3.

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Taeyeon se frotó la frente com frustración. — Desearia poder decir que no es un gran problema, Roseanne, pero no puedo. Jennie está en alguna parte, solo Dios sabe dónde. Te engañó para que pensarás que era Kim JiSoo.

—Lo sé. Era demasiado convincente, Taeyeon. Si estuvieras en mi lugar, probablemente también la hubieras confundido con un médico. Confía en mí, por favor. — le supliqué.

Esta vez las lágrimas corrieron por mi cara sin que me diera cuenta.

Una paciente psicópata salió debido a mi error.

Podría perder mi trabajo, o peor, alguien podría salir lastimado.

—JiSoo te quiere fuera de esta ala. – dijo, pasándome  un montón de pañuelos.

—Entiendo. – exclame.

Lee TaeYong, el chico de seguridad entró corriendo en la habitación. El chico alto y tímido parecía agitado.

—¿Qué pasa, TaeYong? – Taeyeon preguntó.

—No le va a gustar esto, doctora. – dijo y, sin esperar, añadió. — Recibimos noticias de un Nissan blanco estaba escondido en el bosque a unos kilómetros del hospital. Alguien irrumpió en un apartamento cercano y el hombre fue encontrado inconsciente  en el piso con...

—¿Marcas de mordidas? – Taeyeon terminó por él.

TaeYong tragó.

Estaba aterrado de siquiera hablar de ello. — Parece que falta un trozo de carne en el área del hombro.

Taeyeon suspiró. — Jennie.

—¡Oh, Dios mío! – eso es todo lo que dije y lo único que recuerdo es que mi cabeza daba vueltas y que alguien gritaba pidiendo ayuda.

Cuando abrí los ojos, me di cuenta de que todavía estaba en la oficina de Taeyeon.

Yo estaba acostada en la cama de chequeo para los pacientes.

Me senté derecha y desde las finas cortinas pude ver a Taeyeon y a JiSoo hablando entre ellas.

Mi cerebro todavía estaba tomando tiempo para procesar lo que había sucedido hasta ahora.

La verdadera JiSoo, la que se parecía a una de las integrantes de aquel grupo, estaba hablando con Taeyeon.

Me sorprendió mirándola y me lanzó una mirada llena de desdén y no culpé que la chica.

Si una lunática me atara a la cama y si la enfermera se negaba a reconocerme, estaría enojada.

—¿Cómo te sientes? — Taeyeon me preguntó. Sigue siendo tan agradable y dulce a pesar de cómo la había jodido. — ¿Quieres un poco de agua?

Asentí. — ¿Cuánto tiempo pasó?

—Alrededor de una hora. — ella respondió, abriendo el mini refrigerador y entregándole una pequeña botella de agua.

—Ese hombre... ¿está muerto? – pregunté, fallando en mantener el miedo fuera de mi voz.

Me arrebató la botella de las manos y desenroscó la tapa, allí fue cuando me di cuenta de que me temblaban las manos.

—Lo han llevado de prisa al hospital. —Taeyeon  dijo. — La buena noticia es que pudieron atrapar a Jennie.

Solté un suspiro de alivio. — ¿Eso significa que la están trayendo de vuelta aquí?

—Sí. Ya están en camino — Taeyeon sonrió. — No te preocupes. Pueden ocurrir errores, sobretodo cuando se trata de una loca como Jennie. JiSoo también me dijo que cuando pensabas que ella era Jennie, y entraste en la habitación, le quitaste la boquilla ¿es cierto?

—Lo hice, pero eso fue solo porque vine a darle el almuerzo. No esperas que un paciente coma con eso, ¿verdad? — eso estaba dirigido hacia JiSoo, que tenía los brazos cruzados frente a su pecho, pareciendo aburrida.

JiSoo dio un pasó más cerca, estaba casi en mi cara y dijo. — Te hizo una pregunta, se supone que debes responder con un sí o un no, enfermera.

—¿Qué pasa con su actitud, Taeyeon? — yo pregunté.

—Calma, chicas. — Taeyeon dijo. — JiSoo, cambia esa actitud. Y Rosé, de aquí en adelante, lo que sea que Jennie te diga, no te metas con la boquilla a menos que sea necesario. A veces, bueno, la mayoría de las veces está fuera de control y por eso necesitamos mantenerla atada. No siempre, pero si tiene la boquilla es por una razón. Jennie es un animal disfrazado de humano. Puede ser muy manipuladora, también es inteligente y puede usar tu debilidad contra ti. Muy peligrosa.

—Bueno, ustedes se están olvidando de que si no hubiera quitado la boquilla, JiSoo todavía estaría llorando en esa cama como una maldita gatita. Así que técnicamente, JiSoo, deberías estar dándome las gracias.

