𝐌𝐚𝐧-𝐦𝐚𝐝𝐞 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫𝐬

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──── 𝐌𝐚𝐧-𝐌𝐚𝐝𝐞 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫𝐬 ────
Haikyuu!! Fanfiction written by Peachdoll




Wakatoshi and Ryohei were doomed to fall in love.

Madarame Ryohei era un mujeriego con M mayúscula. Aunque él prefería el término "romántico empedernido".

Le gustaban las mujeres, las amaba. No encontraba nada más fascinante e hipnotizante que ver a una niña bonita simplemente existiendo. Amaba sus manos delicadas y dedos largos, amaba la calidez en su mirada y la dulzura en su voz.

En la tranquilidad que precedía a la tormenta de los partidos, cuando los gritos de la multitud aún eran susurros lejanos y la adrenalina aún no se desataba por completo, Ryohei encontraba consuelo y confort en su novia del momento.

Extrañaba jugar por hambre de victoria más que por rutina. El entusiasmo que alguna vez hizo que sus piernas se movieran solas y el cansancio de sus hombros se desvaneciera, poco a poco se apagó, reemplazado por simple aburrimiento y monotonía.

Se refugió en la adoración de las niñas que se reunían en las gradas para ver sus partidos, una extraña forma de validación que apelaba a su vanidad y le dio una chispa de emoción que el voleibol ya no le daba por sí mismo. El mar de miradas llenas de admiración era hipnotizante, algunas más atrevidas que otras, encontraban en valor de hablarle y darle regalos. No había nada que él amara más que la atención femenina y disfrutar el sabor de su afecto.

Su extraña e inexplicable devoción era reconfortante, pues aún sin tener una razón para hacerlo, ellas vivían los partidos como si estuvieran dentro de la cancha, sus lágrimas caían ante cada derrota y todas las victorias estaban acompañadas por sus gritos de alegría. Debido a la realidad empañada por la admiración, sus errores eran insignificantes y sus fallas se desvanecían ante la mirada indulgente de unas cuantas niñas.

No le importaba ganar porque la victoria fuera satisfactoria o reconfortante, no podía pensar en nada más que en los brillantes ojos que lo miraban con fascinación y deseo, en la emoción que ellas sentían cada vez que saltaba a bloquear, cada vez que sus servicios se estampaban en el piso.

Amaba leer sus cartas y su delicada caligrafía, mirarse al espejo y encontrar ligeros rastros de labial en sus mejillas o descubrir un delicioso aroma floral atrapado en su ropa. Amaba ver que sus delgados dedos no tenían ni la mitad del tamaño que los suyos, sentir sus manos enredándose en su cabello a mitad de un beso y escucharlas suspirar. Ellas le devolvían el color a la monótona película en blanco y negro que era su vida.

Sin embargo, cuando la rutina se volvía aburrida y su novia del momento perdía el olor a nuevo, no había más opción que buscar a una nueva y repetir el ciclo. La sensación de novedad era mucho más atractiva que la gastada rutina de triunfar sin intentar. Necesitaba sentirse hombre nuevamente y buscar un reto real, un obstáculo que no pudiera superar al primer intento.

Nada más que un deseo egoísta, arraigado en su ferviente necesidad de sentirse deseado, de ser el centro del universo aunque fuera solo por un momento.

Sus ojos se revelaron en su contra y se encontró a sí mismo incapaz de quitarle la mirada encima a su rival declarado. Ushijima Wakatoshi era la cara del éxito, una meta personal impuesta por la ambición y el deseo, era la piedra más grande en su camino, la pared más alta que podría encontrar.

El dolor de todas las derrotas contra su equipo era mucho más intenso y abrumador que cualquier victoria. No le importaba vencer a un montón de insignificantes e irrelevantes escuelitas si era incapaz de hacerle frente al gigante de gigantes.

Todo en él era pura fuerza y firmeza. Aún siendo más alto que él, las manos de Wakatoshi eran tan grandes que las de Ryohei parecían mucho más pequeñas a su lado. Su espalda era tan amplia como una muralla y sus hombros tan fuertes como un jodido roble.

Su presencia era aplastante e imponente, la intensidad de su mirada era más elocuente que sus pocas palabras. No había voz que se atreviera a enfrentarlo y todos los ojos encontraban su camino al suelo al no tener el valor de mirarlo a la cara. 

La delicada belleza que lo mantenía atraído a las mujeres parecía hacerse polvo entre sus fuertes brazos y desaparecer bajo la intensidad de su mirada.

