29.

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Rosé subió sus piernas en la silla, entrelazándolas, y bostezó, viendo a una Jennie casi dormida en su silla, masticando de forma automática.

Hasta su tía la vio, preocupada.

—¿Todo bien? Jennie parece cansada...

—No es nada, es sólo que ahora dormí más horas que las que acostumbro, supongo que ahí hay una consecuencia. —rió nerviosa, moviendo su rodilla, alzando JiYu.

Rosé sólo alzó su ceja, aguantando una risa.

Nadie sabía que habían follado toda la noche.

Cómo Jennie había besado cada centímetro de su cuerpo, cuando pegó su frente en su pecho y le dijo que la ama por decimoquinta vez, cómo cada pulgada de ella había complacido por completo a Rosé, y cómo ella hizo lo mismo.
Básicamente la ordeñó, y no podría estar más orgullosa de ello.

¿Era feliz? Mucho, el amor y respeto que le hicieron creer que no merecía y que nunca iba a tener lo estaba teniendo, multiplicado por números grandes que la hacen sentir chica, y sabía, que no era todo el amor que podía recibir, podía recibir más por esa chica que tenía sentada a su sobrina en su rodilla, jugando con ella.

Sí, Rosé se apoyó en su mano, sonriendo.
Cosa que hizo que la pelinaranja apenas la vio, sonrió grande. Sintió cómo se sonrojó al instante.

Sólo se estiró, se quejó un poco, y apenas terminó, escuchó un grito.

—¡Hora de abrir los regalos!

Y sonrió al saber que su novia perfecta había llevado regalos a toda su familia. Suspiró, levantándose, encaminando a una adormilada Jennie que la abrazó por detrás, besando su cuello, y luego apoyándose en él, casi durmiendo.

Hasta escuchó leves ronquidos, haciendo a Rosé carcajear, abrazando esos brazos que la rodeaban. Se dejó querer por todo ese tiempo, y volteó a ver a la chica.

—Tengo tu otro regalo en casa, pero sigue incompleto, ¿podrías esperar unos días? —dijo mientras le cedía una caja.

—Claro, sí... ¿son los boletos para la nueva película de SpiderMan? —sonrió, abriendo la caja, pero lo que recibió fue una figura de DeadPool, y sólo ahogó una risa— ¿es la que rompimos cuando... —un asentir de la otra y abrió su boca— ¡Es la versión limitada que sus ojos brillan en la oscuridad! ¡¿Cómo-

—Yuta me la pudo conseguir, la consiguió barato pero ya sabes, lo caro-

—Es pagarle a él —dijeron al mismo tiempo, riendo, viéndose—. Es el mejor regalo, yo tenía la versión simple pero conseguiste la limitada... Dios, te amo mucho. —su nariz que se volvió rojiza y comenzó a lagrimear hizo que Rosé soltará un agudo 'Aww' y apretó sus mejillas, haciendo un puchero.

—Mi amorcito, me alegro tanto que te haya gustado.

La pelinaranja asintió, haciendo un puchero, que fue besado por la menor, riendo. La otra apuntó una caja grande, y fue por ella corriendo, volviendo de la misma forma con la otra, sonriendo.

—El regalo puede que no sea mucho pero pensé mucho en ti al hacerlo.

Y si ese regalo no era mucho, los otros regalos eran nada.

Rosé sonó su nariz al ver la caja llena de dulces sabor a banana, peluches y dos tazas, haciéndola abrazar a la otra, riendo.

—Será mejor que escondas los dulces en casa porque soy capaz de comerlos todos en un día y entrar en un coma diabético. —la otra asintió.

—Lo tuve en mente, la caja es sólo para que lo veas, lo demás estará escondido en casa.

—¿Y ustedes ya viven juntas? —preguntó una tía, haciendo a Rosé asentir alegre.

—Apenas estamos mudando las cosas de Nini a mi departamento, ella le dejó el departamento de la escuela a su amiga, pero a este paso ya vivimos juntas. —apretó un poco la nariz de Jennie, ganando que la arrugara, y sonrió.

—Y Jennie, me parece raro que tu familia haya cedido a que pases navidad con nosotros, yo ni en mil años dejaría que Rosé pase navidad fuera de casa... —la tía Sowon rió, pero dejó de reír al instante, mostrando que lo que decía iba en serio, y la pelinaranja habló.

—Ehm... Mi mamá tampoco, pero, ahora que era navidad con Rosie... Con mi primera novia mi mamá me dijo que pasara navidad con ella, cedió pues, porque, es mi primera, sí, eso. —jugó con sus dedos de forma nerviosa, tragando saliva, y después rió, ganándose un beso de la otra.

Y la tía sonrió, hablando.— Y qué bueno que trajiste a Jennie, ya eres parte de la familia.

—A Suzy le tomó 2 años que la invites al día de acción de gracias.

—Suzy no es Jennie. —habló, limpiando sus manos en el mantel— ¡Jennie, ven a probar el pastel que hice!

—A Suzy no le dejas tocar la comida hasta que está servida. —la tía la volteó a ver, entrecerrando sus ojos.

—Porque Suzy la vez que le di a probar se acabó todo el puré en una sentada, era probete, no artete.

Rosé sólo rió, negando.

[•••]

—¿Y mi otro regalo?

—Tomará unas horas, Jen, dijiste que querías que Jeongyeon te tiñera rubia, ¿verdad? Ve con ella y no vuelvas hasta en la noche, tengo que montar todo.

''Sólo te hace falta montarla a ella y todo estará listo'' dijo su Diosa interior, pero Rosé sólo sonrió.
La pelinaranja sólo asintió, despidiéndose de la otra, caminando a la puerta, y sólo frunció su ceño.

Vio a Jeongyeon mientras alistaba el tinte, agitándolo, y habló.

—¿Qué será? ¿Por qué específicamente en la noche?

—De seguro te dará un reloj que brilla en la oscuridad. —habló bromeando, pero la pelinaranja negó.

—Ya tengo uno —Jeongyeon aguantó la carcajada, abriendo el tinte, sujetando a Jennie, comenzando a poner el tinte—. ¿Crees que me quede bien?

—Claro, todo te queda bien, cuando te teñí naranja me quería burlar de ti pero quedaste asombrosamente bien, todo te queda bien a ti y no sé por qué.

—Tengo miedo, ¿y si no le gusto a Rosé más?

—No creo que por un tinte se le acabe el amor, aparte ella te dio la vaga idea... Dios, Jennie, tienes tanta raíz, ¿por qué no venías por una retocada?

—Pensé que se veía bien.

—Si querías verte como un flan, lo lograste. —comenzó a esparcirlo con el guante, pero Nayeon habló.

—Jeongyeon, amor, ¿por qué lo esparces con el guante? El guante es para que te lo pongas-

Nayeon sólo cerró sus ojos, pero rió, viendo a su novia y a la amiga de su novia verlas confundidas.

—¿No se puso el guante?

—Ya me lo puse, ya me lo puse...

La más pequeña torció sus ojos, pero recibió un mensaje de la novia de la pelinaranja.

''¿Por qué este cuero es tan difícil? ¿Cómo los debo atar?''

''Van de arriba a abajo.''

''Pero he visto a gente hacerlo de lado a lado...''

''De esa manera no es.''

''¿Quién dijo?''

''Jesús.''

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