“El truco está en ser un poco hijo de puta, romántico y muy pervertido”

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¿Quién dijo que dos personas no podían enamorarse a primera vista?

¿Qué el amor a primera vista no existe?

Si existe, es un hecho.

Pero para Maksim y Ava no era ese el caso.

Ambos se negaban a creer en esa teoría —según ellos— absurda, por diferentes razones.

Maksim, era un hombre cuyos intereses se reducían al bienestar de su familia y su profesión, su pasión por los negocios. Era un hombre acostumbrado a conseguir lo que quería y cuando quería y eso incluía mujeres. En su vida no había espacio para las relaciones serias, mucho menos para cosas triviales como lo era el amor.

Ava, una chica que había decidido firmemente que el amor no era para ella, luego de ver cómo su novio, el hombre en el que había depositado todas sus esperanzas, sus sentimientos, con el que había pensado casarse en un futuro y formar una familia; la engañaba de la peor manera que un hombre podía engañar a una mujer. Toda su vida cambió luego de ese suceso tan dolorosamente desagradable para ella, en particular sus visiones sobre la vida. Desde ese momento decidió dejar de ser esa niña agradable que se desvivía por complacer a los demás, comenzó a vivir su vida como realmente ella lo merecía.

Ellos únicamente buscaban diversión.

Pero terminaron convirtiéndose en la debilidad del otro.

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"Dime que soy tuya con tu mano en mi garganta"