Por mucho tiempo no fue más que un enemigo a vencer, nada más que un obstáculo que casualmente tenía nombre. Ryohei no era capaz de maldecir su nombre porque le parecía ridículo. Quería odiarlo para encajar, repudiar su nombre en un patético intento de pertenecer a un mundo dónde él era el enemigo.

Wakatoshi se volvió su más grande anhelo, una completa obsesión que consumía cada uno de sus pensamientos. Después de las incontables horas que pasó analizando sus partidos y buscando alguna falla en aquella impecable técnica, el interés se deformó y lo que inicialmente fue mero interés deportivo, pronto se retorció en pura fascinación y deseo.

Conocía sus movimientos como la palma de su mano, sus manías nerviosas y hábitos ansiosos. Había pasado horas estudiando su técnica, diseccionando cada uno de sus partidos con la meticulosidad de un cirujano y la obsesión de un maldito loco. Lo que inició como un patético intento de prepararse para enfrentarlo y un método de auto-engaño, se había transformado en algo mucho más vicioso.

Veía sus partidos de forma casi religiosa. Estaba completamente cautivado por la forma en que se movía, la intensidad en sus ojos, la precisión de su técnica. Todo en él era hipnótico, Wakatoshi era la luz que mantenía a Ryohei pegado a la pantalla como una polilla.

Él era la pieza que le faltaba, él tenía lo que había estado buscando en los brazos de sus novias. Su mente y sus pensamientos estaban consumidos por él. Cada momento que pasaba despierto estaba empañado por el deseo de volver a verlo, enfrentarlo en la cancha y demostrar que era digno ante sus ojos. Ya ni siquiera le importaba ganar; Se trataba de él, de la forma en que su presencia hacía que volviera a la vida.

Más allá de sus devastadores remates y su aura de victoria, en Wakatoshi yacía un misterio que su mente ansiaba descifrar. Quería saber todo sobre él, entender qué lo impulsaba, qué lo hacía funcionar. Quería conocer al ser humano que se ocultaba bajo la piel de un atleta que todo el país temía y adoraba.

Aún así, nunca habían hablado más allá de las formalidades del juego, pero su conexión se sentía mucho más real y tangible que cualquier otra relación que hubiera tenido antes. Se descubrió a sí mismo deseando besar sus labios, sentir sus fuertes brazos, solo quería descubrir alguna vulnerabilidad o delicadeza entre ese vasto océano de rudeza y fuerza. Quería saber que se ocultaba tras esa imponente mirada.

La fantasía de vencerlo era reconfortante, la posibilidad de conocerlo era aplastante.






𝐔𝐬𝐡𝐢𝐣𝐢𝐦𝐚 𝐖𝐚𝐤𝐚𝐭𝐨𝐬𝐡𝐢 
Athletic monster

18 yrs old Leo ISTJ Wing Spiker

── Man, Am I the greatest? 


𝐌𝐚𝐫𝐚𝐝𝐚𝐦𝐞 𝐑𝐲𝐨𝐡𝐞𝐢
Lovesick monster

18 yrs old Scopio ENTP Middle Blocker

── If pain is beauty, I'm a pretty bitch. 







𝐖𝐚𝐫𝐧𝐢𝐧𝐠𝐬, 𝐛𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞 𝐫𝐞𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠: 

➺ Aunque la historia abarca gran parte del anime y manga, al no estar centrado en los protagonistas (el equipo de Karasuno) no sigue la línea canon al pie de la letra. Aún así, advierto de posibles spoilers. 

➺La historia es un canon x male!oc (personaje original masculino) por lo que no es un "x reader". El personaje de Madarame Ryohei, su historia y el resto de los personajes secundarios, son de mi propiedad, así como las ilustraciones originales de cada personaje. 

➺ Por si no es obvio la historia es un boys love y de verdad no quiero ver comentarios tirando hate al respecto. La preferencia por cualquier género de lectura es completamente personal y no es necesario odiar otros, get over it. 

➺ Esta es una historia es una lectura ligera y la trama no es nada complicado.  Simplemente me gusta escribir por amor al arte y disfrutar el proceso. 

N/A: Por fin sucedió. Si me conocen, sabrán que he sido fan de haikyuu desde que tengo como 15 años y la primera temporada estaba en emisión, no hay nada que yo ame más que este anime y por fin pude hacer todos los fics que quiero para este universo, aunque la trama no es nada realmente complicado o complejo, me encantan muchísimo estos fics y están hechos con puro amor al arte jaja. 

También les recuerdo que tengo un canal de difusión dónde hablo de un montón de cosas y comparto mis dibujos de morras bonitas y vatos chichones, el link está en la descripción de mi perfil. 



Publicación original:
08  •  30  •  2024


Trivia: Good Luck, Babe! - Chappell Roan

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