ᘛ 01. ❝ 𝗮𝗻 𝗶𝗺𝗺𝗶𝗻𝗲𝗻𝘁 𝗱𝗲𝗮𝘁𝗵 ❞

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ᘛ 01 : : CAPÍTULO UNO

i. UNA MUERTE INMINENTE

























UNA MANO CUBRE LA BOCA DE LA PELINARANJA SUS PUPILAS DILATAS, LAS GOTAS DE SUDOR que caen por su frente que a poco a poco van cubriendo su cuerpo. Trataba de no hacer nada de ruido pero prácticamente no podía evitarlo cuando el miembro del pelirrosa sale y entra de su interior abusando de su intimidad adolorida pero no sé quejaba es más disfrutaba de la sensación que el muchacho le proporciona. Sus piernas enredadas en la cintura de Aegan, siente la mano del muchacho alejarse de su boca y es su oportunidad para apoyar la cabeza en el hombro ajeno. Suspiros y gemidos salen de su boca mismos que se van perdiendo entre los demás sonidos lascivos que provocan sus cuerpos al chocar.

──no hagas ruido, conejita.── susurra el pelirrosa.

Nami no es capaz de responder la sensación que siente en su vientre es tan abrumadora que no le permite pensar con total claridad.

Le gustaba lo que sentía, pero tampoco dejaría que los demás escucharán lo que sucedía dentro de esa enfermería.

La enfermería del Sunny se había convertido en un lugar que guardaría aquel encuentro entre los dos. A Nami no le importaba en esos momentos su mente está en blanco y en lo único que puede pensar es en el miembro que sale y entra de su interior.

Sus uñas rasguñan la espalda del pelirrosa mientras esté la sostiene con firmeza por los muslos. Su espalda contra la madera del barco chocando de vez en cuando. Aegan no había bajado el ritmo seguía siendo firme e intenso desde que inició hace unas horas. Pronto la mano que anteriormente había estado cubriendo la boca de Nami termino en su cuello.

──yuji.── gimotea con los ojos cerrados. Comenzaba a sentir esa sensación familiar en el vientre.── voy a correrme.

Las palabras de la chica provocaron en el pelirrosa una sensación que ya conocía. El también estaba por correrse pero primero haría que Nami lo hiciera, le encantaría ver su miembro cubierto por los jugos de la pelinaranja.

──córrete para mí, nena.── susurró en el oído de ella, lugar donde deja un beso.

Nami no pudo seguir aguantando más y termino por soltar sus jugos en un certero gemido que fue callado por la boca del pelirrosa. Poco a poco las estocadas del muchacho fueron siendo más ligeras y torpes hasta que su semilla terminó atrapada en el preservativo que anteriormente se había colocado.

Las respiraciones de ambos hacían eco en la enfermería, su ropa se encontraba tirada a su alrededor. Habían algunas cosas tiradas pero tampoco le importó mucho.

Pero para poder llegar hasta este punto debemos retroceder al menos unas dos a tres semanas, al pasado. Que fue el momento en que todo lo que Nami conocía sufrió un cambio significativo.


















































❛ ━━━━━・❪ 🍊 ❫ ・━━━━━ ❜


























































En primer lugar no debieron dejar que Luffy jugará cerca de los nuevos cañones que recientemente Franky había agregado al diseñó del Thousan Sunny. Pero nadie iba a saber que el capitán fuese a ser demaciado imprudente como para activar los cañones. O bueno si lo sabían pero habían ignorado que cometiera semejante tontería, la consecuencia había sido el lanzamiento de esa bala de cañón quien sabe quién en donde fue que terminó.

Sin mencionar que Ussop no había sido lo suficientemente rápido e impedir que Luffy hiciera lo que hizo. De hecho había llegado un segundo después.

Ambos habían estado involucrados en el cañonazo que recientemente habían disparado. Todo por la terquedad del capitán y la tardanza del francotirador.

La navegante había bajado de su sitió habitual dispuesta a golpear a esos dos, Nami no podia creer como es que son tan tontos e imprudentes. Y cuando estuvo cerca los había golpeado con ganas. Dejándolos con varios chinchones en la cabeza y parte de sus rostros hinchados.

──¡no los puedo dejar un segundo solos porque dan de cañonazos!── grito la navegante con ojos llenos de enojo.

──lo sentimos Nami.── murmura Luffy quien tenía parte de la cara hinchada.

──si, no volverá a suceder.── responde el francotirador.

La de cabello anaranjado aún tenía el puño alzando y la quijada apretada.

──¿no saben lo peligroso que fue? pudieron herir a alguien.── puntualiza.── esperamos que no haya lastimado a nadie.

Y con esas palabras la navegante se dió la vuelta para volver con Robin, con quién anteriormente había estado bebiendo del té.

