobrevivir a ello.

Y si debía dar algo a cambio por asegurar la vida de su gente, su familia y su omega. Haría lo que fuese.

Aunque su orgullo se viese dañado.

Incompetente alfa.

De pronto unos golpes desde el pasillo les hicieron abrir los ojos a ambos. Siendo el mismo Jimin quien ya hurgueteaba en su bolsillo un arma de fuego que traía consigo desde semanas. Y guardándola enseguida cuando vio a uno de sus soldados aparecer por la puerta.

Y Taehyung sintió un fuerte dolor sobre el pecho.

Jungkook.

Comprendiendo enseguida de que se trataba.

-¡Ellos se han movido! ¡Han desviado su camino desde la frontera del reino!-dijo exaltado el joven alfa. A la vez que Taehyung luchaba por sostenerse, pues parecía que algo le rasgaba el corazón, haciendo que este latiese más rápido de lo normal.

-¿Qué dices?-le respondió Jimin, alertándose del estado en el que se encontraba su primo.

-¡El ejército de su padre se ha movido su majestad! ¡Ellos van hacia las montañas!

No.

Jimin observó a Taehyung, esperando alguna orden de parte de él. Mas el alfa se encontraba respirando angustiado.

-¿Taehyung tú? ¿T-te encuentras bien?-preguntó Jimin con preocupación, acercándose hasta donde su primo.

Y Taehyung tenía sus ojos brillando, tan luminosos que Jimin estaba seguro jamás haberlos visto de ese modo.

-Y-yo estoy bien...es s-solo...es Jungkook él...-respondió, su lobo intentando controlar el impulso de rasguñarse la piel.

-¿J-jungkook? ¿Qué sucede con él?- le preguntó Jimin.

-E-es el cachorro....está naciendo....mi bebé está naciendo Jimin-y aquello fue lo último que dijo, ya dejándose caer en un angustiado llanto.







Jungkook recordaba muy bien el día en que ya demasiado intrigado, había decidido preguntar a Sarang-"¿Cachorro como nacerá?"-y la anciana le había mirado como buscando la broma en la interrogante del castaño.

Mas no hallando nada más que una duda sincera en él.

-"¿Cómo ha entrado?"-y apenas señaló aquello al omega se le encandiló en rostro de color carmín. Recordando muy bien como el cachorro había llegado allí y causando que la anciana solo negase y respondiera-"Pues por donde a llegado. Por allí".

Y Jungkook cree aquel día haber pasado desde la confusión de no entender nada. Al espanto de asimilar todo.

Tal vez comprendiendo demasiado bien.

¿Es que cómo podría ser posible?

Su bebé había estirado mucho su cuerpecito, no había modo que pudiese salir nuevamente por allí.

No podía, no podía, no podía.

Y Jungkook sabía que si este intentaba hacerlo, él lo reprendería hasta que éste diese la vuelta y... ¿no había forma de que saliese por otra parte o sí?

-Ponlo sobre la cama Hoseok- había dicho Sarang, mientras corría a buscar una almohada más para poner sobre la espalda del chico.

Y Jungkook gruñó al alfa, no muy consciente de porqué hacía aquello. Más solo sabiendo que el aroma de aquel alfa le molestaba.

-No te sientas mal... es solo que su lobo está pidiendo por el padre de su cachorro- le dijo Jiwon al alfa, quien ya se alejaba un poco de la escena. No deseando incomodarle en aquel momento.

Y Jungkook lloriqueaba, a la vez que apretaba en puño las sabanas a su lado. Casi riendo un poco al recordar que Sarang le había dicho que solo dolería un poquito.

Y aquello no era un poquito. Evidentemente que no.

Pues a pesar de que afuera nevaba, sentía que algo le quemaba desde la espalda hasta las caderas. Como si alguien les estuviese pateando constantemente e hiciese temblar sus piernas de dolor.

¿Acaso el cachorro le odiaba?

Y maldijo a Taehyung. Tal vez solo un poco, por haber puesto ese bebé en él y ahora estuviese doliendo tanto.

Y lo dejase tan solo.

-Tranquilo cariño- le dijo Jiwon secándole la frente con una toalla pequeña que acababa de humedecer en agua tibia.

Y Jungkook se encontraba tan atormentado en el dolor, que apenas notó que Sarang retiró su pantalón junto a su ropa interior. Cubriendo luego sus piernas con una suave manta.

-Las contracciones recién comienzan- habló Sarang, quien revisaba al chico- Aunque este cachorro pareciese ya querer salir, pues ya veo su cabello- rió un poco-Solo esperaremos que dilate un poco más. "Cachorro ya viene. Tranquilo pequeño"-le indicó a Jungkook quien no dejaba de sollozar, mientras Jiwon le acariciaba el cabello y este tiritaba de dolor.

Dulce vida.

Jungkook sentía su corazón correr ¿Acaso se detendría?

Tenía miedo, mucho miedo.

Necesitaba a su alfa ahí.

Necesitaba de Taehyung.

Percibió como Jiwon le besaba la frente, mientras suaves vibraciones le llegaban allí. Una sensación muy similar a la que sentía cuando Hyejin le ayudaba a dormir por las noches, cuando él creía que algo se escondía bajo su cama y se lo llevaría.

Y Jungkook suspiró. Dejándose ir un poco en aquel suave ronroneo, intentando tolerar el modo en que su bebé le lastimaba por desear salir. Observando como estrellas se agolpaban sobre el cielo de aquel cuarto.

Creyendo ahora de seguro, que le regañaría cuando ya estuviese fuera de él.

