001. first kill

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CHAPTER ONE
❝primer asesinato❞
scream v: maniac | act. one







—¿CÓMO ES ELLA? ¿LA HERMANA?

¿Sam? Es muy cool —respondió Chad sonriendo.

—Lo dices porque te dejó usar pijamas de Pokémon todo un año —se burló Mindy.

—Cierto. Eso es cierto.

—Créanme, Sam no es cool —Amber se cruzó de brazos—. Su papá dejó a su mamá. Se fue cuando Tara tenía ocho años y Sam trece. Sam se rebeló, tuvo problemas con la policía. Y cuando cumplió dieciocho, se fue. Los abandonó. Tal vez cambió. No quiero que lastime a Tara otra vez.

—¿Ahora proteges a Tara de su propia hermana? —preguntó Wes.

—Alguien debe hacerlo.

—Ningún chico es bueno para ella ¿y ahora tampoco su familia?

—Uuuuh... motivo —dijo Mindy—. "Si no es mia, no es de nadie". Todos sabemos que te gusta Tara.

—Por favor, Mindy.

—Pero todos somos sospechosos.

Todos compartieron miradas interrogativas. Tyler abrazo a Amber por detrás y apoyó su mentón en su hombro.

Amaba abrazarla.

—Excepto Liv —añadió.

—Gracias —dijo sonriendo.

—Eres muy aburrida para eso.

—Liv. ¿Quieres un trago real? —dijo Vince apareciendo de la nada—. ¿O te gusta estar en la mesa de los niños?

Tyler y Chad dejaron cualquier cosa que estuvieran haciendo para acercarse al tipo.

—Escucha, Michael Myers deforme, fue una aventura de verano —dijo Chad enojado—. Nada más.

—¿Te hablé a ti?

—Da igual a quién le hables.

—Liv, vámonos —la llamó.

Tyler se metió entre Chad y Vince dándole un empujón al último.

—Aléjate de ella —amenazó y vio que Vince sacaba una navaja—. Apuñalame si eres tan hijo de puta, veamos como te va.

—Lárgate o llamo a la policía —dijo la señorita del bar—. Niños, ustedes también. Fuera.

—¿Eres tonto? —le preguntó Amber mientras salían del bar—. Conoces a los tipos como el, ¿crees que no te iba a apuñalar?

—Linda, era un lugar repleto de gente —Tyler se acercó y sonrió levemente—. No me iba a pasar nada.

—No puedes hacer eso cuando hay un posible asesino suelto —reclamó Amber con preocupación—. Vas a hacer que te maten.

—Está bien, lo siento —Amber bufó y se fue al auto de Tyler.

Una vez ahí, el castaño tomó su teléfono para poner música cuando Amber soltó su cinturón.

—Se me quedo mi bolso adentro, ¿me esperas aquí?

—¿No quieres que te acompañe? —preguntó un poco indeciso—. Ese imbécil puede seguir por aquí.

—No te preocupes, volveré en cinco minutos —sonrió y se bajo del auto.

Oh, Amber se iba a vengar. Nadie amenazaba a su novio.

—Hay un cadáver afuera de un bar y a ti te atacaron aquí —dijo la sheriff sin querer mostrarse estresada—. ¿Dices que te llamaron del número de Amber?

—¿Y? —dijo la chica a la defensiva—. Llamó de mi número cuando atacó a Tara.

—O, solo estoy especulando... tú eres la asesina —dijo Richie.

Tyler dió un paso, listo para defenderla pero Amber lo detuvo, entrelazando sus dedos.

—¿Tú dónde estabas cuando sucedió? —preguntó la sheriff.

—Estaba... viendo Netflix.

—Ah, sí —dijo Amber sarcastica—. Qué buena coartada.

—¿Tú dónde estabas? —preguntó Richie.

—La estaba interrogando con sus amigos en la estación.

—Vinimos apenas nos enteramos —dijo Tyler un tanto molesto con Richie. No confiaba en el—. Pero tu coartada de Netflix es espectacular, muy convincente.

—Basta, los tres —interrumpió la oficial.

—¿Va a poner más policías en su habitación? —preguntó Sam.

—Sí —asintió—. Y puedo llevarte a un piso privado. El oficial Vinson es profesional, estarás bien.

—¿Cómo hasta ahora? —dijo frustrada.

—Samantha, vamos afuera —La sheriff sonrió, tratando de mantener la calma y las dos salieron de la habitación.

Amber intercambió palabras con Tara mientras Tyler miraba fijamente a Richie, que se removió incómodo en su asiento.

—¿Por qué me miras tanto? —preguntó nervioso.

—Muérete.

Sam volvió a la habitación con cara de pocos amigos. Tyler despegó la vista de Richie.

—Sigue siendo un encanto —murmuró sarcástica.

—¿Estás bien? —preguntó Tara.

—¿Les importaría dejarnos? —pidió Sam—. Debo hablar con Tara.

—Vámonos, Netflix —dijo Amber, tomando nuevamente la mano de su novio y saliendo de la habitación.

—Tengo que irme a casa —dijo Tyler viendo los veinte mensajes y cinco llamadas perdidas en su pantalla—. Papá esta enloqueciendo.

—¿Te veo mañana? —preguntó la chica sonriendo.

—Claro que sí.

Tyler la besó, dejando sus manos en su cintura mientras Amber pasaba sus manos por su cuello con delicadeza. Sus manos estaban frías.

—Buenas noches, linda, ten cuidado.

























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