Cada miembro de los Sombrero de Paja se encontraba en sus áreas habituales del barco. Zoro durmiendo cerca del mástil, Sanji en la cocina preparando algún bocadillo, Chopper leyendo algún libro de medicina, Franky en el timón, Brook se encontraba quien sabe dónde.

──el capitán es muy chistoso.── comentó Robin levantando la mirada de la revista que leia.

──es imprudente.── declara la chica.

──ese cañonazo pudo haber matado a alguien.

──esperemos que no.── murmura Nami viendo su taza de té, la cual ya se había enfriado.

Nami desvío la mirada.

Frente a ella se encuentra el periódico de la mañana en la primera plana aparece el rostro de cierto peliblanco. No quería saber nada de él.

No sé encontraba molesta con Eren, en realidad el peliblanco nunca pudo saber de sus sentimientos.

Se sentía molesta consigo misma por haber dejado que aquel peliblanco entrada en su cabeza. De hecho solamente se habían visto tres veces en la vida y en cada una de ellas comenzó a sentirse así de rara. Lastima que no le duró mucho la ilusión.

Robin la había estado viendo los gestos que hacía la pelinaranja.

──Eren no es el único pez.── comentó Robin.── ya vendrá alguien especial.

Nami alzo una ceja.

──no crees que aún...

──fue sorpréndete lo que dijo, a decir verdad aún no terminó por procesarlo totalmente.── acepta la de cabello negro dejando de lado la revista.── nunca pensé que mi hermano terminaría enamorando a la mujer más bella del mundo.

«¿ah? yo soy más bonita que esa»

Piensa Nami ofendida.

A decir, verdad sentía celos por la suerte que tenía Boa Hancock.

──sigo creyendo que esa mujer no es la gran cosa.── articula Nami.

Robin sonríe ligeramente.

──si eso crees.

Nami no quería seguir hablando de esos dos le molestaba mucho así que lo mejor fue dejar el tema de lado. Dispuesta a no seguir pensando en ello tomo los binoculares que habían en la mesa y se dirigió a la orilla con el fin de poder encontrar algo interesante que ver.

──mucho más bonita que yo.── repitió molesta.── yo soy más bonita que esa emperatriz.

Decía entre dientes mientras coloca los binoculares sobre sus ojos, apoyando los codos en la orilla esperado a ver algo interesante. En esos momentos cualquier cosa sería buena para ella.

Pasaron unos minutos en los que no pudo ver nada que llamará su atención, aburrida se daría la vuelta cuando logró captar algo que flotaba en el agua.

Ajusto la leche del aparato y pudo ver mejor que un cuerpo flotaba sobre un trozo de madera y se dirigía hacia el Sunny.

──AY ALGO EN EL AGUA.── gritó el capitán que se había percatado de lo mismo.── ¿SERA COMIDA?

Tras ese grito los demás compañeros del pirata se acercaron, al menos los que estaban cerca y verificaron lo que veía.

──es un cuerpo ¿seguirá vivo?── pregunto la navegante así misma.

──me temo que no por las condiciones del clima. Está muerto.── responde Robin cuando llegó a la par de ella.── y pronto será devorado por algún rey marino. Aunque es sorprendente que aún no se lo hayan querido comer.

Nami ve horrorizada a Robin por su compañera de barco.

──no digas esas cosas.── le dice volviendo su mirada al frente.

Por alguna extraña razón sintió la necesidad de querer ayudar a esa persona sin saber porque.

──talvez deberíamos de ayudarlo.

──creo que el capitán ya lo está haciendo.

Nami dejo de lado los binoculares y busco a su capitán el cual estaba dispuesto a saltar.

Antes de que cometiera alguna tontería corrió hacia el llegando a tiempo. Deteniendo así lo que haría.

──espera Luffy no sabemos si está vivo o no.── aclaro jadeando.

──tenemos que ayudarlo. Tal vez siga vivo.

──no sabemos si está vivo Luffy déjalo ahí.── demandó el vice capitán.

Luffy tenía un pie puesto en la orilla y solo la mano de Nami es lo que lo detiene.

La pelinaranja suspiró.

──está bien, vamos a verlo pero yo iré contigo.── aclaro.

──bien.

Nami no tenía ni la menor idea del porque estaba haciendo esas cosas pero solo esperaba que no fuera arrepentirse.

Al menos esperaba que la persona siguiera con vida de lo contrario sentiría cosa al tocar un cadáver.

