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⌜¡Hay un GAY entre nosotros!⌟

Me encontraba quitándome la camisa blanca y mirando a todos lados a ver cuál de los chicos que me acompañaba me dirigía una mirada. Pero, al parecer todos estaban concentrados en desnudarse y cambiarse. ¿Por qué me sentía tan incómodo?

—¡Oye! —escuché la voz de Jimin a mis espaldas. —Usa este. —me lanzó un traje de baño azul oscuro. —Por cierto, eres el primero en la lista.

El sonido de los casilleros cerrándose me hizo saber que la clase había comenzado y yo solo tenía abierta mi camisa blanca. Jimin, pasó por mi lado, ya con su traje negro y salió por la puerta directo a la piscina.

Me quité el pantalón y miré a todos lados en busca de alguien. Todos habían salido ya, solo quedaba Park Jinyoung de 9. ¡Manos a la obra!

—¡Hey! Park. —lo llamé y este se giró para mirarme. Se encontraba sentado en la banca, mientras se quitaba el pantalón. —¿Puedes ayudarme a entrar en esto? —le agregue una sonrisa coqueta.

Jinyoung asintió levantándose de la banca y caminando hacia mí. ¡Era gay! Cualquier hombre no ayuda a otro porque sí. Es obvio que le gusto.

Metí las piernas en el traje y lo fui subiendo por mi cadera. Cuando metí los brazos en las mangas, Jinyoung posó sus manos en mi cadera.

¡Mierda! ¡¿Qué está haciendo?! ¡Aquí no! Yo-yo soy el activo. No, no.

—¿Puedes girarte para subir el cierre? —me lo quedé mirando unos segundos y él levantó las cejas. —¡Gírate!

—Ah, entiendo. —me puse a su espalda y sentí sus manos buscar el cierre en mi parte baja de la espalda. Luego, lo subió con facilidad.

—¡Hecho! —me dio una palmada en la espalda.

Me giré algo confundido y lo observé descambiarse. Me crucé de brazos ya apoyé mi espalda en el casillero para mirarlo un poco más.

¡¿Qué mierda estaba haciendo?! ¡Estaba viendo a un chico descambiarse!

Jinyoung sintió mi mirada penetrante y se giró con brazos cruzados. Despegué mi espalda del casillero y bajé la mirada. Me rasqué la nuca y tosí.

—Yo, estaré afuera. —Jinyoung me miró con el ceño fruncido. —Tengo que ir de primero. —reí.

¿Por qué mierda estaba nervioso? ¿Qué me estaba pasando? ¡Ya estoy loco! Sí, estoy loco.

—¡¿DÓNDE MIERDAS SE ENCUENTRA EL CABEZA HUECA DE MIN YOONGI?! —escuché el fuerte grito del entrenador, seguido del fastidioso silbato de mierda que siempre carga. ¿Por qué no se ahoga de una maldita vez y le deja la vida en paz a todos?

Le di una pequeña sonrisa a Jinyoung y corrí hacia la puerta que me guiaba hacia la piscina. Me encontré con 15 pares de ojos sobre mí y la escalofriante mirada del entrenador Lee.

—¿Ya leíste la lista, Min? —me dijo.

Solté un suspiro y me crucé de brazos.

—¿Otra vez me elegiste de primero, Lee? ¿Tanto te gusto? —todos rompieron en risas.

—¿Otra vez haciéndote el gracioso, Min Yoongi? —el entrenador se llevó una mano a la cadera. —A la piscina. ¡TODOS! ¡AHORA! —gritó.

Rodé los ojos e hice una mueca. Cogí el gorro de piscina y las gafas.

—¿Competimos juntos, Min? —Jungkook llegó a mi lado con el cabello mojado y colocándose el gorro.

—Piérdete, niño. —dije amargado y me pasé una mano por el cabello castaño.

—Ojalá se te pudra el ego, Min Yoongi.

—Ojalá encuentres novia, Kook. —le dije y caminé hacia la piscina.

A mi izquierda, se encontraba Kim Taehyung, quien me guiñó el ojo para luego ponerse las gafas.

¿Por qué todos están actuando extraño? ¿Es por qué soy perfecto? Sí, eso deber ser. ¡Pero no puedo tener tantos enamorados!

—Estás tenso, Min. —la voz de Jimin llegó a mis oídos. Él se encontraba a mi derecha y se estaba estirando para entrar al agua.

—¡HAGAN GRUPOS DE CUATRO! —gritó el entrenador. —¡Cuando suene el silbato los primeros entran al agua! El ejercicio de hoy es avanzar más rápido en el agua. El que llegue de ultimo tendrá penitencia.

