27.

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—Estoy en una convención con Jennie, responderé después —una carcajada sonó el el teléfono y Rosé sólo apretó sus dientes, viendo a la pelinaranja sacar su billetera para pagar la comida, y volvió al teléfono—. Nunca dije algo gracioso...

—Oh, Dios, chica, es sólo que jamás te esperé ver ahí por una polla.

—Pues no, porque estoy aquí por mi novia y para compartir intereses con ella. —un puchero mientras hablaba y veía a su alrededor.

Aunque sí, Nayeon tenía razón, no estaría ahí jamás, en la vida, pero con su pelinaranja sí. Se despidió de la otra, y volteó a ver a su novia, que volvía con la bandeja y una gran sonrisa.

El motivo se lo mostró, emocionada.

—Dan figuritas de papel de Shingeki no Kyojin, pude elegir la de Historia, mira, te traje la de Ymir. —sí, valía la pena. Rosé sonrió boba mientras veía a Jennie hablar sobre su papel por más de dos minutos, emocionada, mientras comía.

Ella misma limpio esa ketchup que había caído en su mejilla, de forma tierna, haciendo a la otra sonreír, sólo viéndola.

—Gracias por venir conmigo aunque puede que te incomode esto, lo aprecio mucho. —Rosé sólo se acercó y la abrazó más, apachurrándola en sus brazos.
Jennie seguía siendo ese osito que siempre quería estrujar en sus brazos, era el peluche con el que quería dormir abrazada, frotarse, que le de...

Si, seguía ahí ese pensamiento.

Relamió sus labios, riendo nerviosa, mientras sostenía su rostro y besaba su mejilla, haciendo a la otra reír por los piquitos. La vio fija.

—Te amo tanto, amor. —la castaña ahogó su chillido, la vio, y sonrió, acariciando sus mejillas que anteriormente habían sido besadas. Relamió sus labios antes de hablar.

—Nunca habías dicho el 'tanto'. —una risa por parte de las ambas, pero una voz fue la que las interrumpió.
Una voz no tan molesta pero en ese momento sonaba como una horrible, chillona.

Roseanne volteó a ver a su hermano, viéndolo de pies a cabeza.

—¿Qué quieres, Luke Skywalker?

—Que nos des más dinero a Tae y a mí.

—¿Y el que les di? —el más bajito sólo sonrió con dientes, haciendo que su novio sonriera de la misma forma, y ahí, finalmente, Rosé torció sus ojos— No les daré más, esto te pasa por gastarte lo que le di a los dos en un sable láser semirealista.

—Yo les doy más, pero gástenlo con sabiduría, no creo que un Jedi gaste todo en una —el otro asintió repetidas veces, aceptando el dinero, y se fue corriendo con TaeHyung, haciendo a la castaña voltear a ver a la pelinaranja, seria. La otra sólo habló.—. Quiero ganarme a tu familia.

—JiMin es tu esclavo desde que le diste un mecha para armar, y mi papá te llama por tu nombre y no por tu apellido, te adoran. — la pelinaranja sólo la volteó a ver, parpadeando.

—Entonces me estoy preparando para el próximo sábado que vaya a comer con tu familia, hasta he practicado cuántos centímetros debo separar la silla para sentarme de manera correcta. —Rosé torció sus ojos mientras se paraba, haciendo que la otra la siguiera al instante.

Sí, ese no era su hábitat en el que se sentía segura, pero de alguna manera lo hacía al lado de Jennie, que la veía, hablando, se detenían en puestos a ver algunas cosas que le parecieran interesantes a la más baja, y bueno, sí, le estaba gustando.

Quitando la gente que pasaba con trajes gigantes de lobo a su lado, la gente que pasaba sólo viéndola, sorprendidos, y las chicas que se le acercaban a Jennie y esta la volteaba a ver, con un puchero.
Tenía que responder al llamado de su novia.

Se acercó, fingiendo que no vio a la chica.— ¿Todo bien, amor?

El rostro nervioso de la chica, su sonrojo, y se fue, haciendo a Rosé sonreír victoriosa. ¿Cuándo, la gente entendería que la razón por la que tenían sus manos entrelazadas era porque eran novias, y no por ser besties?

Le gruñó a un chico que se le acercó, sacando su celular, y se abrazó más a Jennie, frunciendo su ceño.
Okay, sí, no, no se sentía tan cómoda.

Jennie era un caso diferente a la gente que estaba ahí, porque el olor que se acumulaba, el sudor de varias camisas y escuchaba las palabras 'waifus, lolis' sólo arrugaba su nariz y se acercaba más a la pelinaranja, que reía nerviosa, acariciándola.

Qué bueno que le había agradecido hace unos minutos.

JiMin había querido ir a una convención con TaeHyung y Rosé fue la que la había invitado para pasar tiempo mientras cuidaba al hermanito menor de la chica, y no pudo decirle que no a una convención... y a su novia, a su novia.

Había ido varias veces con Lisa, que aprovechaba para comprar algunos libros eróticos y con Jeongyeon, que sólo la acompañaba, compraba algunas cosas, pero Rosé...

Esta era su primera vez, se la estaba pasando bien, de verdad, pero cada que el furro pasaba a su lado Rosé parecía congelarse y se acurrucaba contra ella, y bueno, era algo gracioso.

Pero fuera de eso, estaba bien, perfecto. Jennie se acercó a besarla mientras esta veía un peluche y se sonrojó, riendo, usando el pequeño peluche como protector de su sonrojo, de su avergonzado rostro.
Lindo.

Hasta el momento de irse, escuchar a los dos menores hablar de lo perfecto que fue, a JiMin presumir su sable de luz, al papá de Rosé decirle que no lo prenda mientras está en el carro, y la castaña, diciendo que fue perfecto, que le gustó, y que la presencia de Jennie fue lo mejor.

La volteó a ver, queriendo besarla, pero TaeHyung en el medio fue la que les interrumpió, sonriendo nervioso con dientes.

—Lo siento, pero... si gustan puedo...

—Está bien, le daré uno más tarde. —la menor le guiñó un ojo, y Jennie sólo sonrió, asintiendo.

Uno, dos, demasiados, muchos besos fue lo que le dio Rosé esa noche, y lo que ella también le dio.

Besó su espalda, sintiéndose cálida, y el escuchar sus pieles chocar fue lo más placentero del día, y más, los gemidos de ambas, el ruido que producían.

Y más, cuando sus manos se entrelazaron, los besos descendieron de su nuca a su hombro, y ahí, lo plantó, junto a un 'te amo', haciendo sentir a Rosé, de nuevo, amada.

Y no era una novedad desde que estaba de ese modo con Jennie.

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