En año nuevo hay una fiesta, la gente se amontona y saluda al nuevo bebé de la casa, Jeno esta feliz porque su abuela se ha olvidado por completo de él, y las señoras igual, ahora pueden andar libre sin esconderse a pesar de que los niños lo persiguen para molestarlo, tiene catorce años y se siente mayor cuando las niñas de 11 comienzan a seguirlo por todas partes, se pregunta a si mismo porque no pueden estar detrás de uno de sus primos que ya tienen diecisiete. 

Una niña es quien no lo ha soltado, no deja de sonreírle y abrazarlo del brazo, Jeno quiere zafarse sin dejar de ser amable, pero siente que es imposible porque ella incluso lo espera afuera del baño, no le ha preguntado su nombre y tampoco quiere saberlo. Se acerca a la puerta aun con la niña amarrada y suspira, necesita tomar aire porque siente que se asfixia, para cuando abre la puerta la chiquilla sale primero y él toma ventaja para cerrarla y huir a una de las habitaciones, sube por las escaleras tan rápido que casi se resbala y no mira atrás, cuando se siente a salvo entra a una habitación y cierra la puerta. Observa por la ventana y reconoce a pocas personas fuera, incluida la niña que esta buscándolo.

Suspira y sale de la habitación para dirigirse a la suya, no hay nadie en el pasillo por lo que puede caminar con tranquilidad. No tarda en llegar a su cuarto, abre la puerta y reconoce un cierto olor a césped, algo agradable para él, sonríe y observa su cama, hay alguien ahí, recostado y sabe quien es. Renjun duerme, quizás llegó en algún momento de la noche y al no encontrarlo decidió esperar en su habitación, y de tanto esperar se quedó dormido. Jeno se acerca y suspira quitándole los zapatos, asi es como se da cuenta que Renjun se quedó dormido por accidente, y le causa ternura.

Se recuesta a su lado con cuidado de no despertarlo, mira al techo por varios segundos y despues a Renjun, su corazón comienza a latir a pesar de que él siente que se ha detenido, no es la primera vez que se recuesta con Renjun, cuando eran más jóvenes lo hacían sobre una roca, dormían lado a lado sin ningún problema, pero ahora Jeno no podía ni respirar, era la primera vez que se sentía tan abochornado a un lado del menor, quizás es porque ya tiene catorce años, aunque ni siquiera él sabe la razón, siente duda de si querer encontrarla o no. Cierra los ojos esperando calmarse, espera a que su corazón se tranquilice.

Cuando por fin está en calma se anima a abrazar a Renjun, cierra los ojos y a pesar de que no es su intención se queda dormido. Los fuego artificiales los despiertan, hay personas haciendo ruido abajo y mucho escandalo afuera, Renjun es el primero en abrir los ojos, luego es Jeno quien automáticamente sonríe.

—Feliz año nuevo. —y Renjun solo lo mira. murmura con la voz ronca

—Feliz año nuevo.

Ambos sonríen mientras la habitación se ilumina con los fuegos artificiales, no les importa el sonido afuera o abajo, porque todo se escucha lejano y poco real. Cuando Renjun se acerca Jeno cierra los ojos, piensa que recibirá algún beso, pero no, el menor solo se acurra en él y hace que una sensación metálica le recorra el cuerpo. Hay una última sonrisa en sus labios antes de abrazarlo e intentar volver a dormir.