La risa de los chicos se inundó en el lugar. Mi giré para saber quiénes estaban conmigo. Jeon Jungkook, Kim Namjoon y Jung Hoseok. Mi sonrisa se anchó al saber que el nuevo estaba en mi grupo. Caminé hacia él y le toqué el hombro.

—Hoseok, ¡Felicidades! Vas de primero. —le dije, haciendo que él me mirara confundido. —Adelante, ve. —lo empuje hacia la piscina.

—¡¿Listos?! —el entrenador levantó la mano izquierda. —¡YA! —el silbato sonó.

Y los cuatro de lanzaron al agua. En la segunda ronda, estaba Jeon Jungkook. Luego seguía Namjoon y yo de ultimo. Le daba al de la suerte entre Hoseok y Namjoon. ¿Por qué con Jungkook no? Él muy desgraciado es mejor que quien mierda sabe. Bastardo.

—¡Se prepara la segunda ronda! —anunció el entrenador.

Me acerqué un poco al borde la piscina y pude ver como Hoseok tomaba la delantera dejando a Jimin a sus pies. ¡A la mierda!

Hoseok fue el primero en tocar el piso, haciendo que Jungkook se preparara.

—¡Vamos bien! —dijo el entrenador y se llevó el silbato a la boca de nuevo. —¡Segundos! —sonó el silbato y Jungkook se lanzó al agua.

Iba como un maldito delfín o pez, no sé qué mierda, pero el bastardo nadaba muy rápido. Namjoon me dirigió una mirada rápida y soltó una carcajada. Me levanté las gafas y miré a Jimin, quien salía se la piscina y se abría el traje dejando a la vista su marcado abdomen.

Oh mierda, ¿Cuántas horas pasará en el gym para tener semejante poder? Esperen... ¡ESTOY MIRANDO EL CUERPO DE JIMIN! Min Yoongi, ¿Qué te está pasando?

Jimin me miró y yo retiré la mirada, fingiendo mirar al suelo. Sentí como se acercaba y una mano en mi hombro me hizo saber que estaba a mi lado. Levanté la mirada y él me sonrió. Se terminó de secar el cabello goteando y me dijo:

—¡Suerte! Ojalá no vayas a perder.

—Gracias por nada, idiota. —Jimin rio y se alejó de mi lado.

—¡Tercera ronda se prepara! —Namjoon se acercó al borde la piscina y Hoseok salió del agua, al ver que Jungkook estaba por llegar.

¡Malditos los dos! ¿Cómo es que nadan tan bien?

El rubio agitó su cabello haciendo que algunas gotas cayeran en mi rostro. Cerré los ojos con furia y me pasé una mano por el rostro para secármelo.

—Flor que da fulgor con tu brillo fiel, ¿Puedes dejar de agitar tu melena? No eres león macho para estar moviéndote así. —le dije a Hoseok y este soltó una risita.

—¿Aún sigues en busca de tu enamorado, Min? —se acercó a mí.

Yo me crucé de brazos y vi de reojo salir a Jungkook del agua. Seguía Namjoon y luego yo. ¡Trágame tierra!

—Eres tú, ¿Cierto? —le dije. —¡Dime de una maldita vez! —Hoseok volvió a reír y me puso una mano en el hombro negando.

—Si sigues jodiendote la vida en buscarlo jamás a parecerá porque tú lo estás buscando. ¡Deja que él venga a ti! —me dijo. ¡El maldito tenía razón! —Suerte con eso, Min. —se fue.

Quizá lo ahuyente en buscarlo. Pero que idiota. ¿Por qué no lo pensé antes?

—¡Tercera ronda! —gritó el entrenador. Levanté la mirada y me di cuenta que Namjoon estaba a pies de Seokjin en el agua, iba a ser el segundo en llegar. ¡¿Por qué carajos todos nadan bien y yo sigo siendo un maldito gato en el agua?! —¡¿Listos?!

Namjoon tocó el piso y yo me puse las gafas de una vez. Tomé aire y me acomodé para lanzarme al agua. Entonces fue ahí, cuando lo escuché reírse. Miré a mi derecha y a lo lejos pude ver a Jimin reírse junto a Hoseok. No lo sé, pero me sentí extraño. Es ese sentimiento que me da solo con mi perro cuando se encariña tanto con Jimin. Ese sentimiento de egoísmo. De... Celos. ¡Oh mierda!

El silbato sonó haciéndome caer de cara al agua y no nadar bien. No alcancé la pared y tampoco tomé impulso. ¡Ya estaba perdiendo! ¡Todo por la culpa de Jimin!