Cuando la balsa que usarían estuvo en el agua Nami y Luffy bajaron por la cuerda hasta estar en la balsa. Tomando los remos se dirigió hacia el cuerpo flotante.







































































❛ ━━━━━・❪ 🍊 ❫ ・━━━━━ ❜















































Ahí se encontraba a mitad del océano con los ojos cerrados esperando el momento en que su alma abandone su cuerpo, sentía un poco de frío, la ropa humeda por el agua salada y mucha debilidad. Su barco había sido destruido por una bala de cañón no le había dado tiempo de hacer algo porque todo había sido tan repentino, por mucho que su sentido detector del peligro le haya advertido no sirvio de nada. La bala se había estrellado en el mástil un punto clave en un velero y luego el barco se había ido partiendo por la mitad, el agua comenzó a entrar por la gran abertura que se había hecho y poco a poco se fue hundiendo hasta que solo había quedado un trozo de madera flotante al cual se había logrado subir. Durante el impactó y mientras buscaba una forma de sobrevivir un trozo de madera se había incrustados en su abdomen, aún lo tenía. La sangre mancha su ropa y parte del agua, llevaba ya un largo rato en ese estado.

¿Iba a morir?

Aegan siempre había pensando en ese momento, la vida era de esa forma nacias para morir. Lo que nunca pensó es que fuera a ser demasiado pronto sentía que aún no había disfrutado por completo de la vida que aún habían cosas que debía de hacer. Aún no había cumplido con su propósito todavía no era tiempo para morir. Tenía que buscar tiempo o vida de algún lado.

No había tenido una buena vida al menos no los primeros trece años de su vida, había escapado de la isla que gobierna su madre hace trece años con el fin de poder encontrar la libertad, algo que nunca tendría si se quedaba en Whole Cake. Escapar había sido muy difícil pero la vida le había sonreído por primera vez pues fue acogido por una dulce mujer llamada Andrómeda. Aquella mujer le había dado todo lo que tanto deseó desde que era un niño, le dió amor, cuido de él y sobre todo le había dado una madre.

Andrómeda lo había recogido cuando lo encontró en aquella noche tormentosa, casi desahuciado y a punto de morir. Le había dado todo en tan poco tiempo, siendo el un desconocido.

Aquella noche hace trece años también había dado por hecha su muerte. El escenario era casi igual que a diferencia ahora se encuentra a mitad del océano. Sin nadie que pudiera ayudarlo.

Iba a morir.

Podía sentir los brazos de la muerte envolverlo el frío cada vez se hacía más fuerte a pesar de que había sol, ya casi no le quedaba aliento. Todo comenzaba a verse borroso, terminaria hundiéndose a mitad del mar, algún rey marino se comería su cuerpo y no quedaría rastro alguno de él. Nadie sabría a ciencia cierta lo que le sucedió, lo darían por muerto o talvez desaparecido, aunque dudaba que lo fueran a buscar.

En esos momentos recordó la risa de su madre adoptiva, Andrómeda. Su risa contagiosa y su sonrisa, sus cuidados, sus caricias y sus besos llenos de amor. Aquellos ojos tan azules que lo veían con amor, sus palabras y sus canciones de cuna que le cantaba cuando no podía dormir. Andrómeda había pasado noches en vela cuando él no podía dormir por las pesadillas.

La extrañaría.

Lo que más odiaba de ese momento es que nunca pudo decirle cuánto la quería y lo tan agradecido que se encontraba con ella. Porque le había dado todo en ocho años. Nunca pudo llamarla madre, nunca pudo darle las gracias al menos no como hubiera querido. Y ahora que nunca más volvería le causaría un daño irreparable por sus tonterías la haría pasar por una incertidumbre, siempre la hacía pasar por ello pero la mujer siempre veía el periódico y sabía de él, ahora no lo haría más.

Tenía que vivir.

No podía morir en esos momentos, aún no era tiempo. Todavía le quedaba vida para poder continuar, debía encontrar una forma para poder sobrevivir.

No podía causarle ese daño a su madre.

Andrómeda le había pedido que siguiera con vida, le haba pedido que se cuidara y que algún día volviera a casa. Y tenía que cumplir con su promesa de lo contrario se odiaria así mismo.

Pero estaba sin fuerzas, la parte inferior de su cuerpo ya se encontraba consumida por el agua. Con toda la fuerza que aún le quedaba seguía aferrándose a ese trozo de madera que lo mantiene a flote, si quería vivir tenía que buscar fuerza de dónde no tenía para mantenerse agarrado a esa madera y pedir algún milagro.

Tenía que rezarle a Dios o quien fuera para que no lo dejara morir en ese momento. No había sido bueno, tampoco extremadamente malo había sido benevolente. Pero no quería morir ahogado si un día tenía que morir, quería morir con triunfo. Tenía que morir a base del triunfo.

Solo un milagro podía salvarlo.












































































































































jane's note's

Y EMPEZAMOS FUERTE SJSJSJS

¿que les pareció?

¿algún teoría?

medio random pero les juro que se pondrá interesante y que con el tiempo se tocaran temas especiales

les pido discreción por el inicio que intenté hacer algo diferente sksksks

créanme que si va haber mucha tensión entre Aegan y Nami JCSMSLOS

hasta la próxima¡<3

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