Hablar hasta altas horas de la noche es un momento inigualable, porque no hay nadie que los moleste o interrumpan, las pláticas son tan honestas porque mueren de sueño pero se niegan a dormir, es por eso que es fácil enamorarse un poquito más en esas platicas interminables donde las sonrisas no deja de brotar y las risas rompen cualquier silencio. Es por eso que Jeno adora hablar con Suni todas las madrugadas.  

Aparte de ser un chica hermosa ella es graciosa y se da tiempo para escucharlo y sacar lindos comentarios acerca de lo que le gusta de él u otras personas, porque Suni tiene un corazón de oro que ha sido quebrado varias veces, pero Jeno será quien lo protegerá esta vez, y eso es lo que le ha dicho a Suni en una de sus tantas noches en vela, cuando se mandan fotos de la luna o el cielo estrellado.

"Humm... el gran Lee Jeno no tiene novia porque..." y ella se queda esperando a que le diga el porqué. Jeno sonríe.

—Porque solo hay una chica que me parece infinitamente preciosa.

Escucha la suave risa de Suni, aquella risa delicada y angelical que lo deja enredado en ella. Ama escucharla reaccionar a todos sus comentarios, porque ella es expresiva a pesar de ser un poco tímida y querer ocultarse entre sus delicados brazos.

"Me muero por saber quién es la afortunada" canturrea ella. "¿será Lian?"

—Nunca me gustaría Lua. —ambos se ríen pero quizás no por la misma razón. Suni debería de estar riéndose de que aun Jeno no pronuncie bien el nombre de quien es su amiga—. La chica de la que hablo es mucho más linda.

"Lian es muy linda. Ella nos presentó"

—Cierto.

La voz cariñosa de ambos corre por la línea, de ida y vuelta sintiéndose conectados y no distantes como debería de ser. Jeno suspira porque aún no se convence de que Suni exista, ella es demasiado, tanto como para hacerlo dudar de si eso es un sueño o no.

"Jeno" Habla ella después de un corto silencio. "me gustas."

Jeno no deja de lado su sonrisa, está feliz.

—Tú también me gustas.

Aunque con decir eso Jeno siente que se queda corto, porque siente algo que va un poco más allá de eso, quiere decírselo pero se lo impide pero no sabe porque. Quiere decirle que la quiere, pero de sus labios no sale ni una palabra.

"Entonces..."

—Entonces eres mi novia.

Y a pesar de que ninguno puede verse sabe que sonríen, que aquella noche es especial porque acabaron por confesarse a través de una llamada telefónica.