Traté de nadar lo más rápido que pude hasta lo último de la piscina, pero me estaba ahogando. Saqué la cabeza fuera del agua y tomé aire. Pero cuando quise entrar de nuevo, vi como los chicos ya regresaban al punto de inicio. ¿Alguien me pasa un cuchillo? Sí, quiero sacarme los ojos ahora mismo.

Y ahí me quede yo, en la mitad del agua viendo a los otros imbéciles ganar. El silbato sonó por cuarta vez dando por terminado el entrenamiento. Nadé hasta el inicio y salí de la piscina. Me quité el gorro y las gafas, le dirigí una mirada fría al entrenador.

—Que bien nadas, Min. Estoy orgulloso de ti.

—Dejemos la puta ironía y dime que es lo que tengo que hacer. ¿Limpiar el comedor? ¿Barrer el patio? —el entrenador me dio una sonrisa torcida.

—Pulir la cancha de baloncesto. —los unísonos de risas llegaron a mis oídos haciéndome enojar.

Respira. Respira, Min Yoongi. Aún no los mates, aún no.

Apreté la mandíbula y serio asentí a lo que me dijo.

—Después de clase, lo quiero limpio. ¿Entendido?

—Sí, mierda. —dije dándole la espalda y regresando al vestidor de hombres.

Caminé hacia las duchas y me posé debajo de una regadera. Abrí el grifo y dejé que el agua corriera por todo mi cuerpo. Traté de bajarme el cierre, pero no pude. Entonces, sentí sus manos en mi espalda. Miré por encima de mi hombro y me encontré con Jimin detrás. Me bajó el cierre y luego se colocó a mi lado con la espalda apoyada en la pared.

—¿Necesitas ayuda? —lo miré en silencio y suspiré. Por su culpa había perdido y ahora me tocaba limpiar esa mierda. Debería no hablarle. —¿Hola? Tierra llamando al idiota de Min Yoongi. ¡Hey! Cabeza hueca, ¿Estás en casa?

—¿Puedes cerrar la puta boca, Park? —dije y cerré la llave el agua. Lo miré enojado y él solo arrugó el ceño.

—¿Por qué estás tan enojado? Es solo pulirla. Agradece que no te pusieron a limpiar los putos ventanales. —me dijo.

Lo ignoré y caminé hacia las toallas. Cogí una ya me sequé el rostro. Me quité la parte de arriba del traje, dejando las mangas colgar frente a mi pelvis. Dejé a la vista mi pecho y torso mientras caminaba hacia los casilleros. Llegué a mi lugar y me quité el traje, quedando desnudo. Me apresuré en secarme las piernas y mi entre pierna para colocarme la ropa interior. Entonces, Jimin apareció a mi lado apoyando la espalda en el casillero.

—¿Qué mierda te pasa, Min? —preguntó.

Lo seguí ignorando. Pero, ¿Por qué lo ignoraba tanto? Jimin en realidad no tuvo tanto la culpa. ¿Por qué estaba tan enojado? ¿Qué carajos me estaba pasando? ¿A caso sentí celos? ¡Es imposible! A mí me gustan las tetas, no los pitos.

—¡Min Yoongi! —llamó Jimin.

Abrí el casillero con una mano y con la otra tapaba mi parte de enfrente, mientras buscaba mi ropa interior. La encontré y le di la espalda a Jimin para ponérmela. Escuché su risa y me subí la ropa interior. Dejé la toalla en la banca y saqué el uniforme deportivo. Constaba de una sudadera gris y un buzo blanco. Me lo puse todo rápido ignorando su presencia.

¿Por qué estaba haciendo esto? ¿Qué mierda estaba pasando con Jimin y conmigo? ¡No! ¿Qué estaba pasando con Jimin que me hizo desconcentrar y sentir lo que siento?

Cerré el casillero y me senté para ponerme las zapatillas blancas, sin dedicarle una mirada a Jimin. Me sentía incómodo porque ahí estaba él. De brazos cruzados y con su mirada penetrándome el alma. ¿Por qué mierda no se va?

Me amarré los cordones y me levanté de la banca. Me pasé una mano por el cabello aún húmedo. Di media vuelta y caminé hacia la salida de los vestidores sin decir nada. Él cambiaría conmigo por esto, eso ya lo sabía.

—¡Min Yoongi! —escuché su grito por el pasillo.

Frené de caminar y me giré para mirarlo. Ahí estaba de pie, aún con el traje de piscina puesto.

—Tengo algo que decirte... —dijo.

No sé qué era, pero, hizo que mi corazón se acelerara muy rápido. Su expresión era seria y sus ojos se veían cansado.

Park Jimin, espero y no sea lo que estoy pensando. Eres mi mejor amigo... 























































































































































—Smap.

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