T R E C E

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—Solo vamos a ir por el teléfono, chicos. Ya regresamos. —dijo Taehyung, jalando del brazo a Jungkook.

—Ninguno de los dos se va de aquí. Jungkook, es tu hermano. Deberías estar preocupado. —le dijo Namjoon.

Y era cierto, Jungkook estaba preocupado por su hermano. Pero conocía a Jimin, él quizás de habría ido con un chico y debe de estar pasándola bien. Pero con lo que le dijo Jinyoung "Él está bien" le rondaba mucho por la cabeza.

—Tienes razón, Hyung. —soltó un suspiro Jungkook y Taehyung lo miró.

—Jungkook... —lo llamó Taehyung.

Jungkook se mordió el labio nervioso. —Es mi hermano, Taehyung. —le dedicó una mirada de dolor y Taehyung comprendió.

—¿Alguien tiene algo más en mente? ¿Alguna pista? —preguntó Seokjin.

Hoseok chasqueó los dedos.

—¿Ya le preguntaron a Barry? Quizás él lo haya visto salir. —dijo Hoseok.

—¡Eres un genio! —gritó Jungkook y corrió de nuevo a la entrada de la discoteca. —¿Barry? ¿Me recuerdas? Soy yo, él que no dejabas entrar por ser menor de edad.

—¿Qué quieres, niño? —preguntó el hombre.

—¿Me podrías ayudar con algo?

Barry lo miró con las cejas altas y luego asintió.

—¿Has visto salir, además de Taehyung y yo, a mi hermano? —preguntó Jungkook.

Barry juntó las cejas y negó con la cabeza.

—Él es un poco más bajo que yo. Labios abultados... Traía un saco blanco... ¿Lo recuerdas?

Barry negó.

—¿Está seguro?

—No he visto salir a tu hermano, niño. —le respondió Barry serio y dejó pasar a un grupo de chicos.

Jungkook soltó un suspiro y caminó de regreso con los chicos.

—¿Qué te dijo? —le preguntó Hoseok.

—No lo ha visto salir.

—¿Qué hacemos? —preguntó Namjoon.

Jungkook estaba pesando cuando recordó que había encontrado una tarjeta en el bolsillo del abrigo de Jinyoung.

—Yo... encontré esto en el bolsillo de Jinyoung. —dijo Jungkook y sacó la tarjeta de su bolsillo, se la mostró a Seokjin.

—Se me hace conocido el nombre... ¿Pero de dónde? —dijo Seokjin pensando.

—Min...Yoongi... —leyó Hoseok. —¡Min Yoongi!

Gritó Hoseok asombrado.

—¿Qué pasa? —preguntó Taehyung. —¿Lo conoces?

—¿Conocerlo? Claro, lo conocemos. —dijo Hoseok, Taehyung y Jungkook arrugaron la frente. —¿Recuerdan aquel día que salimos a comer? Después de clases, que yo estaba con Jimin y luego ustedes dos llegaron.

Señaló a Taehyung y a Jungkook. Taehyung negó con la cabeza.

—Espera, sí, ya lo recuerdo. —dijo Jungkook. —Pero... ¿Por qué Jinyoung tendría una tarjeta de él en su bolsillo?

—Aquí dice que es tutor. —dijo Seokjin. —Quizás sólo le esté dando clases a él.

Jungkook asintió.

—No, hay algo que no va bien chicos... —dijo Hoseok y se apartó.

—¿En qué piensas? —se acercó a él Jungkook.

—No lo sé muy bien, pero ese tipo me da mala espina. Siento que tiene que ver con la desaparición de Jimin, Jungkook. —dijo Hoseok.

—¿Tú crees que fue él? ¿No te parece algo bobo? —dijo Jungkook.

—Piensa lo que quieras, Jungkook. Pero estoy seguro que ese tipo tuvo algo que ver. —le dijo Hoseok y se pasó una mano por el cabello, se ajustó el abrigo y caminó hacia su auto.

—¡¿Te vas?! —gritó Taehyung.

—¡Necesito pensar! ¡Nos vemos en casa de Jin! —le gritó Hoseok de vuelta y se metió al auto.

Encendió el motor y se fue del lugar. Jungkook quedó atónito por ver la reacción de Hoseok, los había dejado.

¿Min Yoongi tendrá que ver con Jimin? Pensó Jungkook.

—Iré a dentro. —le dijo Jungkook a los chicos.

—¿Por qué? —preguntó Seokjin.

—Le sacaré más respuestas a Jinyoung. —dijo Jungkook.

—No, no vas Jungkook. Te quedas acá. —le dijo Taehyung, jalando su brazo.

—Suéltame, esto lo tengo que hacer por Jimin. Yo sé que él sabe dónde está. —le dijo Jungkook y se soltó dela agarre de Taehyung.

—No vas a ir allá dentro solo, Jungkook. —le dijo Taehyung.

—Escúchame, Taehyung. Esto lo tengo que hacer solo, tu no conoces a Jinyoung. Yo conozco sus preferencias y sé cómo hacerlo hablar. —le dijo Jungkook serio.

Jungkook caminó de nuevo a la discoteca y se desabrochó los tres primeros botones de la camisa.

—Vamos a jugar un poco, Jinyoung. —dijo Jungkook acercándose a él, se mordió los labios cuando se detuvo frente a él.

—¿Volviste por mí, bebé? —preguntó Jinyoung con una sonrisa seductora en sus labios.

Jungkook le hizo señas de que lo siguiera al baño. Jinyoung se levantó del sofá y lo siguió. Jungkook empujó la puerta del baño, entró y esperó a que Jinyoung entrará. Cuando entró, Jungkook colocó el seguro de la puerta y puso a Jinyoung contra la puerta.

—¿Qué quieres? —preguntó Jinyoung con una sonrisa. —Te dije que tú hermano está en un buen lugar, ¿Qué más quieres?

Jungkook lo miró a los ojos y abrió los botones de la camisa dejando ver su pecho desnudo. Jinyoung alzó una ceja sin borrar su sonrisa seductora.

Jungkook se acercó más a él y colocó una mano a cada lado de su rostro.

—Quiero jugar... —se mordió los labios. —Necesito de ti.

Jinyoung rio.

—Primero me golpea tu amigo, discutes conmigo y ahora ¿Quieres jugar? —le dijo Jinyoung apartando las manos de Jungkook de su cara y caminó hacia él. —¿Crees que soy estúpido?

Jungkook comenzó a caminar hacia atrás cuando Jinyoung comenzaba a acercarse más a él.

—¿Crees que no sé lo que estás planeando? —se metió las manos en los bolsillos del pantalón.

La espalda de Jungkook chocó contra la pared del baño. Jinyoung se mordió los labios y sacó sus manos de los bolsillos.

—Sabes que no me gusta que me mientan, Jungkook. —se desabrochó el pantalón.

Jungkook tragó duro.

Jinyoung acorraló a Jungkook contra la pared. Sonrió cínicamente y se acercó a sus labios, pero no los rozó. Su aliento chocó contra ellos.

—Abajo, ahora. —le dijo Jinyoung.

Jungkook le sonrió y se agachó.

—Vamos a recordar los viejos tiempos, bebé. —le acarició la cabeza cuando Jungkook se llevó su miembro a la boca. —Quiero torturarte de nuevo...

Veremos quien tortura a quien Jinyoung. Pensó Jungkook.









Jimin volvió a gritar cuando Yoongi subió la velocidad a un 8%. Lo estaba torturando del placer. Jimin sólo quería agarrarse de algo, pero tenía las manos atadas a la espalda.

—Te dije que te iba a torturar, pequeño. —dijo Yoongi entre risas.

Le sacó el pañuelo de la boca y lo lanzó en la habitación. Escuchó a Jimin jadear y gemir.

—¡Basta! —gritó Jimin.

Yoongi lo ignoró y apretó el botón que tenía el signo +. Aumentó un 10%. No dejaba de gemir.

—¡Yoongi! —gritó Jimin.

—Solo aguanta un poco más, mi pequeño. —dijo con voz melosa.

—Ya no aguanto, Yoongi... —gimió.

—¿Quieres que lo apague? —enarcó una ceja y se mordió los labios.

Jimin negó con la cabeza. Se sentía tan bien. Yoongi sacó el consolador de la entrada de Jimin y lo apagó, lo dejó encima de la cama.

—¿Quieres un descanso? —le preguntó Yoongi riendo.

Jimin asintió jadeando.

Yoongi lo jaló de las piernas, lo acostó completamente y le dio varios azotes. La piel blanca de Jimin se tornaba de un rojo bajo, Yoongi se mordió los labios al ver un gran culo frente a sus ojos. Solo quería hacerlo suyo.

—Es momento que arreglemos cuentas, Jimin. —Yoongi lo giró y lo levantó.

Jimin aún con las manos atadas, se sentó en la cama frente a Yoongi. Él le paso su miembro por todos los labios. Jimin abrió su boca y Yoongi lo entró.

—Veamos si eres tan bueno con la boca, pequeño. —se mordió los labios y dejó escapar un gemido.

Jimin lo miraba directo a los ojos, mientras lamía el miembro erecto. Yoongi empezó a penetrar la boca de Jimin. Dejó caer la cabeza, Jimin lo miraba tan concentrado.

—No me mires así... Tengo ganas de hacerte mío, pero quiero ir lento. —le dijo Yoongi y Jimin sacó el miembro de su boca.

—Tómame, hazme tuyo. Enséñame tu infierno, quiero conocerlo. —una sonrisa cínica salió de sus labios.

Yoongi sonrió. Lo cogió por el cuello y lo alzó. Lo tumbó a la cama y lo giró de espaldas. Lo azotó muy fuerte y acomodo sus piernas para entrar en él. Alineó su miembro con la entrada y dio un empujón fuerte.

Jimin soltó un grito que casi le desgarraba la garganta. Yoongi lo azotó de nuevo y dio la primera embestida.

—Creo que, sí te dejarás llevar, todo sería más fácil, pequeño. —gruñó Yoongi.

—¡Duele! —gritó Jimin.

Yoongi aferró sus manos a la cadera de Jimin y se acercó para morder su espalda. Luego, dejó pequeños besos, mientras lo embestía más fuerte. Con la cara llena de lágrimas, Jimin apretó los puños y cerró sus ojos.

Un azote.

Dos azotes.

Tres azotes y Yoongi gimió.

—Ya casi, bebé. Dios... ¡Sí!

Jimin soltó un quejido y se mordió los labios hasta hacerlos sangrar. Antes de que Yoongi se corriera dentro de él, salió y hizo que Jimin se volteara para mirarlo. Yoongi admiró ver la belleza de su pequeño, como las pequeñas lágrimas bajaban rápido por sus mejillas, como el color carmín de sus labios pedía ser tomado por él. Jimin era un ángel, que sin querer se encontró con un demonio que le hacía falta atención.

—Qué hermoso color carmín, pequeño. —le dijo Yoongi y se acercó a los labios de Jimin, lamió la sangre que salía de su labio inferior. —Sabes muy bien.

Sonrió.

Jimin abrió sus ojos, su mirada era obscura, pero aun así tenía un brillo de inocencia en ella. Yoongi junto las cejas al sentir la mirada penetrante de Jimin, le dio una bofetada.

Jimin quedó mirando al suelo unos segundos para luego alzar la mirada de nuevo, se levantó de la cama y se colocó frente a Yoongi. Se colocó de espaldas.

—Desáteme. —dijo frío.

Yoongi soltó una carcajada. Lo abrazó por detrás y le besó el cuello. Jimin dejó caer la cabeza hacia atrás por la sensación quisquillosa que le provocaban los labios de él.

—Quíteme esto...

Yoongi se separó de él y caminó a su alrededor hasta quedar frente alrededor él. Una sonrisa cínica salió de sus labios y luego se tornó macabra. Jimin abrió sus ojos asustado y caminó hacia atrás.

—¿Tienes miedo? —le preguntó Yoongi.

Jimin negó.

—¿Seguro?

—No te temo, Yoongi. No eres nadie para temer. —dicho eso, Yoongi caminó a paso rápido hacia Jimin.

Yoongi desató a Jimin y lo empujó bruscamente haciendo que cayera al suelo de culo. Yoongi buscó una vara. Caminó hacia Jimin y le pegó en las piernas, Jimin soltó un quejido.

—¡¿Por qué?! —le preguntó Jimin.

—Te estas portando mal. —volvió a pegarle.

Jimin se levantó del suelo para correr, pero Yoongi lo alcanzó. Lo colocó contra la puerta de espaldas y con la vara le pegó en el trasero y espalda, dejando finas marcas rojas. El sudor hacia que le ardieran más. Jimin contuvo las lágrimas y aguanto. Yoongi pegaba muy fuerte.

Tiró la vara y giró a Jimin. Le dio un beso brusco mientras tocaba su cuerpo. Jimin lo empujó y Yoongi soltó otra carcajada.

—¡Estás loco! —le gritó Jimin sin aliento.

Un sollozo escapó de su garganta.

—¡Eres un psicópata! ¡Me das asco!

Yoongi lo miraba con una sonrisa. Jimin se llenó de ira.

—¡Deja de sonreír! —sus lágrimas bajaron.

Yoongi se acercó a él.

—¡Aléjate! ¡No me toques! —Yoongi siguió acercándose. —¡Aléjate!

Jimin empezó a llorar como un niño pequeño.

