023. i am just a kid

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

CHAPTER TWENTY-THREE
❝solo soy un niño❞
cobra kai season two | act. two





JOHNNY HABIA aceptado a Ethan en su casa sin muchas quejas, cosa que sorprendió al adolescente pero no se quejó.

—Hey, Johnny —llamó Ethan moviendo sus manos con nerviosismo, recibiendo un asentimiento con la cabeza—, gracias... por dejar que me quede. Lo aprecio mucho.

Johnny alzó los hombros con indiferencia mientras tomaba un trago de su cerveza.

—Un poco de compañía no le hace mal a nadie, ¿verdad?

Ethan asintió. Estaba apunto de irse cuando Johnny habló de nuevo.

—Quizá no quieras hablar del tema pero... ¿como te sientes? Por lo de la pelea con Daniel y... eso.

El menor cerró los ojos al sentir como picaban por las lágrimas y lanzó la cabeza hacía atrás parpadeando varias veces para eliminarlas.

—Es raro —dijo tratando de que no le temblara la voz—. Es la primera vez que discutimos, normalmente no respondo pero... había tenido un día de mierda y me enojé...

—Tu papá es un idiota —dijo Johnny como si nada—. ¿Echarte de la casa por un dojo? Ya eres grande como para decidir por ti mismo.

—Mamá siempre me ha dicho que es impulsivo cuando se enoja —Ethan se sentó al lado de Johnny en el sillón—. Pero no esperaba... —su voz se entrecortó y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas—, a veces pienso que no le importo. Solo le importa Sam y no digo que sea su culpa pero... olvídalo. Te estoy molestando con mis cosas seguro tienes tus propios problemas.

Hubo unos segundos en los que ninguno de los dos dijo nada. Johnny suspiró y lo abrazó, dejando que esconda su cabeza en el hueco de su cuello y llorará tranquilamente.

—Me podrá caer muy mal —murmuró Johnny—, pero estoy completamente seguro de que haría cualquier cosa por ti. Sigue siendo un imbécil con complejo de héroe, pero eres su hijo y ninguna pelea va a cambiar eso.

»Es difícil saber cuando pasa algo. No me lo imagino contigo, siempre estas riendo. Cuando una persona es tan alegre como tu, no mucha gente se va a dar cuenta de que en realidad estás triste. Se de lo que hablo.

—Ni siquiera mamá le dijo algo —dijo Ethan entre sollozos.

—Espera a que se calmen —Johnny le acaricio la espalda con delicadeza—. El tiempo cura todo.

—Y ahora que Kreese ya no esta podría volver y explicar todo —Ethan cerró los ojos haciendo que dos lagrimas más bajaran—, pero soy lo suficientemente orgulloso para no hacerlo.

Ethan buscaba algo de desayuno pero solo encontró cereal vencido y cervezas.

—Hey, LaRusso Junior, ¿tienes hambre? —preguntó Johnny agarrando sus llaves—. Queda pizza de anoche pero no creo que quieras desayunar eso. Podríamos ir a comprar un par de cosas luego del entrenamiento para que tengas que comer.

—¿En serio? —preguntó Ethan sonriendo levemente—. Esta bien.

—No te hagas ilusiones no tengo tanto dinero —Johnny le desordeno el cabello y le extendió un paquete de galletas—. Es lo que hay por ahora, confórmate.

—Me conformo —dijo Ethan riendo.

—Ahora vete al auto, tengo algo que hacer —dijo empujándole la cabeza para que saliera del departamento.

—Ya voy, ya voy —murmuró Ethan yendo hasta el asiento del copiloto.

Vio como Johnny se acercaba hasta la puerta del departamento de Miguel. Carmen y otro hombre aparecieron y se dieron un beso. Ethan hizo un mueca y bajo lentamente la ventana para escuchar.

—Buenos días —dijo Carmen viendo al rubio—. ¿Ya se van? —preguntó saludando a Ethan con la mano—. Creo que Miguel ya salió.

—Sí. Ya nos íbamos, así que...

Johnny comenzó a caminar al auto.

—Johnny, te presento a Graham —presentó Carmen.

El rubio se acercó y le apretó la mano con fuerza.

—Un gusto, amigo —dijo e hizo una mueca—. Que buen apretón. Necesito una radiografía.

Ethan hizo una mueca de desagrado. ¿Que le vio Carmen a ese?

—¿No es gracioso? —preguntó Carmen sonriendo.

—Sí, es muy...

—Nos vemos, Johnny. ¡Adiós, Ethan!

La pareja entró a la casa y Johnny fue al auto, se sentó suspirando.

—Te ganaron, amigo —dijo Ethan poniéndose el cinturón.

—Cierra la boca.

—Robby me dijo que si queríamos salir el viernes por la noche —contó Luca mientras estiraba—. También van Sam y Cassie, ¿quieres ir?

—¿Me estás invitando a ser mal tercio de dos parejas al mismo tiempo?

—Robby no es mi novio —dijo rodando los ojos—. No se que te dio con eso.

—Cada vez que lo ves, te pones así —puso una cara completamente exagerada de enamorado y empezó a parpadear muy rápido haciendo que Luca lo golpeara en la cabeza—. ¡Oye!

—¿Vas a ir?

—¿Cassie ya no esta enojada con nosotros?

—Nah —negó—. Tuve que hacer su cama y lavar los platos por dos semanas pero valió la pena. Ya no tengo miedo de que me vaya a golpear cada vez que quiero decir algo. ¿Vas a ir, si o no?

—Si me pagas la comida, lo puedo pensar —dijo Ethan sonriendo.

—Vas a hacer que me quede pobre —dijo Luca rodando los ojos—. Tienes que disfrazarte de los 80's.

—Hecho.

—A sus posiciones —gritó Johnny haciendo que todos se pusieran en filas—. Hoy aprenderemos lo más importante para un Cobra Kai.

—¿Y el sensei Kreese? —preguntó Halcón.

—¿No deberíamos esperar al sensei emérito para empezar? —preguntó Raymond, Johnny solo lo miro serio—. Quizás no.

—El señor Kreese no vendrá más.

Hubo un murmullo general.

Al volverme su sensei, prometí algo. Darles siempre lo mejor. Aunque sea difícil para todos, él no buscaba lo mismo. John Kreese pudo haber fundado Cobra Kai, pero ya no representa a este dojo. Su Cobra Kai era viejo y anticuado. No avanzó. ¿Y qué pasa entonces, Díaz?

—Te atascas como cemento.

—Exacto. Un gran luchador debe adaptarse. Este credo... si lo siguen... los hará fuertes. Los hará formidables. Pero también los hará idiotas. Solo son letras negras en fondo blanco. Pero la vida no es así. La vida tiene matices. Y en esos matices, el Cobra Kai de Johnny Lawrence a veces tiene piedad. Aún necesitan ser rudos. Pero deben aprender a pensar no solo con los puños, sino aprender a usar esto —apuntó a su cabeza—. Y eso me lleva a la clase de hoy —agarró una tabla de madera y la partió con la cabeza—. Cabezazos. De a pares.

Ethan se puso con Luca, frente a frente.

—Tu primero —dijo el más bajo.

Luca cerró los ojos y le pegó un cabezazo en la nariz, logrando que Ethan soltara un quejido y llevara sus manos hasta su cara.

—¡No tan fuerte!

—Uy, perdón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro