𝟎𝟏 | 𝐨𝐜𝐞𝐚𝐧 𝐞𝐲𝐞𝐬

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Feyre Stark, primera descendiente de Lord Rickon Stark, futura Lady de Winterfell. El lobo blanco. Subestimada por ser una mujer exigiendo su derecho a dirigir Winterfell. Su hermano, Cregan Stark era nadie más que su persona favorita, aunque al pasar los años, cuando Feyre se había ido de Winterfell, perdieron el contacto; pero eso no fue suficiente para abandonar todo el cariño que se tenían.

Cregan pronto tomaría el título de Lord Stark, decepcionando un poco a Feyre pero aún así lo apoyó. Pero esto tomaría tiempo en el futuro. Ahora, lo único que sabremos es sobre los Targaryen.

Daemon y Feyre habían sido mejores amigos desde que la chica tenía uso de la razón. Era de esperarse que con la encantadora personalidad de Daemon, Feyre tendría que ser la cuerda del dúo, peor en realidad ambos estaban desquiciados. Aún así, Feyre logró conservar la cordura, siendo la razonable en el dúo. La diferencia de edades nunca fue algún inconveniente, pero muchas personas en King's Landing creían que el Targaryen tenía intenciones de desposar a la Stark, cosa que era totalmente falsa.

Esta cercanía con el Targaryen provocó que cierto cariño creciera en Viserys Targaryen, el Rey. Fue tanto cariño que cada vez que Rickon se dirigía hacia King's Landing, el rey solicitaba que la joven Stark los acompañará, con el propósito de acompañar a su hija, Rhaenyra Targaryen y con ella, Alicent Hightower.

Su amistad creció con un vínculo fuerte. Rhaenyra y Alicent crecieron siendo mejores amigas, compartían tantos gustos que les fue casi imposible no conectar, pero con Feyre era diferente. Para Rhaenyra, Feyre era la persona más valiente que había conocido con su corta edad. Rhaenyra montaba un dragón y Feyre tenía a un lobo, lo que era irónico es que a Rhaenyra le aterrorizaba aquel lobo que solo quería acercarse a ella por cariño.

Con Alicent, era un vínculo extraño. Ambas eran como hermanas y aunque tuvieran muchas diferencias, sabían que sin importar nada, jamás se lastimarían. Oh, pero que equivocadas estaban.

Al pasar los años, Rickon ya no era solicitado con tanta recurrencia como antes, así que Feyre dejó de ir a King's Landing, quedándose en Winterfell hasta ahora.

- ¡Mi amiga! - exclamó Daemon entrando a los aposentos de Feyre sin siquiera tocar

- No te cuesta nada tocar - mencionó Feyre rodando los ojos mientras desempacaba varios de sus vestidos de su baúl. Después de cinco años, Feyre por fin había regresado a King's Landing. El rey quería que los Stark estuvieran presentes en el nacimiento de su próximo hijo

- Tu lobo está a punto de comerle una pierna a un guardia - avisó despreocupado haciendo que Feyre parara de hacer lo que estaba haciendo

- Probablemente lo merece - mencionó la Stark mientras continuaba desempacando sus cosas - Estoy segura de que no venías para avisarme que Jax está teniendo su cena - comentó mientras se sentaba en la cama

- ¿Por qué no le haces un favor a tu amigo? - mencionó con complicidad

- No - respondió con rapidez

Solo Feyre podía dirigirse de esa manera hacia el príncipe sin recibir por consecuencia alguna represalia.

- Eso fue hiriente - dijo mientras se acercaba un poco a ella - entonces tu príncipe te ordena que le hagas un favor - Feyre rodó los ojos, odiaba cuando usaba su posición en su contra

- ¿Qué es lo que el tan afamado príncipe quiere? - preguntó bufando - no me digas, quieres un masaje - dijo con sarcasmo mientras sonreía con diversión

- Me vendría bien siendo sinceros - respondió pensando - quizás luego - mencionó sonriendo - necesito que busques a Rhaenyra, Viserys le dijo que no montara a su dragón - mencionó con complicidad

- Entonces seguramente está montando - respondió la Stark sonriendo ligeramente - ¿por qué no le pides a uno de tus sirvientes que la busque? - preguntó con nervios

- Porque tú eres tú, me causa mucho entusiasmo ver cómo te pones nerviosa frente a ella - por supuesto que Daemon sabia de el no tan pequeño enamoramiento de Feyre hacia su sobrina, no porque la Stark se lo dijera, simplemente era muy observador. Desde el momento en que descubrió aquel secreto se a encargado de hacer que en cada oportunidad Feyre pueda ver por fin a Rhaenyra. No lo hacía por querer ver felices a alguna de las dos, aunque no le venía mal; su objetivo era distraerse a sí mismo con el drama de ambas chicas.

Feyre salió de sus aposentos determinada a encontrar a Rhaenyra, no sin antes recibir una burla por parte de Daemon. En su camino se encontró con su vieja amiga, Alicent Hightower, por lo que corrió a abrazarla sin dudarlo.

- Pensé que vendrías hasta la semana que viene - dijo Alicent con emoción al ver a su amiga - Rhaenyra va a estar muy feliz de verte - unió sus brazos estando feliz de que su amiga estuviera ahí - también mi hermano - dijo de manera pícara, provocando que Feyre girara los ojos

- ¿Tu hermano? ¿El odioso que quiere casarse conmigo para poder tener a un lobo? - dijo mientras caminaba a la par de Alicent

- Oh no, el está aterrorizado de Jax - mencionó mientras se giraba a ver al lobo que las seguía - pero probablemente quiere ser el siguiente Lord de Winterfell - agregó por lo bajo, haciendo que Feyre bufara

- No creas que me casaré con el, Alicent - sentenció mientras ambas se detenían durante a su transporte

- No espero que lo hagas - respondió sonriéndole - anda, seguramente Rhaenyra está a punto de llegar - dijo mientras subía a la carroza













Feyre había comenzado a tronar sus dedos con ansiedad, esperando en cómo sería el momento en el que por fin vería a Rhaenyra después de tanto. Alicent observaba a su amiga con cariño, sabia que Feyre tenía un cariño especial por Rhaenyra, pero jamás creería que fuera de una manera romántica, ella no quería reventar esa burbuja en la que las tres vivían, no quería pensar en que algo podría pasar entre sus dos mejores amigas, pero era algo imposible de ignorar.

- ¿por qué estás tan nerviosa? - preguntó Alicent con interés - quiero decir, es Rhaenyra, crecimos juntas - explicó mientras la miraba con cariño - Estoy segura de que estará feliz de verte de nuevo - sonrió de manera honesta - Justo como lo estoy yo - dijo tomando su mano, haciendo que Feyre se tranquilizara un poco - ya llegó - dijo con felicidad al ver como Syrax, el dragón de Rhaenyra aterrizaba

Ambas chicas bajaron de la carroza en espera de su amiga.

- ¡Feyre! - exclamó Rhaenyra al ver como su mejor amiga estaba esperándola, ignorando a cualquier otra persona en el lugar - viniste - sonrió posicionándose frente a ella, peleando contra la necesidad de abrazarla

- Tu llamaste - sonrió la Stark sin poder evitar abrazarla con fuerza - espero que mi presencia y la de mi padre sea placentera para ti y el rey - mencionó sonriendo haciendo que Rhaenyra riera.

Ambas sintiendo los fuertes latidos de la otra emocionadas por la presencia de aquella persona que tanto extrañaba.

Cuando se separaron, notaron que Alicent las miraba entre confundida y feliz.

- Syrax está creciendo - mencionó Alicent con una sonrisa - pronto será tan grande como Caraxes - dijo cambiando de tema

- Es casi suficiente para dos monturas - respondió Rhaenyra sonriéndole a ambas chicas insinuando que quería su compañía alguna vez

- Creo que me quedaré como espectadora, gracias - rechazó Alicent - pero recuerdo que Feyre había mencionado que su sueño era volar - comentó Alicent con complicidad haciendo que Rhaenyra sonriera

- Está hecho, libera tu agenda, Feyre - sentenció Rhaenyra mirando a la castaña - vas a volar conmigo - dijo sonriendo

- ¿Es una orden o invitación? - preguntó Feyre riendo un poco

- Tu princesa te lo ordena - respondió Rhaenyra con complicidad, haciendo que las tres rieran

- Sus deseos son órdenes, mi princesa - Feyre hizo una reverencia a modo de juego causando que todas sonrieran y así entraron al carruaje directo al castillo

Las tres chicas caminaban con felicidad con sus brazos entrelazados por el castillo, directo a los aposentos de la reina Aemma.

- Rhaenyra, sabes que no me gusta que vueles cuando estoy en esta condición - dijo en el instante en el que su hija entró

Feyre y Alicent se quedaron en la entrada, esperando a su hija

- No te gusta que yo vuele cuando estás en cualquier condición - respondió Rhaenyra

- Majestad - saludaron con cortesía ambas chicas desde la entrada

- Buen día, Alicent, Feyre - saludó la reina cansada, parecía que estaba a punto de dar a luz

Rhaenyra y la reina entablaban una conversación mientras las otras dos chicas conversaban con felicidad ante verse de nuevo.


Poco después, las chicas se separaron, Rhaenyra dirigiéndose con su padre en el consejo y Feyre fue con Daemon.

- Daemon - suspiró Feyre al por fin encontrarlo en los jardines - ¿recuerdas lo que me dijiste la vez pasada? - dijo sin esperar alguna respuesta de el

- Dijo muchas cosas, Feyre - respondió - vas a tener que ser más específica - comentó mientras se sentaba

- Cuando era menor, dijiste que me ayudarías en cualquier cosa - respondió haciendo que Daemon pusiera más atención - Bueno, ahora es el momento adecuado para que me ayudes - dijo mientras jugaba con sus anillos

- ¿qué necesitas? - preguntó sin dudar en ayudarla, Daemon podría ser cualquier cosa, pero nunca un enemigo para Feyre. Quizás para la mayoría de las personas lo era, pero no para Feyre

- Necesito que seas un cuervo - respondió haciendo que Daemon cambiara su cara a una confundida

- ¿Estás jugando conmigo? - preguntó con irritación - ¿quieres que sea tu pájaro mensajero? - dijo con sarcasmo

- Si - respondió Feyre con simpleza - tu más que nadie sabes que me cortarían la cabeza si me descubren hablando de una manera inapropiada con Rhaenyra - dijo bajando la cabeza al recordar la imposibilidad de estar algún día con la princesa

- Dale esto a Rhaenyra- dijo mientras le entregaba un hermoso collar a Daemon - No le digas que es de mi parte - pidió haciendo que Daemon suspirara

- Estás jugando un juego muy peligroso, Feyre - dijo Daemon mientras guardaba el collar en uno de sus bolsillos

- Lo se - respondió mirándolo - pero siempre me ha gustado jugar con el fuego - dijo con una sonrisa, convenciendo así a Daemon de ayudarla

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