—¡Basta! ¡Aléjate!

Yoongi hizo un puchero de lastima y luego le lanzó una sonrisa seductora.

—No sabes lo jodidamente bueno que te vez llorando, pequeño. —le dijo Yoongi.

—¡Cállate! —gritó.

Yoongi gruñó y se acercó más a Jimin, lo estampó contra la puerta.

—¡A mí nadie me grita! —le dijo Yoongi rojo de la ira. —Deberías tenerme miedo, no sabes de lo que soy capaz.

Jimin negó con cabeza, lo miró serio. Escupió en su cara. Yoongi sonrió y se limpió el rostro. Volvió a coger a Jimin del cuello evitando que respirara.

—Déjame ir... Imbécil. —trató de hablar Jimin.

—Diciéndome groserías, ¿Eh? Muy mal, muy mal. —dijo Yoongi riendo.

Volvió a estamparlo contra la puerta haciendo que la cabeza de Jimin se golpeara muy fuerte.

—Suéltame...

—No.

Volvió a estamparlo una y otra vez, golpeado fuerte su cabeza. Jimin dejó de luchar y cuando Yoongi quiso soltarlo, había un pequeño círculo de sangre en la puerta. Yoongi apartó su mano y vio a Jimin deslizarse por la puerta hasta caer sentado. Se agachó y colocó un dedo bajo su nariz.

—Aún está vivo. —rio.

Se enderezó y buscó su pantalón, se lo colocó y quitó a Jimin se la puerta, la abrió y jaló a Jimin del brazo. Lo arrastró por el pasillo, notando que la cabeza de Jimin estaba dejando un pequeño camino se sangre, así que se agachó y lo cargó como bebé. Bajó las escaleras y pasó por la cocina, abrió una puerta con dificultad y entró. Bajó de nuevo otras escaleras y sentó a Jimin en la oscuridad del lugar.

Yoongi subió por unos segundos y buscó algo de ropa para Jimin, volvió a bajar y se la lanzó junto a una pequeña linterna de bolsillo. Su teléfono sonó en la mesa. Yoongi le dio una última mirada a Jimin y le dio un pequeño beso.

—Te quedaras aquí conmigo, pequeño. —le dijo y acarició su mejilla.

Subió las escaleras y aseguró la puerta. Caminó hacia la mesa de la cocina y devolvió la llamada.

—¿Qué quieres?

Preguntó Yoongi.

Jefe, el señor Minho quiere verlo. Le dije que estaba ocupado, pero insistió en verlo.

Yoongi suspiró y miró al techo.

— Dile que me espere 10 minutos. Saldremos por unas copas.

Dijo subiendo las escaleras y mirando al suelo la línea de sangre.

Colgó la llamada y observó la sangre. Caminó por al lado y entró a su habitación, abrió el armario y sacó una camisa blanca limpia, un saco negro y se intercambió el pantalón. Buscó medias y zapatos, se los colocó y se dio una mirada al espejo. Se peinó y esparció perfume en su cuerpo. Se ajustó el saco y sonrió a su reflejo.

—Todos nos volvemos un poco locos a veces...

Yoongi salió de su habitación, bajó por las escaleras y salió de su apartamento. En la entrada, Austin y Thomas lo esperaban. Yoongi se acercó a Thomas.

—Necesito que entres y limpies todo, no quiero ninguna gota de sangre cuando regrese, ¿Entendido?

—Sí, jefe. —respondió Thomas. —El señor Minho lo espera en su auto.

Le señaló el auto negro frente a su apartamento, Yoongi sonrió y caminó hacia él. Minho bajó el vidrio y le sonrió igual.

—¿Puedo saber por qué tan sonriente? —preguntó Minho.

—No, vamos por esas copas. —respondió Yoongi y se subió al auto.

—Ya lo tienes, ¿Cierto?

Yoongi si mordió los labios.

—Oh, amigo mío, eres el mismo diablo. —dijo Minho riendo.

Yoongi suspiró y lo miró.

—"Cuando no haya más espacio en el infierno, los muertos caminarán sobre la tierra" —dijo Minho recordando la frase que siempre decía su amigo cuando secuestraba a un menor. —Creo que ya la estoy entendiendo.

Yoongi rio y Minho encendió el motor.

Quizás Min Yoongi solo este loco, quizás no exista alguien que lo entienda. Por eso es que le gusta matar y sentir la sangre bajar por sus manos. Quizás, también sea amante de las películas de demonios y necrofilia, o quizás solo este obsesionado con Jimin... Solo quizás.













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