EPÍLOGO

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—— GOD SAVE THE QUEEN ——

Daphne hizo girar la silla de su escritorio impulsandose con la pierna, manteniendo la mirada en el frente cuando está se detuvo delante de la mesa. Frente a ella estaba el calendario que marcaba dos fechas muy importantes, tanto para ella como para su familia.

La primera se trataba de la coronación de la nueva Reina de Solaria. La reina Luna, había decidido pasar el mando a su primogénita, la cual se había encargado en hacer de emisaria y embajadora desde que terminó sus estudios en Alfea. Aquello era un hecho sin precedentes, y sabía que era un honor estar entre los primeros de la lista de asistentes, a fin de cuentas Stella había sido como una tía para ella, y más cuando había pasado más tiempo en el palacio que en cualquier otro lugar del Otro Mundo o del Primer Mundo.

El segundo acontecimiento que la hacía ponerse de los nervios, era su inminente ingreso en Alfea. Desde que había sido comunicado su aceptación en la prestigiosa escuela, sus padres la habían insistido en lo imperativo que era que no se metiera en los mismos problemas en los que su madre se había metido, pero aunque por sus venas corriera únicamente la magia de un hada de fuego, sabía que también tenía la impulsividad de su ascendencia como fénix. A fin de cuentas su madre no era otra que Fallon Daniels.

Estoy deseando que llegues.— La voz de Roxy saco a Daphne de su ensoñación.

Yo también te echo de menos, pero mamá quiere permanecer en el Primer Mundo el tiempo suficiente. Ya sabes lo poco que la gusta estar en el centro de atención, le pasa como a tu madre.— La recordó mientras daba la espalda a su escritorio y se llevaba el teléfono al oído.

Ya bueno, el problema es que nuestras madres sí llaman la atención. La tuya por ser un Ignis y la mía por ser la llama del dragón y por estar casada con un príncipe. Puedes imaginar como de desesperada esta por todo.— La recordó.

Tanto la vida Daphne como la de Roxy había estado marcada por qué eran las hijas de Fallon y de Bloom respectivamente, ambas eran las hijas de dos leyendas que habían hecho proezas en el Otro Mundo, pero a pesar de ellos, ambas progenitoras habían buscado la manera de que aquello no pesará sobre los hombros de sus hijas como pesaba en los suyos, pero a pesar de ello ambas amigas sabían que tenían unas altas expectativas que de alguna forma sus familias no las habían impuesto, sino que había sido la sociedad por ser hijas de quienes eran.

—¿También por lo de ir a Alfea?— Inquirió esperando que lo que sus padres y sus tias la habían dicho fuera verdad. Alfea había sido para ellos un lugar donde encontrarse a sí mismos, y ella esperaba lo mismo, deseaba descubrir que sería de ella allí.

—No tanto, el que sí está desesperado es mi padre. Aunque Aisha, como nueva directora, les ha prometido que nos pondrá en la misma habitación y juntas.— La tranquilizó haciendo reír a la morena, ya que aquello la hizo recordar la vez que su madre la habló del plan a veinte años que se había marcado la hada de agua, el cual para poca sorpresa de quienes la conocian, le había conseguido de una manera un tanto diferente a como planeo. Pero a fin de cuentas lo había conseguido.

—¿Y eso les ha tranquilizado?— Preguntó Daphne sabiendo que ambas eran capaces de meterse en toda clase de problemas igual que sus madres, a su edad, habían hecho.

—Tienen a Aisha, a Amber y a Flora para evitar que nos metamos en problemas.— La recordó haciendo que la hada de fuego sonriera al saber que su tía estaría allí, eso la hacía sentir que al menos tendría a alguien con quien entrenar y con quien hablar.

—Genial, va a parecer que tenemos niñeras por todas partes.— Se quejó sabiendo también que tener a tantas caras conocidas por allí no mejoraría para nada la situación.

—No me sorprende a decir verdad, y más puesto quienes somos ambas.— La recordó haciendo mención a quienes eran hijas y los enemigos que podían rondar, ya que a veces la historia se repetía, y lo que más temía Beatrix es que alguna de las dos perdiera a sus padres de la manera que ella los había perdido.

—No ha habido ningún problema con las brujas desde que mi madre mató a Yelena, además que después de ello se llegó a la tregua.— La recordó sabiendo que gracias a aquella guerra y a la valentía de su madre, hadas y brujas vivían en una especie de paz y sin remordimientos, pero a pesar de ello Sky siempre la había advertido que debía de ser cautelosa, principalmente porque dos brujas de sangre engañaron a su propia madre hasta el punto de matarla.

—Lo se, pero no hay que confiarse.— Insistió mostrando el cambio de opinión que había tenido en pocas semanas.

—Ahora suenas como tu abuela.— Puntualizó haciendo mención a la reina Luna, la cual había sido lo más cercano que Daphne había tenido como una abuela, pero no era la clase de abuela que una persona se imaginaba, ya que a pesar de los años, la reina de la luz seguía imponiendo como el primer día.

—Yo también te quiero.— Comentó la rubia molesta de que hubiera insinuado que su abuela podía haber influenciado un poco en su opinión sobre las brujas de sangre, algo que no podía verse ni notarse en alguien de sus estatus, ya que al no tener Stella descendientes directos, eso convertía a Roxy en la próxima reina de Solaria.

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Daphne observó la placa de color dorado donde aparecían el nombre de su madre y de algunas de sus amigas de Alfea, haciendo mención al hecho de que se transformarán, a ello se añadía una larga lista de nombres de hadas y especialistas que lucharon valientemente contra las Brujas de Sangre que lideraba Yelena, algunos de ellos no pudieron resistir el ataque y murieron, siendo recordados como héroes, otros en cambio habían sido testigos de algo a lo que no podían hacer frente y abandonaron sus estudios en el internado.

Para ella aquello era un recordatorio, sus padres siempre la habían recordado que la paz era algo que podía verse alterado rápidamente, ellos lo habían vivido, y de alguna forma la aterraba aquello. Sus padres, sus tias y sus abuelos habían sido héroes en en el Otro Mundo, incluso Silva, que era un abuelo para ella, era una de las grandes leyendas que aún circulaban por los pasillos de la escuela.

—Al fin habéis llegado.— Sonrió Roxy mientras se acercaba a Daphne y ambas se daban un fuerte abrazo.

—Sí, echaba de menos estar en un lugar donde puedo hacer magia públicamente.— Aseguró riendo.

—Pensaba que tus padres vendrían contigo, mi tía esta de los nervios, y mejor no mencionar a mi madre, este embarazo está siendo complicado.— Añadió preocupada ya que a pesar de que Bloom había tenido un hijo más aparte de la rubia, aquel sin duda parecía ser el peor de todos.

—Mi padre ha ido a ver a Silva, ya sabes que desde que se júbilo se ha dedicado a los caballos; y mamá creo que ha ido a ver a mi tía Beatrix, no creo que tarde en llegar.— Se limitó a decir.

—¿Y no has ido a ver a tu tía?— Preguntó sorprendida ya que sabía que Daphne y la hada de aire eran como uña y carne.

—Vendrá con mamá, para ayudar a Stefan a terminar de organizar todo. ¿Necesitáis ayuda?— Quiso saber mostrando que estaba dispuesta a hacer todo lo que estuviera en su poder para poder ayudar.

—Poder dormir a mi tía hasta que sea la coronación, pero ni con el sedante de caballos más fuerte creo que se pueda.— Afirmó sarcásticamente mientras ambas entrelazaban sus brazos y deambulaban por los pasillos del palacio como si aquel lugar no fuera uno de los más importantes de todo Solaria.

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Daphne observó desde la ventana de su habitación la larga y extensa fila de coches que se amontonaba en la entrada del Palacio. En cuestión de pocas horas tendría lugar la coronación, y aunque no fuera a ser ella la protagonista, sabía que indirectamente las miradas estarían posadas en ella por ser la hija de su madre. Y eso la hacía reír con sarcasmo, no podía creerse que su madre siendo una fénix odiara ser el centro de atención, pero aquel era un hecho que había heredado de ella. Como la emoción de saltarse las normas.

—¿Nerviosa?— La voz de Fallon alteró a la joven, la cual se dio la vuelta para mirarla de reojo.

—No todos los días una princesa se convierte en reina, y menos una que acabó con Sebastian Valtor.— Menciono en señal de que estaba nerviosa.

—No me refería a la coronación, cariño.— Sonrió Fallon mientras se acercaba a la ventana para ponerse a su lado.

—Alfea...— Murmuró al darse cuenta de que en menos de una semana estaría en aquel patio donde su vida cambiaría para siempre. —Un poco, sobretodo en la parte en la que soy la hija de mis padres.— Añadió en señal de que el legado que tenía era lo que la aterraba.

—Haz tu propia historia y tu camino, no sigas mis pasos o los de tu padre, sigue los tuyos.— La indicó mientras la agarraba de los hombros y la obligaba a mirarla. —Y haz enloquecer un poco a Aisha.— Añadió guiñandola un ojo.

—Eso siempre, alguien debe de continuar el legado de los abuelos.— Rió en señal de que el hecho de meterse en problemas era algo que la venia de familia. —Aunque os echaré de menos a todos, sobretodo el estar en el Primer Mundo.— Añadió sabiendo que, como a su madre, la gustaba pasar desapercibida.

—Cuando llegue el verano iremos a donde tu quieras.— La prometió mientras la ponía un mechon por detrás de la oreja. —Yo también te voy a echar de menos.— Murmuró con orgullo. —Y espero que tu estancia allí sea mejor que la que tuvimos nosotros.— Añadió soltando un pequeño suspiro.

—¿Iréis a verme?— Preguntó con un hilo de voz algo infantil, mostrando en su tono aquel miedo que pocas veces había mostrado, ya que sus padres siempre la habían animado a hacer frente a sus miedos y habían estado a su lado, pero en aquella ocasión no iban a estar tras ella para protegerla.

—Claro que sí, seguramente Aisha me termine llamando y tu padre querra matarnos, a ti por meterte en líos y a mi por animarte a hacerlo.— Añadió sonriendo haciendo que Daphne riera al darse cuenta de que sus padres eran dos polos opuestos. Mientras que Sky siempre la había insistió en seguir las normas con criterio, su madre la había recordado lo importante que era vivir aventuras y ser fiel a su corazón y a su instinto, por lo que la mayoría de las veces era el consejo de Fallon el que más seguía, lo que generaba que Sky enloqueciera un poco por el mero hecho de que su mujer y su hija fueran dos personas propensas a saltarse las normas y seguir un camino diferente al de los demás.

—Amber hará lo posible para que no se entere.— Garantizó la morena en señal de que su tía la protegería de cualquier regañina por parte de su padre.

—Créeme que los secretos en Alfea se propagan como un incendio.— Afirmó la fénix recordando que durante su estancia allí no pudo guardar por mucho tiempo los secretos, el único que duro algo de tiempo fue su relación en secreto con Sky, pero tampoco duro el tiempo suficiente, ya que los problemas les obligaron a tener prioridades.

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Daphne ocupó su lugar en una de las sillas de la primera fila, junto a ella se había sentado su madre y al lado de ella Sky, los cuales hablaban animadamente con Riven y Aisha, los cuales tenían asignados uno de los asintos de atrás y el de al lado respectivamente. A la izquierda de la joven hada irían sentadas sus tias, Amber y Beatrix, las cuales a pesar de haber tenido una relación por un tiempo, habían decidido romperla y mantener una amistad que a día de hoy perduraba. A ella la gustaba ver aquel paralelismo, ya que podía ver que algunas historias de amor podían perdurar, como la de sus padres; mientras que otras podían romper incluso la amistad como la de Beatrix y Riven; mientras que otras relaciones eran mejor romperlas para mantener la amistad como había sido el caso de sus tias. En todo ello, había algo bonito que la gustaba, ya que al final todos la hacían ver que podía haber diferentes soluciones. Incluso Riven, que en su adolescencia era la pesadilla de su padre había asentado, a su manera, la cabeza y había terminado en una relación con Musa.

—Hola, llamita pequeña.— Sonrió Beatrix mientras ocupaba el asiento de su lado mientras la dedicaba una amplia sonrisa.

—Hola, tía Trix y tía Amber.— Sonrió de lado justamente cuando Amber se sentaba al otro lado de Beatrix.

—Hola, canija.— La saludo Amber con un guiño de ojo mientras se acomodaba en la silla. —¿Hablaste ya con tus padres sobre eso?— Preguntó con curiosidad haciendo que la aludida se diera la vuelta para ver si sus padres la habían escuchado, pero ambos se mantenían entretenidos hablando con el resto de invitados.

—Por ese gesto asumo que no.— Intervino Beatrix con un tono de frialdad característico de ella cuando se trataba de reuniones sociales.

—Ha sido algo difícil, mi madre se ha pasado el verano asegurándose de que no sea un fénix.— Comenzó a decir haciendo que sus tias intercambiarán una mirada, ya que ambas como el resto, sabían que el mayor miedo de Fallon era que su hija fuera un fénix.

—¿Y por qué no se lo dices ahora?— Sugirió Amber con curiosidad.

—¿En mitad de la coronación de Stella?— Inquirió sorprendida por aquella sugerencia. —¿Y qué les digo que estoy saliendo con Roxy? ¿Os habéis vuelto locas?— Preguntó creyendo que aquella era la mayor locura que podía existir.

—Algo que me dijo tu madre hace años, es que es mejor intentarlo que quedarte esperando. Además, Sky y Fallon te aman, no van a decepcionarse por lo que digan. Ambos quieren que seas feliz y decirles aquello no les va a entristecer, Daphne. Debes de mostrar que sigues confiando en ellos.— Comentó la rubia recordando que el apoyo de la Ignis había sido de gran ayuda siempre que había tenido dudas en cuanto a sus sentimientos, puede que de alguna forma Beatrix fuera una hermana adoptiva, pero Fallon era esa hermana que siempre había necesitado y a la que podía recurrir, y a la que seguía recurriendo siempre que podia.

—La confianza en esta familia es algo que nos ha costado crear, pequeña, pero debes de ser valiente.— Añadió la hada de aire, recordando lo difícil que había sido para ellos mantener una buena relación tras todo lo que había sucedido. Ya que fue cuestión de años y de convivencias que el dolor y el resentimiento quedarán apaciguados o por lo menos recluidos a un segundo plano.

—Además, mejor que nadie ellos saben lo que es tener una relación secreta. ¿Acaso no sabes que tus padres les ocultaron a toda Alfea que estaban saliendo por semanas?— La recordó Amber haciendo que la morena se colocará en su silla, mientras intercambiaba una mirada con Roxy, la cual estaba sentada entre sus padres, con su hermano pequeño a su lado, el cual no dejaba de jugar con las pulseras que tenía en sus manos.

Por supuesto la hada de fuego sabía que podía confiar en sus padres y que aceptarían su orientación sexual de buena manera, pero sabía lo que era estar en el ojo de atención, y eso era lo que menos la gustaba. Ya de por si iba a llamar la atención en Alfea por ser quien era, no necesitaba añadir más cosas, pero tampoco quería proclamar aquello a los cuatro vientos, ya que algo que apreciaba era esa poca intimidad que tenía en su casa y en el Primer Mundo, y era por eso por lo que a su madre la gustaba tanto estar entre humanos, porque la permitía ser sólo una persona más y no la criatura más poderosa que existía.