—¿Gracias? —JiSoo gritó. — Mi...

Taeyeon levantó su mano. — Mientras tanto, Rosé, puedes tomarte medio día libre por ahora. Sé que has estado estresada desde la mañana, así que duerme un poco. — Taeyeon dijo tranquilamente.

JiSoo gruñó. — ¿En serio, doctora Kim? — no esperó una respuesta cuando salió de la habitación y tiró la puerta detrás suyo.

Bueno, parece que voy a tener a una nueva mejor amiga en el ala.

Nótese el sarcasmo.

—Estoy bien, Taeyeon.

Taeyeon parecía preocupada. — No quiero parecer grosera, pero el resto del personal aquí no cree que puedas manejar a Jennie después de lo que sucedió hoy. Quieren que le asigne a otro médico.

Sabía que "el otro personal" se refería específicamente a Kim JiSoo.

No podía ni siquiera mirarme a la cara y, si era sincera conmigo misma, mi confianza propia se estaba desvaneciendo.

¿Qué pasaría si JiSoo estuviera en lo correcto?

¿Qué pasaría si no pudiera manejar a Jennie?

Entonces, de nuevo, no era del tipo que retrocedía ante un desafío.

Y eso es lo que Jennie era para mí.

Un desafío.

—¿Crees que podrás manejar a Jennie por tu cuenta? Tendremos un servicio de seguridad de venticuado horas fuera de su habitación, pero realmente no quiero parecer que te lo estoy imponiendo.

—No lo estás haciendo y sé que puedo manejarlo. Estoy segura.

—No teníamos otra opción. Eres la única enfermera con experiencia que tenemos por aquí, y no podíamos dejar que Sana siguiera siendo su enfermera, quiero decir, no después de lo que... — luego se quedó en silencio.

—Lo siento. ¿Estabas diciendo, Taeyeon? ¿Qué le hizo a la enfermera Sana?

Taeyeon se encogió de hombros y una pausa más tarde dijo. — Ella era simplemente paranoica. Jennie puede ser muy intimidante y aterradora, dijo que no quería ser su enfermera. Eso es todo.

Asentí, sabiendo muy bien que no era del todo cierto.

Taeyeon seguramente estaba ocultando algo.

A pesar de que Taeyeon insistió en que me tomará el día libre, me negué.

Era demasiado culpable de todo el asunto como para que tomara un descanso de calidad.

Sabía que estaría inquieta a pesar de que supuestamente Jennie estaba atrapada.

Mi estómago gimió indicando que me estaba muriendo de hambre, así que me dirigí a la cafetería del hospital para comprarme el almuerzo cuando noté a tres hombres musculosos y TaeYong arrastrando a alguien a la fuerza.

—¡Fuera del camino todos! ¡Fuera del camino! — gritaron mientras se abrían paso por el pasillo.

Me apoyé contra la pared.

Y allí estaba. La mujer que había fingido ser la doctora Kim JiSoo, la misma mujer loca que había huido del psiquiátrico como si fuera un pedazo de pastel.

Sus ojos verdes me miraron, e incluso con la máscara cerrada en su boca, juré que la vi sonreír, como si se estuviera burlando de mí.

Los hombres comenzaron a abrir la habitación al final del pasillo.

Escuché gritos y silbidos del otro paciente encerrado al lado, como si Jennie fuera una especie de héroe, como si acabara de ganar un trofeo en un campeonato.

Antes de entrar a su habitación, se volvió hacia mí y siguió mirando fijamente hasta que TaeYong tuvo que empujarla dentro de la habitación.

Mis manos se apretaron en puños.

Estaba furiosa, no solo por ella, sino porque me preguntaba cómo podía ser yo tan ingenua.

Quería enfrentarme a ella.

La cena en el hospital se sirvió temprano.

Esa noche, incluso en contra de lo que Taeyeon advirtió, decidí llevar la comida a la habitación de Jennie.

Esta vez fui más cautelosa que antes.

Un hombre estaba de guardia junto a su habitación, quién me informó que Jennie estaba descansando.

Entré y me aseguré de que la puerta no estuviera bloqueada solo en caso de que tuviera que correr.

Jennie estaba sentada junto a la ventana en una silla de madera, con correas de cuero alrededor de sus muñecas que estaban unidas.

Probablemente me escuchó entrar porque se volvió hacia mí y estaba sonriendo.

Era extraño verla así, en un uniforme azul de pacientes cuando ayer mismo me había engañado haciéndose pasar por la doctora Kim JiSoo.

La hermosa joven médico que me habría encantado invitar a tomar un café.

Jennie no tenía puesta la horrible boquilla, me sonrió, como si se encontrara con un viejo amigo después de mucho tiempo.

—Enfermera Roseanne. – ella arrastró las palabras. — ¿A qué debo este honor?


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