-Creo que ya está- dijo Sarang asomándose a mirar a aquel travieso cachorro, por entre las piernas del castaño-"Jungkook debe pujar. Cachorro debe salir. Empújalo cariño"

Y el omega casi no comprendía muy bien aquello, más su lobo por instinto y entendiendo, comenzó a forzar la salida del cachorro. Mientras Jiwon sostenía sus manos, buscando un poco que aquello le diera consuelo al omega, percibiendo el aroma grácil de Taehyung en ella.

Los dedos de los pies del castaño se crisparon, a la vez que juntaba sus dientes haciendo la fuerza necesaria para sacar a su bebé de allí.

Ya bebé, ya.

Más no logrando resultado y cayendo de espalda contra las almohadas, con su cuerpo estremeciéndose de fatiga y dolor.

La anciana Sarang observó a Jiwon.

-¿Qué sucede?- preguntó la madre de Taehyung, distinguiendo una mirada de desasosiego en la mujer.

-No avanza, el bebé sigue allí-y aquello provocó un miedo enorme en Jiwon. Y también en Hoseok, quien a lo lejos escuchaba lo que ocurría con el omega-Creo que lo mejor será que lo haga sentado ¡Hoseok! ¡Ve y búscame una cuerda! ¡Tal vez hasta una sábana nos sea útil! -el alfa le observó perplejo- ¡Hazlo de inmediato!- repitió, haciendo espabilar al hombre-Sacaremos aquel cachorro de allí. "Tranquilo pequeño"- le señaló al omega, quien gimoteaba sospechando que algo no andaba bien.

Bebé.

Hoseok corrió de regreso y siguiendo las indicaciones de la anciana, amarró la sábana desde la viga del techo y sobre la cama del chico. Dejando que la tela cayese hacia abajo.

-Ayudenlo a levantarse - le dijo a Jiwon y Hoseok-éste último recibiendo nuevamente un gruñido de parte del omega-"Tranquilo. Alfa ayudar a Jungkook"- y es que su instinto solo deseaba proteger a su cachorro. Y el estar vulnerable, solo hacía que ellos se magnificaran.

Mi bebé.

Ubicaron al omega al centro de la cama, donde de rodillas este podía ver como las sabanas se manchaban con su sangre.

¿Acaso se iba a morir?

¿Viajaría con Hyejin hacia las estrellas?

Porque ese rojo no era bueno.

¿Estaba mal si sentía miedo?

No. Él no podía morir. No con su cachorro.

-"Jungkook debe sostener"- fijó su mirada al frente de su rostro, donde Sarang le pasaba la punta de la sabana -"Tirar fuerte para sacar cachorro"- y el castaño le miró temeroso-"Nada pasará. No lo dejaré caer"- y asintió como pudo, agarrandose firme de la tela con sus manos temblando. Sintiendo que Jiwon le tomaba por la espalda.

Y pujó. Gritando fuerte en el proceso. Aun asustado, pero teniendo la entereza necesaria por el solo deseo de ayudar a su cachorro.

Deseando conocerle.

-Eso cariño, lo estás haciendo bien- Sarang hablaba, intentando ella misma calmarse. Habiendo pasado tantos años desde que no veía un bebé. Esperando hacer lo correcto para que ambos estuviesen bien.

Jungkook sentía que caería en cualquier momento. De no ser porque la madre de Taehyung le sostenía, estaba seguro de que ya lo habría hecho.

-"Un poco más Jungkook"- le indicó Sarang frente a él. Por lo que con firmeza pujó una vez más, esperando que sus manos no se soltasen de la tela -Ya viene corazón, lo estoy viendo.

Y Jungkook lo sentía. Como su cuerpo se volvía frágil y parecía iba a desvanecer entre todas las estrellas en aquella habitación. Solo esmerandose en empujar una vez más.

Tan solo una vez más.

Percibiendo de pronto como su barriga se vaciaba. Soltando aquella sábana y cayendo de golpe en la cama.

El dolor volviéndose transparente, sintiendo la tenue aparición de algo.

Tan insignificante que parecía esfumarse.

Suave y potente a la vez.

Aturdiendose un poco por la confusión que sentía, al no entender aquello que llegaba a sus oídos.

Asimilandolo recién cuando vió aquella pequeña personita, estremecerse frente a él debido al llanto.

Tan infimo como infinito.

Su cachorro estaba llorando.

-E-es hermosa- dijo Sarang conmovida por lo que todos vivían. Sus ojos húmedos al igual que los de Jiwon y Hoseok -"Es una niña"- le señaló la anciana, para luego tomar a la bebé entre sus manos, cubriendola con una suave tela blanca.

Para luego ponerla sobre el pecho del omega.

Aun con su cordoncito sin ser cortado.

Amor mío.

Y Jungkook la vió. Tan pequeñita e indefensa, que ya no deseaba recriminarle por el dolor que le había causado.

Sólo deseando calmar su propio llanto y el de ella, meciendola un poquito a medida que le olisqueaba el cuellito y le veía de a poco tranquilizarse.

Aspirando el aroma suyo y el de Taehyung en ella.

Pequeña mía.

Y apreció su cortito cabello rubio, al igual que el de su alfa, aún húmedo. Tan claro que parecía iluminar más sus pequeños ojitos celeste cielo. Los que le miraron parpadeando muy lento, como si estuviesen memorizando su rostro.

Tan bonita.

Y Jungkook pasó sus dedos tocando su carita delicadamente, muy seguro de que sobre la frente de su bebé, se había posado una de las estrellitas que giraron alrededor de ellos.

Fijándose luego en su boquita rosa contrastante a su blanca piel, la que bostezaba a la vez que el castaño besaba uno a uno sus deditos.

Mi pequeña y dulce luna.

Perdurando en él, la dulce vibración de la voz de su bebé. La que aunque ya no lloraba, pero sin embargo su hermoso sonido estremecíasobre su pecho y que guardaría por siempre en su memoria.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro