CAPÍTULO 1

❝ ¿Qué deseas? ❞

vacaciones de verano.

A SIRIUS BLACK SIEMPRE le había encantado hacer chistes. Incluso si su situación no era la mejor, su principal prioridad era llevar alegría a todos los que lo rodeaban. El niño estaba en el punto más bajo de su vida, pero nadie podía verlo excepto él mismo.

Al mirar el reflejo en el espejo, sus ojos eran un recordatorio constante de que nada estaba bien. Su hermano todavía estaba en esa mansión, en el lugar que lo había obligado a huir.

Y aquí estaba él, en la casa de su mejor amigo, rodeado de comodidad y amor por todos lados.

"¿Sirius? ¿Estás bien querido?" preguntó Euphemia.

"Sí, claro." respondió con una sonrisa.

Estar bien, ya no conocía esa sensación. Sirius había olvidado la última vez que estuvo genuinamente feliz, rodeado de alegría y paz absoluta.

En un momento durante la noche, comenzó a arrepentirse de haber dejado atrás a Regulus. Abandonar a su hermano en casa, en medio de todos esos monstruos, era algo que nunca había querido hacer.

Y ahora, la culpa comenzaba a abrumarlo, dejándolo solo con los pensamientos negativos que habían comenzado a nublar su mente.

"¡Canuto, estoy seguro de que Regulus estará bien! ¡Es un niño grande, no tienes nada de qué preocuparte!" dijo James Potter.

"No lo sé James, no lo sé..." respondió Sirius con cansancio.

Ninguna palabra pudo calmar al niño, ni siquiera las de Euphemia, alguien a quien consideraba su propia madre. Una señora llena de tanta amabilidad, tanto cariño.

Euphemia Potter le había dado a Sirius un hogar, un abrazo lleno de amor, un lugar que nunca encontrarías, sin importar lo lejos que viajaras por el mundo.

"Anímate compañero, las clases empiezan pronto. Allí lo verás".

Eso era lo único que lo mantenía activo, el nuevo año escolar que estaba a sólo unos días de distancia. Entonces vería a Regulus. Y había esperado, había orado tan intensamente como pudo, para ver a su hermano exactamente como lo había dejado.

Sin emociones frente al mundo, pero un chico con muchas cosas que decir mientras Sirius estaba cerca. Ojos llenos de silenciosa travesura, que solo su hermano mayor podía notar.

Pero, por desgracia, eso no era lo que el destino le tenía reservado. Sirius Black se sorprendió al notar a su hermano entre la multitud, con una mirada tan letal, que solo podía ver al hijo menor de los Black, pero no a su hermano Regulus.

"¿Reggie?"

"¿Qué deseas?"

Una frase tan corta, pero lo suficientemente aguda como para atravesarle el corazón. Sirius se quedó sin palabras, mientras que su hermano no se sentía más que molesto. Lo último que había querido hacer era hablar con alguien que lo había dejado solo en un lugar en el que nunca había querido estar.

Para Regulus Black, su hermano era simplemente una persona con la que había compartido sangre. Los momentos que habían pasado juntos hacía tiempo que estaban olvidados y, en cambio, estaban llenos de ira y odio.

"Reggie, ¿qué pasa?"

"No quiero hablar contigo, tengo que asistir a clases".

Sirius pudo sentir su corazón romperse en un millón de pedazos, cuando la única persona que había considerado su familia, pasó junto a él con sólo un ceño fruncido en su rostro, y nada más.

Ser odiado por alguien por quien morirías, era un sentimiento que Sirius ni siquiera le desearía a sus enemigos.

Y justo cuando pensaba que su vida empezaría a mejorar, sólo había empeorado.

"Vamos amigo, vámonos".