Sopesando las palabras de sus tias, las cuales se habían enfrascado en una conversación con Terra, la joven volvió a centrar la atención en su padres, sabiendo que había llegado el momento de decirles la verdad. Siempre la habían enseñado a ser valiente, la habían querido y habían aceptado sin reproches todas sus decisiones, incluso con las que no estaban muy de acuerdo, por eso sabía que en aquella ocasión no sería diferente, ambos siempre la habían demostrado cariño y la habían demostrado cual de importante eran sus sentimientos y sus opiniones, por lo que en aquel momento una parte de ella se armo de valor para hablar.

—Mamá, papá.— Les llamo captando la atención de ambos, los cuales la miraron preocupados al detectar cierta preocupación en su voz, lo que la hizo sonreír. Sus padres la leían como un libro abierto, conocian sus miedos y sus sueños, y a pesar de ello, parecían ajenos a que estuviera saliendo con Roxy, pero tras lo que la había dicho su tía, tal vez sí lo supieran y solo se hacían los tontos a la espera de que ella estuviera preparada. —Hay algo que quiero deciros.— Añadió mientras soltaba un pequeño suspiro para poder relajarse, mirando a los dos a los ojos, buscando esa tranquilidad que su madre siempre la procesaba las noches en las que no podía dormir, la misma calma que su padre la transmitía cuando fallaba en algún ejercicio de su entrenamiento.

Sin preámbulos, Daphne abrió la boca, dispuesta a decirles un pequeño secreto que para ella era un gran secreto. Como si todo cuanto estuviera pasando no fuera importante, pero en aquel momento era importante para ella. Todos los allí presentes cerca de ella eran importantes, porque formaban parte de su historia, de una historia que comenzó con dos chicas nuevas y que continuaba con sus dos hijas, las cuales no solo serían dos chicas nuevas en el mismo colegio, sino que eran pareja desde hacía un año, ocultando un secreto a aquellos que habían engañado a estudiantes y profesores como si de una película de espías se tratase.

★★★

Hoy decimos adiós a Ignis, y sin duda es una actualización triste.

Os preguntaréis, ¿por qué hoy sábado y no mañana domingo como siempre?

Sencillo, hace 3 años empecé a publicar la historia. Y me parecía poético terminarlo hoy también. No ha sido a posta, puesto que estaba previsto para mañana y llevaba con él epílogo terminado unos días.

El epílogo es un salto temporal, como bien habéis visto.

Un salto temporal donde vemos a las hijas de Bloom y Fallon. Y obviamente sus nombres son un guiño a dos personajes secundarios de la serie original.

Lo primero que quiero destacar en el epílogo es el gif, me encanto hacerlo y daros la sorpresa.

También quería mostraros una realidad diferente, donde las acciones de sus padres están tras sus hijas. Pero también quería hacer un recordatorio o una mención a todas las chicas.

Se que todos queríais que Amber terminara con Riven o Beatrix.

Pero decidí dejarles como amigos, sí mencionar que hubo algo entre Trix y Amber. Y obviamente se que chirría lo de Riven y Musa pero ahí había algo que me gustaba.

También quise dejar claro que Aisha consiguió su plan a veinte años.

Con Bloom bueno, la familia con Stefan es grande. Tres hijos y me encanta. Stella la imagino siendo una tía que adora a sus sobrinos y que prefiere estar sola. No se, la pega.

Fallon y Sky, bueno una única hija me parecía interesante. Una hija con una estándares elevados que además teme ciertas situaciones.

La escena final fue un guiño a Terra y a Amber, a ese miedo que ambas sintieron y quería homenajearlas a su manera.

Espero que os haya gustado el epílogo y la historia. Agradezco el apoyo recibido y lo más importante os agradezco la paciencia que habéis tenido.

Ignis termina hoy aquí, pero aunque sea el final de una historia es la a continuación de un nuevo proyecto.

Por último quiero darla las gracias a scarletqueenx por esas petadas por WhatsApp, o simplemente por tu opinión, por ayudarme a comprimir Gifs, o por los gráficos. A día de hoy no se que haría sin tu amistad en la palyaforma.

¿Qué os ha parecido el epílogo?

Os leo ♥️

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